INTRODUCCIÓN
Actualmente, la comunicación a través del teléfono celular se ha convertido en una necesidad en nuestras vidas, con un 94,9 % de los hogares peruanos teniendo al menos un integrante que cuenta con dicho dispositivo, y donde el 89,3 % de la población de seis y más años accede a Internet a través del celular1. Estos dispositivos también son empleados en la actividad laboral por estudiantes y personal de salud, quienes, al interactuar con la piel humana, bolsos, medio ambiente y alimentos, los contaminan con microorganismos patógenos2. Esto constituye un riesgo significativo, ya que los teléfonos celulares actúan como reservorios y fómites de transmisión3de bacterias, hongos, virus y genes de resistencia4.
El uso de teléfonos móviles en ambientes hospitalarios es una práctica común entre el personal de salud, lo que representa una fuente potencial de transmisión de Staphylococcus aureus (85,7 %) y Escherichia coli (61,9 %)5. También se han reportado aislamientos de Staphylococcus sp. coagulasa negativo (SCON)6, Enterobacter aerogenes y especies de Klebsiella en celulares de estudiantes de enfermería y medicina7. Esta situación se debe a que las manos de los trabajadores sanitarios y sus teléfonos suelen estar contaminados en una gran mayoría2-4con uno o varios tipos de microorganismos, tanto sensibles como resistentes, debido a la ausencia de desinfección entre los profesionales de la salud. Por tanto, el objetivo del presente estudio fue describir la etiología y frecuencia de la contaminación bacteriana en teléfonos celulares del personal de salud de una clínica de Chiclayo.
Métodos
El estudio fue observacional, descriptivo y transversal. Se llevó a cabo en el Hospital de Clínicas, ubicado en Chiclayo, una ciudad en la zona norte del Perú. Este hospital es un establecimiento de salud privado de alta complejidad con capacidad de atención en diversas especialidades.
Se obtuvo información del personal de salud que labora en áreas de hospitalización y en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) durante el periodo de marzo a agosto de 2022. Se realizó un muestreo no probabilístico de 30 teléfonos celulares (Huawei Y9, Huawei P30Lite, Huawei Y7P, Redmi Note 9, Xiaomi 11Lite, Oppo A38, iPhone, Samsung S10 y Samsung Galaxy: Note 8, S10, A04, A12, A15, A25, A30s, A32) entregados de manera voluntaria por el personal de salud (conformado por médicos, enfermeros y técnicos). Se seleccionaron solo sujetos que realicen labores asistenciales y en directo contacto con los pacientes; se excluyeron a los que realizaban funciones administrativas.
La recolección de datos comenzó con el llenado del consentimiento informado y la encuesta por parte del personal de salud en las áreas de hospitalización y UVI, quienes aceptaron participar de manera voluntaria. Posteriormente, se procedió a la toma de muestras.
El procedimiento de toma de muestras siguió el método de Alvarado, Muñoz y Zavaleta (2018) (Ezpeleta et al.8.). En las áreas de hospitalización y UVI se desinfectó una zona de trabajo con alcohol al 70%. Se pidió a los propietarios poner su teléfono celular en una bolsa Ziploc con un código. Durante la recolección de muestras, se usaron dos mecheros de alcohol separados por 20 cm para mantener un espacio estéril. Se hisopó la pantalla táctil de los teléfonos en un área de 5 cm², humedeciendo el hisopo estéril en medio BHI. La cabeza del hisopo se colocó en un tubo de ensayo con medio BHI y se trasladó al laboratorio en un contenedor térmico para incubarse a 37 °C durante 24 horas. Luego de la toma de muestras, los teléfonos se limpiaron con gasa humedecida con alcohol isopropílico al 70% y se devolvieron a sus dueños.
Las muestras en medio BHI se incubaron a 37 °C por 24 horas. Después, se observó la turbidez en los tubos, indicando desarrollo bacteriano. Se resembraron mediante agotamiento y estría en placas con medios de Agar sangre, Agar MacConkey, Agar Manitol Salado y Agar Cetrimide, incubándose a 37 °C por 24 horas. Se siguieron las recomendaciones del Manual de Procedimientos Bacteriológicos en Infecciones Intrahospitalarias y las interpretaciones de las reacciones bioquímicas se realizaron según los lineamientos de Farmer et al.9.
Para la identificación, se realizó una tinción Gram a las colonias incubadas para observar la morfología bacteriana. Luego, se transfirieron a un criovial con medio de cultivo adecuado, incubándose a 37 °C por 24 horas. Después, se hicieron pruebas bioquímicas para la identificación bacteriana.
Para las bacterias Gram positivas se usó la prueba de catalasa: una muestra del cultivo puro se colocó en una lámina con peróxido de hidrógeno al 10%. Se observaron burbujas en 10-20 segundos, indicando una prueba positiva. En la prueba de coagulasa, una muestra de sangre se centrifugó a 4,000 rpm por cinco minutos para obtener plasma citratado. Se colocaron 500 µL de plasma en un tubo estéril con una muestra del cultivo puro y se incubaron a 37 °C, observándose la formación de coágulos cada 30 minutos por cuatro horas.
