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Lengua y Sociedad

versión impresa ISSN 1729-9721versión On-line ISSN 2413-2659

Leng. Soc. vol.22 no.1 Lima ene./jun. 2023  Epub 12-Mayo-2023

http://dx.doi.org/10.15381/lengsoc.v22i1.23572 

Artículos académicos

Las metáforas en las adivinanzas o watuchis quechuas: un estudio desde la semántica cognitiva

Metaphors in quechua riddles or watuchis: a study from cognitive semantics

Metáforas em enigmas quechua ou watuchis: um estudo a partir da semântica cognitiva

1 Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Cusco, Perú. niel.palomino@unsaac.edu.pe

2 Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Cusco, Perú. roxssana.arredondo@unsaac.edu.pe

Resumen

El propósito del estudio es identificar, clasificar y exponer las metáforas en las adivinanzas o watuchis quechuas, así como los procedimientos cognitivos para su creación. Para ello, se indagará en la teoría de las metáforas propuesta por Lakoff y Johnson (1980), en el libro Metaphors We Live By. Metodológicamente, el corpus se encuentra integrado por cincuenta adivinanzas que fueron recopiladas y transcritas del libro Watuchikuna. El cual ha sido publicado en 1986 por el Centro Andino de Educación y Promoción (CADEP) "José María Arguedas" (Cusco-Perú). Los resultados muestran que, en las adivinanzas quechuas, los objetos, los frutos y los animales son personas; las plantas, animales; los animales, objetos; los objetos, seres vivos. Asimismo, que el cuerpo es planta y el camino es objeto. El artículo concluye que la mayoría de los watuchis quechuas son ontológicas. Además, en la experiencia perceptual, corpórea y cultural del quechuahablante la tierra es un ser que tiene vida. Por lo tanto, todo lo que en ella existe tiene vida o se personifica para ser expresada mediante las adivinanzas.

Palabras clave: watuchi o adivinanza quechua; metáforas de la vida cotidiana; clases de metáfora; expresiones metafóricas

Abstract

The purpose of the study is to identify, classify and expose the metaphors in Quechua riddles or watuchis, as well as the cognitive procedures for their creation. For this purpose, we will investigate the theory of metaphors proposed by Lakoff and Johnson (1980), in the book Metaphors We Live By. Methodologically, the corpus is composed of fifty riddles that were compiled and transcribed from the book Watuchikuna. This book was published in 1986 by the Centro Andino de Educación y Promoción (CADEP) "José María Arguedas" (Cusco-Peru). The results show that, in Quechua riddles, objects, fruits and animals are people; plants, animals; animals, objects; objects, living beings. Likewise, the body is a plant and the road is an object. The article concludes that most Quechua watuchis are ontological. Furthermore, in the perceptual, corporeal and cultural experience of the Quechua speaker the earth is a being that has life. Therefore, everything that exists in it has life or is personified to be expressed through the riddles.

Keywords: Watuchi or Quechua riddle; everyday life metaphors; metaphor classes; metaphorical expressions

Resumo

O objectivo do estudo é identificar, classificar e expor as metáforas nos enigmas ou watuchis de Quechua, bem como os procedimentos cognitivos para a sua criação. Para o efeito, iremos investigar a teoria das metáforas proposta por Lakoff e Johnson (1980), no livro Metaphors We Live By. Metodologicamente, o corpus é composto por cinquenta enigmas que foram recolhidos e transcritos do livro Watuchikuna. O livro foi publicado em 1986 pelo Centro Andino de Educación y Promoción (CADEP) "José María Arguedas" (Cusco-Peru). Os resultados mostram que, nos enigmas quíchua, os objectos, frutas e animais são pessoas; plantas, animais; animais, objectos; objectos, seres vivos. Da mesma forma, o corpo é uma planta e a estrada é um objecto. O artigo conclui que a maioria dos watuchis quíchua são ontológicos. Além disso, na experiência perceptiva, corpórea e cultural do orador quíchua, a terra é um ser que tem vida. Portanto, tudo o que nela existe tem vida ou é personificado para ser expresso através dos enigmas.

Palavras-chave: Watuchi ou enigma Quechua; metáforas da vida quotidiana; classes de metáforas; expressões metafóricas

1. Introducción

La prístina y generalizada acepción del vocablo adivinanza es que se trata de un texto breve que exige dos acciones: la descripción encubierta de algo y la adivinación de lo descrito. Asimismo, es una actividad lúdica netamente humana y colectiva, inventada y practicada por el hombre con fines recreativos. No obstante, vista desde la semántica cognitiva y, específicamente, desde la teoría de las metáforas de la vida cotidiana de Lakoff y Johnson (1986), viene a ser un mecanismo cognitivo dinámico e interesante para aprehender y expresar cualquier tipo de experiencia sensorial de manera indirecta o metafórica. De la misma forma, su propio acto de adivinación, que siempre es sorpresivo, exige una altísima actividad mental de parte del adivinador, que generalmente, no adivina o no acierta con la respuesta.

Es muy probable que este juego mental y léxico sea universal a la raza humana. Entre los quechuahablantes, existe esta adivinanza, y ellos la denominan watuchi o imasmari. Actividad que realizan como un pasatiempo mientras descansan después de sus actividades cotidianas, ya sea entre amigos, familiares o la comunidad. Incluso, en los últimos tiempos, en el caso cusqueño, algunos locutores con el propósito de mantener activo a sus oyentes expresan las adivinanzas, de la misma manera, los docentes de quechua a sus alumnos.

