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Desde el Sur

versão impressa ISSN 2076-2674versão On-line ISSN 2415-0959

Desde el Sur vol.15 no.4 Lima oct./dez. 2023  Epub 30-Out-2023

http://dx.doi.org/10.21142/des-1504-2023-0052 

Políticas públicas y gestión cultural

La identidad cultural y el ecoturismo bajo un enfoque de género: la comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno, Madre de Dios, Perú

Cultural identity and ecotourism under a gender approach: the native community Ese’ Eja de Infierno, Madre de Dios, Peru

Inés Ruiz Alvarado*  1
http://orcid.org/0000-0002-9597-315X

Miquel Àngel Coll-Ramis**  2
http://orcid.org/0000-0002-8485-8789

Verónica Milagros Ponce Castañeda*  3
http://orcid.org/0009-0009-9309-108X

Claudia Torres-Sovero*  4
http://orcid.org/0009-0009-3935-6614

* Universidad de les Illes Balears. Palma, España.

** Universidad Científica del Sur. Lima, Perú.

RESUMEN

La comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno y su alianza con la empresa privada ha significado una intervención de un turismo sostenible en comunidad. A lo largo de veinte años se ha tejido una relación entre esta comunidad y Rainforest, que ha permitido el desarrollo del ecoturismo en la zona. A partir del covid-19 y el confinamiento, nuevas amenazas tomaron la comunidad y debilitaron su gestión en el proyecto de ecoturismo Posada Amazonas. El presente artículo propone un avance sobre el proyecto de investigación que aborda identidad cultural, género y ecoturismo en la comunidad nativa de Infierno bajo un enfoque de género. El artículo que presentamos es un primer resultado de una investigación interdisciplinaria situada en los estudios de culturales, la psicología y biología con entrevistas a líderes mujeres de la comunidad nativa Infierno y líderes de la comunidad Palma Real, utilizando el método participativo en talleres a jóvenes adolescentes y niñas y niños. El estudio evidencia la participación de la comunidad en el desarrollo del ecoturismo, la participación de mujeres líderes en el desarrollo de la comunidad, así como una preocupación por la pérdida de la lengua ese’ eja por parte de jóvenes y adolescentes. Al mismo tiempo, plantea cómo el acercamiento de la comunidad Palma Real a Infierno podría ser clave para el desarrollo del ecoturismo y el rescate de la lengua ese’ eja.

Palabras clave: Identidad cultural; comunidad nativa Ese’ Eja; comunidad nativa Palma Real; mujeres de la Amazonía; ecoturismo; futuro de las comunidades amazónicas

ABSTRACT

The Ese’ Eja Infierno Native community and the alliance with the private company has meant a sustainable tourism intervention in their community. Over the course of twenty years, a relationship has been woven between the Ese’ Eja Native community and the private Rainforest company that has allowed the development of ecotourism in the area. Since COVID 19 and the confinement, new threats have taken over the community and weakened its management of the «Posada Amazonas» ecotourism project. The following article proposes an advance on the research project that addresses cultural identity, gender and ecotourism in the native community of Infierno from a gender perspective. This article is the first result of an interdisciplinary research project based on cultural studies, psychology and biology, with interviews with women leaders of the native community of Infierno and leaders of the community of Palma Real, using the participatory method in workshops with young adolescents and children. The study shows the participation of the community in the development of ecotourism, the participation of women leaders in the development of the community, as well as a concern about the loss of cultural identity on the part of young people and adolescents. At the same time, it suggests how bringing the Palma Real community closer to Infierno could be key to the development of ecotourism and the rescue of the Ese’ Eja language.

Keywords: Cultural identities; Ese’ Eja native community; Palma Real native community; Amazonian women; ecotourism; Amazonian communities future

Introducción

El imaginario de pueblos amazónicos y el ecoturismo

Para cuando iba a realizar uno de los primeros viajes de campo a la comunidad nativa Ese’ Eja, mi hija de 4 años, me pidió que le consiguiera un arco y una flecha. Para ella, mi viaje a la Amazonía, al bosque, representaba el encuentro con animales feroces en donde un arco y una flecha podían servir como defensa. El imaginario que construimos o que hemos construido, en la mayoría de los casos reforzado por lo audiovisual, además del relato oral en cuentos, mitos e historia sobre la Amazonía, se compone de un espacio lejano y lleno de peligros, así como de nativos que aún transitan con arco y flecha por el río, como algunos de los videos promocionales que aún se difunden en el Perú para atraer turistas. Ese imaginario, que se construye por figuras nostálgicas de lo que aún algunos quisieran encontrar, dista cada vez más de lo que hoy conocemos de las comunidades amazónicas en el Perú, su constitución y cotidianidad. Maritza Peirano (2008) propone que existe una forma de cosificación de la gente y sus culturas en la que los medios de comunicación y el turismo en el Perú son responsables de reforzar la imagen de un indio «genérico»5 un hombre de torso desnudo navegando por el Amazonas (Espinosa, 2009). Al mismo tiempo, este imaginario que promueve el turismo, en la mayoría de los casos desde el Estado, presenta estereotipos de género en donde las mujeres son las responsables de la confección de las artesanías y de la cocina.

