Sr. Editor
La educación médica tiene como objetivo la excelencia en la formación de profesionales de la salud. Así, la educación virtual surge ante la dificultad de acceso de muchos estudiantes a los centros educativos1. La educación médica no es ajena a esta transición, por lo que es importante que tanto docentes como alumnos adopten estas herramientas para conseguir un proceso enseñanza-aprendizaje de calidad2. Existe evidencia sobre la efectividad y aceptación del aprendizaje virtual dentro de la comunidad médica3, donde los estudiantes describen su satisfacción a esta modalidad de educación, como una buena opción para una mejor formación4. Sin embargo, algunas instituciones educativas no están preparadas para este cambio y muchas de ellas no cuentan con plataformas virtuales o no tienen la capacidad de impartir los conocimientos adecuadamente de manera virtual; lo que expone una realidad deficiente en esta era digital. La educación virtual tiene el reto de capacitar y adaptar a sus docentes a estos nuevos métodos de enseñanza frente a sus estudiantes que ya han nacido dentro de un mundo digital5. No obstante, no todos los estudiantes tienen acceso en casa a estas tecnologías o conectividad necesarias para la educación virtual, en muchos casos por falta de recursos para la adquisición de computadoras o internet, sumado a las limitaciones propias de los que viven en zonas rurales.
En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declara el brote de COVID-19 como una pandemia. En Perú, se vio la necesidad de decretar el aislamiento social obligatorio interrumpiendo el normal funcionamiento de las universidades. Como parte de las estrategias durante esta coyuntura; hemos observado un alto uso de plataformas y redes sociales virtuales para reuniones y videoconferencias. Asimismo, cuatro países de América Latina han logrado aplicar estrategias exitosas de educación virtual ante la pandemia; sin embargo, Perú no figura en esta lista6. Por otro lado, aún se tiene que definir cómo se incluirán las prácticas clínicas de la carrera; si se optará por softwares y maquetas de simulación clínica o si se postergará estas prácticas para un futuro. Todo esto guiado a que se asegure la buena calidad educativa sabiendo que ni la mejor tecnología sustituirá la interacción con el paciente real. En conclusión, la educación médica virtual es una buena opción para impartir conocimientos en medicina durante el aislamiento social a pesar de sus limitaciones.