INTRODUCCIÓN
La obesidad afecta desfavorablemente a diferentes sistemas y órganos, como el cardiovascular y el osteomioarticular1, reduciendo la capacidad de trabajar2, aumentando el gasto público3, aumentando el número de morbilidades y mortalidad en el mundo por enfermedades crónicas transmisibles (ENT)4, y por lo tanto, el panorama es difícil de revertir. Ante esto, las políticas públicas que trabajan con la promoción de la salud en las esferas física y nutricional (cambios de estilo de vida), con el fomento de la regularidad y la sistematización la actividad física (AF) y la nutrición saludable, son sustanciales para la longevidad con salud y calidad de vida.
Entre las disfunciones osteomioarticulares relacionadas con la obesidad, se enumera la artrosis de rodilla. Esta disfunción se caracteriza por dolor articular permanente y limitación del movimiento, provocando una reducción de la capacidad funcional y de la calidad de vida, que a menudo culmina en la indicación de artroplastia de rodilla5. Las causas respectivas, como se mencionó anteriormente, pueden estar relacionadas con factores biomecánicos (sobrecarga de peso) y químicos (marcadores inflamatorios)5. Para el manejo de la artrosis de rodilla y la obesidad, varios estudios han señalado que un plan de atención multidisciplinario puede ofrecer control de la progresión de la enfermedad, reducción de peso y consecuentemente, mejora de los componentes relacionados con la salud1.
Según la Liga Europea Contra el Reumatismo, las recomendaciones para el manejo de la obesidad y la artrosis son la educación nutricional y el entrenamiento físico para disminuir el peso corporal y condiciones clínicas como dolor, discapacidad funcional, rigidez y movilidad articular6. La evidencia científica reciente muestra que los modelos de entrenamiento de resistencia, utilizando aparatos en la sala de pesas y entrenando con la resistencia del cuerpo (comúnmente conocido como “entrenamiento funcional" ), teniendo como objetivo mejorar la condición física relacionada con la salud en personas con obesidad7,8. Sin embargo, no hay consenso en la literatura sobre qué método o modelo de entrenamiento de resistencia puede ser más efectivo para reducir el dolor y mejorar la salud de la aptitud física, así como la calidad de vida en mujeres con sobrepeso u obesas.
Así, considerando que el entrenamiento "funcional" (FT) se presenta como un modelo rentable ya que utilizará únicamente peso corporal y accesorios(9), se conjetura que el método puede ser incluido en la rutina para la recuperación de condiciones de salud y la reducción de la discapacidad en personas con sobrepeso u obesas. Finalmente, supongamos que se observa que la FT muestra mejoras en la aptitud física relacionada con la salud y la reducción del dolor. En ese caso, se pueden incorporar estrategias costo-efectivas a gran escala para mejorar la calidad de vida de esta población, considerando un modelo de baja inversión en infraestructura.
Debido a lo anterior, este estudio tuvo como objetivo investigar los efectos de dos programas de intervención multidisciplinarios, con una distinción entre el tipo de entrenamiento de resistencia que fue realizado, es decir, entrenamiento de resistencia en máquinas o entrenamiento de resistencia en HT. Como hipótesis, se cree que ambos modelos de intervención pueden proporcionar mejoras en la aptitud física relacionada con la salud y la calidad de vida de las mujeres obesas con síntomas de rodilla dolor.
METODOLOGÍA
Diseño experimental
Se trata de un estudio experimental, longitudinal, aleatorizado, de grupos paralelos y de medidas repetidas. La investigación fue aprobada por el Comité de Ética local, según el dictamen:30976420.4.0000.5539. El proyecto fue publicitado a través de medios impresos, internet y televisión, invitando a mujeres entre 40 y 59 años de edad, dentro de los criterios de inclusión, a participar. en el proyecto de investigación.
Como criterios de inclusión, se definieron los siguientes: i) Participantes índice de masa corporal (IMC) ≥ 30,00 - 34,9 kg/m²; ii) género femenino, de 40 a 59 años de edad; iii) presentando tres o más de los siguientes criterios: rigidez matutina inferior a 30 minutos, crepitación, lesión ósea, ninguna lesión palpable de rodilla, según EULAR; iv) tener disponibilidad para participar en las intervenciones, tres veces por semana durante ocho semanas; v) ser capaz de practicar PA, a través de autorización médica; vi) no estar participando en otro proyecto centrado en la pérdida de peso; vii) no estar realizando ninguna protocolo específico nutricional; y, viii) estar de acuerdo y firmar el formulario de consentimiento informado (ICF).
