1. Introducción
La semántica formal (Montague, 1970; Lewis, 1970; Parsons, 1968) tuvo su origen en la lógica y se percibe como un engarce entre la sintaxis y el contenido semántico de las expresiones. Así, las entidades y propiedades de las que se habla en la definición de un suceso se conciben como unidades de carácter abstracto y relacional.
Para entender los procesos de mantenimiento, es necesario recurrir a la definición de estado (Σ) atributivo, formalizado como Σ (ϒ, Π), donde existe una relación entre una entidad (ϒ) y una propiedad (Π), la cual se puede definir como una función que agrupa a todas las entidades que la poseen. Tanto los estados como los procesos se entienden dentro de una jerarquía, en la que los primeros son la entidad básica a partir de la cual se construyen los procesos.
Teniendo en cuenta esta definición de estado atributivo, se pueden concebir los procesos de mutación. Según Moreno (2003), estos se definen por «un cambio de estado […] atributivo. En un estado atributivo se predica una propiedad de una entidad. […] Si se produce un cambio en esa propiedad, la entidad pasa a estar en un nuevo estado atributivo y se produce un proceso que denominamos mutación» (p.129). No obstante, la presente investigación versa sobre un tipo específico de proceso de mutación, en la cual se mantiene una sola propiedad a lo largo de un periodo temporal, en una transición nula: los estados de origen y de destino son equivalentes. Esta definición coloca a los procesos de mantenimiento como un tipo más periférico de mutación; no obstante, cumplen los requisitos propuestos según Moreno para la viabilidad de un proceso de este tipo:
a. El individuo protagonista de las dos atribuciones debe ser el mismo.
b. Las dos propiedades atribuidas deberán estar relacionadas semánticamente: pueden ser idénticas o pertenecer a una escala graduable. (p.130)
En efecto, los procesos de mantenimiento cumplen ambas condiciones: involucran a una sola entidad y relacionan propiedades que, en este caso, mantienen relación de identidad. La formalización de estos procesos es la siguiente: Σ (ϒ, P) → Σ (ϒ, P).
Para las correspondencias sintácticas del presente análisis, necesarias en un acercamiento formal, se empleará la teoría de X-Barra (Jackendoff, 1977), desarrollada a partir de las propuestas de la teoría estándar extendida (Chomsky et al, 1979). Myoto (2005) la define como la que «explicita la naturaleza del constituyente, las relaciones que se establecen dentro de él y el modo como los constituyentes se ordenan jerárquicamente para formar una oración» (p. 5). De esta forma, atiende a la formación sintáctica y a la representación de constituyentes a partir de su núcleo, mismo que determina las relaciones internas. Dichas se marcan en tres niveles no lineales: el nivel SX, el cual se encuentra más arriba; el nivel X`, que se desprende del SX y el nivel del núcleo X, el cual se desprende del nivel medio, como se puede observar a continuación (Gráfico 1):
Esta investigación se concentra en la lengua quechua hablada en Huánuco o del Huallaga (Weber, 1996), que se caracteriza por presentar una sintaxis sufijativa principalmente. De esta forma, los morfemas funcionan como un conector que afecta a los elementos asociados en una oración. Como expone Weber (1996) en el siguiente ejemplo:
«Ama micuychu» nisha yorapa wayuyninta...
[[[«Ama miku-y-u» ni-sa-:] yo:ra ]-pa wayu+y-nin ]-ta ... no comer-2IMP-NEG decir-SUB-lP árbol -GEN fruto-3P -OBJ ‘el fruto del árbol del que les dije «No coman»...’
Así, se observó que el quechua de Huánuco presenta sufijos cuyo valor no se limita a añadir propiedades, sino que su uso es vital en la constitución de oraciones, pues agrega información de carácter imprescindible, sin la cual la oración carecería de sentido o tendría uno distinto al que se pretende comunicar. Cabe resaltar que las investigaciones en quechua bajo el enfoque de la semántica son escasas en el Perú. Entre ellas, podemos resaltar, por ejemplo, el trabajo de Manallay, P. (2018) sobre las metáforas y metonimias conceptualizadas en la mente de los hablantes quechuas para la creación toponímica en la región de Huamalíes-Huánuco.
