INTRODUCCIÓN
La pérdida auditiva, en el adulto mayor, se denomina presbiacusia, se da por cambios degenerativos propios del envejecimiento y se manifiesta como una pérdida auditiva neurosensorial, simétrica y bilateral. Se inicia, generalmente, a los 60 años de edad y afecta las habilidades de comunicación, que puede llevar al aislamiento y depresión.1,2
La pérdida auditiva es considerada como uno de los problemas de salud pública más relevante por su impacto sobre el bienestar físico, emocional y social de las personas mayores.3,4
Algunos casos conjugan la presbiacusia con un deterioro cognitivo que produce una serie de cambios neuropsicológicos, que suelen ser lentos y progresivos5y que influyen en el proceso de comunicación.6
La presbiacusia es el origen de los problemas de comunicación oral que, al limitar la estimulación perceptivo-cognitiva en las personas mayores con sordera, se convierte también en un factor de riesgo de problemas cognitivos.7,8
La función cognitiva de un individuo es el resultado del funcionamiento global de la percepción, atención, habilidad viso-espacial, orientación, memoria, lenguaje y cálculo, algunos de los cuales sufren un grado de deterioro variable con el envejecimiento.9,10
Las personas mayores afectadas de pérdida auditiva experimentan, en primer lugar, dificultades para entender con normalidad el habla de su interlocutor, especialmente en entornos ruidosos, en una emisión de habla excesivamente rápida o con diferentes interlocutores al mismo tiempo.11-13
El deterioro cognitivo, también, altera la percepción y el procesamiento de la información acústica transmitida a través del habla involucra el pensamiento, la memoria, el lenguaje, el juicio y la capacidad de aprender cosas nuevas.14-15
Existen estudios, en nuestro país, sobre la relación entre adultos mayores y deterioro cognitivo, los cuales llegaron a la conclusión que el deterioro cognitivo se da con frecuencia en los adultos mayores hospitalizados y se encuentra asociado a un gran número de síndromes y problemas geriátricos; lo cual confiere a esta condición una naturaleza compleja y de difícil manejo.16
Livia et al.17evaluaron 210 adultos mayores entre las edades de 60 a 100 años, con el objetivo de identificar la prevalencia de deterioro cognitivo en personas de este grupo etario; se aplicó el cuestionario del estado mental de Pfeiffer y el Minimental de Folstein, la prevalencia de deterioro cognitivo con Folstein fue de 8.6% y con el cuestionario de Pfeiffer de 6.1%, la validez concurrente entre Folstein y Pfeiffer fue de 0.55 (p=000); ambos instrumentos miden lo mismo.
A nivel internacional, Valero et al.18, en su investigación, refiere que al relacionar los resultados de la audiometría tonal y el Mini-Examen del Estado Mental (MMSE) encontró una relación estadísticamente significativa entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo detectado (r=0.510 r2= 0,238 (p>0,001)). Es decir, las puntuaciones que se observaron en las muestras de personas evaluadas con relación al deterioro cognitivo están influenciadas esencialmente por la pérdida auditiva.
En una investigación realizada en Estados Unidos, se estudió la pérdida de audición y la disminución cognitiva en 1984 adultos mayores, el cual concluyó que las personas con pérdida auditiva tienen un 24% mayor riesgo de deterioro cognitivo.19
En otra investigación realizada en Barcelona, se analizó la relación entre audición y cognición en 162 adultos mayores, para lo cual se les aplicó una evaluación audiométrica y el cuestionario de Pfeiffer. Se concluyó que a medida que aumenta la pérdida auditiva, la tendencia a sospechar de deterioro cognitivo es mayor.20
El objetivo principal de la presente investigación fue determinar la relación entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo en el adulto mayor. Asimismo, la investigación es importante, porque permite determinar si la pérdida auditiva en el adulto mayor influye, de algún modo, en el deterioro cognitivo de un centro hospitalario público de Lima.
MÉTODOS
Diseño y área de estudio
Estudio de tipo descriptivo, correlacional, transversal realizado en el servicio de Otorrinolaringología del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, centro hospitalario público de tercer nivel ubicado en Lima, Perú.
Población y muestra
La población estuvo conformada por 104 adultos mayores de 65 años que acudieron al servicio de Otorrinolaringología del Hospital Nacional Arzobispo Loayza durante el año 2020 y la muestra censal estuvo conformada por el 100% de la población. Todas las personas tuvieron las mismas características para ser consideradas en la presente investigación.
Variables
La variable independiente fue la pérdida auditiva que se manifiesta en el adulto mayor, la cual consiste en una pérdida auditiva simétrica, bilateral y neurosensorial, la cual se inicia aproximadamente a los 60 años de edad, afecta primero los sonidos agudos y, posteriormente, los sonidos graves, lo que compromete la capacidad para entender el habla y las habilidades de comunicación; ello repercute en el bienestar físico, emocional y social de las personas mayores.1-4
La variable dependiente fue el deterioro cognitivo; la función cognitiva es el resultado del funcionamiento global de la percepción, atención, habilidad viso-espacial, orientación, memoria, lenguaje y cálculo, algunos de los cuales sufren un grado de deterioro variable con el envejecimiento.9,10,21
También, hay que considerar que la pérdida auditiva en el adulto mayor es el origen de los problemas de comunicación oral que, al limitar la estimulación perceptivo-cognitiva en las personas mayores con sordera, se convierte, también, en un factor de riesgo de problemas cognitivos.22,23
Instrumento
Examen de otoscopía, mediante otoscopio de marca welch allyn, para descartar presencia de tapón de cerumen, patología de membrana timpánica y conducto auditivo externo, examen de audiometría tonal liminar, para determinar los grados de audición, tomando en cuenta el criterio establecido por la Bureau International d`Audio- Phonologie (BIAP), que establece como pérdida auditiva a partir de 20dB, mediante el audiómetro de marca Interacoustics (AC40).
