Sr. Editor:
La transición epidemiológica que vive el mundo requiere de personal de salud preparado para responder a las necesidades y demandas de la población; esto, también, se aplica para países de medianos y de bajos recursos, donde las enfermedades, oncológicas y no oncológicas, se diagnostican en estadios avanzados y representan una alta carga para el paciente y la familia, muchas veces asociadas a dolor y sufrimiento1,2.
Los cuidados paliativos (CP) tienen como finalidad aliviar el sufrimiento, constituyen un derecho fundamental del ser humano y deben brindarse con la mejor calidad posible1. Las competencias del médico deben adaptarse a la necesidad de la población; sin embargo, en Latinoamérica, existen pocos programas de capacitación específicos sobre cuidados paliativos, y son aún más escasos o ausentes en el pregrado3. Desde hace más de una década, se viene planteando medidas para mejorar esto; en países como Brasil, Argentina, Costa Rica, Colombia y Chile se han llevado a cabo encuentros sobre educación y CP donde los expertos recomiendan iniciar desde los estudios universitarios de pregrado para adquirir competencias básicas de comunicación, aplicar principios bioéticos, conocer principios de los CP, entender, en forma integral, al paciente y a su familia, y reconocer la importancia del trabajo en equipo4.
En 2020, el Atlas latinoamericano de CP reportó que solo el 15% de facultades de medicina de la región tenía una asignatura independiente sobre CP5. En 2021, el conocimiento sobre ello, en estudiantes de medicina peruanos, fue reportado como bajo o intermedio6; sin embargo, existen reportes de experiencias educativas con claro beneficio en otras partes del mundo7,8. Si bien es cierto, los CP se enseñan como capítulos, dentro de algunos cursos de la carrera profesional de medicina, en Perú, en 2019, se iniciaron los programas educativos formales de posgrado en CP (con la primera maestría en una universidad pública) y en el primer semestre del 2022; en la misma universidad, se abrió el primer curso en pregrado exclusivo sobre CP para estudiantes del noveno semestre de medicina, en modalidad virtual (en el contexto de la pandemia por COVID-19), con capacidad para 40 alumnos (cuarta parte de la promoción) de 16 semanas de duración y de participación voluntaria a elección de los alumnos.
Los estudiantes mencionaron que el principal motivo para elegir el curso fue haber afrontado enfermedades avanzadas, en el ámbito familiar, con sufrimiento y necesidad de cuidados paliativos, que muchas veces no era reconocido como tal. El 95% de los estudiantes manifestó una opinión satisfactoria con el desarrollo del curso (figura 1) y demostró interés en el tema, participación activa y lograron buenas calificaciones; destacaron el enfoque humanístico, biopsicosocial y espiritual, así como abordar temas que no se tratan en otros cursos: el abordaje del final de la vida y el afrontamiento a la muerte, además de estrategias de comunicación e interacción con la familia del paciente con necesidad de CP. Todos los alumnos mencionaron que recomendarían el curso a sus compañeros y el 93% cree que debería ser obligatorio para todo estudiante de medicina. Entre los aspectos por mejorar, mencionaron la necesidad de actividades presenciales y la oportunidad de conocer casos clínicos reales.
Consideramos esto como un gran paso para la formación médica en el país, donde la cultura de CP se encuentra en fase de desarrollo, y se expandirá a todos los estudiantes de medicina y ciencias de la salud, con lo cual se contribuirá a mejorar la calidad de vida del paciente y la de su familia; asimismo, se favorecerá a la humanización de la medicina, que es la gran demanda de la sociedad9,10.