INTRODUCCIÓN
La obesidad es una epidemia de rápido crecimiento en todo el mundo; su prevalencia casi se ha duplicado en más de 70 países desde 19801. El 75% de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad son responsables de una mayor mortalidad a comparación del bajo peso1; esto debido a su impacto negativo en la salud que se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos y algunos cánceres2.
En el Perú, el Informe “Perú: Enfermedades no transmisibles y transmisibles”, donde se evaluó el Índice de Masa Corporal (IMC) en personas de 15 años a más años, mostró que en el año 2019, la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de 37.8% y 22.3%, respectivamente3. Al comparar estas cifras con las del año 2013, se observa un aumento de 4.0 puntos porcentuales en ambas condiciones.
Ante ello, dentro de las estrategias propuestas para reducir la ingesta energética (dietas, fármacos y cirugía bariátrica) y para aumentar la producción de energía (ejercicio y movimiento sin ejercicio), el horario y la frecuencia de las comidas podrían ejercer una influencia significativa en el control y la pérdida de peso1,4.
Curiosamente, la relación entre la frecuencia de alimentación y los cambios en el IMC aún es controversial. En algunas investigaciones, comer una o dos comidas diarias se asoció con un IMC relativamente más bajo en comparación con tres comidas diarias; mientras que en otras se encontró una relación negativa entre los episodios de alimentación y la prevalencia de obesidad abdominal1,5.
Por otra parte, sobre el horario de las comidas se ha sugerido que comer más tarde por la noche puede influir negativamente en el éxito de una terapia para bajar de peso6. También se ha observado que ingerir alimentos por la mañana con regularidad puede proteger contra el aumento de peso al reducir la ingesta absoluta de energía durante el día7. Esta diferencia entre la alimentación temprana con la tardía se ha relacionado con el reloj circadiano interno1,7-9
Precisamente, mediante el sistema del reloj circadiano, se explica por qué el horario de alimentación tiene un impacto en la regulación del peso corporal; ya que está involucrado en ritmos metabólicos, incluidos la glucosa y los lípidos9. De acuerdo con las investigaciones, la capacidad del organismo para asimilar los carbohidratos es mayor por la mañana y la actividad de los adipocitos en el metabolismo de los lípidos disminuye por la noche10,11. Esto conlleva a que nuestro organismo procese más lentamente los alimentos y los convierta más fácilmente en grasas durante la noche que por la mañana.
Por tal motivo, la presente investigación busca aportar conocimiento acerca del tema en la realidad concreta de la población trujillana adulta con el fin de evitar el potencial aumento de sobrepeso y obesidad debido a las consecuencias negativas para la salud que traen consigo.
MÉTODOS
Diseño y área de estudio
Se realizó un estudio analítico, de corte transversal, con enfoque cuantitativo.
Población y muestra
La población se conformó por los familiares de los estudiantes de la Universidad Nacional de Trujillo. Se incluyó a todos los que presentaban residencia en la provincia de Trujillo, de ambos sexos y con edad entre 30 a 70 años; los criterios de exclusión fueron no completar la encuesta, presentar bajo peso establecido como IMC < 18.5, pérdida de alguna extremidad y participantes con un IMC igual o mayor a 25 que realizaran actividad física intensa mínimo 5 días a la semana. La muestra se conformó por 160 participantes mediante muestreo no probabilístico por conveniencia.
Variables e instrumentos
Las variables independientes fueron la frecuencia de alimentación, definida como el número de comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) e intermedios (alimentos o bebidas consumidos entre las comidas principales) que se ingieren durante el día; y el horario de alimentación, definido como las horas durante el día en las cuales se ingieren alimentos, en el cual se consideró la ingesta de desayuno como antes de las 6:00 am hasta 9:59 am; almuerzo, de 12:00 pm hasta 5:59 pm; cena, de 7:00 pm hasta después de las 9:00 pm; y los intermedios que se dividieron en dos horarios, durante la mañana de 8:00 am hasta 11:59 am y durante la tarde-noche de 3:00 pm hasta después de las 9:00 pm. La variable dependiente fue el sobrepeso-obesidad que se estableció como un IMC mayor o igual a 25. Asimismo, se consideraron como variables intervinientes a las horas de sueño diario y la actividad física.