Aunque no exactamente desde la semántica cognitiva, sino desde la antropología, son antecedentes de esta pesquisa, los trabajos de Raymundo (2006) y Altamirano (1984). El primero afirma que lo más resaltante de los watuchis es que evidencia la relación del hombre quechua con la naturaleza, con la flora y la fauna, como también, con los utensilios y el cuerpo del hombre. Por su parte, el segundo, considera que además de representar la enorme facultad creativa del runa quechua, desempeñan diversas funciones en la vida del campesino como de socialización y distracción, las cuales demuestran el pleno conocimiento que tiene el hombre sobre su cuerpo, las plantas y los animales.

Por lo manifestado líneas arriba, en la investigación se propone: identificar, clasificar y exponer las metáforas en los watuchis (adivinanzas) quechuas, como también, la identificación de los procedimientos cognitivos a los que se ha recurrido en la creación de las metáforas en las adivinanzas, a través de los métodos de análisis propios de la semántica cognitiva. Este trabajo es novedoso debido a que los watuchis en la lengua quechua han sido estudiados como parte del folklore andino mediante su recopilación; pero no se encuentran investigaciones referidas al análisis desde la semántica cognitiva. En ese sentido, se considera que los resultados permitirán conocer los diversos mecanismos cognitivos a los cuales recurren los quechuahablantes para configurar las metáforas en los watuchis.

2. Marco conceptual

2.1. La metáfora

La metáfora es un recurso eminentemente cognitivo que consiste en asimilar, comprender y expresar a un ser con cualidades de otro.

La metáfora es un fenómeno de cognición, en el cual, un área semántica o dominio se representa conceptualmente en términos de otro. Esto quiere decir que utilizamos nuestro conocimiento de un campo conceptual, por lo general concreto o cercano a la experiencia física, para estructurar un campo que suele ser más abstracto. (Soriano, 2012, p. 97)

No existe otra modalidad de entender y expresar lo que se percibe y entiende, sino es a través de la metáfora. La palabra misma es una evidente metáfora de la percepción y del pensamiento. Y el hombre es el único ser capaz de crear y entender metáforas. La metaforización es la facultad privativa de todos los seres humanos y no solo de los poetas. La metáfora se encuentra impregnada en la comunicación humana cotidiana, ya que el hombre no se comunica con palabras, sino con metáforas. Cuenca y Hilferty (2007), precisan con contundencia: "La metáfora es un fenómeno tan ubicuo y tan usual que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de su presencia en nuestro propio discurso" (p. 98).

En términos simples, una metáfora es una asociación analógica entre dos seres u objetos que comparten ciertos rasgos. Esa comparación es un procedimiento cognitivo resultado de la capacidad metafórica del hombre al margen de que sea poeta o no. "Por una parte, la metáfora se presenta en el lenguaje alterando el sistema establecido; por otra, constituye un procedimiento mental para comprender y expresar situaciones complejas sirviéndose de conceptos más básicos y conocidos" (Llamas, 2005, pp. 127128).

A través de la metáfora, el ser humano asimila y manifiesta la realidad que percibe. En esa experiencia cognitiva de aprehensión y exteriorización metafórica, según Fajardo (2006): "La metáfora no solamente organiza o reorganiza la realidad que enfrentamos, sino que es capaz de crearla y recrearla a partir de las conexiones que se establecen entre los elementos que la constituyen" (p. 48).

2.1.1 Los dominios en la estructura de las metáforas

En breves palabras, la metáfora es comprender a algo con características de otro. En dicha comprensión se hace necesaria la concurrencia de dos entes: uno es el metaforizante y otro, el metaforizado. La presencia expresa del metaforizante es obligatoria, en cambio del metaforizado puede ser expresa o tácita. Así, en la expresión: las nubes son algodones del cielo hay una metáfora. Las nubes son entendidas con características de algodones. Asimismo, hay dos elementos: algodones (metaforizante) y nubes (metaforizado). Se puede manifestar solo el metaforizante algodones del cielo y el componente metaforizado nubes queda implícito en la comprensión.

En la estructura interna de las metáforas existen dos tipos de dominio: origen y destino. Cuenca y Hilferty (2007) afirman: "Llamaremos dominio origen al dominio que presta sus conceptos y dominio destino al dominio sobre el que se superponen dichos conceptos" (p. 101). En la expresión metafórica quechua: Yuraq kirusapa warmi, p’aqu chuqcha (Mujer de dientes albos y cabellera rubia), que hace referencia al chuqllu (choclo); el que recibe las características, el que va a ser metaforizado es el chuqllu (dominio meta) y el que presta las características, el ser que se usa para metaforizar es la warmi kirusapa p’aqu chuqcha; es decir, mujer rubia con hartos dientes (dominio fuente).

En el análisis cognitivo de las metáforas se habla frecuentemente de metáforas y expresiones metafóricas, las primeras agrupan a las segundas; esto es, la metáfora es una idea genérica y abstracta y la expresión metafórica es específica y concreta. A ello, se podría agregar también la idea de que la metáfora conceptual es el hiperónimo y la expresión metafórica es el hipónimo. En tal sentido, una sola metáfora conceptual puede generar y agrupar a varias expresiones metafóricas, o a partir de una metáfora, pueden generarse varias expresiones metafóricas, en un caso evidente de categorización. Massimino (2006) precisa: "Las metáforas conceptuales no se dan en el nivel de las palabras sino en el de la comprensión" (p. 41) . En ese sentido, la metáfora es una deducción que hace el investigador, a partir de la o las expresiones metafóricas que se hallan en todo tipo de discursos.

