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Folia Amazónica

versión impresa ISSN 1018-5674versión On-line ISSN 2410-1184

Folia amazón. vol.31 no.2 Iquitos jul./dic. 2022  Epub 30-Dic-2022

http://dx.doi.org/10.24841/fa.v31i2.668 

Obituario

Dra. Nállarett Marina Dávila Cardozo, 1980-2022

Corine F. Vriesendorp1 

Eurídice N. Honorio Coronado2 

Juliana G. Philipp1 

Paul V. A. Fine3 

Nigel Pitman1 

1 The Field Museum, EE.UU.

2 University of St. Andrews, UK.

3 University of California, Berkeley, EE.UU.

Nállarett, conocida en varios países de forma cariñosa como Gigi, era una gran botánica y científica, además de ser una persona dulce, empática, creativa y brillante. Ella deja un gran legado científico en sus docenas de artículos, sus miles de especímenes botánicos colectados y sus descripciones de varias especies nuevas para la ciencia. Será recordada por todos los botánicos que cruzan caminos con Caraipa davilae y Compsoneura nallarettiana, ambas especies endémicas del Perú, nombradas en su honor. Nállarett era una especialista y apasionada en bosques de arena blanca, hábitats de suelos pobres dentro de la cuenca amazónica que para ella resultaron áreas fértiles para estudiar la evolución de las maravillosas plantas que los habitan. Igualmente, deja un gran legado humano por su bella forma de ser, su generosidad y su sonrisa luminosa, marcando la vida de sus amigos y colegas de forma profunda. Nállarett es y será extrañada entrañablemente por todos quienes tuvimos la suerte de conocerla. Que descanse en paz.

Biografía corta1

Nállarett Marina Dávila Cardozo nació el 19 de octubre de 1980 en Buen Paso, una comunidad ubicada en el distrito de Mazán en Loreto, Perú. Después de su educación primaria en Mazán en el colegio Jorge Basadre y su educación secundaria en Iquitos en el colegio Sagrado Corazón, estudió desde 1997 hasta 2002 en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana en Iquitos. Junto a su gran amigo y colega Marcos Antonio Ríos Paredes, realizó la tesis de pregrado en la Estación Biológica Quebrada Blanco, investigando la composición y diversidad de árboles en una hectárea de bosque de tierra firme. En 2007 fue alumna y becaria del curso de Sistemática de Plantas Tropicales en Costa Rica de la Organización para Estudios Tropicales.

Realizó su Maestría en Botánica desde 2009 hasta 2011 en el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía en Manaus, Brasil, bajo la supervisión de Alberto Vicentini, culminando en un estudio de las Rubiáceas de los bosques de arena blanca del Parque Nacional Viruá. Para su doctorado en Biología Vegetal en la Universidad Estadual de Campinas, trabajó bajo la supervisión de Luiza Kinoshita desde 2011 hasta 2016, realizando un estudio de la Sistemática y Biogeografía de Platycarpum, un género de Rubiaceae que crece en suelos de arena blanca y turberas amazónicas. Realizó un posdoctorado en la Universidad Estadual de Amazonas en Brasil de 2017 hasta 2019. Desde 2019 trabajó como investigadora en el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana.

Participó en inventarios florísticos en la Amazonía, Caatinga y Mata Atlántica; dictó cursos de campo de identificación botánica en Perú, Brasil y Guyana Francesa; colectó alrededor de 7.000 ejemplares botánicos y publicó más de 40 artículos científicos, igual que diversos libros y capítulos de libros.

Conocí a Nállarett en Iquitos durante mi visita al Herbario Amazonense a fines de 2004. Nállarett estaba identificando el material botánico colectado en parcelas florísticas establecidas en bosques de tierra firme de Loreto, como parte del proyecto de Nigel Pitman. Nállarett tenía buen sentido del humor. Recuerdo aquella tarde en la que reímos mucho de mi asombro al darme cuenta de que habíamos estado por varias horas trabajando unas muestras botánicas junto al reconocido botánico Robin Foster, a quien Nállarett lo presentó como Robin y yo no lo había reconocido. Para ese entonces, Nállarett dominaba la botánica y esta habilidad la llevó a unirse al IIAP a mediados de 2005. Trabajamos juntas en la recuperación de las colecciones biológicas del Centro de Investigaciones Jenaro Herrera. Con su conocimiento y dedicación, se logró actualizar las determinaciones de los árboles del arboreto y de las muestras botánicas del Herbario Herrerense. Nállarett tenía mucha paciencia para enseñar a identificar las plantas.