Para evaluar la frecuencia y horario de alimentación se utilizó un cuestionario elaborado por los autores de la presente investigación y validado por cinco expertos en nutrición e investigación de la Universidad Nacional de Trujillo.
Por otra parte, el sobrepreso-obesidad se evaluó por el IMC, que se calculó según la fórmula de Quetelet peso(kg) / [talla(m)]2 en base a los datos brindados por los participantes. Para evaluar las variables intervinientes, se utilizó el test IPAQ para el nivel de actividad física y las horas de sueño diario se evaluó con los indicadores menos de 5 horas, entre 5 y 8 horas y más de 8 horas. Todo ello se contempló en la encuesta online elaborada mediante la plataforma Google Formularios.
Procedimientos
La recolección de los datos se realizó entre los meses de diciembre del 2021 y enero del 2022. Para la obtención de los datos se utilizó una encuesta online por la plataforma Google Formularios, el cual se envió a través de los correos institucionales de los estudiantes de la Universidad Nacional de Trujillo. Se obtuvieron un total de 172 respuestas, de las cuales se excluyeron 12 por no completar la encuesta, por presentar bajo peso (IMC < 18.5) o por tener un IMC igual o mayor a 25 y realizar actividad física intensa mínimo 5 días a la semana; quedando un total de 160 participantes.
Posteriormente, se clasificó a los 160 participantes en un grupo de peso normal establecido por un IMC entre 18.5-24.9 y un grupo de sobrepeso-obesidad establecido por un IMC mayor o igual a 25. En el grupo de peso normal se obtuvo un total de 60 participantes; y en el de sobrepeso-obesidad, un total de 100 participantes
Análisis estadísticos
Para el análisis, se utilizó una base de datos diseñada en el programa Microsoft Excel 2016. Mediante el mismo programa, se construyeron tablas de frecuencia y contingencia, y se evaluó la asociación entre variables mediante la prueba de hipótesis Chi cuadrado con nivel de significancia p < 0.05.
Aspectos éticos
El presente estudio fue elaborado respetando los principios éticos de la Declaración de Helsinki para investigación en seres humanos. Se consideró la aceptación del consentimiento informado por parte de los participantes al inicio del cuestionario, asimismo, ningún dato recolectado permitió la identificación de los participantes. El trabajo fue aprobado por el Comité de Ética de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Trujillo.
RESULTADOS
Los participantes fueron clasificados de acuerdo a sexo y grupo etario (Tabla 1), 99 fueron mujeres y 61 hombres. Se observó una proporción similar de mujeres y varones en ambos grupos. Los participantes entre 30 - 39 años representaron un mayor porcentaje en el grupo de normopesos y en el de sobrepeso-obesidad.
VARIABLE | PESO NORMAL | SOBREPESO-OBESIDAD | TOTAL | p | |||
N=60 | % | N=100 | % | ||||
Sexo | Femenino | 36 | 60,00 | 63 | 63,00 | 99 | 0,70 |
Masculino | 24 | 40,00 | 37 | 37,00 | 61 | ||
Edad | 30-39 años | 29 | 48,30 | 35 | 35,00 | 64 | 0,20 |
40-49 años | 13 | 21,70 | 32 | 32,00 | 45 | ||
50-70 años | 18 | 30,00 | 33 | 33,00 | 51 |
Las personas con sobrepeso-obesidad tuvieron una mayor frecuencia de actividad física baja-moderada (Tabla 2), estadísticamente significativa.
