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Revista de Investigaciones Altoandinas
versión On-line ISSN 2313-2957
Rev. investig. Altoandin. vol.20 no.1 Puno ene./mar. 2018
http://dx.doi.org/10.18271/ria.2018.336
REPORTE DE CASO
Investigación formativa en el desarrollo de habilidades comunicativas e investigativas
Formative research in the development of communicative and investigative skills
Nancy M. García, Natali K. Paca, Sara M. Arista, Brisvani B. Valdez, Indira I. Gómez
Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno Perú.
Autor para correspondencia: ngarcia51@hotmail.com
RESUMEN
La investigación buscó aplicar la investigación formativa, utilizando estrategias como: levantamiento de información, seminario investigativo y monografía para mejorar habilidades comunicativas e investigativas en estudiantes universitarios. Estas estrategias estuvieron ligadas a un perfil de docente promotor que maneja metodología de la investigación y la incorpora en su práctica pedagógica. La investigación corresponde al enfoque cuantitativo y al nivel experimental, con un diseño cuasi experimental con pre y posprueba. La muestra estuvo constituida por 77 estudiantes (grupo experimental) y 63 (grupo control), a quienes se les aplicó pre y pos prueba para medir sus habilidades comunicativas (escuchar, hablar, leer y escribir) e investigativas (observar, describir, analizar, sintetizar e interpretar). Los instrumentos utilizados para recoger datos fueron la prueba escrita y la rúbrica. El análisis estadístico se basó en la diferencia de medias con distribución Z, con un nivel de confianza del 95,0%. Los resultados reflejan que la investigación formativa tiene efectos positivos en el desarrollo de habilidades comunicativas e investigativas; habiendo superado, luego del experimento, los calificativos obtenidos en la prepueba en 4,12 puntos, pasando de un nivel deficiente a un nivel bueno. En cuanto a las habilidades comunicativas, saber hablar y saber escribir fueron las que más desarrollaron. En relación a las habilidades investigativas, las que más se desarrollaron fueron el análisis, la síntesis y la interpretación. Estos resultados demuestran que, por su efectividad, la investigación formativa debe convertirse en una actividad permanente y gradual en la formación universitaria.
PALABRAS CLAVE: Investigación Formativa, Estrategias, Habilidades Comunicativas, Habilidades Investigativas.
ABSTRACT
The research sought to apply formative research, using strategies such as information gathering, research seminar and monograph to improve communication and research skills in university students. These strategies were linked to a profile of a promoter teacher that manages research methodology and incorporates it into their pedagogical practice. The research corresponds to the quantitative approach and the experimental level, with a quasi-experimental design with pre- and post-test. The sample consisted of 77 students (experimental group) and 63 (control group), who were applied pre and post test to measure their communication skills (listening, speaking, reading and writing) and investigative (observe, describe, analyze, synthesize and interpret). The instruments used to collect data were the written test and the rubric. The statistical analysis was based on the difference of means with Z distribution, with a confidence level of 95.0%. The results reflect that formative research has positive effects in the development of communicative and investigative skills; having passed, after the experiment, the qualifications obtained in the pre-test at 4.12 points, going from a poor level to a good level. In terms of communication skills, knowing how to speak and know how to write were the ones that developed the most. In relation to investigative skills, the ones that developed the most were analysis, synthesis and interpretation. These results show that, due to its effectiveness, formative research must become a permanent and gradual activity in university education.
KEYWORDS: Formative Research, Strategies, Communicative Skills, Investigative Skills.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, una necesidad de la educación superior de calidad es la práctica investigativa, dentro de la cual se debe incluir a la investigación formativa, orientada a preparar a los estudiantes para realizar actividades de investigación (Restrepo, 2008).