En cuanto a los criterios de exclusión, no se aceptaron los siguientes i) participantes que se sometieron al procedimiento quirúrgico de artroplastia de rodilla en la articulación afectada o cualquier otro procedimiento quirúrgico en los miembros inferiores en los últimos seis meses; ii) que presentaron condición reumatológica; iii) que se sometieron a infiltraciones medicadas en la rodilla, en menos de tres meses; iv) que presentaron episodios trombóticos; v) con enfermedad cardíaca descompensada; vi) usar un marcapasos o similar; vii) con hipertensión no controlada; viii) con un diagnosis confirmado de cáncer; ix) con lesiones dermatológicas; x) incapaz de caminar o de usar una ayuda para caminar; y, xi) incapaz de entender y completar las instrucciones y evaluaciones propuestas.
Las mujeres que cumplieron con los criterios de inclusión fueron seleccionadas e instruidas sobre los procedimientos de investigación, firmaron el ICF y posteriormente fueron aleatorizadas, a través de www.randomizer.org, en dos grupos experimentales: entrenamiento de fuerza en máquinas o entrenamiento funcional. El cálculo de la muestra indicó que diez personas por grupo serían suficientes para presentar una α = 0,05 y β = 80%, cuyas variables fueron el IMC y la Osteoartritis McMaster occidental de Ontario. Índice (WOMAC). En lafigura 1se indica el diagrama de flujo del presente estudio.
Sistematización de evaluaciones e intervenciones
Los participantes fueron evaluados antes y después de la intervención en tres etapas: i) consulta médica, con examen físico general y entrevista con el médico ii) después de 48 horas, la realización de antropometría y composición corporal y iii) la aplicación de pruebas físicas y la cumplimentación de cuestionarios relacionados con la salud. El proceso evaluativo se presenta a continuación, siguiendo el orden de los días mencionados anteriormente. Las intervenciones se realizaron tres veces por semana, con una duración de 60 minutos, más de ocho semanas de un proyecto multiprofesional en el que participaron profesionales de la nutrición, la educación física y fisioterapia.
Antropometría y composición corporal
La altura se midió usando un estadiómetro Sanny (Standard®), siguiendo la estandarización de Heyward10. La composición corporal se midió utilizando un dispositivo de bioimpedancia InBody 570® (InBody ®, Body Composition Analyzers,Corea del Sur), evaluando los siguientes parámetros: i) peso corporal (kg); ii) IMC; iii) masa grasa corporal (FM); iv) porcentaje de grasa corporal (BFP); y v) masa muscular esquelética (SMM). Los participantes siguieron todo el protocolo publicado por Branco et al.11para realizar la medición.
Pruebas de aptitud física relacionadas con la salud
Se realizaron pruebas de aptitud física relacionadas con la integridad física, siguiendo el orden: i) fuerza máxima isométrica de agarre a mano (MIHS); ii) fuerza máxima isométrica de tracción lumbar (MILTS); iii) flexibilidad en el banco de Wells; iv) flexión y extensión del codo; v) fuerza-resistencia abdominal; y vi) capacidad aeróbica.
Para evaluar MIHS, se utilizóu n dinamómetro Takei Physical Fitness Test® (Tokio, Japón)TKK 5101, siguiendo la estandarización propuesta por Branco et al.12.
Para realizar el MILTS, se utilizó un dinamómetro Takei Physical Fi tnessTest®(Tokio, Japón) modelo TKK 5002, siguiendo el protocolo utilizado por Branco et al.12.
Para evaluar la flexibilidad de la cadera posterior, se realizó la prueba de banco de Wells siguiendo el protocolo publicado por Wells y Dillon13.
Se utilizó la prueba de flexión y extensión del codo para medir la fuerza-resistencia muscular de acuerdo con el protocolo de Marinho y Marins14. Además, la prueba abdominal de 60 segundos se realizó según Ribeiro, Fernandes Filho y Novaes15.
