INTRODUCCIÓN

La vida, en su esencia más vibrante, es un lienzo en blanco que cada individuo tiene la oportunidad de pintar con los colores de su elección. Los estilos de vida, en este contexto, son las pinceladas con las que damos forma a nuestra obra maestra personal. Son las elecciones que hacemos a diario, los hábitos que cultivamos y las sendas que decidimos recorrer en nuestra búsqueda de una vida plena y satisfactoria.

Los estilos de vida comprenden las pautas y hábitos diarios que definen el comportamiento de una persona. Estos patrones son influenciados por diversos factores, como la nutrición, las relaciones interpersonales, el cuidado de la salud y la actividad física, entre otros¹. Además, de ser un reflejo de nuestra forma de vivir, orientando nuestros hábitos y modelando nuestras conductas. Los estilos de vida no solo configuran nuestra identidad, sino que también influyen en nuestra salud y en la calidad de nuestras relaciones sociales, determinando, si nos integramos o nos excluimos de dichos vínculos². Es importante resaltar que la diversidad de factores que intervienen en el proceso de toma de decisiones que afectan la calidad de vida y la salud de un individuo.

Aunado a esto, un estilo de vida saludable se define como un estilo de vida que disminuye la probabilidad de enfrentar enfermedades graves o un fallecimiento prematuro³o, también, como conjuntos de comportamientos multidimensionales sostenidos en el tiempo debido a factores tanto internos como externos⁴que esté vinculado tanto con la salud física como la salud mental, aunque en menor medida con la salud mental³; ello difiere de otros estudios que sugieren que un estilo de vida saludable se asocia más con factores psicológicos, como el bienestar psicológico y la autorregulación de hábitos alimentarios, considerándolos como elementos centrales en esta relación⁵.

Los estilos de vida saludables son fundamentales para el desarrollo humano, ya que promueven un crecimiento positivo en el ámbito personal y mejoran la calidad de vida de las personas⁶. La ausencia de estilos de vida adecuados sin duda incrementa significativamente el riesgo de morbilidad y mortalidad⁶. Por ello, es fundamental que los estudiantes establezcan y mantengan hábitos saludables, ya que estos patrones de vida influirán en su bienestar a medida que avancen hacia la vida adulta. Este aspecto adquiere una relevancia particular en el caso de aquellos estudiantes que aspiren a carreras en el campo de la salud⁷.

Es cierto que la etapa universitaria, en especial para aquellos que estudian carreras relacionadas con las ciencias de la salud, puede ser un período especialmente exigente y desafiante. En esta fase, los estudiantes a menudo se encuentran con situaciones estresantes que pueden afectar considerablemente su bienestar y elecciones de estilo de vida⁸. Estas situaciones estresantes, pueden llevar a la adquisición de factores de riesgo en el estilo de vida, con consecuencias para la salud a corto, mediano y largo plazo⁹. Por ende, un rendimiento universitario óptimo depende en gran medida de los estilos de vida que adopta el individuo, especialmente en lo que respecta a una buena alimentación, buena salud física y una salud mental sólida¹⁰.

Permítame enfatizar un punto crucial: la necesidad e importancia de dirigir el enfoque hacia los estudiantes de medicina, quienes también se ven afectados por estilos de vida poco saludables. Los estudios brindan una visión realista de la situación de los estudiantes en carreras de ciencias de la salud, que, a pesar de su adquisición de conocimientos en salud, sus estilos de vida no se alinean con la percepción y gestión de riesgos, lo que tendrá consecuencias en su bienestar¹¹. Como bien se menciona en la investigación de Cedillo Ramírez, en 2016¹². Es evidente que la mayoría de los estudiantes universitarios en el campo de ciencias de la salud no están aplicando los conocimientos adquiridos en sus propios estilos de vida, que incluyen aspectos como la alimentación, la actividad física y otras prácticas relacionadas con la salud¹². Además, las investigaciones sugieren que los estudiantes universitarios a menudo no toman las mejores decisiones cuando se trata de su salud. La transición de un ambiente hogareño a la independencia a menudo relega la salud a un segundo plano en sus prioridades¹³. Algunos estudios sugieren que, durante su etapa universitaria, los estudiantes tienden a abandonar hábitos saludables y adoptar comportamientos perjudiciales¹⁴.