Asimismo, Hinttz, D. (2017) realiza un estudio sobre la relación de las categorías gramaticales con la semántica cognitiva, enfatizando en la configuración del aspecto verbal en el quechua de Conchucos. Finalmente, se puede mencionar el estudio de Gálvez, I., Gálvez, I. & Domínguez F. (2016), quienes elaboraron un artículo acerca de los aspectos semánticos en la polisemia somática del quechua de Ayacucho-Chanca, donde se analizan los términos «uma» y «simi».
No obstante, la teoría semántica que predomina en las investigaciones mencionadas anteriormente corresponde a la semántica cognitiva (Lakoff y Johnson, 1980; George Lakoff, 1987; Ronald Langacker, 1987), pero se deja de lado aspectos de la semántica oracional en quechua. Por ello, nuestra investigación se enmarca principalmente en la semántica formal, la cual establece vínculos entre la semántica y la sintaxis.
Otro concepto de importancia en esta investigación es la evidencialidad, que ha sido ampliamente estudiada por distintos autores, desde varios enfoques (Chafe y Nichols, 1986; Willett, 1988; Aikhenvald, 2004). El punto de encuentro radica en que esta noción resulta un factor importante en el estudio semántico de las lenguas. De manera general, la evidencialidad expresa la fuente de la que proviene la información que se comunica. Esta fuente puede ser directamente percibida por el hablante, reportada o incluso fruto de inferencias. Debido a esta compleja red semántica, los trabajos sobre estas manifestaciones se abocan a precisar los alcances de los distintos tipos de evidenciales.
En quechua, el estudio de los evidenciales (Nuckolls, 1993; Floyd, 1993; Faller, 2002) distingue esencialmente tres tipos. Existen varias hipótesis para su delimitación, pues su aparición en distintos contextos, tales como narraciones oníricas o eventos que aún no suceden, así como el mismo concepto de convicción de veracidad dificultan la posibilidad de una definición totalmente excluyente y unitaria.
Por todo ello, además de codificar la fuente y la veracidad de la información que se brinda, se reconoce el carácter polisémico de esta partícula en una explicación más amplia de su red semántica. Sobre ello, Floyd (1997) menciona lo siguiente:
Una categoría estructurada radialmente, compuesta por un prototipo y varias extensiones. Esquemáticamente, -mi indica la convicción personal del hablante en cuanto a la veracidad de lo expresado. Los casos prototípicos [...] son aquellos en los que la responsabilidad asumida por el hablante se justifica mediante la experiencia personal. La responsabilidad del hablante puede también justificarse a base del punto hasta donde interprete la situación como bajo su control. (p. 84)
Este estudio gira en torno a la alternancia del sufijo evidencial dentro de los procesos de mantenimiento en el quechua de Huánuco o del Huallaga. El objetivo general de este artículo es describir la estructura semántica del sufijo evidencial {-mi} en los estados atributivos y los procesos de mantenimiento en el quechua de Huánuco. Para ello, es necesario identificar cómo se componen las estructuras sintácticas que denotan los estados atributivos y los procesos de mantenimiento. Asimismo, es necesario determinar las partículas a las que se adhiere el sufijo evidencial.
2. Materiales y métodos
El presente trabajo de investigación es de tipo descriptivo-explicativo, ya que se estudian los elementos sintácticos y semánticos de los estados atributivos en el quechua, con el fin de explicar la alternancia del uso de evidenciales directos a partir de la experiencia del sujeto. El enfoque de investigación es cualitativo, pues la muestra es descriptiva y no se cuantifica, esto es, no mide numéricamente las variables.
Se elaboró un corpus representativo como método de recolección de datos (Ver Anexo 1). Este consiste de 11 oraciones que denotan estados atributivos. Luego, se le solicitó al colaborador expresar la oración del proceso, con la finalidad de explicar la alternancia del evidencial en ambas instancias
2.1. Técnica de recojo de datos
Debido a la situación mundial de emergencia sanitaria a causa del COVID-19, este trabajo de investigación se ha reducido a una escasa muestra de informantes con la finalidad de guardar la salud de todos. Por ello, el colaborador que se seleccionó fue un familiar directo del hogar.
A continuación, se mostrará un cuadro con la información con los datos del colaborador:
Nombre | Edad-sexo | Lugar de nacimiento/Lugar de residencia | Lengua materna |
---|---|---|---|
María Chavez Albino | 50 años-Mujer | Departamento de Huánuco, provincia Dos de Mayo, distrito de Angas. Lima, San Juan de Lurigancho | Quechua y castellano |
Los instrumentos que se utilizaron fueron imágenes (Ver Anexo 2) que representaban estados atributivos tanto en sujetos animados como en fenómenos atmosféricos; una libreta de notas y lapicero. Las entrevistas se ejecutaron los días 22, 29 y 31 de agosto del 2020. Tuvieron una duración de 2 horas por día.