La prueba de caminata de seis minutos se realizó de acuerdo con la estandarización de la Sociedad Torácica Americana16. La prueba se realizó al menos 2 horas después de las comidas y se instruyó a los participantes a usar ropa y zapatos cómodos, además de mantener su medicación habitual. Antes de la prueba, los participantes tomaron un período de descanso de al menos 10 minutos. Con los datos recogidos de la prueba, el consumo máximo de oxígeno (VO2pico) se calculó de acuerdo con la ecuación: VO2 pico (mL.kg-1.min-1): (0.02 distancia [m] ) - (0,191 x eda [años]) . (0,07 peso corporal [kg]) . (0,09 altura [cm]) + (0,26 x SD [x 10-3]) + 2,45. En el que: m= distancia en metros; año = año; kg = kilogramo; cm= centímetros; SD = producto doble, siendo la presión arterial sistólica multiplicada por la frecuencia cardíaca17. Todas las pruebas físicas se intercalaron con períodos de descanso para que una respuesta física no afectara negativamente a la otra respuesta posterior.
Aplicación de los cuestionarios
Se utilizaron los siguientes cuestionarios: Estudio de Resultados Médicos 12 (SF-12) versión corta validada para brasileños18; WOMAC, validado para la población brasileña19y el Cuestionario Internacional de AP (IPAQ) en una versión corta, adaptado y aplicado como entrevista20.
Intervenciones multiprofesionales
Nutrientes nutricionales: Después del proceso inicial, se ofreció orientación sobre hábitos alimenticios saludables a través de conferencias educativas y estímulo para participar en las dos prácticas una vez al día. Las intervenciones nutricionales se centraron en instruir a los participantes sobre aspectos nutricionales: i) pirámide alimentaria; ii) densidad de nutrientes de los alimentos; iii) composición nutricional de los alimentos; iv) asociación de los alimentos con la salud y la calidad de vida; v) diferencias entre la dieta y los alimentos ligeros; vi) diferencias entre alimentos frescos, minimamente procesados, procesados y ultraprocesados. Adicionalmente, se instruyó a los participantes a llenar el registro de alimentos de tres días no consecutivos, un día el fin de semana, antes y después. Todo esto durante las ocho semanas de intervenciones. Posteriormente, las respuestas de los registros alimentarios se calcularon utilizando el software Avanutri (versión 2004®, Avanutri Equipamentos de Avaliação Ltda., Três Rios, Río de Janeiro, Brasil ). Ejercicios físicos: Los ejercicios de resistencia se realizaron tres veces por semana, alternando en las series A y B. El protocolo de ejercicio siguió el Colegio Americano de Medicina Deportiva21, con el volumen e intensidad de esfuerzo adecuados para mujeres obesas sin experiencia previa en ejercicio de resistencia. LaTabla 1muestra los ejercicios realizados en la prescripción del entrenamiento A y B para el grupo de "entrenamiento funcional". En laTabla 2se presenta la prescripción de los ejercicios de resistencia en las series de entrenamiento A y B para el grupo de "entrenamiento de fuerza en máquinas".