Motivó a muchos colegas y estudiantes por la botánica, como al parataxónomo Nidsen Saavedra, quien decía que su aprendizaje sobre las plantas se lo debía a la motivación generada por Nállarett. Valoraba a sus amistades y siempre resaltaba sus cualidades, es así como tuve el placer de conocer y trabajar también con Dilys Vela, Elvis Valderrama, Marcos Ríos y Lourdes Ruck.

Durante 2006-2008, Nállarett fue investigadora del IIAP, participó en el establecimiento y remedición de parcelas permanentes de la Red Amazónica de Inventarios Forestales (RAINFOR) y en diversos inventarios rápidos organizados por el Field Museum de Chicago, e hizo estadías en herbarios en el exterior. En 2007 publicamos nuestro trabajo sobre la producción de raíces del cesto tamshi (Thoracocarpus bissectus) en Folia Amazónica. En 2008, Nállarett lideró la elaboración de guías de identificación botánica de especies comunes y de especies forestales maderables. Desarrollamos juntas el curso de botánica tropical en Jenaro Herrera. En 2009, Nállarett se mudó a Brasil donde hizo sus estudios de postgrado. A pesar de la distancia, siempre encontramos oportunidades para rencontrarnos.

Durante 10 años, Nállarett continuó su desarrollo profesional en Brasil, contribuyendo al conocimiento de la flora amazónica y liderando estudios taxonómicos en los bosques de arena blanca en Brasil, Venezuela, Colombia y Perú, la Mata Atlántica y la Caatinga en Brasil. En marzo de 2019, Nállarett regresó al Perú y formó parte de mi equipo de investigación en el IIAP. Pocos meses después partí rumbo al Reino Unido. Sentimos mucha nostalgia, pues habíamos esperado muchos años para volver a trabajar juntas y el destino nos volvía a separar. Nállarett lideró con mucha dedicación al grupo de investigación en el IIAP, consiguió fondos de investigación y continuó con sus publicaciones científicas. Varios le debemos a ella nuestros conocimientos sobre la botánica; otros y otras también disfrutamos de su amistad, generosidad y humildad, y estoy segura de que todos y todas nos que- damos con el recuerdo de la gran persona y profesional que fue.

Eurídice N. Honorio Coronado

NERC Knowledge Exchange Fellow

University of St Andrews, UK

Figura 1 Eurídice y Nállarett en Iricahua, 2007. Foto de Eurídice Honorio 

La botánica e investigadora peruana Nállarett Marina Dávila Cardozo dejó un brillante legado marcado por más de dos décadas dedicadas al estudio de la flora amazónica, especialmente en Loreto, Perú y Amazonas, Brasil. La mayor pasión de Nállarett era el trabajo de campo. A lo largo de su carrera, desempeñó un papel esencial en los inventarios rápidos del Field Museum en el Perú y en muchos otros estudios florísticos en todo Brasil. Más reciente- mente, junto a científicos peruanos y colombianos, Nállarett participó en la expedición binacional cuenca del río Putumayo. Su amabilidad y disposición para ayudar y trabajar fueron sobresalientes, dejando amigos donde fuera que iba. Una de ellas fue la investigadora brasileña Fernanda Cabral, quien honró a Nállarett al nombrar una especie de planta peruana en su honor, Caraipa davilae (Calophyllaceae). Nállarett también fue socia y amiga del programa Field Guides.

Además de hacer guías y contribuir con fotos a nuestra base de datos de Plantas Vivas, ayudó a otros botánicos a conectarse con nuestro equipo y el Herbario del Field Museum, lo que dio como resultado el establecimiento y la expansión de una gran red de socios a largo plazo en Brasil. Echaremos de menos a Gigi compasiva, divertida y sabia.

Juliana G. Philipp

Field Guides Initiative Senior Coordinator

The Field Museum, EEUU

Figura 2 Nállarett revisando especímenes en el herbario del Field Museum, ella soñaba con retornar algún día. Foto de J. Philipp. 