La investigación formativa es definida como "el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes para desarrollar procesos de investigación" (Pirela, Pulido, & Mancipe, 2015); hace referencia a la investigación como instrumento del proceso enseñanza-aprendizaje, ya que busca divulgar información y generar que el estudiante la utilice (Miyahira, 2009); es formar en investigación y para la investigación, usando acciones y metodologías investigativas; pero sin desarrollar necesariamente proyectos de investigación acabados (Restrepo, 2008); posee características básicas, dentro de las cuales se resalta que está orientada por un docente, y los participantes no son expertos investigadores sino sujetos en pleno proceso formativo (Parra, 2004). Tiene como meta lograr que el estudiante afronte tareas investigativas que traspasen los ambientes de relación académica (Londoño, 2011). Para ello, en la investigación se han utilizado tres estrategias de investigación formativa: el levantamiento de información, estrategia que está orientada a recoger datos reales para reconocer problemas y posibilidades de solucionarlos, a través de observaciones, cuestionarios y entrevistas; el seminario investigativo, que busca que los estudiantes sean partícipes de la construcción de sus aprendizajes, ya que no reciben información elaborada, sino que aportan e indagan con sus propios medios (Navarro, 2001); y la monografía, que es un producto escrito en el cual se describe, explica y comunica con minuciosidad un tema puntual (Torres, 2013). Estas estrategias estuvieron ligadas a un perfil de docente promotor de investigación, quien maneja metodología de la investigación y la incorpora en su ejercicio profesional, realiza y publica investigaciones científicas, y muestra una actitud positiva y constructiva frente al conocimiento.
Las habilidades comunicativas se enmarcan dentro de capacidades necesarias para realizar tareas comunicativas e influir en otros individuos (O´Connor, 1999). Son definidas como grupos de recursos verbales y no verbales mediante los cuales se logran objetivos comunicativos específicos. Las habilidades básicas que se deben dominar para poder comunicarse con éxito son: hablar, escuchar, escribir y leer (MINEDU, 2001)
Las habilidades investigativas se refieren a todas aquellas destrezas que potencian al estudiante para que pueda realizar una investigación de calidad (Moreno, 2005). Son consideradas como un conjunto de acciones que regulan y guían el proceso de investigación (Martínez & Márquez, 2014). Son cinco las habilidades investigativas básicas que se desarrollaron: observar, describir, analizar, sintetizar e interpretar.
Las investigaciones realizadas en relación al tema de análisis muestran que se puede integrar la investigación formativa, como estrategia didáctica, para desarrollar las competencias programadas en cada asignatura del currículo (Aranao, 2015). Adicionalmente, es posible fortalecer la competencia comunicativa desde los primeros ciclos en la formación superior si se utilizan estrategias como: la investigación formativa documental expositiva, los talleres formativos, en situaciones cotidianas (Tójar & Mena, 2015), evidenciándose la importancia de seguir trabajando con el enfoque de investigación formativa para desarrollar competencias en los estudiantes (Fajardo, Henao, & Vergara, 2015).
Resultados de investigaciones evidencian, también, que los estudiantes que usaron la investigación formativa desarrollaron habilidades científicas investigativas de acuerdo con el tipo de investigación ejecutada (Ruiz, 2014). Además, se plantea utilizar estrategias metodológicas diversas que desarrollen las habilidades investigativas en los estudiantes (Poveda & Chirino, 2015); así, se sabe que utilizar las revisiones con la retroalimentación constructiva permite fortalecer las habilidades comunicativas escritas, mejorar el planteamiento de protocolos de investigación y evaluar mejor el desempeño del estudiante (Aguilar, Rodríguez, Baeza, & Mendez, 2016); adicionalmente, usar el proyecto de aula como estrategia de investigación formativa ha permitido que se recreen casos en el aula y de ese modo lograr que el proceso de enseñanza-aprendizaje se concretice integralmente (Hurtado, 2010); así mismo, el taller multidisciplinario, como propuesta pedagógica, es efectivo para el desarrollo de competencias de comunicación lingüística y de investigación (Marines, Heredia, Solís, & Mena, 2014). Por ello, se debe incidir en la importancia que tienen las estrategias didácticas de investigación formativa en el fortalecimiento de las competencias del alumno (Vilá, Rubio, & Berlanga, 2014). En consecuencia, las Escuelas Profesionales deben programar en sus planes de estudio asignaturas, seminarios y actividades conducentes a la investigación formativa para concretar procesos de autoevaluación y acreditación (Alvitres, Chambergo, & Fupuy, 2014).