2.2 Procedimiento
Se realizaron tres entrevistas. La primera entrevista tuvo la finalidad de ver si la colaboradora era competente en la lengua quechua, ya que informó que «recordaba poco» por ello se le preguntó, en primera instancia, si sabía reconocer elementos de la realidad propia del sujeto y de su entorno como partes del cuerpo; se le hizo nombrar elementos de la naturaleza y del campo mediante imágenes; se le pidió que las expresara en quechua, luego se le explicó los estados atributivos de manera muy general, a fin de evitar confusión y así obtener de manera natural el proceso mantenimiento.
En la segunda entrevista se le presentó las 11 oraciones de estados atributivos y se explicó que estas iniciaban a una hora determinada y que después de unas horas o días, el estado no cambiaba, de esta forma se obtuvo de manera natural la elicitación de los procesos de mantenimiento. Finalmente en la tercera entrevista, se le leía los estados y los procesos al colaborador para corroborar la información obtenida en las anteriores sesiones, también, se le cambiaba el orden a la palabra que expresaba la continuidad (jinala) y se omitía el uso del evidencial (-mi) para dar cuenta si tenía repercusión en el significado de las oraciones y si el hablante lo notaba; con ello se motivaba al colaborar a participar activamente en el proceso de reconocimiento de elementos sintáctico-semánticos de su lengua materna. Los comentarios de la colaboradora fueron de gran utilidad para realizar el trabajo. Este corpus lingüístico fue analizado e interpretado conforme a la realidad de la hablante y su visión del mundo de acuerdo a su cultura originaria.
3. Análisis
3.1 Mantenimientos de sujeto personal
Las oraciones de este apartado se analizarán centrando la atención en el sufijo evidencial directo -mi en su acepción de experiencia interna, es decir, aquella que describe lo que siente el hablante física o emocionalmente. Sobre este aspecto de la red semántica del evidencial de primera mano, Floyd (1997) menciona:
En cuanto al campo del ego de experiencia no visual interna, el evidencial directo marca diversos aspectos de la conciencia de sí mismo que el hablante posee basada en la propia experiencia como ser sensitivo: sus estados internos, su conciencia de lo que sabe, su autovaloración, y algunas otras actividades y experiencias personales. (p.90)
Este caso resulta el más prototípico para el uso del evidencial, pues constituye la experiencia más cercana al hablante, que es la personal. A continuación, se mostrará el análisis de dos oraciones: la primera de experiencia física y la segunda de experiencia emocional.
En (1a) se aprecia un estado atributivo, en el cual se emplea el evidencial -mi. Luego en 1b se aprecia un proceso de mantenimiento.
a. Umami hinalami nanayka
Estado atributivo inicial/final: (6) ‘UMA: MI NANAYKA’
/uma:mi nana-yka/
N. sufj1pp. Sufj.Evi V Sufj.VPProg.
lit: «Cabeza mia (info. direct) doliendo»
La cabeza está doliendo
Formalización: Σ1 = Σ2 = Σ(uma:mi:, nanayka)
Proceso de mantenimiento: ‘UMA:MI HINALAMI NANAYKA’
/uma:mi hina-la-mi nana-yka/
N sufj.1pp. sufj.Evi. «lo mismo»-sufj.enclí. sufj.evide V-sufj VPProg. 1sg
lit: «Cabeza mi todavía(info.direct) doliendo»
La cabeza sigue doliendo
Formalización: Σ(uma:mi, nanayka) → Σ (uma:mi, nanayka)
El carácter sintáctico del proceso analizado puede verse en el siguiente gráfico:
En la Figura 1 se aprecia que el proceso de mantenimiento está representado por un SN. De allí, se desprende un SAdv, ocupado por el adverbio de mantenimiento hinalami. El núcleo del SN lo ocupa el N uma:mi, que alude a la entidad paciente y lo complementa un SV que está ocupado por la propiedad mantenida nanayka (inicial y final).
