1. Introducción
La lengua japonesa se caracteriza por el orden Sujeto + Objeto + Verbo, a diferencia del español que presenta un orden de Sujeto + Verbo + Objeto (Cardona, 2000). Además, presenta partículas en frases y oraciones. Las partículas son palabras auxiliares que se utilizan para indicar las funciones de sujeto, complemento directo, complemento circunstancial, entre otros. Estas no guardan correspondencia en el español, como por ejemplo las partículas de función semántica y de función estructural.
Considerando la polivalencia de la partícula -ni, el objetivo general de este trabajo es analizar su significado y función en oraciones que refieren estados en la lengua japonesa. Asimismo, se pretende explicar su relación con otras partículas también utilizadas en este tipo de oraciones, así como la alternancia de los verbos aru e iru.
La partícula -ni puede ser estructural (sin significado) o presentar carga semántica (temporal, espacial y existencia). Por ello, nos preguntamos qué determina la presencia y variación de esta en las oraciones locativas. Cabe mencionar que no se pretende establecer una generalización, sino solo brindar un acercamiento al comportamiento variable de las partículas en esta lengua.
2. Marco referencial
2.1 La semántica formal
El lenguaje formal es una herramienta de análisis que se representa las relaciones entre entidades y propiedades que forman parte de los modelos. En otras palabras, este tipo de lenguajes abstraen los contenidos de los enunciados. Así, el lenguaje natural es fundamentalmente ambiguo, mientras que el lenguaje formal es esencialmente preciso.
Según Varona (2020) la semántica formal se sirve de las técnicas lógicas de los lenguajes formales. La tarea de la Semántica formal es construir sistemas lógicos capaces de representar formalmente las expresiones del lenguaje natural. Según Moreno Cabrera (2003), la semántica no nos entrega el contenido conceptual de las expresiones, sino que ella es el enlace formal entre la sintaxis y dicho contenido.
Los sucesos se definen y estructuran unos a partir de otros en las oraciones simples, y pueden ser de tres tipos: estados, procesos o acciones. El interés de la presente investigación recae sobre las oraciones que refieren estados. Un estado es concebido como un predicado que relaciona una entidad con un lugar o con una propiedad. En el primer caso el estado es locativo, por ejemplo: David está en Madrid, y en el segundo, atributivo, por ejemplo: Juan es alto. Según Langacker (citado por Moreno Cabrera, 2003), ambos tipos de estados denotan una relación de atemporalidad; de esta manera, la relación no está determinada en base al tiempo en el que ocurren estos sucesos. Además, los adjetivos adverbios y preposiciones denotan relaciones atemporales.
3. Materiales y métodos
La presente investigación es de tipo descriptivo-explicativo. Se emplea el marco teórico de la semántica formal. El corpus incluye solo oraciones simples que refieren estados locativos, de esta manera se presentan las oraciones en japonés, la traducción literal (el significado de cada palabra y partícula en español), la traducción al español y la formalización de este tipo de oraciones según la propuesta de Moreno Cabrera (2003).
El método empleado para la recolección del corpus consistió en entrevistas a dos hablantes bilingües japonés-español (uno nativo y un no nativo) residentes en Japón. En las entrevistas, primero se mostró imágenes al hablante nativo con el fin de evocar la elicitación de las oraciones que refieran a estados locativos, preguntando por el lugar o posición en el que estaban los objetos o personas mostrados. Posteriormente, el hablante no nativo contribuyó con la traducción de las oraciones.
4. Análisis
4.1 Localizaciones excesivas
En primer lugar, describiremos las oraciones excesivas, las cuales tienen como característica que un individuo A se localiza cerca o al lado sin tener contacto con un individuo B.
En (1) se presenta una relación de localización, entre las entidades on’nanoko (‘niña’) y teeburu (‘mesa’). Específicamente se presenta una relación subesiva, puesto que la niña se posiciona shita («debajo») de teeburu (mesa). En la oración aparece el verbo imasu porque on’nanoko (niña) es un ser con voluntad. Además, se presenta la partícula wa encargada de marcar el sujeto de la oración on’nanoko (niña). Otra partícula con carga semántica que se presenta es no la cual expresa que existe una relación entre on’nanoko (niña) y teeburu (mesa). En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio shita (abajo) y el verbo imasu (estar) (Figura 1).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 1 se representa del siguiente modo: ∑shita (On’nanoko, teeburu), donde shita es un adverbio que expresa una localización subesiva.
Como se observa en el Gráfico 1, la partícula ni acompaña al adverbio shita (abajo) no aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función estructural, ya que se presenta de manera anterior al verbo imasu (estar).