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se realizó en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Altiplano, en la capital de la región de Puno, ubicada en la sierra sur este del Perú. La ciudad de Puno se encuentra en el altiplano a 3821 msnm, a orillas del lago Titicaca. La investigación corresponde al enfoque cuantitativo, al tipo de investigación aplicada y al nivel experimental con un diseño cuasi experimental con pre y posprueba.
La población la constituyeron los estudiantes que cursan el I semestre en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNA Puno, quienes, según las fichas socioeconómicas que tienen registradas, provienen en un 53% de zonas rurales. La muestra estuvo constituida por 77 estudiantes (grupo experimental) y 63 estudiantes (grupo control), seleccionada a través de un muestreo no probabilístico intencional, eligiendo grupos intactos, según corresponde al diseño de investigación utilizado.
La variable independiente fue la investigación formativa, aplicada a través de tres estrategias de enseñanza-aprendizaje: levantamiento de información, seminario investigativo y monografía, durante 24 sesiones, las cuales fueron guiadas por docentes con un perfil de promotores de investigación. La variable dependiente estuvo conformada por las habilidades comunicativas e investigativas, midiéndose dentro de las habilidades comunicativas: saber hablar, saber escuchar, saber leer y saber escribir; y dentro de las habilidades investigativas: observar, describir, analizar, sintetizar e interpretar.
Las técnicas de recolección de información fueron la observación y el examen, con sus instrumentos: la rúbrica, utilizada como una guía precisa que mide las acciones y productos realizados por los estudiantes para el logro de una tarea; y la prueba escrita, que sirvió para medir las habilidades que el estudiante debe demostrar en su proceso de aprendizaje, los mismos que permitieron recoger datos concernientes a las habilidades comunicativas e investigativas. Ambos instrumentos fueron validados a través del juicio de expertos, demostrándose su validez de contenido. El análisis estadístico se basó en la diferencia de medias con distribución Z, con un nivel de confianza del 95,0%.
Resultados
Para organizar los datos obtenidos, se ha utilizado el siguiente baremo, en concordancia con los instrumentos de recolección de datos:
En la tabla N° 1 se visualiza que, en el grupo experimental, el 74% de estudiantes demuestran un nivel deficiente y el 26% evidencia un nivel regular en el uso de habilidades comunicativas e investigativas; en el grupo control, el 95,2% muestra un nivel deficiente y un 4,8% se ubica en el nivel regular en el uso de las mismas habilidades.
Este resultado nos indica que, antes del tratamiento experimental, más del 70% de estudiantes de ambos grupos tenían un nivel deficiente en el uso de habilidades comunicativas e investigativas, teniendo debilidades en la comprensión y producción de textos, como también en las habilidades específicas de investigación: observar, describir, analizar, sintetizar e interpretar. Dichas debilidades se asemejan a las encontradas en otras investigaciones, que mencionan que se hacen evidentes debilidades en la elaboración, presentación y argumentación de trabajos relacionadas al ajuste formal de modalidad, en redacción y ortografía, en el uso adecuado del tiempo asignado para exponer el trabajo, al elaborar resúmenes y destacar ideas principales, sin dejar de mencionar la pobre creatividad y falta de criterio y precisión durante la disertación (Carpio, Díaz, Rodríguez, Ferrer, & Manso, 2015).
Con estos datos se evidencia que ambos grupos se encontraban en similares condiciones antes de aplicarse el tratamiento experimental. Después del experimento, se observa que, en el grupo experimental, el 64,9% demuestra un nivel regular; el 33,8% evidencia un nivel bueno; y el 1,3% tiene un nivel deficiente en el uso de habilidades comunicativas e investigativas. Así mismo, en el grupo control, el 68,3% muestra un nivel deficiente; y el 31,7% tiene un nivel regular en el uso de las habilidades previamente mencionadas.
En cuanto a las habilidades comunicativas, los estudiantes del grupo experimental demostraron una mejora en el uso de estrategias verbales y no verbales que les permitan lograr objetivos comunicativos, evidenciando que pueden escuchar, hablar, leer y escribir mejor en diversas situaciones; lo cual es satisfactorio, considerando que, como afirma Aranao (2015) es de carácter crucial el desarrollo de habilidades comunicativas en el ambiente universitario y esto conlleva a la demanda de nuevas estrategias que se respalden en el ambiente académico.