b. Hinalami rabiashmi kayka
Estado atributivo inicial/final: (7) ‘RABIASHMI KAYKA’
/rabia-sh-mi ka-yka/
Adj.sufijo.verbalizadorsufj.Evi. V.estar-. Sufj.Vp Prog. 1sg
lit: «Rabiando (info direct) estando yo»
Estoy molesta
Formalización: Σ1 = Σ2 = Σ(noqa, rabiashmi)
Proceso de mantenimiento: ‘HINALAMI RABIASHMI KAYKA’
/hina-la-mi rabia-sh-mi ka-yka/
Adj. Sufj. Enclí. sufj Evid. Adj. sufj. verbalizador. V.estar.Vpprog. 1sg
lit: «lo mismo sigo (info.direct) rabiando(info.direct) estando yo» Sigo muy molesta
Formalización: Σ(noqa, rabiashmi) →Σ(noqa, rabiashmi)
El carácter sintáctico del proceso analizado puede verse en el siguiente gráfico:
En la Figura 2 se aprecia que el proceso de mantenimiento está representado también por un SN. De allí, se desprende un SAdv, ocupado por el adverbio de mantenimiento hinalami. El núcleo del SN lo ocupa el N noqa, que alude a la entidad paciente, en este cao tácita, y lo complementa un SV que está ocupado por la propiedad mantenida rabiashmi (inicial y final).
Como se aprecia, ambos casos exponen la misma estructura según los gráficos arbóreos. El SN se bifurca en un SAdv, que actúa como especificador y es el adverbio de mantenimiento; y el núcleo es la entidad paciente. Finalmente, el complemento es un SV, que expone la propiedad mantenida.
3.2 Fenómenos meteorológicos
Luego de analizar procesos de experiencia interna, el análisis continúa con procesos que indican experiencia externa. Para este estudio, se emplean fenómenos meteorológicos, que pueden percibirse y deben comprobarse con los sentidos. Estos procesos forman parte de una experiencia también prototípica y por lo tanto de evidencia tangible externa y confiable para que el hablante asuma responsabilidad sobre su veracidad. Sobre la evidencia sensorial, Floyd (1997) indica: El quechua wanka no posee marcadores que distinguen la evidencia obtenida a través de las modalidades visual y no visual. Aunque la evidencia visual se indica típicamente, el evidencial directo también podría emplearse en oraciones que se basan en evidencia obtenida a través de otras modalidades sensoriales. (p.94) Las siguientes oraciones analizadas incluyen la evidencia visual, auditiva y táctil.
a. Hinalami tamiaykan
Estado atributivo inicial/final: (2) ‘KANAN TAMYAYKAN’
/kanan tamya-ykan/
ADV.T llover-VPProg. 3sg lit: «Ahora lloviendo está »
Está lloviendo ahora
Formalización: Σ1 = Σ2 = Σ(-, tamyaykan)
Proceso de mantenimiento: ‘HINALAMI TAMYAYKAN’
/hina-la-mi tamya-yka-n/
«lo mismo» sufj enclít. sufj-Evi. N -VPProg. 3sg
lit: Todavía (info. direc) lloviendo está
Sigue lloviendo
Formalización: Σ(-, tamyaykan) → Σ (-, tamyaykan)
El carácter sintáctico del proceso analizado puede verse en el siguiente gráfico:
En la Figura 3 se aprecia que el proceso de mantenimiento está representado ahora por un SV. De allí, como en el apartado anterior, se desprende un SAdv, ocupado por el adverbio de mantenimiento. La diferencia más notable es que en este caso es que el núcleo del SV lo ocupa el V tamyaykan, que representa la propiedad mantenida, y ya no se aprecia una entidad paciente. Así, el lugar de complemento no está ocupado.
b. Hinalami pukutash
Estado atributivo inicial/final: (3) ‘KANAN PUKUTASH’
/kanan puku-ta-sh/
ADV.T. N-sufj. Verbalizador-sufj. Nominalizador
lit: «ahora neblinea»
Ahora está nublado
Formalización: Σ1 = Σ2 = Σ(-, pukutash)
Proceso de mantenimiento: ‘HINALAMI PUKUTASH’
/hina-la-mi puku-ta-sh/
«lo mismo» sufj.enclí-Evi. N-sufj. verblizador-sufj. Nominalizador lit: «Todavía (info. direc) neblinea»
Sigue nublado
Formalización: Σ(-, pukutash) → Σ(-, pukutash)
El carácter sintáctico del proceso analizado puede verse en el siguiente gráfico:
En la Figura 4 se aprecia que el proceso de mantenimiento también está representado por un SV. De allí, se desprende un SAdv, ocupado por el adverbio de mantenimiento. Al igual que en el caso anterior, el núcleo del SV lo ocupa la propiedad mantenida, y ya no se aprecia una entidad paciente.