En (2) se presenta una relación de localización, entre las entidades bōru (pelota) y teeburu (mesa). Específicamente se presenta una relación subesiva, puesto que la pelota se posiciona shita («debajo») de teeburu (mesa). En la oración aparece el verbo arimasu porque bōru (pelota) es un ser sin voluntad. Además, se presenta
la partícula wa encargada de marcar el sujeto de la oración bōru (pelota). Otra partícula con carga semántica que se presenta es no la cual expresa que existe una relación entre bōru (pelota) y teeburu (mesa). En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio shita (abajo) y el verbo arimasu (estar) (Figura 2).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 2 se representa del siguiente modo: ∑shita (Booru, teeburu), donde shita es un adverbio que expresa una localización subesiva.
Como se observa en el Gráfico 2, la partícula ni acompaña al adverbio shita (abajo) no aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función estructural, ya que se presenta de manera anterior al verbo arimasu (estar).
En (3) se presenta una relación de localización, entre las entidades ie (casa) y ki (arbol). Específicamente se presenta una relación destral, puesto que la casa se posiciona migigawa (a la derecha) del ki (arbol). En la oración aparece el verbo arimasu porque ie (casa) es un ser sin voluntad. Además, se presenta la partícula ga esta cumple una función meramente estructural ya que no aporta algún significado en la oración. En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio migigawa (a la derecha) y el verbo arimasu (haber) (Figura 3).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 3 se representa del siguiente modo: ∑migigawa (Ie, ki) donde migigawa es un adverbio que expresa una localización destral.
Como se observa en el Gráfico 3, la partícula ni acompaña al adverbio migigawa (a la derecha) aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función semántica, ya que se presenta de manera anterior al sustantivo ki (árbol).
En (4) se presenta una relación de localización, entre las entidades inu (perro) y tabemono (comida). Específicamente se presenta una relación adhesiva, puesto que el perro se posiciona chikaku (cerca) de tabemono (comida). En la oración aparece el verbo imasu porque inu (perro) es un ser con voluntad. Además, se presenta la partícula wa encargada de marcar el sujeto de la oración inu (perro). Otra partícula con carga semántica que se presenta es no la cual expresa que existe una relación entre inu (perro) y tabemono (comida). En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio chikaku (cerca) y el verbo imasu (estar) (Figura 4).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 4 se representa del siguiente modo: ∑ chikaku (Ie, ki) donde chikaku es un adverbio que expresa una localización adhesiva.
Como se observa en el Gráfico 4, la partícula ni acompaña al adverbio chikaku (cerca) no aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función estructural, ya que se presenta de manera anterior al verbo imasu (estar).
4.2 Localizaciones inesivas
En segundo lugar, describiremos las oraciones excesivas, las cuales tienen como característica que un individuo A se localiza cerca o al lado de un individuo B, manteniendo contacto.
En (5) se presenta una relación de localización, entre las entidades kodomo (niño) y hako (caja). Específicamente se presenta una relación interior, puesto que el niño se posiciona naka (dentro) de hako (caja). En la oración aparece el verbo imasu porque kodomo (niño) es un ser con voluntad. Además, se presenta la partícula wa encargada de marcar el sujeto de la oración kodomo (niño). Otra partícula con carga semántica que se presenta es no la cual expresa que existe una relación entre kodomo (niño) y hako (caja). En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio naka (dentro) y el verbo imasu (estar) (Figura 5).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 5 se representa del siguiente modo: ∑ naka (Kodomo, hako) donde naka es un adverbio que expresa una localización interior.
Como se observa en el Gráfico 5, la partícula ni acompaña al adverbio naka (dentro) no aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función estructural, ya que se presenta de manera anterior al verbo imasu (estar).
En (6) se presenta una relación de localización, entre las entidades ringo (manzana) y hon (libro). Específicamente se presenta una relación supresiva, puesto que la manzana se posiciona ue (arriba) de hon (libro). En la oración aparece el verbo arimasu porque ringo (manzana) es un ser sin voluntad. Además, se presenta la partícula wa encargada de marcar el sujeto de la oración ringo (manzana). Otra partícula con carga semántica que se presenta es no la cual expresa que existe una relación entre ringo (manzana) y hon (libro). En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio ue (arriba) y el verbo arimasu (estar) (Figura 6).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 6 se representa del siguiente modo: ∑ ue (Ringo, hon) donde ue es un adverbio que expresa una localización supresiva.
Como se observa en el Gráfico 6, la partícula ni acompaña al adverbio ue (dentro) no aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función estructural, ya que se presenta de manera anterior al verbo arimasu (estar).
En (7) se presenta una relación de localización, entre las entidades hon (libro) y ringo (manzana). Específicamente se presenta una relación subesiva, puesto que el libro se posiciona shita (abajo) de ringo (manzana). En la oración aparece el verbo arimasu porque hon (libro) es un ser sin voluntad. Además, se presenta la partícula wa encargada de marcar el sujeto de la oración hon (libro). Otra partícula con carga semántica que se presenta es no la cual expresa que existe una relación entre hon (libro) y ringo (manzana). En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio shita (abajo) y el verbo arimasu (estar) (Figura 7).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 7 se representa del siguiente modo: ∑ shita (Ringo, hon) donde shita es un adverbio que expresa una localización supresiva.