Paralelamente, en relación a las habilidades investigativas, se ha logrado mejorar estrategias orientadas a que el estudiante observe, describa, analice, sintetice e interprete información que le sea útil en su labor académica e investigativa. Tales resultados permiten corroborar la afirmación de Londoño (2011), quien precisa que el objetivo mayor de la investigación formativa es el de incentivar en los alumnos el desarrollo de habilidades relacionadas a la búsqueda eficiente de información y comprensión y producción de conocimientos.
El promedio obtenido por el grupo experimental en las habilidades comunicativas e investigativas antes del experimento fue de 9,78: correspondiente al nivel deficiente; mientras que en la posprueba, el promedio fue de 13,9; calificativo que, según el baremo utilizado, corresponde al nivel BUENO, evidenciándose una diferencia de 4.12 entre ambos promedios, lo cual evidencia una mejora considerable. En el grupo control, el promedio obtenido en la preprueba fue de 8.02 y en la posprueba, 9.84, ambos calificativos corresponden a un nivel deficiente, no encontrándose mejorías notables. Este resultado se corrobora con el análisis estadístico basado en la diferencia de medias con distribución Z, con un nivel de confianza del 95,0%, en el cual el valor de Zc = 19.084, que es mayor a Zt = 1.96; por lo tanto se rechaza la hipótesis nula y se acepta la hipótesis alterna, confirmando que la investigación formativa tiene efectos positivos en el desarrollo de habilidades comunicativas e investigativas en los estudiantes del primer nivel de la FCEDUC de la UNA Puno, en el año 2016.
En la tabla N° 2 se visualiza que, antes del experimento, en el grupo experimental, el 54,5% demuestra un nivel regular; el 42,9% tiene un nivel deficiente y el 2.6% evidencia un nivel bueno en el uso de habilidades comunicativas. En el grupo control, el 69,8% demuestra un nivel deficiente; el 28,6% evidencia un nivel regular y el 1.6% muestra un nivel bueno en el uso de habilidades mencionadas anteriormente.
Estos datos evidencian que más del 90% de estudiantes, tanto del grupo experimental como del control, usan de manera deficiente y regular las cuatro habilidades comunicativas: saber hablar, saber escuchar, saber escribir y saber leer; lo cual implica que no manejan adecuadamente estrategias verbales y no verbales que permitan lograr objetivos comunicativos concretos; no pudiendo, por ejemplo, argumentar, explicar, prohibir, expresar dudas, Etc. En contraste, se observa un mínimo porcentaje que demuestra un buen uso de habilidades comunicativas; comprendiendo este grupo a aquellos estudiantes que, según Batista y Romero (2007), tienen la habilidad suficiente para realizar consistentemente ejercicios de comunicación que influyan e intervengan en otros individuos, puesto que la comunicación da cabida a la influencia que marcamos unos a otros.
Con estos datos se evidencia que ambos grupos se encuentran en similares condiciones antes de aplicarse el tratamiento experimental.
En la posprueba, se visualiza que en el grupo experimental, el 57,1% demuestra un nivel regular; el 39% tiene un nivel bueno, el 2.6% evidencia un nivel deficiente y el 1,3% muestra un nivel excelente en el uso de habilidades comunicativas. En el grupo control, el 50,8% demuestra un nivel deficiente; el 41,3% evidencia un nivel regular y el 7.9% muestra un nivel bueno en el uso de habilidades mencionadas anteriormente. Estos datos evidencian una notable diferencia en el uso de habilidades comunicativas que demuestran los integrantes del grupo experimental en comparación con los del grupo de control.