Programa de formación A prescripción | Programa de formación B prescripción | |||||
Ejercicios | Serie | Repeticiones | Ejercicios | Serie | Repeticiones | |
1) Calentamiento general (salto bajo, salto alto, carreras laterales, carreras delanteras y traseras) | 5 minutos | * | 1) Calentamiento general (salto bajo, salto alto, carreras laterales, carreras delanteras y traseras) | 5 minutos | * | |
2) Media sentadilla | 3 | 12 | 2) Remo en TRX (agarre neutro) | 3 | 12 | |
3) Arriba y abajo en el neumático o escalón | 3 | 12 | 3) Tirar de la cuerda (atada al neumático) | 3 | 12 | |
4Rígidocon mancuernas | 3 | 12 | 4) Flexiones (rodilla en el suelo) | 3 | 12 | |
5) Media sentadilla con pelota suiza entre muslos (apretar en isometrías) | 3 | 12 | 5) Media sentadilla con balón medicinal lanza hacia arriba (atrapa y lanza) | 3 | 12 | |
6) Con banda elástica en cuclillas lateralmente Realizar un secuestro de piernas | 3 | 12 | 6) Movimiento de leñador (con pelota) | 3 | 12 | |
7) Cadera de pie | 3 | 12 | 7) Curl de bíceps con boladepared | 3 | 12 | |
8) Crías de terneros | 8) Tríceps en el banco | |||||
9) Aeróbicos de baja intensidad (trotar y luego caminar) | 10 minutos | * | 9) Abdomen recto en el suelo | 3 | 12 |
Programa de formación A prescripción | Programa de formación B prescripción | ||||
Ejercicios | Serie | Repeticiones | Ejercicios | Serie | Repeticiones |
1) Calentamiento general | 5 minutos | Cinta de correr o bicicleta | 1) Calentamiento general | 5 minutos | Cinta de correr o bicicleta |
2) Cuclillas | 3 | 12 | 2) Mango delantero | 3 | 12 |
3) Extensión de la pierna | 3 | 12 | 3) Fila baja | 3 | 12 |
4) Máquina de rizo de piernas | 3 | 12 | 4)Prensa de pecho | 3 | 12 |
5) Máquina de aducción | 3 | 12 | 5) Volante frontal | 3 | 12 |
6) Máquina de abducción | 3 | 12 | 6) Máquina de prensa de hombro | 3 | 12 |
7) Crías de terneros | 3 | 12 | 7) Rizo de Bicep | 3 | 12 |
8) Cadera de pie | 3 | 12 | 8) Polea de tríceps | 3 | 12 |
9) Aeróbicos de baja intensidad | 10 minutos | Cinta de correr o bicicleta | 9) Abdomen recto en el suelo | 3 | 12 |
Monitorización de las sesiones de entrenamiento físico: La calificación del esfuerzo percibido (EPR) se midió 30 minutos después de cada sesión de intervención, siguiendo las recomendaciones propuestas por Foster et al.22. La carga interna de entrenamiento (ITL) se calculó multiplicando el RPE x tiempo en minutos. La calificación de recuperación percibida (RPR) se recogió antes de cada sesión de ejercicio23.
Análisis estadístico
Los datos se presentaron por media, desviación estándar e intervalo de confianza del 95%. La prueba de Levene se utilizó para identificar la homogeneidad de los datos, y la prueba de Shapiro-Wilk se utilizó para probar la normalidad. Una vez confirmada la homogeneidad y normalidad de los datos, se realizó un análisis de varianza (ANOVA) de dos caminos (grupo x punto temporal), utilizando la prueba de Bonferroni si fuera necesario. La esfericidad se probó utilizando la prueba de Mauchly, y se utilizó la corrección greenhouse-Geisser si era necesario. Para todos los análisis, el nivel de significación establecido fue del 5%. El programa estadístico Statistica, versión 12.0(Stasoft, Estados Unidos de América), fue utilizado para todos los análisis estadísticos.
RESULTADOS
A partir del estudio desarrollado, se verificó la participación en las intervenciones del 59,0 ± 27,7% para el grupo de fuerza en máquinas, y del 66,2 ± 27,9% para el grupo de entrenamiento funcional, sobre las ocho semanas de atención. La edad media fue de 45,1 ± 5,0 años para el grupo de fuerza en máquinas y de 45,7 ± 49,9 años para el grupo de entrenamiento funcional, sin diferencias significativas entre ellos (p>0,05). Además, el64% tenía educación superior entre los participantes, el 32% tenía educación secundaria completa y el 4% tenía educación primaria incompleta. Los promedios de ingresos familiares fueron: 40% hasta tres salarios mínimos y 28%, 16%, 8% y 4% hasta tres, nueve, doce y quince salarios mínimos, respectivamente. LaTabla 3presenta las respuestas antropométricas y de composición corporal de los participantes en este estudio.
