Abordaje de problema de resistencia a los antibióticos

En los últimos años y en todas las sociedades con mayor o menor frecuencia han emergido una serie de enfermedades, para las que se busca, la forma de neutralizar con el uso de fármacos convencionales, incluido la medicina complementaria (recogidos al aire libre no está exento de bacteria). Algunos de los medicamentos como lo antibióticos en lugar de neutralizar los males las han empeorado, proceso contraproducente a las que se denominan, entre otros “resistencia antibacteriana” (^{Vu et al., 2019}). Una de ellas, son los virus que causan infecciones, ya que los antibióticos sólo funcionan contra las bacterias. Los antibióticos no combaten a las causas de infecciones de los virus como el caso de los resfriados, gripe, tos y/o bronquitis. (^{Upadhyay, Karumathil, Upadhyaya, Bhattaram, & Venkitanarayanan, 2016})

La literatura especializada y la Organización Mundial de la Salud definen “la resistencia antibiótica a la capacidad de un microorganismo para resistir los efectos de un antibiótico aplicado a un mal. La resistencia se produce naturalmente por selección natural a través de mutaciones producidas por azar”. Esto ocurre cuando las bacterias mutan (se transforman) se vuelven capaces de resistir los efectos de un antibiótico a una determinada dosis. Sin embargo, no siempre cada vez que toma antibióticos, las bacterias mueren, algunos de ellos se resisten o se transforman para crecer y multiplicarse. (^{Abubakar et al., 2019}), pudiéndose difundir en algunos casos a través del ciclo urbano del agua. (^{Ferro, Vaz-Moreira, & Manaia, 2019}; Vaz-Moreira, Nunes, & Manaia, 2014)

Dentro de ese contexto, la resistencia a los antibióticos va incrementándose en todo el mundo y a niveles cada vez más con mayor peligro. La Organización Mundial de la Salud, sostiene que día tras día van apareciendo y propagándose diversas formas en todo el planeta de enfermedades y la resistencia a los antibióticos ponen en mayor peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes o complejas. El incremento de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las formas de transmisión enfermedades vía consumo de alimentos, son cada vez más evidentes o difíciles de detectar (pero no imposibles) de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia por ser resistente el efecto pretendido se convierten en contradictorios. A ellas, parece contribuir los antibióticos expendidos sin receta médica para uso humano o veterinario, la aparición y propagación de fármacos de resistencia empeora el estado de los pacientes. En los países que carecen de directrices terapéuticas normalizadas, el personal sanitario y veterinario tiene tendencia a prescribirlos con mayor énfasis y la población general a consumirlos en exceso, tal cual ocurre en los andes, los casos son tomados por técnicos de escaso conocimiento.

La literatura especializada, define además, que los antibióticos son efectos "contra la vida" o “contra los microbios”. Existen variedad de antibióticos: antibacterianos, antivirales, antimicóticos, antiparasitarios entre otros. Algunos son eficaces contra varios organismos a las que se denominan antibióticos. Otros son eficaces solo contra unos cuantos organismos y se les llama antibióticos de espectro reducido. En tanto, que los antibióticos de uso común son denominados antibacterianos, pero sus derivados, como hijo pueden haber recibido ampicilina para una infección de oído o penicilina para una garganta con estreptococos entre otras forman se convierten en contraproducentes (^{Mayer, Rodríguez, Berlinck, & Fusetani, 2011}; ^{Upadhyay et al., 2016}). Son procesos por las que la resistencia a los antimicrobianos viene aumentando a un ritmo cada vez más alarmante. La detección temprana de la resistencia a los antimicrobianos es un requisito básico para mejores estrategias de tratamiento. En ellas, no debería dejarse de lado el tratamiento tradicional o de usar con moderación las plantas medicinales para el tratamiento de diversas enfermedades que en lugar de beneficiar puede ser contraproducente, aun cuando su uso correcto puede aliviar o salvar vidas.