Según la investigación de Khalid A. Bin Abdulrahman, en 2021¹⁵, se observa una marcada disparidad entre los estudiantes de facultades de medicina en Arabia Saudita, especialmente en relación con el género. Esta diferencia se puede atribuir a la influencia de la cultura y la religión, dado que el Islam es la religión oficial del país. Los resultados del estudio ponen de manifiesto que la gran mayoría de los estudiantes de medicina en Arabia Saudita siguen estilos de vida saludables hasta cierto grado. Se observaron diferencias significativas en estos comportamientos relacionados con la salud en función del género, en lo que respecta a la actividad física y los hábitos alimenticios. Además, los hallazgos revelaron una correlación significativa entre los hábitos de estudio y el rendimiento académico de los estudiantes¹⁵.

De acuerdo con la investigación titulada "Relación entre los estilos de vida y el rendimiento académico en estudiantes universitarios"¹⁶, se pudo concluir que efectivamente existe una correlación entre los estilos de vida y el rendimiento académico. Se observó que mantener un estilo de vida saludable tiene un impacto positivo en la capacidad de los estudiantes para desempeñarse en el salón de clase, ya que factores como la nutrición y la actividad física desempeñan un papel trascendental en el desarrollo cognitivo de los estudiantes¹⁶.

En Perú, la investigación realizada por Villavicencio et al., en 2020⁶, reveló que, de un grupo de 252 estudiantes de enfermería que abarcan desde el primer hasta el quinto año de estudio, en una universidad de Huánuco, se observó que el 95% de ellos mantienen estilos de vida saludables. Además, se encontró evidencia estadística que respalda la relación entre los estilos de vida y el rendimiento académico de los estudiantes de enfermería⁶. Es por todo ello que el objetivo de la presente investigación es realizar una revisión sistemática sobre los estilos de vida y la relación que guarda frente al rendimiento académico en los estudiantes de la carrera de medicina humana.

MÉTODOS

La revisión fue efectuada mediante búsqueda bibliográfica electrónica basado en evidencia con artículos en inglés y español publicados desde 2013 a 2023, en los sitios de búsqueda Scopus, PubMed, Scielo, BVS, ScienceDirect y Google Scholar. Se utilizó la pregunta clínica: ¿Existe asociación entre el estilo de vida y el rendimiento académico en los estudiantes de medicina? Pregunta PEO: Población: Estudiantes de medicina, Exposición: Estilo de vida, Resultado: Rendimiento académico. Las palabras clave fueron: “Students”[mh] en combinación con “Life Style”[mh] y “Academic Performance”[mh] (utilizados en Scopus y PubMed); “Estudiantes”, “Estilos de vida” y "Rendimiento académico", utilizados en Scielo y Google Scholar. El presente trabajo se encuentra en las “Las Líneas de Investigación de la Universidad Ricardo Palma 2021-2025”.

Para esta revisión, se seleccionaron los artículos publicados con resultados de investigación considerando un período de al menos siete años, y aquellos con aspectos teórico-conceptuales se extendieron al menos a 10 años. Se analizaron los resultados y se incorporaron los antecedentes en una base de datos para evidenciar similitudes y diferencias que ayuden en la organización del presente artículo.

RESULTADOS

Tras una exhaustiva revisión de la literatura disponible que se ajustara a nuestros objetivos y criterios de inclusión, es evidente que la cantidad de artículos disponibles sobre nuestro tema es limitada.

De los 33 artículos revisados, se descartaron nueve por no tener relación con nuestras variables de investigación en el área de ciencias de la salud o por no presentar una población universitaria, y dos fueron retirados por ser publicados antes de 2013; es así que quedan solo 30 artículos para esta revisión bibliográfica. De los 30 artículos seleccionados, 14 contaban con resultados de investigación y 16 fueron considerados para aspectos teórico - conceptuales que se relacionan con el propósito del estudio.