Entrenamiento de fuerza en máquinas | Entrenamiento funcional | |||||||
Pre-intervención | Post-intervención | Pre-intervención | Post-intervención | |||||
Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | |
Peso corporal (kg) | 89.9 ± 20.6 | 80.5-99.1 | 90.0 ± 20.4 | 80.8-99.1 | 87.1 ± 19.4 | 39.2-49.0 | 86.8 ± 18.9 | 98.6-75.1 |
Altura (cm) | 163.3 ± 7.7 | 159.8-166.8 | 163.3 ± 7.7 | 159.8-166.8 | 164.1 ± 10.5 | 157.6-170.6 | 164.1 ± 10.5 | 157.6-170.6 |
IMC (kg/m²) | 33.6 ± 6.8 | 30.5-36.6 | 34.0 ± 6.5 | 31.0-36.9 | 32.3 ± 6.7 | 28.1-36.4 | 32.1 ± 6.7 | 27.9-36.2 |
SMM (kg) | 27.4 ± 4.8 | 25.2-29.6 | 27.4 ± 4.9 | 25.2-29.6 | 27.9 ± 3.8 | 25.5-30.2 | 28 ± 3.8 | 25.7-30.4 |
FM (kg) | 41.3 ± 15.2 | 34.5-48.1 | 40.9 ± 15.3 | 34.5-48.1 | 36.7 ± 14.6 | 27.7-45.7 | 36.2 ± 14.3 | 27.3-45.0 |
BFP (%) | 44.3 ± 7.9 | 40.8-47.9 | 45.4 ± 10.9 | 40.5-50.3 | 41.2 ± 6.7 | 37.0-45.3 | 40.1 ± 7.0 | 35.8-44.5 |
Nota: los datos se expresan por media y (±) desviación estándar (DE); IC = intervalo de confianza del 95%; IMC = índice de masa corporal; SMM = masa muscular esquelética; FM = masa grasa ; BFP = porcentaje de grasa corporal; p>0,05 para todas las comparaciones.
Para MIHS-R, MIHS-L, flexibilidad, abdominales, flexión y extensión del codo y pico de VO2, no se observaron diferencias significativas después de las ocho semanas de intervenciones (p>0,05). Sin embargo, hubo un efecto temporal, con un aumento significativo de milTS después del período de intervención (p<0,05), como se muestra en laTabla 4.
Entrenamiento de fuerza en máquinas | Entrenamiento funcional | ||||||||
Pre-intervención | Post-intervención | Pre-intervención | Post-intervención | ||||||
Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | ||
MIHS-R (kgf) | 30.8 ± 7.1 | 27.6-34.0 | 29.2 ± 8.0 | 25.5-32.8 | 33.2 ± 5.4 | 29.9-36.5 | 33.2 ± 5.3 | 29.9-36.5 | |
MIHS-L (kgf) | 28.7 ± 5.7 | 26.1-31.3 | 30.4 ± 5.9 | 27.7-33.0 | 32.5 ± 4.8 | 29.4-35.5 | 31.7 ± 4.8 | 29.4-35.5 | |
MILTS (kgf)* | 72.6 ± 20.5 | 63.4-81.8 | 81.3 ± 23.1 | 70.9-91.7 | 79.5 ± 26.1 | 95.7-63.3 | 81.0 ± 25.2 | 65.4-96.6 | |
Flexibilidad (cm) | 25.2 ± 7.0 | 22.1-28.4 | 26.8 ± 8.2 | 23.1-30.4 | 26.8 ± 7.5 | 22.2-31.4 | 27.5 ± 6.5 | 23.4-31.5 | |
Abdominales (repeticiones) | 20.9 ± 9.9 | 16.5-25.4 | 23.6 ± 9.2 | 19.5-27.8 | 23.1 ± 7.5 | 18.4-27.8 | 25.2 ± 11.7 | 17.9-32.5 | |
Flexiones (repeticiones) | 23.2 ± 7.3 | 19.9-26.5 | 23.8 ± 7.4 | 20.5-27.1 | 25.7 ± 4.0 | 23.2-28.2 | 26.4 ± 4.1 | 23.9-28.9 | |
VO2peak (mL/kg/min) | 18.1 ± 3.0 | 16.8-19.5 | 17.7 ± .4.0 | 16.2-19.2 | 18.2 ± 2.7 | 16.5-19.9 | 15.1 ± 5.4 | 11.8-18.5 |
Nota: los datos se expresan por media y (±) desviación estándar (DE); IC = intervalo de confianza del 95%; MIHS-R = fuerza máxima isométrica de agarre de rand derecho; MIHS-L = fuerza máxima isométrica de agarre de la mano izquierda; MILTS = fuerza máxima isométrica de tracción lumbar; * = efecto tiempo con valores más altos en el período posterior a la intervención, p<0,05.
