Sr. Editor:
He leído con bastante interés el artículo “Comparación de las escalas APACHE II y BISAP en el pronóstico de pancreatitis aguda en un hospital del Perú” de García-Revilla et al1, donde realiza una comparación de ambas escalas en el pronóstico de falla orgánica en pacientes hospitalizados con pancreatitis aguda de un hospital público del Perú. En este contexto, quisiera realizar algunos comentarios sobre la metodología realizada en el presente artículo.
Sabemos que para evaluar la gravedad en los pacientes con pancreatitis aguda tenemos a la escala APACHE II, que es el gold estándar y se usa como comparador para evaluar otras escalas, recordemos que está evalúa las variables fisiológicas las cuales revelan el estado de falla orgánica y tiene una segunda parte donde se consideran las comorbilidades del paciente4, también tenemos la escala BISAP, que evalúa cinco variables: valores de nitrógeno ureico, la edad, compromiso de conciencia, presencia derrame pleural y el síndrome de respuesta inflamatoria (SIRS)2; estas escalas comparten valores como frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y temperatura, son estas variables las que se verán influenciadas por patologías crónicas como enfermedades cardiovasculares, respiratorias, renales u oncológicas, entre otras.
En este contexto, debemos recordar que las enfermedades no transmisibles matan al 71% de la población entre 30 y 70 años de edad a nivel mundial, las muertes por enfermedades cardiovasculares representan la mayoría de los casos (17,9 millones de personas por años) seguido por las enfermedades oncológicas (9 millones por año) y las enfermedades respiratorias (3,9 millones)3, en el Perú las enfermedades no transmisibles representan el 58,5% de las enfermedades de mayor incidencia y generan mayor discapacidad4.
Por tanto, en el estudio se menciona la exclusión de los pacientes con alguna patología que aumente el tiempo de estancia hospitalaria como la insuficiencia renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cardiopatías, enfermedades oncológicas y a aquellos con antecedentes de pancreatitis crónica; en comparación de otros estudios sobre el mismo tema, donde no aplican este tipo de exclusión, surge la interrogante: ¿Por qué los autores realizan la exclusión de pacientes con comorbilidades? Sí sabemos que estas patologías aumentan la morbimortalidad del sujeto agravando su estado inicial ante procesos inflamatorios, como la pancreatitis aguda, y más si se suma un proceso infeccioso.
Por ejemplo, en un estudio peruano realizado por Pérez et al5, donde no realizan ningún tipo de exclusión, obtiene que el área bajo la curva (AUC) para la escala APACHE II es 0,854, la sensibilidad es 85,71%, la especificidad es 76,14%, mientras que el AUC para BISAP es 0,872, sensibilidad de 60,71%, especificidad de 91,83%, llegan a la conclusión de que estas escalas pueden aplicarse para identificar a pacientes con bajo riesgo de severidad; en otro estudio realizado por Harshit et al6, con similar metodología, obtiene un AUC para APACHE II es 0,855, sensibilidad de 92,86%, especificidad de 69,44%, el AUC para BISAP 0,822 con una sensibilidad de 90% y especificidad de 83,87%, por el pequeño tamaño de muestra se ven limitados para dar afirmaciones sobre la utilidad de las escalas para predecir falla orgánica, solo concluyen que la escala APACHE II es una herramienta útil para predecir el desarrollo de enfermedad grave; mientras que García-Revilla et al1, donde aplicaron el criterio de exclusión de pacientes con comorbilidades, obtiene un AUC para APACHE II es 0,996, sensibilidad de 66%, especificidad de 99%, el AUC para BISAP 0,957, sensibilidad de 83%, especificidad de 99%, entonces si bien en el estudio obtienen resultados muy favorables al tener una AUC muy cercana a la unidad, lo que indica su alta sensibilidad y especificidad, también señalan que la severidad del cuadro se asocia a una mayor estancia hospitalaria.
Realizando una comparación de estos dos estudios, ambos con tamaño muestral pequeño, se observa que en el estudio de Harshit et al6se llegó a predecir el desarrollo de enfermedad grave en pacientes, mientras que el estudio de García-Revilla et al1señalan que tuvieron una baja frecuencia de pacientes con pancreatitis aguda grave limitando su poder predictivo para la severidad del cuadro, esto podría explicarse por la exclusión de los pacientes con comorbilidades, más que por el pequeño tamaño muestral, ya que, pacientes con patologías crónicas agravan el estado inicial por lo que tienen mayor probabilidad de hacer falla orgánica.
Es necesario recordar la importancia de los criterios de selección a la hora de plantear estudios diagnósticos, considerando las implicancias de excluir o no a ciertos pacientes.