En la Tabla 1 se presentan las principales características de los 14 estudios seleccionados, apreciándose el periodo de publicación desde 2013 hasta 2023.

En la Tabla 2, se presentan la importancia, fortaleza y debilidades de los 14 estudios seleccionados, y se aprecia el periodo desde 2013 hasta 2023.

En el análisis exhaustivo de la literatura, los estudios revisados han destacado lo siguiente:

Al-Haifi AR et al. realizaron un estudio transversal analítico, el cual tuvo como objetivo conocer los comportamientos de estilo de vida de los estudiantes universitarios kuwaitíes y su asociación con marcadores de logros académicos. Se tomo una muestra de 1259 estudiantes entre noviembre de 2020 a febrero de 2021. Para la recolección de datos, se usó un cuestionario en línea, compuesto por varias partes; una parte se centró en el estado sociodemográfico, el promedio de calificaciones en la universidad y su nota de secundaria; otra parte se enfocó en los comportamientos de estilo de vida, en el que se incluyó preguntas sobre actividad física, ingesta de desayuno, hábitos de sueño y tiempo frente a la pantalla. Además, se pidió ingresar datos como peso y altura, para calcular el índice de masa corporal. En conclusión, estudio no encontró correlación entre los comportamientos de estilo de vida y los marcadores de logros académicos¹⁷.

Chu T et al. elaboraron un estudio de cohorte prospectivo, cuyo principal objetivo fue indagar la asociación entre un deteriorado estado de salud mental asociado a un bajo rendimiento académico entre estudiantes universitarios japoneses. Para la muestra fueron 1823 estudiantes universitarios desde 2011 a 2015. Se realizó la encuesta en mayo y junio de 2011; además, se obtuvieron datos del rendimiento académico los cuales fueron administrados por la administración de la universidad en abril de 2015. Como resultados de este estudio, se demostró que el deterioro del estado de salud mental en el primer semestre de estudios predijo significativamente un mayor riesgo de incidencia de un mal rendimiento académico entre los estudiantes durante su carrera universitaria general, y siguió siendo significativa incluso con ajustes para comportamientos de estilo de vida saludables.¹⁸

Palomino Orizano, J. A., et al. ejecutaron una investigación descriptiva correlacional y transeccional, cuyo objetivo fue identificar la relación entre los estilos de vida saludable y el rendimiento académico. Se utilizó para la muestra 157 estudiantes universitarios. Los datos fueron recolectados mediante un cuestionario de práctica y creencias sobre estilos de vida, y para recoger los datos de la variable rendimiento académico, se hizo uso el Registros de promedios ponderados de rendimiento académico emitidos por la Oficina de Registro y Servicios Académicos de la universidad. Como resultados, el 85.99% de los estudiantes tuvo estilos de vida medianamente saludables, y el 67.50% obtuvo un rendimiento académico promedio o regular, lo que sugiere que tener estilos de vida saludables suele estar relacionado con un buen desempeño académico. Se concluyó que los estilos de vida saludables incrementan la probabilidad de mejorar el rendimiento académico o aprendizaje en los estudiantes¹⁹.

Cara-Rodríguez R. et al. desarrollaron un estudio observacional, descriptivo y transversal; que tuvo como finalidad la de analizar los hábitos de vida en periodo evaluativo y su influencia en el rendimiento académico en estudiantes universitarios. Para la muestra se reclutó a 488 estudiantes. Se empleó un cuestionario con datos sociodemográficos y otro cuestionario de hábitos de estilo de vida. Como conclusión se obtuvo que las horas de sueño dormidas, sobre todo la semana previa al examen se relacionan con mayor rendimiento académico, además los resultados sugieren que los estilos de vida menos saludables conllevan a peor rendimiento académico²⁰.