Por lo mencionado, cuando se tenga que tomar antibióticos, es obligación de seguir las instrucciones preinscritas por los médicos. Aun cuando se sienta mejor, debe ser terminado con el tratamiento. Si deja de tomar los antibióticos antes de lo recomendado por el médico, algunas bacterias pueden sobrevivir en el cuerpo y pueden reinfectarlo. Nunca debe guardarse los antibióticos para después, ni de consumir de otra persona. Si un virus (y no una bacteria) es la causa de una enfermedad, tomar antibióticos puede provocar más daños que beneficios. Usar antibióticos cuando no los necesita puede causar una resistencia a estos. Esto sucede cuando la bacteria cambia y puede resistir los efectos de los antibióticos y en algunos casos a los aminoglucósidos (^{Ferro, Vaz-Moreira, & Manaia, 2018}; ^{Upadhyay et al., 2016}); dentro de ellas, debe tenerse especial consideración las bacterianas involucradas en el proceso de compostaje del estiércol de pollo o de vacunos (contiene diversos contaminantes, incluidos antibióticos y genes de resistencia a los antibióticos) utilizados como nutrientes podrían entremezclarse inclusive con los metales pesados y ser doblemente contraproducentes. (^{Deng et al., 2020}; ^{Zhang et al., 2020})

^{Ma, Cui, Li, Zhang, & Liang (2019}) sostienen que los efectos de la fertilización de los suelos con fertilizantes convencionales inducen a la eliminación de nutrientes y los antibióticos y se vuelven resistentes en diferentes humedales de tratamiento. Por tanto, las eficiencias de eliminación de antibióticos en la capa inferior a las de la capa superficial pueden ser contraproducentes, mientras que las eficiencias de eliminación de antibióticos resistentes pueden tener tendencias opuestas. Entre tanto, las correlaciones entre el contenido de antibióticos y los genes de resistencia a los antibióticos deben estudiarse o de someter a pruebas para su tratamiento a fin de mejorar la fertilización de suelos.

No obstante a ellas, los antibióticos en cualquiera de sus usos son ampliamente utilizados en la producción de carne de res, ovinos, cerdo y pollo. Su uso repetido de antibióticos puede incrementar la resistencia en las bacterias, o sean menos efectivos contra las enfermedades graves en los seres humanos. Por tanto, la aplicación a la tierra como fertilizantes mezclados con el estiércol de porcino, vacuno, ovino o pollo como práctica común para suplementar nutrientes al suelo para la producción de cultivos podría inducir a doble propósito (benigno o maligno). Esta práctica puede introducir residuos de antibióticos y genes de resistencia a los antibióticos en el medio ambiente, incluido el medio ambiente acuático convertido en un problema de salud global. Dado que las aguas residuales porcinas y otros animales se consideran como uno de los principales contribuyentes para promover la proliferación de resistencia antibacteriana en ambientes acuáticos. (^{Barrios et al., 2020}; ^{Cheng et al., 2019}).

Figura 1 El uso excesivo de antibióticos permite a las bacterias desarrollar resistencia. 

Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) vienen sosteniendo que el uso desmedido de antibióticos, es uno de los peores males y errores que se cometen en suministrar a los animales (vacunos, pollos, porcinos y otros) tanto para sus sostenimiento, crecimiento y engorde que luego serán dieta de la ciudadanía, teniendo en consideración que el uso desmedido de los antibióticos induce a que las bacterias se conviertan resistentes (Figura 1). Aun cuando sus residuos de antibióticos no necesariamente están presentes en la carne, leche o los otros derivados que se consume interactúan en diversos procesos del ambiente que finalmente se convierte en un problema de salud pública, ya que, a mayor uso de antibióticos, mayor probabilidad hay de desarrollar bacterias resistentes a estos fármacos y por ende se propagan y aceleran enfermedades y la mortandad.

La OMS sostiene además que las bacterias resistentes de los animales pueden llegar a los humanos a través del contacto directo o la dispersión medioambiental en el aire, suelo o el agua; por tanto no solo es posible la transmisión por el consumo de carne, sino también del aire, contacto con el agua o de los alimentos vegetales incluido las plantas medicinales de las comunidades pobres, pueden contenerlas en mayor o menor medida tóxicos, efecto que se transmite a partir del abono de estiércol usada para la fertilización de los suelos o del agua de riego contaminadas con las heces de animales o de la misma ciudadanía.