En el grupo experimental, se destaca que un 39% de estudiantes tienen un nivel bueno en el uso de habilidades comunicativas, lo cual implica que estos estudiantes usan de manera positiva las cuatro habilidades comunicativas: saber hablar, saber escuchar, saber escribir y saber leer; demostrando que manejan adecuadamente estrategias verbales y no verbales que permitan lograr objetivos comunicativos concretos; pudiendo, por ejemplo, argumentar, explicar, prohibir, expresar dudas, etc. Que este grupo de estudiantes se encuentre en este nivel, es el producto del uso de estrategias de investigación formativa orientadas a desarrollar con la práctica cada una de las habilidades comunicativas que se debe dominar para poder comunicarse con efectividad en diversas situaciones académicas, profesionales y sociales. Tal éxito es importante debido a que para el correcto desempeño de cualquier profesional, es de carácter ineludible poseer habilidades comunicativas (Tejera, Iglesias, Cortés, Bravo, Mur, & López, 2012)
Por otro lado, en el grupo control, los mayores porcentajes de estudiantes evidencian un nivel deficiente y regular en el uso de habilidades comunicativas lo que demuestra que este grupo presenta debilidades para expresar y comprender mensajes coherentes y con claridad. El promedio obtenido por el grupo experimental en las habilidades comunicativas en la preprueba fue de 10.7, puntaje que corresponde al nivel REGULAR y en la posprueba, el calificativo fue de 14,2; calificativo que, según el baremo utilizado, corresponde al nivel BUENO; evidenciándose una mejora de 3,5 puntos en dichos promedios.
Es necesario precisar que las habilidades comunicativas desarrollaron más en el grupo experimental, porque, a través de la investigación formativa se genera que el participante indague, investigue, consulte utilizando diferentes fuentes orales y escritas, redacte informes, emita opiniones y exprese ideas que evidencien la comprensión y producción de conocimientos. Así mismo, es necesario destacar que si bien es cierto las cuatro habilidades comunicativas mejoraron, las que más se desarrollaron fueron: saber hablar y saber escribir que, en la posprueba superaron el puntaje obtenido en la preprueba en más de 04 puntos (Tabla 3), demostrando, los estudiantes, que pueden producir mensajes con coherencia, corrección gramatical y adecuados al contexto en el que se producen.
En la tabla N° 4, se visualiza que, antes del experimento, en el grupo experimental, el 67,5% demuestra un nivel deficiente; el 26% tiene un nivel regular; y el 6,5% evidencia un nivel excelente en el uso de habilidades investigativas. Así mismo, en el grupo control, el 92,1% demuestra un nivel deficiente, y el 7,9% evidencia un nivel bueno en el uso de habilidades mencionadas anteriormente. Estos datos evidencian que antes del experimento, el nivel de habilidades investigativas en ambos grupos era deficiente en más del 65%, lo cual implica que los estudiantes no poseen conocimientos y hábitos para ir a la búsqueda del problema y a la solución del mismo por la vía de la investigación científica, demostrando deficiencias al momento de observar, describir, analizar, sintetizar e interpretar datos que se les presenten dentro de su labor académica. Con estos datos se evidencia que ambos grupos se encuentran en similares condiciones antes de aplicarse el tratamiento experimental.
Después del experimento, se observa que en el grupo experimental, el 54,5% demuestra un nivel regular; el 31,2% tiene un nivel bueno, el 7,8% evidencia un nivel deficiente y el 6,5% muestra un nivel excelente en el uso de habilidades investigativas. En el grupo control, el 77,8% demuestra un nivel deficiente; y el 22,2% evidencia un nivel regular en el uso de habilidades mencionadas anteriormente. Estos datos evidencian una notable diferencia en el uso de habilidades investigativas que demuestran los integrantes del grupo experimental en comparación con los del grupo de control. En el grupo experimental, se destaca que un 31,2% de estudiantes tienen un nivel bueno en el uso de habilidades investigativas; considerando que en la preprueba no existía ningún estudiante que se encontrase en este nivel. Esto implica que el uso de estrategias de investigación formativa y el perfil de un docente promotor de investigación genera en los estudiantes el desarrollo de habilidades investigativas como: observación, descripción, análisis, síntesis e interpretación de información; lo cual se plasma, según Martínez y Márquez (2014) en el dominio de los conocimientos, hábitos, valores y actitudes propios de la enseñanza investigativa.