Ong CKY. et al. realizaron un trabajo observacional, descriptivo y transversal; el objetivo, fue conocer la relación entre las conductas individuales y grupales de riesgo para la salud con el rendimiento académico en estudiantes universitarios. La muestra incluyó a 1543 estudiantes que tuvieron una edad media de 25,0 ± 7,9 años. Se recolectaron los datos mediante una encuesta electrónica que estuvo disponible entre el 9 de septiembre de 2019 al 5 de octubre de 2019. En los resultados, se sugiere que cuantas más conductas de riesgo para la salud tenga un estudiante, menor será su promedio de calificaciones, lo mismo se encontró, que el incumplimiento de las recomendaciones de salud pública estaba asociado con un promedio de calificaciones más bajo²¹.

Kobbaz TM. et al. desarrollaron un estudio observacional, analítico y transversal; cuyo principal objetivo fue evaluar cómo la pandemia de la COVID-19 modificó las áreas fundamentales del estilo de vida de los estudiantes, y examinar el efecto que sus estilos de vida previos tuvieron en su bienestar emocional. Se utilizo para la muestra 548 estudiantes universitarios. Para la adquisición de los datos, se utilizó un cuestionario digital donde se incluyó datos demográficos e informacion sobre los pilares de la medicina de estilo de vida, antes y durante la pandemia. En conclusión, los resultados refuerzan la importancia de adherirse a la mayor cantidad posible de pilares de estilo de vida para preservar el bienestar emocional durante períodos de estrés²².

Fernandez-Garcia A. et al. ejecutaron un estudio observacional, descriptivo y transversal; con el propósito de determinar la relación entre el estilo de vida y el rendimiento académico en estudiantes universitarios. Fue una muestra de 85 estudiantes universitarios. Se aplicó un cuestionario de estilo de vida integrado por 20 ítems y 5 criterios de respuestas, y su interpretación se realizó por la sumatoria de las respuestas de cada ítems. Con respecto a los resultado, se obtuvo que el estilo de vida fue adecuado en 51,76 % de los estudiantes. Sin embargo, no se encontró relación significativa entre estilo de vida y rendimiento académico²³.

Hou Y, Mei G, Liu Y, Xu W. realizaron un trabajo observacional, analítico y transversal; cuya finalidad fue de examinar la relación entre la aptitud física, el estilo de vida y el rendimiento académico de los estudiantes universitarios, e investigar las diferencias de estilos de vida entre estudiantes de medicina y odontología. Este estudio se realizó con 316 estudiantes. Para recabar datos, se utilizaron puntuaciones del examen físico universitario para representar la salud física de los estudiantes, además, midiendo el estilo de vida a través de variables extraídas de los datos de comportamiento proporcionados por la universidad, y el rendimiento académico se evaluó según las puntuaciones promedio de cursos básicos y profesionales, además de recopilar información demográfica. En conclusión, la condición física, el uso de la biblioteca y la regularidad del estilo de vida son factores significativos que influyen en el rendimiento académico; asimismo, se observa que los estudiantes de medicina tienen menos tiempo de descanso en comparación con los estudiantes de odontología²⁴.

Guillermo Sáez Abello., et al. ejecutaron un estudio descriptivo, correlacional y transversal; orientado a determinar la relación entre estilos de vida y hábitos de lectura respecto del rendimiento académico en estudiantes universitarios. Se utilizó una muestra de 160 estudiantes. Los instrumentos empleados fueron el formato de encuesta de las variables sociodemográficas, además, se consideró el registro académico proporcionado por la secretaría académica de la universidad y para los hábitos de lectura se consideró la encuesta validada. Se llegó a la conclusión que la relación entre estilos de vida y hábitos de lectura respecto del rendimiento académico no se correlacionaron en la mayoría de los casos²⁵.

García GÁ. et al. realizaron un trabajo observacional, descriptivo y transversal; cuyo objetivo fue determinar algunos aspectos psicosociales asociados al bajo rendimiento académico en alumnos. Se utilizó para la muestra 285 estudiantes universitarios, quienes habían desaprobado la asignatura Sistemas Nervioso, Endocrino y Reproductor. Se aplicó una encuesta para evaluar estrés, ansiedad y depresión; además se tuvo en cuenta las notas de las evaluaciones y la trayectoria de los estudiantes en la asignatura. En los resultados obtenidos, se observó que un bajo rendimiento académico predominó entre aquellos que presentaban estilos de vida inadecuados y el divorcio de los padres. Mientras tanto, entre los factores psicológicos que influyeron, destacaron la desmotivación y niveles elevados de estrés²⁶.