Conocí a Nállarett por primera vez en el otoño de 2004 en un inventario rápido organizado por el Field Museum en el territorio Matsés. La invitaron a formar parte del equipo de botánica junto conmigo, Italo Mesones, Corine Vriesendorp y Robin Foster. Inmediatamente me impresionó su conocimiento y amor por las plantas, su entusiasmo por el trabajo de campo, pero igualmente su humor sutil y sus comentarios agudos. Rápidamente nos hicimos amigos y comencé a invitarla a acompañar nuestras expediciones para estudiar Protium en varios lugares de la Amazonía peruana. Hubo un incidente chistoso en el río Blanco, donde en una pequeña comunidad ubicada más de dos días río arriba de Requena, mientras estábamos desesperados por encontrar un lugar para acampar, nos encontramos con una persona conocida por Nállarett que vivía allí y que nos hospedó en su casa. Ella la saludó con su típica manera de ser, sencilla, y solo más tarde me enteré de que eran primas hermanas y que no se habían visto en años!

Unos años después, recibimos con Chris Baraloto un financiamiento para instalar muchas parcelas permanentes en la Amazonía peruana y la Guayana Francesa, y estudiar la composición de las especies del bosque y las características de los árboles que promueven la especialización de hábitats. Contraté a Nállarett para codirigir la parte de campo del proyecto con Italo Mesones, y ella trabajó durante casi cuatro años con nosotros en ese proyecto (2008-2011). Nállarett ayudó a instalar casi 40 par- celas en la Amazonía peruana, recolectando e identificando miles de especímenes y organizando todos los datos. La segunda fase de este proyecto implicó que Nállarett y Marcos Ríos pasaran meses en el Jardín Botánico de Missouri estandarizando todas las identificaciones de especies tanto del Perú como de la Guayana Francesa, pudiendo llegar a estimaciones precisas de la diversidad de especies y el recambio en los bosques en ambos lados de la Amazonía (ver Baraloto et al. 2021).

En esa misma época, Nállarett organizó un curso de campo con Eurídice Honorio en Jenaro Herrera en el que pude participar como instructor. Aquí pude ver brillar el liderazgo y las habilidades organizativas de Nállarett, así como su pasión por enseñar y orientar a otros. Poco después, ingresó al programa de maestría en INPA, dominando el idioma portugués y la burocracia brasileña como si no fueran gran cosa; y luego recibió su doctorado en UNI- CAMP. En 2014, Nállarett se unió como co-instructora en otro curso de campo amazónico, reuniendo a estudiantes y científicos de los Estados Unidos, Perú, Brasil y la Guayana Francesa. Me emocionó volver a conectarme con ella cuando regresó a Iquitos en 2019 para ser investigadora en el IIAP. Empezamos a colaborar en algunos proyectos nuevos y en 2022 nos acompañó al río Pintuyacu y nos ayudó a instalar parcelas permanentes para estudiar a las palmeras. Empezó a trabajar en una guía fotográfica de palmeras y también trajo consigo a un estudiante de la UNAP a quien estaba asesorando y ayudando con su proyecto de tesis sobre plantas ribereñas. Pasamos un tiempo maravilloso en el bosque juntos, encontrando nuevas plantas, hongos y ranas y riéndonos de chistes de ha- ce veinte años. Hicimos planes para hacer otro curso de botánica en Jenaro Herrera en 2023 o 2024 y estoy devastado porque ella no estará allí con nosotros, y sé que lo que más le gustaba era enseñar identificación de plantas y hacer trabajo de campo con los estudiantes.

De todos los estudiantes y jóvenes profesionales que he tenido el privilegio de asesorar en mi carrera, Nállarett ha sido la persona que más orgulloso me ha hecho sentir debido a sus numerosos éxitos. La admiraba no solo por sus habilidades botánicas increíblemente buenas y su pasión por la selva tropical y las personas que viven en ella, sino también por su capacidad para combatir el sexismo y ser ella misma en un entorno dominado por hombres y, a menudo, machista. Nállarett tenía una habilidad increíble para generar respeto y colaboración en todos los que se cruzaban en su camino. Era una pensadora profunda, una conversadora maravillosa y una amiga hermosa. La extraño mucho.

Paul V. A. Fine

Professor

University of California, Berkeley, EEUU

Figura 3 Nállarett en campo. Foto de Paul Fine. 