No se observaron diferencias significativas para el dolor, la rigidez articular y la capacidad física antes de completar el cuestionario WOMAC para los participantes del presente estudio (p>0,05). LaTabla 5muestra las respuestas al cuestionario SF-12 para los dos grupos experimentales. No se observaron diferencias significativas al completar el cuestionario SF-12 para los campos de mejora física y salud mental durante las ocho semanas de intervención (p> 0,05). Lo mismo ocurrió al completar el cuestionario IPAQ; es decir, no se observaron diferencias significativas para el nivel de AF durante las ocho semanas de intervención (p> 0,05). La única diferencia fue el aumento del nivel de AF en los días de intervención, es decir, los lunes, miércoles y viernes, el cual fue un factor que ya se esperaba, ya que los participantes realizaron ejercicios de resistencia en estos días.
Entrenamiento de fuerza en máquinas | Entrenamiento funcional | ||||||||
Cuestionario WOMAC | |||||||||
Dominios | Pre-intervención | Post-intervención | Pre-intervención | Post-intervención | |||||
Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | ||
Dolor (0-20) | 4.0 ± 2.8 | 2.6-5.4 | 2.2 ± 3.8 | 0.4-4.0 | 3.6 ± 4.1 | 1.0-6.2 | 3.8 ± 2.9 | 2.0-5.6 | |
Rigidez articular (0-8) | 1.4 ± 1.4 | 0.8-2.1 | 1.1 ± 1.5 | 0.4-1.8 | 1.6 ± 1.9 | 0.4-2.8 | 1.7 ± 1.4 | 0.8-2.6 | |
Rigidez articular (0-8) | 10.6 ± 11.0 | 5.4-15.9 | 6.5 ± 10.1 | 1.7-11.3 | 14.9 ± 18.2 | 3.7-26.1 | 8.5 ± 7.5 | 3.8-13.2 | |
Cuestionario SF12 | |||||||||
Dominios | Pre-intervención | Post-intervención | Pre-intervención | Post-intervención | |||||
Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | Media (±) SD | IC 95% | ||
Salud Física | 25.1 ± 3.2 | 23.6-26.6 | 26.1 ± 4.1 | 24.1-28.1 | 25.6 ± 3.0 | 23.7-27.5 | 22.0 ± 4.5 | 19.2-24.8 | |
Salud mental | 13.6 ± 1.1 | 13.0-14.1 | 13.1 ± 1.2 | 12.5-13.7 | 13.7 ± 1.3 | 12.9-14.5 | 13.6 ± 1.1 | 12.9-14.3 |
Nota: los datos se expresan por media y (±) desviación estándar (DE); IC = intervalo de confianza del 95%; p>0,05 para todas las comparaciones.
DISCUSIÓN
La presente investigación tuvo como objetivo analizar las diferentes variables antropométricas y de composición corporal y en la aptitud física de mujeres obesas con síntomas de dolor de rodilla y sometidas a dos modalidades de ejercicios de resistencia. En este sentido, se observaron los siguientes datos: i) ausencia de diferencias significativas para las variables de peso corporal, talla, IMC, SMM, FM y BFP para ambos grupos experimentales; ii) ausencia de diferencias significativas para las pruebas de aptitud física, tanto para los grupos experimentales (MIHS-R, MIHS-L, abdominales en 60 segundos, flexión y extensión de codos y VO2pico); iii) la única diferencia observada para las pruebas de aptitud física relacionadas con la salud fue para el MILTS, con una mejoría significativa para ambos grupos experimentales; iv) no difieren las respuestas de los cuestionarios WOMAC, SF12 e IPAQ; v) no hay diferencias para las respuestas del registro de alimentos; y vi) no hay diferencias para las respuestas del RPE, ITL y RPE, entre los dos modelos de entrenamiento de resistencia.