Como se observa en el Gráfico 7, la partícula ni acompaña al adverbio shita (abajo) no aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función estructural, ya que se presenta de manera anterior al verbo arimasu (estar).
En (8) se presenta una relación de localización, entre las entidades supuun (cuchara) y teberu (mesa). Específicamente se presenta una relación orativa, puesto que que la cuchara se posiciona sumikko (al borde) de teberu (mesa). En la oración aparece el verbo arimasu porque supuun (cuchara) es un ser sin voluntad. Además, se presenta no la cual expresa que existe una relación entre supuun (cuchara) y teberu (mesa). En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio sumikko (al borde) y el verbo arimasu (estar) (Figura 8).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 8 se representa del siguiente modo: ∑ sumikko (Supuun, teburu) donde sumikko es un adverbio que expresa una localización orativa.
Como se observa en el Gráfico 8, la partícula ni acompaña al adverbio sumikko (al borde) no aporta un significado, por lo tanto, cumple solo una función estructural, ya que se presenta de manera anterior al verbo arimasu (estar).
En (9) se presenta una relación de localización, entre las entidades sara (plato) y hana (flor). Específicamente se presenta una relación medial, puesto que la flor se posiciona mannaka (al centro) de sara (plato). En la oración aparece el verbo arimasu porque hana (flor) es un ser sin voluntad. Además, se presenta la partícula wa encargada de marcar el sujeto de la oración hana (flor). Otra partícula que se presenta es ga esta cumple una función meramente estructural ya que no aporta algún significado en la oración. En cuanto a la partícula ni, esta se presenta entre el adverbio mannaka (al centro) y el verbo arimasu (haber) (Figura 9).
De acuerdo con lo establecido en la semántica formal, emplearemos el símbolo sigma para representar la relación atributiva de las entidades con el lugar o propiedad. De modo que la oración 9 se representa del siguiente modo: ∑ mannaka (Hana, sara) donde mannaka es un adverbio que expresa una localización medial.
Como se observa en el Gráfico 9, la partícula ni acompaña al adverbio mannaka (al centro) aportando un significado, por lo tanto, cumple solo una función semántica, ya que se presenta de manera anterior al sustantivo hana (flor).
5. Resultados y Discusión
A partir del análisis observamos que las oraciones simples que expresan estados locativos -excesivos e inesivos- no presentaron diferencias en cuanto al uso de las partículas, ni en el orden estructural de la oración. A continuación, se presenta un cuadro con las partículas en japonesas usadas en el corpus, donde se muestra su significación o uso (Tabla 1).
Partículas | wa | no | ni | ga | |
Significado/uso | Marca el tema en la oración. | Partícula que relaciona o ubica objetos entre sí; sujeto y objeto | Marcar el lugar de una acción que expresa permanencia temporal. | Cuando a este le antecede un adverbio y le precede un verbo de existencia: arimasu o imasu. | Cuando a este le antecede un nombre y le precede un verbo de existencia: arimasu o imasu. |
Función semántica | Función estructural |
Como se observa en el corpus se presentan dos partículas estructurales: ni y ga, que oscilan. Ambas partículas se presentan de manera anterior al verbo de la oración, la deferencia de una u otra radica en que la primera se presenta después del adverbio, y la segunda se presenta después de un nombre, respectivamente.
Las partículas con carga semántica del presente corpus son tres: La primera es wa, esta remite al tema o tópico oracional (Imaeda, Kumano, Suzuki & Fujino, 2012); en otras palabras, aquel del cual se hablará en la oración. La segunda es no, la cual aporta el significado de relación entre dos objetos o un objeto y un sujeto. La tercera es ni, contribuye aportando el significado de permanencia temporal.
Por otro lado, se presenta una oscilación entre los verbos arimasu e imasu (equivalentes al verbo estar). La existencia de estos verbos en la oración se explica si en esta se incluye un tópico inanimado (sin voluntad) se presenta el primer verbo, y de ser un tópico animado (con voluntad) se presentará el segundo verbo. A continuación, se presenta un cuadro que explica la oscilación entre los verbos arimasu e imasu (Tabla 2).
6. Conclusión
La relación que se estable entre las entidades de las oraciones presentadas en el corpus es determinada por los adverbios, comprobando de esta manera los adjetivos, adverbios y preposiciones denotan este tipo de relaciones atemporales según Langacker (1986, como se citó en Moreno, 2003). Este autor menciona que las relaciones temporales pueden presentarse en la oración; sin embargo, no desempeñan un papel central. Entonces, aunque aparezca la partícula ni (marca de temporalidad) la relación locativa sigue siendo la determinante en la oración. Además, este trabajo da cuenta de la relación entre la semántica y la sintaxis, tal como describe la teoría de la semántica formal; puesto que, la inserción u omisión de la partícula wa modifica el orden sintáctico de la oración. Por otro lado, cabe mencionar que independiente de presentarse una localización inesiva o excesiva, la partícula ni puede aportar carga semántica o cumplir solo una función estructural.