Conocí a Nállarett en 2003, año en que me instalé en la ciudad de Iquitos para desarrollar un proyecto de investigación posdoctoral sobre los árboles de Loreto. En esa época Nállarett hacía su licenciatura en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana. Me la presentó otro estudiante, Marcos Ríos, quien había participado en la primera salida de campo del proyecto, durante la cual realizamos inventarios de árboles cerca de la frontera Ecuador-Perú. Mi primera impresión de Nállarett fue la de una joven científica tímida y callada. Me equivoqué. En cuestión de minutos comenzaron a surgir esa sonrisa jocosa y esas observaciones perspicaces por las cuales hoy la recordamos yo y tantos otros colegas alrededor del mundo.

Bajo mi supervisión Nállarett hizo su tesis de licenciatura, para la cual desarrolló los primeros inventarios de árboles en la Estación Biológica Quebrada Blanco. Lo hizo con éxito, con alegría y sin más ayuda mía que unos consejos imprecisos. Al poco tiempo estaba de regreso al herbario con cientos de especímenes propios para procesar e identificar y comparar con los miles de otras colecciones que habíamos traído desde los cuatro rincones de Loreto. Tantos días, semanas y meses que pasamos en ese herbario, conociendo y olvidando y volviendo a conocer las incontables formas de vida de los bosques más ricos del planeta, inmersos en la flora loretana entre hallazgos y enredos. Y la verdad, ¿qué mejor acompañamiento podría pedirse para tal desafío que la juventud, el don de la perspicacia y una sonrisa jocosa?

Tal vez el mejor recuerdo que tengo de ese año es una foto de Nállarett y Marcos sentados en el piso del herbario, rodeados por una exagerada diversidad de morfoespecies de la familia Chrysobalanaceae, como si flotaran en una balsa a la deriva sobre el inmenso océano de biodiversidad loretana. Qué honor haber viajado juntos por un tiempo por esos mares indescifrables. Me consuela reflexionar que hoy Nállarett se encuentra rodeada, ya no por una cantidad de misterios florísticos aún por resolverse, sino por el sinnúmero de árboles, hierbas y arbustos amazónicos cuyos misterios ella resolvió.

Y es que son decenas. Como experta taxonómica de la familia Rubiaceae, Nállarett describió las especies Platycarpum vriesendorpiae, Platycarpum loretense e Isertia psammophila. Como colectora de plantas colectó alrededor de 7000 especímenes de herbario y descubrió por lo menos 11 especies nuevas para la ciencia, siendo colectora primaria o secundaria de los tipos de Calyptranthes carinata, Isertia psammophila, Tetrameranthus trichocarpus, Hoffmannia coriacea, Pepinia werffii, Munnozia ortiziae, Ocotea coriaceae, Anthurium chatarraense, Platycarpum vriesendorpiae, Protium alvarezianum y Palicourea ucayalina. Entre las muchas otras especies de plantas nuevas que colectó antes de su descripción figuran Monotagma nutans, Tococa costoides, Calyptranthes carinata, Dilkea cuneata, Vochysia moskovitsiana, Parkia nana, Protium urophyllidium, Ixora froelichiana, Colubrina amazonica, Sloanea yasuniana y Sloanea grandezii.

Rodeada por semejantes laureles, que descanse en paz.

Nigel Pitman

Mellon Senior Conservation Ecologist, Senior Research Scientist & Adjunct Curator of Botany

The Field Museum, EEUU

Figura 4 Nállarett Dávila y Marcos Ríos en el herbario de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana en 2003, rodeados por las especies distintas de una sola familia de árboles. Foto de Nigel Pitman 

Tuve la suerte de caminar por muchos kilómetros en bosques loretanos con Nállarett, escudriñando juntas las copas de los árboles, oliendo muestras de sus cortezas, revisando las venas de sus hojas, acordándonos de sus nombres y haciendo colectas de todo lo que encontramos con frutos y flores. Durante más de ocho años, Nállarett participó como experta botánica en los inventarios rápidos del Field Museum en varias cuencas loretanas, entre ellas los ríos Gálvez, Yaquerana, Blanco, Nanay, Mazán, Arabela, Güeppí, Ere, Campuya y Algodón. Era incansable y alegre en el campo, gozaba profundamente del acto de andar, mirar, identificar, preguntar, colectar e integrar todo ese conocimiento para entender mejor la distribución y evolución de las plantas amazónicas.