Llamas (2005), establece también una distinción entre la metáfora conceptual y las expresiones metafóricas. "Las metáforas conceptuales son esquemas abstractos que sirven para agrupar expresiones metafóricas, mientras que las expresiones metafóricas son casi individuales de una metáfora conceptual" (p. 128)

A continuación, en la Tabla 1 se presentan, como ejemplo, las expresiones metafóricas y las metáforas:

Tabla 1 Ejemplos de metáforas conceptuales y de expresiones metafóricas 

Expresiones metafóricas Metáfora
Mira qué lejos hemos llegado. EL AMOR ES UN VIAJE
Ha sido un camino largo y lleno de tropiezos.
Puede que tengamos que seguir por caminos separados.
Le hervía la sangre. LA IRA ES CALOR
Por fin, explotó.
Se le calentaron los ánimos.
Está que arde.

Otro ejemplo más actual se encuentra en los estudios de Lovón et al. (2021, p. 167).

Expresión metafórica: Luchamos contra un enemigo invisible. Fuente: Donald Trump, presidente de EE. UU., Vozpópuli (15-4-20).

Al respecto, los autores concluyen que la expresión metafórica "Luchamos contra un enemigo invisible", genera la metáfora siguiente: LA PANDEMIA ES UNA GUERRA.

Toda metáfora, necesariamente se estructura sobre la base de las correspondencias mutuas entre el dominio origen y el dominio meta. Entre estos dominios existen ciertos rasgos comunes que pertenecen a los dos. Esa pertenencia o correspondencia es lo que permite decir A es B; entonces, las implicancias conceptuales de la metáfora se pueden describir a través de dos tipos de correspondencias: una ontológica y otra epistémica.

Una metáfora conceptual se describe a través de las correspondencias -ontológicas o epistémicas- que se establecen entre ambos dominios. De un lado, las correspondencias ontológicas son aquellas relaciones que existen entre las estructuras de los dominios, mientras que, de otro, las epistémicas son las correspondencias entre el conocimiento que poseemos acerca de esos mismos dominios. (Hilferty, como se citó en Llamas, 2005, p. 130)

En el planteamiento anterior, se puede precisar que el primer caso de correspondencia se refiere a las propiedades objetivas de la entidad comparada; mientras que el segundo, concierne a los rasgos interaccionales.

2.1.2 Tipología de las metáforas

Lakoff y Johnson (1986) en su clásico libro Metáforas de la vida cotidiana, han establecido tres tipos de metáforas. Sin embargo, se debe dejar claro que en un discurso real, estas metáforas se complementan armoniosamente. En tal sentido, las tres clases de metáforas son las siguientes:

a. Metáforas estructurales. Aquellas que, considerando una semejanza entre dos dominios, asigna al segundo las cualidades del primero. Sin embargo, "Las metáforas estructurales (como el ARGUMENTO RACIONAL ES UNA GUERRA) nos permiten mucho más que orientar conceptos, referirnos a ellos, cuantificarlos, etc. […], nos permiten además utilizar un concepto muy estructurado y claramente delineado para estructurar otros" (Lakoff y Johnson, 1986, p. 101). En esta clase de metáforas un dominio matriz sirve de base para que se estructuren las demás. Así, a partir de la metáfora UN DISCURSO ES TEJIDO se estructuran las siguientes proyecciones metafóricas: hablaba como borracho, no hilvanaba bien sus ideas, perdí el hilo de su exposición, estaba tan nervioso que no pudo hilar bien ni una sola oración.

b. Metáforas orientacionales. Aquellas en las que el dominio origen se refiere a la orientación espacial como arriba - abajo, adentro - afuera, izquierda - derecha, adelante - atrás, etc. Como cuando expresamos, no puedes seguir sufriendo por lo que te pasó, tienes que levantarte.

Las metáforas orientacionales que connotan las expresiones es FELIZ ES ARRIBA - TRISTE ES ABAJO. Aunque no parezca, estas metáforas tienen una base o sustento corporal y orgánico. Pues cuando estamos alegres nuestro cuerpo asume una postura gallarda, erguida, y, si estamos tristes, nuestra cabeza se inclina y el mismo cuerpo se encorva.

c. Metáforas ontológicas. Aquellas en las cuales ciertas actividades, emociones, fenómenos, acontecimientos, ideas, etc., generalmente abstractas, se entienden y expresan como si fueran seres, entes o sustancias concretas. Llamas (2005) alega: "De un lado, las correspondencias ontológicas son aquellas relaciones que existen entre las estructuras de los dominios, mientras que, de otro modo, las epistémicas son las correspondencias entre el conocimiento que poseemos acerca de esos mismos dominios" (pp. 160-163)

En la metáfora ontológica, un fenómeno se considera como sustancia, recipiente o persona. Así, por ejemplo, la metáfora LA MENTE HUMANA ES RECIPIENTE, se sustenta en las siguientes expresiones metafóricas: estudia oye, así tendrás algo en la mente, tengo la mente vacía, ¿en qué cabeza entra semejante disparate?, jóvenes, deben tener esta fórmula bien gravado en vuestras cabezas.

Asimismo, en la metáfora LA INFLACIÓN ES UNA ENTIDAD, se hallan expresiones metafóricas como el ministro Francke anuncia que combatirá la inflación, la inflación ha bajado nuestro nivel de vida.