La ausencia de diferencias para las variables antropométricas y de composición corporal puede explicarse por el bajo gasto energético promovido por las sesiones de entrenamiento y la adherencia moderada al proceso intervencionista. El gasto energético depende de los siguientes factores: efecto térmico de los alimentos, tasa metabólica en reposo (RMR) y nivel de PA; siendo esta última una variable dependiente del gasto energético de las actividades físicas estructuradas y no estructuradas durante el día24.
Sin embargo, la pérdida de peso no es un proceso lineal ya que el cuerpo tiende a autorregularse, incluso con una nutrición adecuada y una práctica regular de AF, dependiendo de factores fisiológicos25. Según MacKenzie-Shalders et al.26, el entrenamiento de resistencia no acelera el metabolismo hasta el punto de obtener una alta pérdida de peso porque aumenta una ganancia de 1 kg de músculo. el gasto calórico en 13 kcal, un factor que por sí solo no promueve la pérdida de peso; por lo tanto, el proceso de pérdida de peso es complejo y multifactorial e implica cambios en el estilo de vida. La pérdida de peso debe asociarse con una ingesta calórica reducida y un mayor nivel de AF (actividades estructuradas y no estructuradas a lo largo del día). Por lo tanto, en esta situación, la literatura señala que la reducción de la grasa corporal es aún pequeña en intervenciones de solo ocho semanas de duración27. Un agravante para la ausencia de cambios en las variables antropométricas y de composición corporal puede justificarse por el cumplimiento moderado de los participantes durante la intervención de 8 semanas (~59-66%). Por otro lado, considerando que las intervenciones se realizaron en el periodo más restringido de la pandemia en la localidad donde el proyecto se realizó y se cree que los resultados fueron satisfactorios ya que no hubo modificación adversa de las variables antropométricas y de composición corporal, ya que, durante la pandemia, se observó un aumento en el peso corporal2. Sin embargo, aunque no se observaron diferencias significativas para las variables antropométricas y de composición corporal en este estudio, Swift et al.28enfatizan que un entrenamiento físico y un programa en el tratamiento de la obesidad es esencial para el mantenimiento de la masa muscular a largo plazo.
Es fundamental destacar que las actividades en modo home-office (para contener la pandemia) probablemente presentaron un bajo gasto energético, y en consecuencia, el cuerpo en el medio y largo plazo, con un menor gasto energético y un aumento de la ingesta calórica, proporcionaba una acumulación más significativa de grasa corporal. Aunque no se observaron diferencias para las principales variables investigadas en este estudio, los cambios físicos, nutricionales y de comportamiento están vinculados al trabajo a largo plazo; la intención de cambiar el comportamiento, si se mantiene, probablemente proporcionará una mejora en la salud y la calidad de vida de los participantes6. Otro punto relevante es el factor edad: se sabe que el proceso de envejecimiento es natural, dando lugar a cambios fisiológicos, físicos y motores. Así mismo, aumento de los procesos degenerativos, aumento de la grasa corporal, y reducción de la masa muscular. Por lo tanto, los componentes de la aptitud física deben ser estimulados para frenar esta disminución y mejorar la salud física y mental8. Así, aunque los participantes pasaron por alto un promedio del 35-40% de las intervenciones, el MILTS aumentó significativamente. El aumento de los MILTS es una respuesta altamente positiva, ya que el dolor de espalda afecta de manera considerable a la población brasileña y mundial29.
También vale la pena mencionar que la reducción de la masa muscular, la acumulación de grasa y la mala postura causan dolor lumbar y dolor en algunas articulaciones, que a su vez, puede modificar la curva fisiológica y, debido a eso, puede aparecer debilidad y dolor en los músculos posturales, además de un desequilibrio muscular del tronco y la parte inferior y extremidades29. En individuos obesos, la reducción de la fuerza y el aumento de la fatiga son evidentes cuando se exponen a tareas complejas que requieren alta intensidad30. En el presente estudio, la mejora significativa para el MILTS contribuye a los músculos responsables de la postura, reduciendo los riesgos de futuros dolores musculares y fatiga. Además, algunos estudios muestran que mantenerse activo es beneficioso porque los participantes desarrollan un retraso en el inicio de la función, cardiorrespiratoria, postural, equilibrio, y limitaciones de resistencia muscular para realizar tareas diarias con mayor competencia, previniendo caídas y fracturas31. Para Kocjan y Sarabon29, la resistencia isométrica del tronco actúa en el mantenimiento de la resistencia en el núcleo y la estabilización y minimiza la sobrecarga de la columna vertebral, generando así un control postural dinámico, mejorando el ángulo de la cadera, pero la pandemia y los cambios de trabajo a home-office, excediendo las horas sentado en la misma posición, resultó en el aumento de las quejas de dolor de espalda. Esta posibilidad es apoyada por Salve y Bankoff31, quienes afirman que las horas en la posición sentada reducen la aptitud musculoesquelética y dolor de espalda en lugares inespecíficos bajos. ; por lo tanto, las personas gastan menos energía y mantienen una mala postura. En este sentido, la respuesta del estudio puede ser relevante para la reducción de las bajas laborales debido al aumento del dolor, la restricción de movimientos, y especialmente la atrofia muscular32.