La conocí hace 20 años junto a Marcos Ríos en la calle, en Iquitos. Nigel Pitman me presentó a los dos como jóvenes botánicos que acababan de establecer una parcela de una hectárea cerca del río Blanco. Recuerdo perfectamente el momento, allí estaban los dos, algo tímidos, con sonrisas grandes y un deseo profundo de aprender todo sobre las plantas de Loreto. No sabia en ese momento que ambos se convertirían en una parte clave y central de mi vida y nuestro equipo, así como, junto a varios de sus amigos cercanos, en los principales expertos de la flora megadiversa loretana.

Un chiste recurrente nuestro fue que, para ser mujer botánica en Loreto, tenías que nacer con un nombre distintivo, como Nállarett y sus grandes amigas y colegas Dilys y Euridice. Cuando las tres viajaban juntas, sabías que iban a producir información increíble sobre las plantas de cualquier zona, sonrisas plenas en todos los que se enteraban de que esos eran sus nombres reales, e incredulidad y maravilla cuando la gente se daba cuenta de que esas mujeres de nombres increíbles sabían tanto sobre plantas.

A primera vista, Nállarett andaba de forma tímida por el mundo. Todos los que tuvimos la suerte de tenerla cerca en la vida aprendimos que, además de tener una forma sencilla y humilde, en el fondo era una persona profunda, sensible, graciosa, y, sobretodo, generosa. Su generosidad extendía más allá del mundo de la botánica, también se reflejaba en sus interacciones con las comunidades locales. El año pasado, Nállarett participó en un inventario binacional en el río Putumayo, co-liderado por el IIAP de Perú y el Instituto SINCHI de Colombia. Varios meses después hablé de casualidad con Germán, el presidente de la Federación Indígena Kichwa Murui Medio Putumayo (FIKIMMEP), la federación indígena peruana en esa zona. Cuando le pregunté por la expedición, espontáneamente me contó sobre la buenísima impresión que tuvieron él y las comunidades de Nállarett, ¡tanto así que hasta nombraron una laguna en su honor! Me alegra saber que cerca del río Ere y su unión con el río Putumayo, existe la Cocha Nállarett, un lugar lleno de vida, y que esa sea una de las tantas maneras en que ella, su generosidad y su conexión con la gente y el territorio perdurarán por la eternidad.

Nállarett dejó Iquitos para realizar su maestría y su doctorado en Brasil y luego regresó para ser investigadora en el IIAP. Esa es, sin duda, una verdadera historia de éxito; la historia de alguien que no solamente fue suficientemente valiente para salir de su país y hacer sus estudios en un nuevo idioma, sino que, además de eso, volvió a su tierra natal para dedicar sus numerosos talentos para conocer mejor la flora de la región de Loreto, uno de los lugares mas diversos del mundo. Era como un faro en el IIAP, una luz que invitaba a la colaboración, la investigación y la conexión, alguien que siempre tenía sueños de dictar más cursos, realizar más estudios, escribir más artículos, producir más guías de campo y colectar más plantas.

Nállarett era más que una colega, era una gran amiga. La voy a extrañar terriblemente, ya lo estoy haciendo y sé que muchos sentimos lo mismo.

La conclusión de sus amigos en Iquitos después del servicio íntimo que marcó su vida, fue "acercarnos más y estar más presentes en la vida de uno y otro.” Que así sea, que nos juntamos para acordarnos con alegría de la vida de nuestra querida Nállarett, una mujer realmente extraordinaria, y que tratemos siempre de andar por el mundo acordándonos de su sonrisa y su habilidad innata, de mirar una planta más, de caminar un kilómetro más, de buscar el nombre de la planta misteriosa que vimos el día anterior, de aprender más, de compartir más.

Corine F. Vriesendorp

Director, Andes-Amazon Program The Field Museum, EEUU

Figura 5 Nállarett Dávila y Marcos Ríos prensando plantas con alegría durante el inventario rápido de los ríos Ere, Campuya y Algodón, Perú en 2012. Foto de Federico Pardo 

11 Texto recopilado con base en homenajes del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) en Iquitos, Perú y el Instituto Nacional de Investigaciones en la Amazonía (INPA) en Manaus, Brasil, igual que informaciones del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC)

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