En otro caso, LA MENTE ES UNA MÁQUINA, surge a partir de estas expresiones metafóricas: chicos hagan funcionar vuestros cerebros, a ese hombre se le zafó un tornillo, no le funciona bien la mente a ese anciano.

Por otro lado, las metáforas ontológicas se subclasifican en: personificación, cosificación, vegetización, zoomorfización. "Acaso las metáforas ontológicas más obvias son aquellas en las que el objeto físico se especifica como una persona" (Lakoff y Johnson, 1986, p. 71).

2.2. Watuchi: concepto y características

Denominado también imasmari, es un término quechua que, en castellano, equivale a decir adivinanza. Se trata de un ingenioso y pícaro juego verbal que protagonizaron los runas del Ande y que consiste en lanzar un acertijo para que los interlocutores puedan, por inferencia, colegir o adivinar al ser descrito o mencionado de manera indirecta.

Este juego de los acertijos y su práctica fueron muy extendidos por el mundo andino. Lo dicho fue confirmado con el vocablo huatuchinacuni que consigna González ([1608], 1952, p. 189) y lo define como "Jugar a adivinanzas y probar quién acierta más". El mismo González, un poco más abajo, consigna la palabra huatunasimi y lo conceptualiza como "adivinanzas o enigmas". Fray Domingo de Santo Tomás ([1560] 2013, p. 346), consigna más bien el término "Guatocuni, gui yzcalloni, gui: imaginar o barruntar". El anónimo Arte y vocabulario en la lengua general del Perú, también consigna huatuchinacuni como "Decir adivinanzas unos a otros entre sí" ([1586] 2014, p. 108). Más contemporáneo, Tutaya (2012) explica:

Los watuchis son una especie de juegos familiares y amicales de mucho ingenio y chispa, donde se tienen como objetivo entretener y divertir a los miembros de una familia "ayllu" o grupo humano. Además, contribuyen al aprendizaje, la enseñanza de nuevos vocabularios y la difusión de las tradiciones orales de un determinado pueblo. (párr. 2)

Del texto citado se desprende que los watuchis son más que un juego, una actividad de integración social. A ello se puede sumar las siguientes características: 1)Desarrollan la agilidad mental y el razonamiento; 2) Constituyen una modalidad de distracción o recreación colectiva; 3) Representan el imaginario cultural de los quechuahablantes; 4) Demuestran la capacidad creativa del campesino andino quechua-hablante; 5) Permiten entender cómo los campesinos ven desde adentro el mundo y cómo lo conceptualizan para expresarlo; 6) Son eventos colectivos por excelencia; 7) Son un tinkuy o competencia social de creatividad, metaforización y acierto en la adivinación. Son de contenido ingenioso, irónico, erótico, pícaro y hasta grotesco.

Los watuchis demuestran la capacidad creativa del campesino quechuahablante. Así, en la creación de los watuchis, el runa quechua recurre a ciertas figuras literarias.

El watuchi como actividad siempre ocurre en colectividad. Su realización implica la presencia de dos o más personas y proyecta a la vez una competencia de creatividad para metaforizar y otra de adivinación o acierto en el desciframiento de la metáfora. Altamirano (1984) asevera: "Las adivinanzas representan en el Ande una forma de competencia, constituyen eventos sociales y recreativos; incluyen contenidos variados, y son a menudo sátiras de todo lo externo respecto a la comunidad. Revelan los conocimientos del campesino sobre su mundo" (pp. 387-401). Sin embargo, para crear un watuchi se necesita no solo la imaginación y la creatividad, sino el conocimiento variado del mundo que nos rodea para conocer el objeto metaforizado y el objeto metaforizador; es decir, el dominio de fuente y el dominio meta. Lo mismo ocurre con el adivinador, exige su conocimiento variado y detallado de diferentes aspectos del mundo circundante. Para Cáceres (2006) "es un juego de competencia de memoria, de creatividad e intuición" (p. 203).

2.2.1 Funciones del watuchi

Según el antropólogo Altamirano (1984), los watuchis en las sociedades cumplen las siguientes funciones:

Evento social: primero, porque requieren necesariamente de la participación colectiva teniendo como base las relaciones de parentesco[…]. Segundo, porque tienen un carácter extrafamiliar debido a que el evento puede incorporar a otras familias que pertenecen al mismo grupo étnico en donde todos son actores y receptores al mismo tiempo [...]. Evento recreativo: cuando se cuenta un ‘watuchi’ es frecuente escuchar risas entre los asistentes, especialmente cuando las respuestas no son correctas. Expresión de resistencia cultural: es un evento de los campesinos para los campesinos. Conocimiento de la biología, de los fenómenos naturales y de los objetos animados y no animados. (pp. 398-399)

2.2.2 Estructura y procedimiento del watuchi

Los watuchis se presentan en versos pareados y presentan el siguiente formato:

  • a. La pregunta. Está integrada por la expresión quechua imasmari, imasmari? (¿Qué sería, cuál sería?). Más que una interrogante es una invitación al juego cognitivo de la adivinanza. En otras zonas varía por la siguiente: imallasa hayk’allasa? (¿Qué será, cuánto será?)".

  • b. La aceptación. Está expresada en el término quechua imachá? o asá? (¿Qué será?).

  • c. La respuesta. Si es nueva para el receptor, la respuesta, generalmente, es errada.