En este apartado también existe una estructura semejante; un SV que tiene como especificador al adverbio de mantenimiento y como núcleo a la propiedad mantenida; así también, ya no existe una entidad paciente.
3.3 Sujetos animados ajenos al hablante
Finalmente, el siguiente grupo de oraciones constituye el caso menos prototípico para el uso del evidencial de primera mano: la certidumbre sin experiencia. Esto se explicará posteriormente en los resultados.
La hipótesis que se planteó en este trabajo es que este tipo de oraciones, como muchos otros, pueden alegar al aspecto semántico de control sobre una acción futura a corto plazo. Este no se alejaría de la certeza de la veracidad, sino que la reforzaría. Este aspecto de control es explicado por Floyd (1997):
Los eventos sobre los que el hablante puede ejercer el mayor grado de control son, naturalmente, los que están directamente relacionados con él, especialmente aquellos en los que es un participante activo y voluntario, en el marco temporal que sigue inmediatamente a la realidad presente. (p.108)
Las siguientes oraciones se formulan con sujetos animados ajenos al paciente, sobre los cuales, este pueda ejercer algún tipo de control en un futuro a corto plazo.
Hinalami chyuche: puñuñayka
Estado atributivo inicial/final: (11) ‘CHYUCHE: PUÑUÑAYKA’
/chyuche: puñuña-yka/
N Sufj.1P V Sufj. PProg.
lit: «Niño está durmiendo»
niño está durmiendo
Formalización: Σ1 = Σ2 = Σ(chyuche:, puñuñayka)
Proceso de mantenimiento: ‘ HINALAMI CHYUCHE: PUÑUÑAYKA’
/hina-la-mi chyuche: puñuña-yka/
«lo mismo» sufj.enclí. N sufj.1pp V Sufj.PProg.
«Lo mismo sigue niño durmiendo»
Niño sigue durmiendo
Formalización: Σ(chyuche:, puñuñayka) → Σ (chyuche:, puñuñayka)
El carácter sintáctico del proceso analizado puede verse en el siguiente gráfico:
En la Figura 5, el proceso de mantenimiento está representado ahora por un SN nuevamente. De allí, como en el apartado anterior, se desprende un SAdv, ocupado por el adverbio de mantenimiento. En este caso, vuelve a apreciarse una entidad paciente, ubicado como núcleo y complementándolo, está la propiedad mantenida a modo de SV, que es puñuñayka.
b. Kay walpa hinalami kaykan ullu
Estado atributivo inicial/final: (1) ‘KAY WALPA ULLU KAYKAN’
/kay walpa ullu ka-ykan/
Det N adj ser-Cont.Suf.3p
lit: Esta gallina flaca estando
La gallina está flaca
Formalización: Σ1 = Σ2 = Σ(walpa, ullu)
Proceso de mantenimiento: ‘KAY WALPA HINALAMI KAYKAN ULLU’
/kay walpa hinala-mi ka-ykan ullu/
Det. N «lo mismo sigue»-sufj.Evi. Ser-Cont -Sufj 3p.sg Adj
lit: «Esta gallina lo mismo sigue estando flaca»
Esta gallina sigue flaca
Formalización: Σ(walpa, ullu) → Σ(walpa, ullu)
El carácter sintáctico del proceso analizado puede verse en el siguiente gráfico:
En la Figura 6, se aprecia que el proceso de mantenimiento está representado ahora por un SV. Este se compone de un SN, ocupado por la entidad paciente kay hualpa, y un SV duplicado, del que se desprende el especificador a modo de SAdv y el núcleo, ocupado por el verbo kaykan. En este caso, la propiedad mantenida está a modo de SAdj, como complemento.