Otros estudios con enfoques comparativos entre los métodos de entrenamiento de resistencia igualados por los principales grupos musculares, el volumen y la intensidad de las sesiones de entrenamiento, no encontraron diferencias significativas entre los tipos de intervención33-35. En este sentido, Branco et al.34compararon los efectos de dos métodos de entrenamiento de resistencia (entrenamiento con pesas convencional vs. peso corporal y entrenamiento accesorio) sobre la composición corporal, aptitud física y medidas bioquímicas. Teniendo en cuenta esto, los resultados del estudio anterior mostraron mejoras similares para los componentes de aptitud relacionados con la salud, sin que se observaran diferencias significativas entre los grupos de intervención en la condición en la que se igualó el entrenamiento. Por lo tanto, el fisioterapeuta o profesional de la educación física necesita pensar en las acciones motoras cuando se diseña el entrenamiento. Si muchas personas están siendo atendidas simultáneamente, sugerimos usar recursos rentables para que más personas puedan ser atendidas, con menos gasto en equipos y/o accesorios. Finalmente, los tres estudios citados33-35igualaron las principales variables de salud de interés en las intervenciones para combatir la obesidad.
En resumen, no se observaron diferencias significativas entre el entrenamiento funcional vs. el entrenamiento con pesas en máquinas, el orden de los ejercicios: entrenamiento aeróbico o de resistencia, y por último, la práctica deportiva vs. el entrenamiento funcional. Aunque los tres estudios mencionados anteriormente presentaron adolescentes como muestra, se cree que el principal factor para la comparación y obtención de respuestas similares, se refiere a la adecuada polarización de las variables investigadas respecto a los principales grupos musculares implicados, volumen e intensidad de las sesiones de AF.
No hubo diferencias en las respuestas a los cuestionarios WOMAC y SF12 durante el período de intervención. Según Hurley et al.36, los participantes tienen algunas creencias y/o resistencia con respecto a las intervenciones para mejorar el dolor y la función física, el apoyo, la asistencia adecuada y la confianza en la realización de los ejercicios. Se observa que la ausencia de diferencias en las respuestas al cuestionario SF12 puede estar asociada con el período de aislamiento social, que puede tener impactó la salud mental de los participantes (aumentó la ansiedad y la inseguridad y proporcionó una mayor baja autoestima)37. Así, en base a lo expuesto en este estudio, se destaca que la ausencia de diferencias significativas no puede ser analizada únicamente por análisis estadístico para confirmar o rechazar los eventuales beneficios del programa para la recuperación de las condiciones de salud de los participantes. Teniendo en cuenta el proceso de cambio de comportamiento para la adherencia a la práctica de AF y el cambio en el patrón de alimentación es un proceso de por vida, se realizó el primer paso, referido al fomento de la AP para grupos en vulnerabilidad física, nutricional y psicosocial.
CONCLUSIÓN
No se observaron diferencias significativas para las variables antropométricas, de composición corporal, de aptitud física (excepto milts), WOMAC, SF-12, ipaq o los RPE, ILT y RPE de las mujeres. La ausencia de diferencias significativas puede justificarse por la adherencia moderada de los participantes al estudio, ya que el estudio se realizó durante un período de más aislamiento social restringido. Sin embargo, se cree que los modelos de intervención fueron positivos frente a cualquier disminución en los componentes de mejoras físicas analizados en el presente estudio.