En lo referente al mismo acto, esto procede de la siguiente manera: Las personas adivinantes se reúnen sentados o parados alrededor del wakuchikuq (el interrogador), quien siempre sabe mucho de los watuchis y tiene mucha pericia ya se para decirlo o crearlo con ingenio y mucha expectativa. De inmediato, el interrogador, generando bastante expectativa, pronuncia: imasmari, imasmari? (¿Qué sería, cuál sería?). Los que deben dar con el acertijo, responden en coro: imachá?, ¿qué será?

Seguidamente, lanza la adivinanza, que genera tensión, expectativa e interés. En un intervalo temporal que no pasa de dos minutos, aproximadamente, se produce un silencio generalizado. En dicho tiempo, los consultados empiezan a buscar la respuesta según las características descritas del dominio fuente y, empiezan a emitir las respuestas. Generalmente, no aciertan.

Entonces, cuando ya todos han dicho sus respuestas, el preguntante les da el acertijo correcto, que cuando es nuevo, es sorpresivo y causa mucho impacto y gracia. A continuación, se presenta un ejemplo de lo descrito:

Imasmari imasmari? (¿Qué sería, cuál sería?)

Imachá? ¿Qué será?

-Maman tanburiru, taytan kurnitiru, wawan pitiriru. (Su madre toca tambor, su padre toca corneta y su hijo, pito).

(...)

-K’anka, wallpa, chiwchipiwan. (Gallo, gallina y pollo)

3. Metodología

La presente es una investigación de tipo cualitativa. Para su realización se ha elaborado un corpus que integra 50 clásicos watuchis en quechua los cuales fueron recopilados del libro Watuchikuna compilado y publicado por el Centro Andino de Educación y Promoción (CADEP) "José María Arguedas" (1986) que, desde la década de los 60 funciona en Cusco-Perú. Por otra parte, dichas adivinanzas se analizaron y se clasificaron según la teoría de las metáforas de Lakoff y Johson (1980) expuestas líneas arriba. Para una óptima distribución de los datos, se elaboró un cuadro de doble entrada con secciones que comprenden las expresiones metafóricas que son los watuchis, la metáfora, los dominios y la clase de metáfora.

Por su propia naturaleza, los watuchis presentan un esquema metafórico en el cual, en la relación de A es B, se dice expresamente el dominio origen (la adivinanza) y el dominio meta -que es el ser metaforizado- no se menciona, puesto que, debe ser adivinado. La adivinanza está constituida por la descripción, en ella se metaforiza lo que debe ser adivinado. En cambio, la respuesta es el ser real descrito en la adivinanza.

A continuación, en la Figura 1 se presenta la correspondencia de los dominios.

Figura 1 Esquematización de los dominios de la metáfora 

4. Análisis

Desde Aristóteles hasta antes de los lingüistas cognitivos, la metáfora ha sido vista solo como asunto poético, un recurso retórico, un tropo literario, exactamente. No obstante, la lingüística cognitiva considera que la metáfora es un recurso cognitivo para configurar el conocimiento a partir de la percepción de la realidad que nos circunda y luego expresarla. En dicho sentido, se exponen los resultados del presente trabajo. A continuación, en la Tabla 2 se presenta el primer caso:

Tabla 2 Ejemplos de la metáfora LOS OBJETOS SON PERSONAS 

En las expresiones metafóricas expuestas, se puede evidenciar que el runa quechua, para elaborar sus watuchis, entiende y conceptualiza a los objetos como personas. Así, los objetos como pushka (rueca), kuchillu (cuchillo), phusphuru (fósforo), acha (hacha), llant’a (leña), awqha (aguja), maran (batán), tuñaw (mortero), manka (olla), son entendidos como humanos. Con todo, la metáfora se

expresa de la siguiente manera: LOS OBJETOS SON PERSONAS. En este sentido, esta metáfora, según lo explicado por Lakoff y Johnson (1986), se puede clasificar como ontológica, pues en esta "el objeto físico se especifica como una persona" ( p. 71).

A nivel de los dominios, las personas son el dominio origen que prestan sus rasgos a los objetos que hacen el dominio meta. Ahora bien, ¿por qué el hombre andino considera a los seres inertes (rueca, cuchillo, fósforo, hacha, tronco para hacer leña, aguja, etc.) como personas? "Al realizar el análisis de las distintas metáforas de personificación, el texto nos brinda una gama de manifestaciones del mundo andino, donde los elementos animales, objetos y costumbres, expresados en diversos verbos, adquieren cualidades y actitudes humanas" (Mamani, 2018, p. 217). Por otro lado, entre la rueca y la una señorita andina con falda hay un parecido en la forma; entre el cuchillo y un ser que come hay un parecido en la función, puesto que el cuchillo desmenuza o tritura a los objetos o vegetales como si estuviera comiendo. Lo mismo se entiende, entre la olla con la vieja que come y no engorda, pues a la olla se pone comida cruda hasta llenarla en muchas oportunidades, eso da la idea de que se introduce comida, pero no se sacia. Ahora entre los fósforos y los soldados la relación es de función, puesto que el soldado dispara balas y su disparo provoca fuego y humo, lo mismo el fósforo; entre el tronco para hacer leña y el hacha hay un parecido con el varón y la mujer que están por tener relaciones sexuales, pues el tronco y la mujer están echados de manera horizontal y el hacha y el hombre se echan encima para abrir una raja; lo mismo ocurre entre el batán , la mujer, el mortero y el varón (para la producción y comprensión de este vínculo, se requiere un conocimiento experiencial previa de las relaciones sexuales). Finalmente, entre un hombre tuerto llamado Melchor y una aguja también hay un parecido en la forma: ambos, para el creador del watuchi tienen un solo ojo. De seguro, quien ha creado ese watuchi haya conocido a un tuerto llamado Melchor. A continuación, en la Tabla 3 se presenta otro caso de metáfora:

Tabla 3 Ejemplos de la metáfora LAS PLANTAS SON ANIMALES 

En las expresiones metafóricas expuestas en la tabla anterior, se nota que los higos (fruta) son tomados como liendres (animales) y los frutos del pacay son chanchitos negros. En este sentido, ambas adivinanzas configuran la siguiente metáfora: LAS PLANTAS SON ANIMALES; en la cual, los animales liendres y chanchitos negros, prestan sus características de forma o color a los frutos de las plantas. En ese sentido, los animales hacen de dominio origen y las plantas o sus frutos de dominio meta. A nivel de la clasificación, se trata de una metáfora ontológica. Altamirano (1984) considera que los watuchis "demuestran el conocimiento detallado de las anatomías, la fisiología, la botánica, la zoología, los fenómenos naturales" (p. 398). En efecto, como se ha podido exponer en la tabla, en la configuración de las adivinanzas, los quechuahablantes recurren a los procedimientos de la metáfora ontológica (zootización). En ese sentido, los conocimientos sobre las ciencias naturales son expresados en las adivinanzas. En los watuchis se establece una relación entre el fruto del higo y la liendre, la misma que se justifica por cuanto, ambos tienen una forma y color parecido. De la misma manera, los frutos del pacay y los chanchitos negros se parecen en su forma y color, de ahí que la comparación se explica. A continuación, en la Tabla 4 se presenta otro ejemplo de metáfora:

Tabla 4 Ejemplos de la metáfora LOS FRUTOS SON PERSONAS 

En las anteriores adivinanzas, las plantas como uchu (ají), achuq (caigua), chuqllu (choclo) son entendidos como personas. Dichas expresiones metafóricas permiten estructurar la siguiente metáfora: LOS FRUTOS SON PERSONAS. En ese sentido, estamos ante una metáfora típicamente ontológica, pues cumple con la categoría de la vegetización. En esta, las personas son el dominio origen que prestan sus rasgos viejito bilioso, niños negritos y mujer rubia, al ají, caigua y choclo, respectivamente. Por lo tanto, los frutos reciben las características de las personas, por lo que son el dominio meta. En las proyecciones metafóricas expuestas se destaca que, para establecer la correspondencia entre los dominios, el hombre quechua acude a su conocimiento experiencial cercano, el mismo que está determinado por su contexto sociocultural y lingüístico. Por lo que se corresponde y coincide con lo que sostiene Hurtado de Mendoza (2009): "La metáfora quechua está determinada por las condiciones en las que se produce. La situación de la cultura y la lengua […] determinan la naturaleza pragmática de la metáfora" (p. 167). En ese sentido, uchu, achuqcha y chuqllu pertenecen a la cultura gastronómica del hombre andino quechua. Asimismo, entre el ají picante y un anciano atrabiliario hay una relación de forma a nivel del sabor; entre los frutos negros de la caigua y los niños negros hay también una relación de forma a nivel del color, y entre una mujer rubia y un choclo hay una relación de forma a nivel del color. Finalmente, las correspondencias entre los dominios revelan que, el creador de los watuchis mostrados tiene conocimiento experiencial de la caigua, de los niños negros y de la mujer rubia, pese a que los dos últimos seres no son propios del mundo rural quechua. A continuación, en la Tabla 5 se presenta otro caso de metáforas:

Tabla 5 Ejemplos de la metáfora LOS ANIMALES SON OBJETOS 

En los watuchis de la Tabla 5 se observa que mach’aqway (serpiente) es entendido como una soguita que se ubica a los costados del camino, la luciérnaga como una linterna; asimismo, el kuntur (cóndor) se entiende como cruz o piedra. En ambos casos se configura la metáfora LOS ANIMALES SON OBJETOS, pues en ella se encuentra la cosificación, que es propia de las metáforas ontológicas. En este caso, se trata de una típica metáfora ontológica, en la cual, los objetos constituyen el dominio meta y los animales el dominio fuente. Los dominios de destino que se indican en la Tabla 5 (cóndor, serpiente y luciérnaga) y sus respectivos dominios de origen, evidencian que, en la correspondencia entre los dominios de la metáfora, el runa quechua ha incorporado elementos de su entorno vivencial inmediato. Gálvez y Gálvez (2013) refieren que "las expresiones metafóricas quechuas de naturaleza ontológica constituyen una parte de la evidencia empírica para sostener el modo en que el quechua-hablante expresa y concibe su entorno inmediato" (p. 237) . Como es evidente, los referentes de los watuchis están constituidos por todo aquello que rodea de manera inmediata al quechuahablante. Por último, una serpiente y la soguilla cortada se parecen en la forma; la luciérnaga y la linterna se parecen en la función de proyectar luz y, entre el cóndor que vuela y la cruz o, entre ese mismo ave sentado en alguna roca y la piedra alargada y puesta de manera vertical hay una relación de forma, por lo que la relación metafórica entre los dominios encuentra explicación razonable. A continuación, en la Tabla 6 se presenta un caso más de las metáforas:

Tabla 6 Ejemplos de la metáfora EL CUERPO ES PLANTA 

En los watuchis de la tabla, que funcionan como expresiones metafóricas, las partes del cuerpo como el ojo (ñawi) son entendidas como frutos de la planta tarwi, y los senos como lakawiti o calabazas. Los mismos que conforman la metáfora EL CUERPO ES PLANTA, hay pues una vegetización de las partes del cuerpo humano. En este caso, la metáfora corresponde a la clase ontológica. Por otro lado, el dominio fuente es planta y el dominio meta, cuerpo.