4. Resultados y discusión
Con respecto a la red semántica del evidencial de primera mano o evidencial directo, primero, se encuentra el uso del evidencial en procesos que implican experiencia interna (ver entradas x, y, z). En este caso, la aparición de la partícula -mi es regular, pues aparece tanto en los estados, como en los procesos de mantenimiento. La experiencia interna, al ser personal, constituye una situación cuya veracidad, sí, puede ser aseverada por el hablante, y solo por él, en general. Para construcciones que se refieran a experiencias personales ajenas al usuario, es más común el uso del conjetural y el reportativo, más no es imposible encontrar el evidencial de primera mano. (Floyd, 1997). La regularidad de la aparición parece reforzar la idea que este tipo de experiencia es la más cercana al hablante. La existencia de un dolor de cabeza, expresada en el estado y la continuidad del mismo en el proceso tiene que ver con un aspecto personal que puede no ser evidente para otros, por lo que la presencia de la partícula -mi está justificada. Así también con la rabia o molestia.
Sobre las construcciones que utilizan el evidencial para una experiencia que pudo haber sido denominada de experiencia externa, se presentó una irregularidad de aparición del evidencial de primera mano. Este no se manifestaba en los estados, sino solo en los procesos. Se podría postular que la aparición irregular se debe al mismo proceso de mantenimiento y su periodo prolongado de atribución en sí. Bajo esta premisa, decir por ejemplo, que la gallina sigue flaca tiene más potencial de alguna acción futura del sujeto locutor (engordar a la gallina, que se ha mantenido flaca por un tiempo considerable), a comparación de solo expresar que la gallina tiene la propiedad de estar flaca.
La acepción de control que posee el evidencial no se aleja de la de certeza de la veracidad de forma significativa, sino que la refuerza. El usuario que emplea la partícula no puede tener certeza sobre algo que no sucede aún; con lo que no se ha producido una experiencia directa. Sin embargo, la confianza con respecto a dicho evento potencial puede justificarse si lo percibe como algo que está bajo su control. El uso del evidencial de primera mano mostraría entonces que la intención del hablante es informar también la posibilidad que tiene de tomar acción sobre cierto suceso si así lo requiere la situación misma o el interlocutor al que lo informa. Al ser un caso en el que un proceso ha mantenido una duración considerable, dicha acción a tomar, probablemente, esté relacionada al cese o cambio de curso del proceso en cuestión. El cese del sueño de un niño, que puede haber sido demasiado extenso o el engorde de una gallina flaca, que puede ser contraproducente.
El uso de este mismo evidencial en oraciones que manifiestan cierto tipo de experiencia externa perceptible por los sentidos, en fenómenos meteorológicos, constituye una evidencia que también es de importancia para aseverar la veracidad de un suceso, pero es de carácter externo al hablante. En este caso, el uso del evidencial es también irregular; es decir, no aparece en los estados, sino solo en los procesos de mantenimiento. Para esta irregularidad, no se puede postular la acepción de control, pues se entiende que el hablante no tiene control directo sobre los mismos en un futuro a corto plazo. Por lo tanto, se postula que la aparición exclusiva en los procesos se debe a que para informar que sigue lloviendo se requiere una evidencia renovada o actualizada perceptible por los sentidos.
Así, no bastaría la primera observación o percepción para informar dicho mantenimiento, sino que es necesaria una corroboración para hacerlo. Esta confirmación, segunda visualización, segunda escucha o segundo tacto, que solo se realiza para poder informar el mantenimiento; es la que justificaría la presencia irregular del evidencial -mi. En una situación hipotética, para decir Kanan pukutash (‘está nublado’), se puede guiar de una experiencia secundaria, que se percibe, por ejemplo, mientras se camina por el campo haciendo otras actividades. No sucede así, si se quiere informar que Hinalami pukutash (‘sigue nublado’), para lo cual se esperaría, generalmente, que el individuo necesite una segunda experiencia que será el centro de su atención en aras de confirmar el mantenimiento, y por tanto, asegurar la veracidad del enunciado.
Ahora bien, con respecto a las estructuras sintácticas que se observaron en el análisis de estados y procesos, las observaciones fueron las siguientes: los estados atributivos se caracterizan por reconocer una entidad paciente en el sintagma nominal, aunque cabe mencionar, que en una ocasión esta entidad no se manifestó, es decir, era un sujeto tácito (‘noqa’) que solo evidenciaba sus características como sufijo del verbo ‘kayka:’. De forma similar, los fenómenos meteorológicos son impersonales y no manifiestan entidad paciente, sino solo verbos y adverbios de tiempo (‘kanan’) en estados y de mantenimiento (‘hinalami’) en procesos. Las propiedades mantenidas aparecen como adjetivos (‘ullu’) o gerundios (‘uñuñayka’). Finalmente, el adverbio que indica mantenimiento es siempre hinalami (SAdv), construcción sobre la cual se discutirá a continuación.