Por otro lado, se nota que en el grupo control no existen cambios significativos, pues los estudiantes se mantienen en los niveles deficiente y regular en el uso de habilidades investigativas. Este aspecto se explica porque en este grupo no se aplicó ningún tratamiento experimental. El promedio obtenido, al finalizar el experimento, por el grupo experimental en las habilidades investigativas es de 13,8; calificativo que, según el baremo utilizado, corresponde al nivel REGULAR; mientras que en el grupo control se tiene un promedio de 9,0; calificativo que corresponde a un nivel DEFICIENTE, evidenciándose una diferencia de 4,8 puntos en dichos promedios.
Si bien es cierto, con la aplicación de la investigación formativa en el grupo experimental, todas las habilidades investigativas demostraron un incremento en relación a la preprueba, es necesario precisar que las que mayor avance tuvieron fueron las habilidades de analizar y sintetizar, evidenciando una diferencia de 5,2 y 7 puntos, respectivamente, entre la pre y posprueba. Este resultado se puede observar en la Tabla 5.
DISCUSIÓN
Los resultados de la investigación muestran que el uso de estrategias de investigación formativa y el perfil del docente investigador tienen efectos positivos en el desarrollo de habilidades comunicativas e investigativas; esto concuerda con dos propuestas revisadas, como aquella que plantea que la investigación formativa impulsa la profundización y creación de conocimientos en los estudiantes (Vilá, Rubio, & Berlanga, 2014); y aquella que plantea que desde el punto de vista de los estudiantes, la enseñanza de la investigación a través de la ejecución de estrategias diversas propicia el aprendizaje autónomo, la disposición de una estructura mental ordenada, el pensamiento holístico, discursivo y crítico; fortificando competencias para la búsqueda, sistematización, análisis e interpretación de la información y para la enunciación de alternativas de solución a complicados problemas (Fajardo, Henao, & Vergara, 2015).
En cuanto a las habilidades comunicativas, los estudiantes del grupo experimental demostraron una mejora notable en el uso de estrategias verbales y no verbales que les permitan lograr objetivos comunicativos, evidenciando que pueden escuchar, hablar, leer y escribir mejor en diversas situaciones, siendo las habilidades productivas las que más desarrollaron, es decir, la investigación formativa ayuda a que los estudiantes hablen y escriban mejor; lo cual es satisfactorio. Esto concuerda con Aranao (2015), quien propone que en la educación superior es imprescindible fortaleecer la competencia comunicativa, utilizando innovaciones didácticas y fundamentalmente el discurso característico de la cultura universitaria. Así mismo, Tejera et al (2012) afirman que es fundamental el desarrollo de habilidades comunicativas para el ejercicio professional.
Este resultado es muy importante, considerando que la población estudiada proviene en un 53% de zonas rurales y en este contexto, se sabe que la educación rural ha necesitado generar un equilibrio con las potencialidades que brinda la educación urbana puesto que la formación en las distintas áreas del currículo, especialmente la relacionada con el fortalecimiento de las habilidades comunicativas estuvo influida por la realidad sociocultural (Monsalve, et al. 2009); por ello, se puede inferir que las estrategias de investigación formativa son una alternativa para desarrollar, desde la educación básica, habilidades comunicativas que son útiles en todo proceso académico y de socialización.
Adicionalmente, el haber utilizado estrategias de investigación formativa como el levantamiento de información, el seminario investigativo y la monografía, ha generado un avance progresivo en el desarrollo de estas habilidades, que deben ser reforzadas permanentemente a través de actividades académicas orientadas a una formación holística; esto confirma que los estudiantes se involucrarán más en el desarrollo de su aprendizaje a través de estrategias participativas y colaborativas (Aranao, 2015), garantizando mejores resultados. También se confirma que la competencia comunicativa se puede fortalecer desde el ingreso del estudiante a la educación superior, integrándola didácticamente por medio de la investigación formativa documental expositiva, los talleres formativos, en contextos reales (Tójar & Mena, 2015).