Para las bacterias Gram negativas se hizo la prueba de oxidasa: una muestra del cultivo puro se colocó en una tira de papel con reactivo de oxidasa durante 10-60 segundos. Un color violáceo indicó una reacción positiva. En las pruebas de fermentación se usaron medios como Citrato de Simmons, Lisina Hierro Agar (LIA), Motilidad Indol Ornitina (MIO) y Triple Sugar Iron Agar (TSI). Se inoculó cultivo puro por punción o estría y se incubaron a 37 °C por 24 horas para su lectura posterior.
La información obtenida de las encuestas y cultivos se registró en una plantilla electrónica de Microsoft Excel 2013. Se realizaron controles de calidad mediante filtros y verificación de variables. Los datos se expresaron en tablas con frecuencias absolutas y relativas. Se solicitó la autorización del director del Hospital de Clínicas Lambayeque SAC para la ejecución del proyecto en el área del laboratorio. Asimismo, se entrevistó al personal de salud para que llenara un consentimiento informado, permitiendo la utilización de sus teléfonos celulares en la investigación.
Resultados
Del personal de salud evaluado, el 60 % fue femenino y el 40 % masculino. Predominó el personal de enfermería, representando el 46,7 % del total. De los teléfonos celulares analizados, el 56,7 % presentó colonización bacteriana, con la presencia de bacterias Gram positivas y Gram negativas en el 33,3 % y 23,3 % de los dispositivos, respectivamente (Tabla 1).
Tabla 1 Características del personal de salud y dispositivo del teléfono celular evaluado en el Hospital de Clínicas de marzo a agosto del 2022.
Características | Frecuencia | Porcentaje (%) |
Sexo | ||
Masculino | 12 | 40 |
Femenino | 18 | 60 |
Personal de salud | ||
Médicos | 7 | 23,3 |
Enfermeras | 14 | 46,7 |
Técnicos en enfermería | 9 | 30 |
Áreas de trabajo | ||
UVI | 11 | 36,7 |
Hospitalización | 19 | 63,3 |
Colonización de celular | ||
No contaminado | 13 | 43,3 |
Contaminado | 17 | 56,7 |
Microorganismo aislado | ||
Gram positivo | 10 | 33,3 |
Gram negativo | 7 | 23,3 |
Ninguno | 13 | 43,3 |
Los microorganismos predominantes en los 17 teléfonos celulares contaminados fueron SCON y E. coli con 35,3% y 23,5 %, los mismos que provinieron de los dispositivos del personal que laboro en el área de hospitalización. Staphylococcus aureus fue aislado sólo en el área de UVI (23,5%) mientras que Pseudomonas aeruginosa se aisló tanto en el área de hospitalización y UVI (Tabla 2).
Tabla 2 Etiología bacteriana según el área de trabajo del Hospital de Clínicas de marzo a agosto del 2022.
Microorganismos | UVI | Hospitalización | ||
n | % | n | % | |
Staphylococcus sp. coagulasa negativa | 0 | 0,0% | 6 | 35,3% |
Staphylococcus aureus | 4 | 23,5% | 0 | 0,0% |
Escherichia coli | 1 | 5,9% | 4 | 23,5% |
Pseudomonas aeruginosa | 1 | 5,9% | 1 | 5,9% |
UVI: Unidad de Vigilancia Intensiva
La encuesta sobre los hábitos del personal de salud y el uso del teléfono celular revela que antes del trabajo, el 43 % (13) lo usa frecuentemente y el 56,7 % (17) muy frecuentemente. Durante el trabajo, el 46,7 % (14) lo usa poco frecuentemente y el 53,3 % (16) frecuentemente. En los servicios higiénicos, el 26,7 % (8) usa el teléfono poco frecuentemente y el 73,3 % (22) nunca lo usa. Para la desinfección, el 66,7 % (20) lo hace poco frecuentemente y el 33,3 % (10) frecuentemente. Respecto al lavado de manos, el 40 % (12) lo hace poco frecuentemente y el 60 % (18) frecuentemente (Tabla 3).
Tabla 3 Hábitos y frecuencia del uso del teléfono celular por el personal de salud del Hospital de Clínicas de marzo a agosto del 2022.