Cuestionario de Pfeiffer o Short-Portable Mental State Questionaire (SPMSQ): Se utilizó como herramienta de detección de deterioro cognitivo, que consiste en 10 preguntas, que valora fundamentalmente la memoria y la orientación para descartar deterioro cognitivo, con buenos índices de sensibilidad y especificidad, cuya valoración es la siguiente:
Procedimiento
Previa autorización y permiso de las autoridades del centro hospitalario, además del consentimiento informado firmado, se realizó examen de otoscopía y audiometría, así como también se aplicó el cuestionario de Pfeiffer a cada una de las personas que acudieron a la unidad de Audiología del Hospital Nacional Arzobispo Loayza.
Análisis estadístico
Los resultados obtenidos fueron analizados, tabulados para su evaluación y análisis estadístico, mediante el software estadístico SPSS, versión 23; asimismo, se utilizó la estadística inferencial, mediante el coeficiente de correlación de Rho de Spearman para correlacionar las variables.
Aspectos éticos
El presente estudio fue aprobado por el Comité Institucional de Ética en Investigación del Hospital Nacional Arzobispo Loayza; la participación de las personas fue voluntaria con la firma respectiva del consentimiento informado. La información obtenida solamente fue utilizada por los autores estrictamente para los fines de la presente investigación.
RESULTADOS
Los resultados obtenidos tuvieron como objetivo determinar si existe correlación entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo leve en el paciente adulto mayor; asimismo, correlacionar estas dos variables mediante el coeficiente de correlación de Spearman.
Se estudiaron un total de 104 pacientes, con rangos de 65 a 90 años, al realizar la audiometría se encontraron 58 casos con pérdida auditiva bilateral y 46 casos presentaron normoacusia (Figura 1).
Al realizar el umbral auditivo promedio en las frecuencias 500, 1000, 2000 y 4000Hz en los casos que presentaron pérdida auditiva, se evidencia mayor pérdida en las frecuencias altas (2KHz y 4KHz) que corresponden a los tonos o sonidos agudos (Tabla 1).
Según los resultados de la audiometría tonal liminar y el cuestionario de Pfeiffer, la muestra se organizó en cuatro subgrupos, según el estado de la audición y del estado cognitivo (Tabla 2).
Sin DC | Con DC | Total | |
Sin PA | 38 (36,5%) | 8 (7,7%) | 46 (44,2%) |
Con PA | 31 (29,8%) | 27 (26%) | 58 (55,8%) |
Total | 69 (66,3%) | 35 (33,7%) | 104(100%) |
DC: Deterioro cognitivo PA: Pérdida auditiva
Al agrupar la muestra, el estado de la audición se vio reflejado por 58 casos (55,8%) que presentaron pérdida auditiva (hipoacusia) y 46 casos (44,2%) no presentaron pérdida auditiva (normoacusia).
Al aplicar el cuestionario de Pfeiffer para determinar el estado cognitivo, se obtuvo una puntuación global o promedio de 8,5; es así que se determinó que los valores menores a 8 evidencian presencia de deterioro cognitivo.
De los 46 casos que no tuvieron pérdida auditiva, 8 presentaron deterioro cognitivo leve, lo que representa el 7,7%.
De los 58 casos que tuvieron pérdida auditiva, 27 presentaron deterioro cognitivo leve, lo que representa el 26% (Figura 2).
Para determinar la correlación que existe entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo empleamos la correlación de Spearman; se encontró una correlación positiva alta entre ambas variables: 0,864, con una relación estadísticamente significativa (p < 0,01): Tabla 3.
DISCUSIÓN
Al analizar los resultados obtenidos en la presente investigación, el umbral auditivo promedio de los 58 casos (55,8%) con pérdida auditiva fue simétrico y bilateral, lo que demuestra que es característico de la pérdida auditiva del envejecimiento como lo menciona Valero et al.18, Aragón et al.22y Pedraza Z y Delgado M.23
Al analizar los resultados de la audiometría tonal liminar y el cuestionario de Pfeiffer, se encontró que 44% de casos no presentó pérdida auditiva, de los cuales el 7,7% tuvieron deterioro cognitivo leve; esto indica que existe prevalencia de deterioro cognitivo en adultos mayores, lo que concuerda con la investigación de Livia et al.,17al señalar que existe en su investigación con una prevalencia de deterioro cognitivo de 8,6% en la prueba de Pfeiffer, mientras que 58 casos (55,8%), presentaron pérdida auditiva, de los cuales el 26% presentaron deterioro cognitivo leve. Se evidencia de la estrecha relación entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo en los adultos mayores, lo que concuerda con la investigación de Valero et al.18y Lin et al.19
En la presente investigación, se evidencia que los 46 casos que no presentaron pérdida auditiva, el 7,7% evidenciaron deterioro cognitivo, mientras que los 58 casos con pérdida auditiva tuvieron el 26% de deterioro cognitivo. La pérdida auditiva influye de alguna manera en el deterioro cognitivo en el adulto mayor, lo que repercute en su entorno personal, familiar y social; ello se asemeja con la investigación de Estrada et al.24y Valero et al.18
Para determinar que existe una relación entre la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo, se ha empleado el análisis inferencial mediante el coeficiente de correlación de Spearman; se encontró un valor de 0,864, lo que evidencia una correlación positiva alta entre ambas variables; ello concuerda con la investigación de Valero et al.(18), Pedraza y Delgado23.