Las expresiones metafóricas expuestas en la Tabla 6 proyectan una metáfora eminentemente corporal. Al respecto, Solís (2021) sostiene que "todo ello se vincula con nuestra experiencia en el mundo externo a través de nuestro cuerpo" (p. 224). Ciertamente, en las adivinanzas quechuas expuestas, los autores anónimos de dichos watuchis han recurrido a su experiencia personal y a la base corporal (visual, olfativa, gustativo, etc.) y al procedimiento cognitivo de la fitotización de las partes del cuerpo. Al término, en la relación entre el tarwi y los ojos hay una relación apoyada en el color del ojo y el tarwi y, entre los senos colgados y la calabaza hay un parecido por la forma y por estar colgado. A continuación, en la Tabla 7 se presentan casos de metáfora en los watuchis:

Tabla 7 Ejemplos de la metáfora LOS ANIMALES SON PERSONAS 

En las expresiones metafóricas expuestas, los animales como sisi (hormiga), yuthu (perdiz), kuntur (cóndor), k’anka, wallpa y chiwchi (gallo, gallina y pollo) son tomados también como personas (jovencita, beata, misti, tamborero, cornetero y pitero). En estas equivalencias se evidencia la siguiente metáfora: LOS ANIMALES SON PERSONAS. Aquí, existe una personificación, procedimiento prototípico de la metáfora ontológica. En tal sentido, las personas configuran el dominio fuente y los animales, el dominio meta. Se encuentran animales que son propios de la naturaleza andina y otros que forman parte de la ruralidad, por ejemplo, el gallo y su crío. Al respecto, Manallay (2022) fundamenta este proceder de la siguiente manera: "Esta figura conceptual permitiría que todos nosotros captemos figuradamente nuestro mundo o todo lo que está a nuestro alrededor" (p. 140). Esta y otras metáforas, en la voz de Tenorio (2021) evidencian del watuchi la capacidad de envolver la sabiduría ancestral y actual, que son, a su vez, la memoria y la historia del mundo quechua. Para concluir se subraya que, en efecto, una señorita de delgada y apretada cintura es como una hormiga; una anciana andina de la zona rural tapada con su manta grande cuando está parada da la apariencia de una perdiz; un cóndor por su plumaje blanco que le cubre el cuello, parece un caballero con chalina blanca; en cambio el gallo, la gallina y el pollo parecen un tamborero, cornetero y pitero, toda una banda musical; en donde la gallina produce un sonido similar al tambor, el canto del gallo parece el sonido de la corneta y el piar de los pollitos semejan los sonidos del pito. Hay, en estas correspondencias, un vínculo justificado en la forma y la función entre las personas y las aves domésticas. A continuación, en la Tabla 8 se presentan otras muestras de metáforas:

Tabla 8 Ejemplos de la metáfora LOS OBJETOS SON SERES VIVOS 

En las adivinanzas de la Tabla 8 se puede evidenciar que los objetos como el molino, el avión, el fogón, el candado y la campana son entendidos como seres vivos. Las cinco expresiones metafóricas configuran la metáfora LOS OBJETOS SON SERES VIVOS. En esta, los seres vivos prestan sus rasgos a los objetos con los que hacen de dominio fuente y los objetos de dominio meta. Los objetos vistos como seres vivos son un caso típico de metáforas ontológicas. Sobre las metáforas proyectadas a partir de los objetos, Raymundo (2006) manifiesta que, en algunos watuchis: "Figuran aquellos relacionados con los utensilios rurales" (párr. 11). Indubitablemente, como toda expresión artística, los watuchis son una muestra de la capacidad de entender el mundo circundante para luego metaforizarlo creativamente. En la Tabla 8 se registra algunos préstamos; en unos casos se ha realizado un calco (lata, kanpana) y, en otros, el vocablo prestado sufrió un proceso de adaptación morfofonológico e incorporó los sufijos quechuas: altun (de alto), liyunchahina (de león), aschu (de asno). La modalidad de quechuización a través de los sufijos se debe a que, morfológicamente, el quechua "expresa conceptos y relaciones gramaticales mediante la adición de afijos a los temas radicales" (Cerrón-Palomino, 1987, p. 261). En último lugar, entre el molino y el ser que come hay un vínculo basado en la función de desmenuzar los alimentos; entre el avión y el pájaro hay un parecido en la forma; entre el fogón y el ser que come y luego defeca, una relación por la función, pues, se entiende que el fogón consume leña y luego evacúa ceniza de la leña; entre el candado, el ratón y el león hay una relación de la función y la forma, en esta se entiende que, un candado, pese a su tamaño pequeño como el ratón, protege la casa de los ladrones como si fuese un león. En el último caso, entre la campana y el burro viejo que rebuzna existe una relación funcional de aspecto sonoro, pues el sonido de la campana se parece al rebuzno.