VARIABLE | PESO NORMAL | SOBREPESO-OBESIDAD | TOTAL | p | ||||
N=60 | % | N=100 | % | |||||
Nivel de actividad física | ||||||||
Bajo-Moderado | 33 | 55,00 | 73 | 73,00 | 106 | 0,019 | ||
Alto | 27 | 45,00 | 27 | 27,00 | 54 | |||
Horas de sueño | ||||||||
Menos de 5 horas | 8 | 13,33 | 11 | 11,00 | 19 | 0.722 | ||
5 a 8 horas | 48 | 80,00 | 79 | 79,00 | 127 | |||
Más de 8 horas | 4 | 6,67 | 10 | 10,00 | 14 |
La cantidad de horas de sueño fueron similares en ambos grupos (Tabla 2), siendo de 5 a 8 horas de sueño diario lo más común.
La frecuencia de consumo de alimentos no presentó diferencia significativa (Tabla 3), el número habitual de comidas diarias tanto en el grupo de peso normal y el de sobrepeso-obesidad fue de 3 comidas o menos.
FRECUENCIA DE ALIMENTACIÓN | PESO NORMAL | SOBREPESO-OBESIDAD | TOTAL | p | ||||
N=60 | % | N=100 | % | |||||
3 veces o menos | 35 | 58,33 | 58 | 58,00 | 85 | 0,477 | ||
4 veces | 18 | 30,00 | 24 | 24,00 | 42 | |||
5 veces o más | 7 | 11,67 | 18 | 18,00 | 25 |
Tanto el grupo de peso normal como el sobrepeso-obesidad consumieron el desayuno con mayor frecuencia en el horario de 8:00-9:59 am; y el almuerzo, de 12:00-1:59 pm. El grupo de sobrepeso-obesidad consumió la cena y los intermedios tarde-noche en un horario más tardío que el grupo de peso normal, con diferencia significativa (Tabla 4).
HORARIO DE ALIMENTACIÓN | PESO NORMAL | SOBREPESO-OBESIDAD | TOTAL | p | |||||
N=60 | % | N=100 | % | ||||||
Desayuno | Antes de las 8:00 am | 21 | 35,00 | 25 | 25,00 | 46 | 0,143 | ||
8:00-9:59 am | 32 | 53,33 | 52 | 52,00 | 84 | ||||
No tiene horario fijo o no desayuna | 7 | 11,67 | 23 | 23,00 | 30 | ||||
Almuerzo | 12:00-1:59 pm | 33 | 55,00 | 48 | 48,00 | 81 | 0,651 | ||
Después de las 2:00 pm | 22 | 36,67 | 44 | 44,00 | 66 | ||||
No tiene horario fijo o no almuerza | 5 | 8,33 | 8 | 8,00 | 13 | ||||
Cena | 7:00-7:59 pm | 24 | 40,00 | 20 | 20,00 | 44 | 0,021 | ||
Después de las 8:00 pm | 27 | 45,00 | 57 | 57,00 | 74 | ||||
No tiene horario fijo o no cena | 9 | 15,00 | 23 | 23,00 | 32 | ||||
Intermedios mañana | 9:00-10:59 am | 22 | 36,67 | 48 | 48,00 | 70 | 0,21 | ||
Después de las 11:00 am | 15 | 25,00 | 15 | 15,00 | 30 | ||||
No consume | 23 | 38,33 | 37 | 37,00 | 60 | ||||
Intermedios tarde-noche | 3:00-4:59 pm | 15 | 25,00 | 9 | 9,00 | 24 | 0,016 | ||
Después de las 5:00 pm | 26 | 43,33 | 45 | 45,00 | 71 | ||||
No consume | 19 | 31,67 | 46 | 46,00 | 65 |
DISCUSIÓN
En la presente investigación se encontró una relación significativa entre el consumo de cena más tarde durante la noche (después de las 8:00 pm) con el sobrepeso y obesidad, estos hallazgos son similares a los encontrados por Ha K, et al.6donde observaron un aumento en la prevalencia de obesidad y síndrome metabólico asociado a cenar después de las 9:00 pm en adultos coreanos. También, se encontró que el consumo de intermedios durante la tarde-noche en el grupo de sobrepeso y obesidad fue significativamente más tardío que en el de peso normal, lo cual no se evidenció con los intermedios durante la mañana. Estos hallazgos coinciden con lo reportado por Barrington W, et al.12quienes encontraron una asociación entre el consumo de intermedios por la noche con una conducta obesogénica, mas no con los intermedios de la mañana o mediodía.