Domínguez-González A et al. elaboraron un estudio observacional, analítico y transversal; cuyo principal objetivo fue evaluar el desempeño académico en relación con la autopercepción de la calidad de vida y los hábitos saludables en estudiantes. Se obtuvo una muestra de 118 estudiantes. Se aplicó una encuesta sociodemográfica y la encuesta WHOQOL-Bref para calidad de vida. En conclusión, los altos puntajes en la prueba WHOQOL-Bref se correlacionan con el elevado desempeño académico; además, el hábito de omitir el desayuno conlleva a un bajo rendimiento escolar y una menor calidad de vida en los estudiantes.²⁷

García GÁ. et al. realizaron un estudio observacional, descriptivo y transversal con el propósito de determinar algunos aspectos psicosociales asociados al bajo rendimiento académico en dichos alumnos. Se utilizo una muestra de 236 estudiantes. Se aplicó una encuesta, la escala de estrés, los inventarios de ansiedad rasgo-estado y depresión de Beck; además, se tuvo en cuenta las notas de las evaluaciones y la trayectoria del estudiante en la asignatura. En este estudio, se encontró un predominio de estilos de vida inadecuados, lo cual estuvo asociado con el bajo rendimiento escolar de los estudiantes. De igual manera, el divorcio tuvo valor significativo²⁸.

Tembo C et al. realizaron un estudio observacional, transversal y cuantitativo, siendo el objetivo conocer la asociación entre los niveles de consumo de alcohol y problemas de salud mental y el rendimiento académico entre estudiantes universitarios. Se reclutó a un total de 2518 estudiantes entre 28 y 24 años. Se recolectaron datos mediante una encuesta en línea o una encuesta presencial. Se concluyó que altos niveles de consumo de alcohol se asocian con un bajo rendimiento académico y resultados negativos para la salud mental entre los estudiantes²⁹.

Campo F. Yurley et al. ejecutaron un trabajo observacional, descriptivo y transversal; en el cual se tiene como objetivo describir las prácticas de vida saludable de los estudiantes con relación a los estilos de vida. Participaron 651 estudiantes. Como método de recolección de datos se utilizó el cuestionario de estilos de vida de jóvenes universitario, donde se determinó la frecuencia de motivaciones y recursos de cada dimensión. Se concluyó que se evidenciaron estilos de vida saludable en la mayoría de las dimensiones evaluadas entre estudiantes de medicina.³⁰

DISCUSIÓN

En esta revisión, se buscó la asociación entre el estilo de vida y el rendimiento académico en los estudiantes de medicina, que coincide con una de las Líneas de Investigación de la Universidad Ricardo Palma para el período 2021-2025, específicamente la de Medicina del Estilo de Vida, Medicina Preventiva y Salud Pública. Los resultados revelaron que los buenos estilos de vida, como se muestra en los estudios de Palomino Orizano¹⁹, Kobbaz TM.²², y Campo F. Yurley³⁰, se han relacionado con un rendimiento académico satisfactorio. Estos hallazgos respaldan la importancia de promover prácticas de vida saludables entre los estudiantes para mejorar su desempeño académico. Sin embargo, es crucial recordar que la relación entre el estilo de vida y el rendimiento académico es multifacética y compleja. Estos estudios establecen correlaciones entre el estilo de vida y el rendimiento académico, pero establecer una relación causal directa puede ser un desafío debido a la presencia de múltiples factores que influyen en el rendimiento académico.