5. Conclusiones

La mayoría de los watuchis o adivinanzas quechuas identificados y expuestos en la sección de los resultados son de carácter ontológico, porque en las adivinanzas quechuas analizadas y clasificadas se han hallado las siguientes metáforas ontológicas: LOS OBJETOS SON PERSONAS, LAS PLANTAS SON ANIMALES, LOS FRUTOS SON PERSONAS, LOS ANIMALES SON OBJETOS, EL CUERPO ES PLANTA, LOS ANIMALES SON PERSONAS Y LOS OBJETOS SON SERES VIVOS.

Los principales procedimientos metafóricos al que recurren los campesinos en sus watuchis o imasmaris son la animización o personificación y la comparación o símil. Como se ha observado, en la mayoría de las expresiones metafóricas hay una recurrencia de personificar a los seres que no son personas o animizar a los seres inertes. La explicación es que, para el hombre andino la tierra es su madre, su pachamama; por lo tanto, todo lo que existe en su madre, es su wawqi o hermano. De ahí se puede entender que los objetos son humanos y, por eso mismo, puede incluso, asumir las mismas funciones del humano (léase los relatos quechuas sobre el oso, el cóndor y el zorro, en los cuales estos animales efectúan acciones humanas y abrigan sentimientos humanos).

Para la construcción de los watuchis -que, desde la semántica cognitiva serían las expresiones metafóricas-, los quechuahablantes creadores de las adivinanzas han recurrido a las semejanzas entre los dominios. Para ello, se han basado en la similitud de la forma, la función o, en algunos casos, forma y función juntas. Esto sucede, por ejemplo, entre el higo y la liendre que se parecen en la forma; entre el molino y el hombre que come, los cuales se parecen en la función de desmenuzar el producto.

Como todas, la metáfora quechua es contextual, cultural, corpórea y experiencialista. Esto porque se crea en un determinado contexto sociocultural y lingüístico, por lo tanto, su comprensión implica el conocimiento previo de las circunstancias señaladas. En ese sentido, hay expresiones metafóricas quechuas como llant’alla mikhukuq, usphalla akakuq (solo se dedica a comer leña y solo defeca ceniza) que metaforiza al fogón; o bien, muyuspa muyuspalla wiqsa tarikuq p’asñacha (Jovencita que se embaraza solo dando vueltas) que se refiere a la rueca. En otro contexto cultural, lingüístico y experiencial no podrían referenciar ni significar lo mismo. De tal forma que, bajo la perspectiva de Hurtado de Mendoza (2009), en los watuchis se puede hallar metáforas universales, generales y particulares.

En algunos watuchis se han encontrado objetos de procedencia extranjera que, gracias a la genialidad del creador de los watuchis, han sido metaforizados o comparados con los elementos andinos en un caso de adaptación, sincretismo y resistencia cultural. En efecto, en los watuchis se ha identificado entes que no son originarios del mundo andino como el gallo, el avión, la campana, etc., pero, estos mismos han sido incorporados no solo a la vida cotidiana del hombre quechua, sino a su cognición; por ello fueron empleados en las adivinanzas.

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1Contribución del autor: Niel Palomino y Roxssana Arredondo han planificado, redactado, revisado y corregido el presente artículo. Niel Palomino ha seleccionado y transcrito las adivinanzas quechuas, mientras que, Roxssana Arredondo ha revisado y traducido al castellano. Ambos realizaron el análisis y la interpretación por lo que, los autores aprueban la versión que se publica en la revista.

2Agradecimientos: Los autores agradecen al Centro Andino de Educación y Promoción (CADEP) "José María Arguedas", el cual ha sido utilizado para el análisis de la presente investigación.

Financiamiento: La investigación se realizó sin financiamiento.

5Trayectoria académica de los autores: Niel Palomino es docente de literatura y lingüística cognitiva en la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Es magíster en Educación por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, magíster en Lingüística Andina por la Universidad Nacional del Altiplano - Puno. Tiene estudios concluidos de doctorado en Ciencias de la educación por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. Ha publicado Canción del amante labriego, (poemas, 2002), Cantar del Wakachuta y otros cuentos (2010), Todavía somos (cuentos, 2018), T’aniwi, (2019, poesía quechua de vanguardia) y El fuego del placer textual, glosas sobre las literaturas peruanas (2020), Ch’ iticuentos (2022), Tierra de Sol (2022). Ha publicado, también, libros y artículos científicos en redacción, elocución, lectura y ortografía. Ha obtenido las siguientes distinciones: Primera Mención Honrosa del Premio Regional de Cultura, 2007, Primera Mención Especial del Premio Nacional de Literatura en lenguas originarias, 2020. Su producción literaria aparece en las antologías Paralelo Sur, antología esencial del cuento surperuano (2020) y Harawinchis, poesía quechua contemporánea (1904 2021) del año 2022. Roxssana Arredondo es licenciada en educación, especialidad de Lengua y Literatura por la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Es maestra en Lingüística del Texto, Producción y Comprensión de Textos por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Tiene estudios concluidos de doctorado en Educación por la Universidad Andina "Néstor Cáceres Velásquez". En la actualidad es docente del Departamento Académico de Lingüística de la UNSAAC de la cual es directora. Ha publicado artículos científicos y libros sobre gramática del español, ortografía del español, lectura, redacción y bilingüismo.

Recibido: 10 de Octubre de 2022; Aprobado: 08 de Diciembre de 2022; : 12 de Mayo de 2023

Correspondencia: niel.palomino@unsaac.edu.pe

Conflicto de intereses: Los autores no presentan conflicto de interés.

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