Por último, creemos necesario mencionar que según se analizan los datos en relación a los procesos de mantenimiento en el quechua huanuqueño, se observó la concurrencia de la palabra hinala. Esta es utilizada para expresar continuidad de la propiedad en el proceso de mantenimiento; sería la unión del adjetivo /hina/ «así mismo, lo mismo, igual» y el sufijo enclítico {-raq} «continua». A lo largo de las entrevistas el informante ya no distingue el adjetivo y el enclítico presente en otros adjetivos, por lo que proponemos que esta unión ha sido causada por un proceso de gramaticalización. Las partículas hinala y {-raq} que antes tenían significado autónomo, ahora son elementos fusionados y significan seguir. «Los procesos de gramaticalización relacionan la sintaxis y el discurso con la morfología: a partir del uso discursivo de determinadas categorías léxicas, surgen habitualmente una serie de valores gramaticales que, al convencionalizarse, pueden convertir el lexema originario en una categoría funcional, que pierde progresivamente independencia morfosintáctica y tiende a fusionarse con otro elemento» (Pérez Saldanya, 1998). Consideramos que se debe de investigar aún más este cambio, además de ampliar los datos para afirmar o negar su posibilidad.
5. Conclusiones
Es importante aclarar que el alcance de esta investigación es reducido, por lo que las intuiciones aquí planteadas no pueden ser sino primeras impresiones, que requieren profundización y estudios de mayor cobertura, con una cantidad extendida de colaboradores y de mayor tiempo de observación. Habiendo dicho ello, para finalizar este análisis somero de los estados atributivos y los procesos de mantenimiento del quechua huanuqueño, arribamos a las siguientes conclusiones.
El uso de evidenciales en el quechua huanuqueño varía según la experiencia del hablante, tanto en los procesos de mantenimiento como en los estados atributivos de los que se derivan. La irregularidad del empleo del evidencial de primera mano se percibe como un indicador importante de la red semántica del mismo. Así, se muestra regular en estados y procesos que muestran la experiencia más cercana al hablante (experiencia interna) y se torna irregular cuando esta experiencia se aleja del mismo (experiencia externa) o no existe en absoluto (noción de control).
La motivación del uso del sufijo -mi cuando refiere a la experiencia interna sería el confirmar la veracidad del enunciado cuando puede no ser comprobable por el interlocutor. En cuanto a las construcciones que involucran experiencia externa, la aparición del evidencial exclusiva a los procesos estaría justificada por la necesidad de corroboración de información y el estatus de foco de atención que se le otorga a esta percepción sensorial.
En lo que respecta al uso irregular en oraciones que involucran experiencia nula, el empleo exclusivo del evidencial en los procesos, se debería a la noción de control del mismo. El usuario estaría consciente del control que podría ejercer sobre la entidad de la que habla al haber mantenido esta cierta propiedad por un periodo prolongado de tiempo. Es esta prolongación la que podría motivar una toma de acción por parte del hablante para cambiar o cesar el mantenimiento.
Sobre los resultados en las observaciones sintácticas, creemos prudente mencionar que existen irregularidades notorias, las cuales exigen un corpus de mayor extensión. No obstante, las entidades pacientes, si se muestran, siempre lo hacen en sintagmas nominales; y las propiedades iniciales y finales, en adjetivos o gerundios.
La unidad más constante en la sintaxis es hinalami, adverbio que indica el mantenimiento de propiedades. Sobre ella, puede intuir un proceso de gramaticalización, pues habría sido anteriormente la unión del adjetivo /jina/ ‘lo mismo’ y el sufijo enclítico /-raq/, partícula que denota ‘continúa’. Por un proceso fonológico de lateralización, /-raq/ habría resultado /-la/ y ambos componentes se habrían vuelto indistinguibles como unidades separadas. Así, se fusionaron en ‘hinala’, que pasó a significar «seguir».
Para finalizar, esperamos que las limitaciones metodológicas se solucionen con prontitud para ahondar en la alternancia del uso de evidenciales y las características sintácticas involucradas en los procesos de mantenimiento en el quechua huanuqueño, así como un estudio fonológico e histórico que pueda devenir en un trabajo aparte sobre la gramaticalización encontrada. Hasta entonces, un estudio bibliográfico más extenso es apremiante para este primer acercamiento a dichos fenómenos.