En relación a las habilidades investigativas, estas desarrollaron en el grupo experimental, demostrando los estudiantes que pueden observar, describir, sintetizar y especialmente analizar e interpretar la realidad. Este resultado se relaciona con Martínez y Márquez (2014), quienes aseveran que los estudiantes que desarrollan la investigación formativa demuestran dominio de los conocimientos, hábitos, valores y actitudes propios de la enseñanza. Este resultado confirma la postura de Pirela et al (2015), considerando que la investigación formativa desarrolla competencias para abordar con éxito y alto grado de significatividad los procesos de indagación, por medio de los cuales se problematiza, fundamenta conceptualmente y generan resultados de las realidades y los fenómenos estudiados. Además, el resultado obtenido es positivo considerando las características de la población analizada, que en un 53% es rural y en este entorno, como lo sustentan Romero y Pulido (2015), se evidencian ciertas dificultades en el logro de las habilidades de pensamiento tanto para la ciencia como para la tecnología. (Romero & Pulido, 2015)
Así mismo, con este aspecto positivo en los resultados obtenidos, se visualiza la exigencia académica de continuar aplicando la investigación formativa para seguir reforzando habilidades investigativas en los estudiantes, aspecto que es corroborado por Fajardo, et al (2015), quien afirma que existe la necesidad de continuar trabajando con el enfoque de investigación formativa para favorecer en los estudiantes el desarrollo de competencias para la reflexión, el análisis y la argumentación en investigación.
Adicionalmente se confirma la postura de Londoño (2011) quien indica que la investigación formativa desarrolla en los estudiantes capacidades y habilidades que fomentan la exploración, búsqueda de información, lectura, síntesis y otras; las cuales, utilizando técnicas e instrumentos analíticos, permiten desarrollar competencias de investigación y mejorar la calidad de su formación profesional, preparándolo para desarrollar trabajos de investigación científica más allá del ámbito académico.
Se debe destacar que, para que la investigación formativa tenga efectos positivos en la formación académica e investigativa es necesario contar con docentes que demuestren un perfil de promotores de investigación. Esta afirmación concuerda con Poveda y Chirino (2015) quienes resaltan la importancia de que los docentes universitarios sean conscientes de su necesidad de preparación para orientar el perfeccionamiento de habilidades investigativas de los estudiantes, según el perfil profesional actual.
Los resultados obtenidos demuestran que la investigación formativa debe convertirse en una actividad permanente y gradual en la formación universitaria para asegurar la formación de profesionales con habilidades comunicativas e investigativas que respondan a las expectativas de una sociedad cada vez más exigente, en la cual todos deben aprehender conocimientos y generar otros nuevos. Este aspecto, coincide con la propuesta de Hurtado (2010), quien indica que desmitificar la investigación es un desafío que debe asumir la docencia para fomentar la formación de personas con creatividad, criticidad y autonomía, capaces de cooperar con la construcción y cambio de la realidad.
CONCLUSIONES
La investigación formativa tiene efectos positivos en el desarrollo de habilidades comunicativas e investigativas, demostrándose que con el uso de estrategias como: levantamiento de información, seminario investigativo y monografía, unidas a un perfil de docente promotor de investigación se puede desarrollar las habilidades investigativas y comunicativas en los estudiantes universitarios, elevando su promedio de 9,78 puntos en la preprueba (DEFICIENTE), a 13,9 puntos en la posprueba (BUENO), evidenciándose una mejora de 4.12 entre ambos promedios, la cual es significativa.
En el desarrollo de habilidades comunicativas la investigación formativa tuvo efectos positivos, esto se evidencia en el promedio obtenido por los estudiantes del grupo experimental que, en la preprueba, fue de 10,7, puntaje que corresponde al nivel REGULAR y en la posprueba, fue de 14,2; calificativo que, según el baremo utilizado, corresponde al nivel BUENO. Adicionalmente se destaca que las habilidades que más se desarrollaron fueron saber hablar y saber escribir.
Las habilidades investigativas también mejoraron con el uso de la investigación formativa, elevando los estudiantes del grupo experimental su promedio de 9,0 puntos en la preprueba (DEFICIENTE) a 13,8, en la posprueba (REGULAR), evidenciándose una diferencia de 4,8 puntos en dichos promedios; destacando las habilidades de análisis y síntesis como las que lograron un mejor desarrollo.
AGRADECIMIENTOS
Los autores de este artículo extienden su agradecimiento a la Universidad Nacional del Altiplano, por financiar todo el proceso investigativo.
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Recibido: 24/08/2017
Aceptado: 24/11/2017
On line: 08/01/2018