Sin embargo, los antibióticos, aun cuando buscan neutralizar o eliminar bacterias en diversos espacios saben dónde está una infección siguiendo las señales quimiotácticas. La fagocitosis de las bacterias produce un "estallido respiratorio" en el que se liberan radicales superóxido. La comparación entre los antibióticos y las células fagocíticas para proponer que los antibióticos se acumulen activamente en un sitio de infección por patógenos o crecimiento tumoral. Un vínculo común es el crecimiento celular virulento. Cuando esto ocurre, se secretan nuevas proteínas, se produce una adquisición aberrante de hierro, y se liberan lipocalinas. Cada uno proporciona un mecanismo por el cual los antibióticos pueden unirse y ser retenidos en un sitio activo de infección por patógenos o crecimiento tumoral. (^{Cheng et al., 2019}; ^{Gutteridge, Quinlan, & Kovacic, 2019}).

Por consiguiente, los antibióticos utilizados con fines humanos y veterinarios que se liberan al medio ambiente, pueden inducir a posibles efectos adversos, incluido el desarrollo y la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos. Ellas, como resistentes a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud de la población local y mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo de todos los países desarrollados o en desarrollo, donde la resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona. Los que finalmente logra formar, parte de la microbiota intestinal humana como un reservorio de genes resistentes a los antibióticos. Es decir, la resistencia intestinal, la microbiota y los residuos de antibióticos en individuos sanos y pacientes sometidos a la administración de antibióticos aun cuando sea pequeña es un peligro inminente. Los estudios demostraron que las personas sanas y las tripas de los pacientes que albergaban una resistencia intestinal y microbiota diversa más baja, pero las concentraciones más altas de antibióticos y resistencia antibacteriana se alojan en los intestinos humanos los que se correlacionan positivamente con la abundancia total de resistencia antibacteriana. (^{Duan et al., 2019}; ^{Kurdi et al., 2019}; ^{Mbizvo, Bennett, Simpson, Susan, & Chin, 2019}).

En ese sentido, la resistencia a los antibióticos como fenómeno natural o inducido en todas las partes del mundo se acelera, el uso indebido y desmedido de fármacos se vuelve una incertidumbre cotidiano debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos prolongando las estancias hospitalarias al tiempo de incrementar los costos de los fármacos y consiguientemente incremento de la mortalidad inducida. Sobre las que es imprescindible adoptar medidas pragmáticas urgentes que evite su propagación. La capacitación permanente a la ciudadanía y de los estudiantes de todos los niveles es fundamental para involucrar su participación en los programas de administración o de uso de los antibióticos (^{Abubakar et al., 2019}). Caso que fue tratado en el Seminario Internacional “resistencia a antibióticos”: Amenaza global a la salud pública - en las instalaciones de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno Perú.

Teniendo en consideración que las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias fármaco resistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones presentan distorsiones complejas de tratamiento que las no resistentes. Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar (o de pensar, decir y hacer) sobre el tema de los antibióticos incluido el desarrollo de nuevos medicamentos. Además, se propicie el uso responsable ético de los antibióticos en los animales destinados a la producción de alimentos y frenar la expansión de las bacterias resistentes como mayor problema.

Finalmente, el evento realizado en la ciudad de Puno, con la participación de los conferencistas invitados se consensuó que el uso prolongado de antibióticos en animales, en peces, vegetación incluido el ser humano pueden ser portadores de bacterias resistentes a los antibióticos que posteriormente serían consumidos por el hombre, pueden ser fuentes de enfermedades que debe evitarse, para los que es necesario adoptar políticas públicas como acciones prioritarias que conlleven a contrarrestar los males.

Dentro de ese contexto, es imprescindible acortar brechas sociales, económicas y ambientales como relaciones armoniosas entre la ciudadanía con la naturaleza de manera responsable, para ello, es imprescindible el acceso oportuno al uso y control de los recursos y los beneficios que se derivan de ellos, que pudieran evitar que las bacterias causantes de infecciones se disminuye la capacidad de tratamiento de la infección, lo que supone una amenaza para la salud pública y de estar pendiente de su neutralización.