Hábitos en el trabajo | Frecuencia | |||
Nunca | Ocasionalmente | Regularmente | Habitualmente | |
n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | |
Uso del teléfono antes del trabajo | 0 (0) | 0 (0) | 13 (43,3) | 17 (56,7) |
Uso del teléfono durante el trabajo | 0 (0) | 14 (46,7) | 16 (53,3) | 0 (0) |
Uso del teléfono en servicios higiénicos | 22(73,3) | 8 (26,7) | 0 (0) | 0 (0) |
Frecuencia de desinfección | 0 (0) | 20 (66,7) | 10 (33,3) | 0 (0) |
Frecuencia de lavado de manos | 0 (0) | 12 (40,0) | 18 (60,0) | 0 (0) |
Discusión
Los resultados confirman la presencia de bacterias patógenas Gram positivas y Gram negativas en los teléfonos celulares evaluados. Hallazgos similares han sido reportados en estudiantes de una universidad pública6, donde diferentes superficies ambientales pueden servir como reservorios potenciales de patógenos nosocomiales y facilitar su transmisión por contacto, dependiendo de su tenacidad. Muchos microorganismos pueden sobrevivir en superficies inanimadas durante días, semanas e incluso meses, aumentando la probabilidad de transmisión dentro de un establecimiento de salud10.
La contaminación bacteriana en los teléfonos evaluados fue del 56,7 %. Estos resultados difieren del 100 % de colonización en 40 celulares analizados en un hospital universitario de Egipto y del 84,8 % en 50 teléfonos del personal de salud de Huancayo, Perú11. En hospitales de España, la contaminación fue del 49,5 %, demostrando que estos dispositivos son usados sin restricciones para su desinfección y, por lo tanto, constituyen una fuente de transmisión de bacterias patógenas con riesgo de generar infecciones intrahospitalarias12.
Los aislamientos más frecuentes en el estudio fueron SCON y Escherichia coli con 35,3 % y 23,5 %, respectivamente. Reportes similares indican una prevalencia del 40 % y 28,7 % en Huancayo11, en Trujillo 37,5% de SCON y 24,4% de Enterobacterias13, y en Trujillo, se encontró un 37,5 % de SCON y 24,4 % de Enterobacterias. En Lima, se aislaron 93,5 % de SCON, 6,5 % de Staphylococcus aureus y 11,1 % de E. coli6. Estos hallazgos son comparables al estudio de Santana-Padilla12, aunque con ligeras diferencias en la frecuencia de aislamiento, quienes obtuvieron crecimiento de Pseudomonas aeruginosa (12,5 %) y S. aureus meticilina-resistente (10,9 %). Estos datos resaltan que el uso del teléfono celular, si bien ofrece ventajas en la comunicación y acceso a la información, también presenta la desventaja de ser una fuente potencial de propagación de bacterias patógenas en el entorno hospitalario.
El predominio de SCON entre los aislamientos identificados se debe a que normalmente forman parte de la microbiota de la piel. Al interactuar las manos con el celular, se crea un microambiente oportuno para su proliferación14. Las bacterias sobreviven y persisten en diferentes superficies inanimadas como metal, tela, plástico, madera y cerámica15, así como en dispositivos médicos, teléfonos móviles y computadoras en unidades críticas16. Esta capacidad se debe a proteínas ancladas a la pared celular de los Staphylococcus, que les permiten adherirse al material inerte14, o en el caso de P. aeruginosa, formar biopelículas con exopolisacáridos de alginato, PSL y PEL17. Por tanto, el ambiente hospitalario está altamente contaminado por microorganismos patógenos, relacionados con el tiempo de vida de sobrevivencia, y los procesos de limpieza y desinfección18.
Dentro de la evaluación, se destacó el uso del celular antes y durante la actividad laboral con una desinfección poco frecuente por parte del personal de salud. Similares resultados ocurrieron en trabajadores sanitarios en dos hospitales de Brasil, quienes afirman estar suficientemente formados, pero no cumplen prácticas estándar20. Esta actitud también ocurre en estudiantes al interactuar con pacientes. Esta realidad pone de manifiesto el incumplimiento de precauciones estándar cuyo objetivo es proteger y garantizar una atención segura. Las buenas prácticas de higiene de manos, asepsia y el uso de equipos de protección personal previenen infecciones nosocomiales(20). Por tanto, el cumplimiento de estas medidas de seguridad requiere una atención especial debido al riesgo que representa la presencia de patógenos infecciosos para pacientes, visitantes y trabajadores de salud.
Como limitación del estudio, no fue posible realizar varias medidas que hubiesen permitido evaluar la variación de contaminación de los teléfonos celulares en diferentes momentos. Además, no se realizó la susceptibilidad antimicrobiana, por lo que se desconoce el patrón de resistencia y algunos mecanismos de resistencia. Sin embargo, se recomienda realizar estudios comparativos de aislamientos bacterianos de dispositivos celulares y manos del personal de salud, con el fin de establecer asociaciones y concientizar al personal sobre la importancia de cumplir con las prácticas de higiene y bioseguridad.
Se concluye que los SCON, S. aureus y E. coli fueron los agentes etiológicos más frecuentes aislados en superficies de teléfonos celulares del personal asistencial que labora en las áreas de UVI y hospitalización de un Hospital de Chiclayo. El alto porcentaje de contaminación por bacterias patógenas y oportunistas podría deberse al incumplimiento de buenas prácticas de higiene por parte del personal de salud en el ambiente hospitalario.