Aunque haya estudios, como los de Al-Haifi AR et al.¹⁷, Fernandez-Garcia A²³y Guillermo Sáez Abello²⁵, que aportan una perspectiva distinta con relación a la asociación entre el estilo de vida y el desempeño académico en estudiantes universitarios. Estos estudios no lograron establecer una relación significativa entre los comportamientos de estilo de vida y el rendimiento académico de los estudiantes. Por ende, sugiere que, en estos contextos específicos, factores como la actividad física, los patrones de sueño, la ingesta de desayuno y otros hábitos de vida estudiados no parecen tener un impacto significativo en el éxito académico de los estudiantes.

Por otro lado, es fundamental destacar que la salud mental, tal como se evidenció en los estudios de Chu et al.¹⁸, en el cual se demostró que el deterioro del estado de salud mental predijo un mayor riesgo de un mal rendimiento académico entre estudiantes universitarios; y García GÁ et al.²⁶, que encontró que el bajo rendimiento académico estaba asociado con estilos de vida inadecuados y factores psicológicos como la desmotivación y niveles elevados de estrés. Por ende, la salud mental desempeña un rol crucial en el rendimiento académico. Esto subraya la importancia de abordar tanto la salud física como la salud mental de los estudiantes, como componentes esenciales para fomentar un óptimo desempeño académico.

Las conductas de riesgo para la salud, como se ha demostrado en los estudios de Ong. et al.²¹, donde se resalta que el incumplimiento de las recomendaciones de salud pública, en aspectos como la dieta, la actividad física, el tiempo de sedentarismo, el sueño, el consumo de alcohol y el tabaquismo, se asocia con un promedio de calificaciones más bajo.; y Tembo C. et al.²⁹, que concluye que altos niveles de consumo de alcohol se asocian con un bajo rendimiento académico y resultados negativos para la salud mental entre los estudiantes. Todo ello debe ser considerado al evaluar el rendimiento académico de los estudiantes, ya que estas conductas pueden tener un impacto significativo en su salud y resultados académicos.

Finalmente, mantener hábitos de sueño adecuados y llevar un estilo de vida saludable, que incluye actividad física regular, puede contribuir en gran medida a un mejor desempeño académico. Como se plantea en el estudio de Cara-Rodriguez R. et al.²⁰, se encontró que las horas de sueño, especialmente en la semana previa a los exámenes, se relacionan positivamente con un mejor rendimiento académico. Asimismo, el estudio de Hou Y, Mei G, Liu Y y Xu W.²⁴destaca que la condición física, el uso de la biblioteca y la regularidad en el estilo de vida son factores significativos que influyen en el rendimiento académico.

En relación con las limitaciones de este estudio, en primer lugar, es importante destacar que, debido a restricciones de tiempo y recursos, no fue posible realizar una búsqueda y análisis exhaustivo de un mayor número de artículos. Para futuras investigaciones, sería beneficioso llevar a cabo una búsqueda más amplia y siguiendo un protocolo más riguroso. Además, se encontraron desafíos en el proceso de análisis e interpretación de los artículos debido a las diferencias de idioma, aunque estos obstáculos se superaron satisfactoriamente.

CONCLUSIÓN

En el análisis exhaustivo de la literatura, se han identificado hallazgos diversos sobre la relación entre el estilo de vida y el rendimiento académico en estudiantes universitarios. Mientras que algunos estudios sugieren que los estudiantes universitarios con estilos de vida saludables tienden a tener un mejor rendimiento académico, otros no encuentran una correlación significativa entre los dos. Además, se ha observado que la salud mental desempeña un papel importante, ya que el deterioro de la salud mental se ha asociado con un bajo rendimiento académico en algunos casos. Diversos factores como la falta de desayuno, la falta de sueño, el consumo de alcohol y otros hábitos pueden influir negativamente en el rendimiento académico. También, se demostró que la aptitud física, la regularidad en el estilo de vida y los factores psicosociales, como el estrés y la ansiedad, juegan un papel en el rendimiento académico. Sin embargo, la falta de consenso en los hallazgos sugiere la necesidad de investigaciones adicionales para comprender mejor esta compleja relación y cómo diferentes factores pueden influir en el rendimiento académico de los estudiantes universitarios.