En base a ello, se deduce que las personas con sobrepeso u obesidad consumen alimentos durante la noche en un horario más tardío que las personas con peso normal. Esto coincide con lo reportado por Xiao, et al.7; Yoshida, et al.13; Kutsuma, et al,14y Berg, et al.15; quienes señalaron que las personas con hábitos alimentarios nocturnos, como cenar inmediatamente antes de dormir o consumir “snacks” después de la cena, tienen mayores probabilidades de desarrollar obesidad que aquellos que no presentan estos hábitos.
No se encontró diferencia significativa en el horario de desayuno entre el grupo con peso normal y el de sobrepeso u obesidad, así como tampoco entre los que sí desayunaban y los que no lo hacían. Sin embargo, estudios indican que no consumir desayuno se ha asociado con un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad; como lo informado por Guinter M, et al.16, donde mujeres que desayunaban 7 días a la semana presentaron una disminución en el riesgo de sobrepeso y obesidad, en comparación con las mujeres que desayunaban 3 a 4 días por semana. Odegaard A, et al.17encontraron que las personas que desayunaban 3 días a la semana o menos tenían un riesgo 1,33 veces mayor de obesidad que personas que desayunaban de 4 a 6 días a la semana y 1,75 veces mayor que las que desayunaban 7 días a la semana. Goto M, et al.18evidenció que era 1,34 veces más probable un aumento de >5 % en el valor del IMC en los hombres que no desayunaban 2 o más días a la semana en comparación con los que no desayunaban solo 1 día a la semana o menos.
La frecuencia de consumo de alimentos en personas con peso normal y con sobrepeso-obesidad no evidenció diferencias significativas, siendo en ambos grupos habitual el consumo de 4 a menos comidas diarias. Ello difiere con los hallazgos de Ha K, et al.6y Holmbäck I, et al.19que indican una asociación entre un mayor número de episodios de alimentación con una menor prevalencia de obesidad abdominal. Asimismo, Aljuraiban G, et al.20encontraron que los participantes que comían 6 veces o más al día en comparación con aquellos que comían menos de 4 veces tuvieron un menor IMC. Sin embargo, Van der Heijden A, et al.21observó que un aumento en la frecuencia de alimentación más allá de 3 comidas diarias se asoció con un mayor riesgo de aumento de peso de 5 kg en 10 años. Se necesitan estudios adicionales para comprender mejor el papel de la frecuencia de las comidas en el riesgo de sobrepeso y obesidad.
También, se consideraron a la actividad física y horas de sueño diario como variables intervinientes. Respecto a la actividad física baja-moderada, esta predominó en los participantes con sobrepeso u obesidad que en aquellos con un peso normal, este hallazgo fue significativo y similar al trabajo de Xiao, et al.7quien halló un nivel más bajo de actividad física determinado por el número de pasos por día en los participantes con sobrepeso-obesidad.
Las horas de sueño pueden influir en el peso de las personas, como lo señala Canuto R, et al.22que encontraron razones de prevalencia de obesidad de 1,4 y 4,4 en los trabajadores con privación de sueño en niveles I (<5 h de sueño continuo/día con algún descanso adicional) y II (<5 h de sueño continuo/día sin descanso adicional), respectivamente. Este efecto no se encontró en el presente estudio.
Dentro de las limitaciones del trabajo se puede señalar que el número podría ser mayor para obtener resultados significativos. Los datos de peso y talla fueron autoreportados, debido a razones de la virtualidad no se pudo hacer presencialmente. Además, el estudio es analítico transversal por lo que no se puede evaluar causalidad; asimismo, el muestreo fue no probabilístico, lo cual hace que pierda representatividad.