El producto turístico en Madre de Dios no se compone, como en otras regiones, del atractivo de lo «nativo» sino del componente natural de la zona que regala una imagen casi paradisíaca en el sentido de «selva virgen». Sus parques naturales, compuestos por paisajes de plantas y animales, caen en la categoría, desde el sector turístico, de «turismo de naturaleza» (Chavarría et al., 2020) y de ecoturismo.

Existen numerosas discusiones desde la academia sobre la intervención del turismo en comunidades indígenas en las cuales el ecoturismo en particular presupone una forma de explotación de parte de grandes transnacionales, empresas locales y ONG. Esta postura sostiene que el ecoturismo convierte a las comunidades y su patrimonio indígenas en mercancías. La segunda postura propone que los locales «asumen una actitud crítica y cuentan con cierto margen de negociación frente a las actividades turísticas que se practican en sus territorios» (León y Cortez, 2007).

El ecoturismo en Madre de Dios ha ido surgiendo, con intentos positivos y fallidos entre alianzas de empresas, ONG y las comunidades indígenas. Hasta el momento el caso Rainforest y la comunidad Infierno sigue siendo motivo de numerosos estudios. Este año (2023) se firmó una adenda que los une hasta 2029. Sin embargo, y siguiendo estos modelos, algunas empresas multinacionales y ONG han intentado y fracasado en este modelo turístico debido a lo complejo del trabajo en conjunto, como el caso de Wanamei Expeditions. «Las dificultades de articular comunidades muy heterogéneas con características diversas y el carácter inducido de estas iniciativas, entre otros factores, se tradujo en el fracaso de estas experiencias» (Chavarría et al., 2020).

En la Amazonía del Perú el paisaje, el territorio agreste y salvaje, se encuentra en continua transformación debido a las incesantes amenazas por la minería ilegal, la deforestación, el tráfico de terrenos, los conflictos sociales y la trata de niños y jóvenes. Algunas comunidades ya no utilizan, con la frecuencia de antes, el arco y la flecha para defenderse de animales salvajes o proteger su territorio de otros invasores. Ahora la amenaza a su territorio la componen algunos o todos los elementos que menciono líneas arriba. En muchos casos, como el de la comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno, el arma para preservar sus saberes ya no son el arco y la flecha, sino alianzas con otras comunidades, el Estado e incluso con la empresa privada, para la protección de su cultura (Pugh, 2019). ¿Podremos atribuir al turismo la pérdida de la lengua ese’ eja como parte de su identidad cultural en una comunidad mixta (ese’ ejas y colonos)? ¿Es el turismo, como lo llama el líder de la comunidad nativa de Palma Real, un «mal necesario»?

El presente artículo está dividido en tres partes: la historia de la comunidad Ese’ Eja de Infierno y su relación con la empresa Rainforest; la identidad cultural de la comunidad Infierno y Palma Real, el ecoturismo y el sentido de comunidad; y, finalmente, la participación de las mujeres en el rescate de la lengua ese’ eja y el impacto del covid-19 en el quehacer turístico de la zona.

Autores como Espinoza (2009), con su estudio riguroso de las comunidades indígenas amazónicas, así como los trabajos realizados por el antropólogo Thomas Moore y la lingüista María C. Echevarría, dedicados al estudio de los ese’ ejas durante toda su vida académica, nos han ayudado a comprender la complejidad de esta comunidad nativa. La antropóloga Amanda Stronza también es un referente sobre los estudios vinculados a la comunidad y el turismo, al igual que el antropólogo Enrique Sarmiento con sus estudios de la comunidad Ese’ Eja en Bolivia y el Perú. Sobre su identidad nos apoyamos en los estudios de psicología social comunitaria realizados por Moscovici (1976), Berry (2006), Puddifoot (2002), Fiske y Dovidio (2012) y, en género, recurrimos a informes publicados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas. De este modo, el estudio busca ser un aporte en la comprensión de la comunidad Ese’ Eja y su futuro próximo.

En esta primera etapa del estudio se decidió utilizar el método cualitativo fenomenológico mediante estrategias de diagnóstico participativo, como talleres, focus groups y entrevistas a profundidad a líderes de la comunidad de Palma Real, así como a docentes y estudiantes de la Escuela 52043 Shajao Infierno. Los talleres y focus group tuvieron como meta tres ejes temáticos: género, identidad cultural y ecoturismo. En total participaron 69 personas en el diagnóstico participativo, el cual estuvo conformado por 65 niñas, niños y adolescentes conformados por 29 estudiantes de primero a quinto de secundaria (13 mujeres y 16 hombres) de entre 13 y 18 años; y 35 alumnos de quinto y sexto de primaria (17 hombres y 18 mujeres), de entre 8 y 12 años. Se contó con el consentimiento de los padres para la participación de niñas, niños y adolescentes, aunque los testimonios de las y los menores que aquí se detallan se mantienen en el anonimato. Complementariamente, se realizaron cuatro entrevistas a profundidad a personajes clave de la comunidad de Infierno, Palma Real y de la empresa Rainforest.

Madre de Dios: Comunidad Nativa de Infierno (CNI)

La Comunidad Nativa de Infierno (CNI) está localizada entre ambos márgenes del río Tambopata, o río Bahuaja, como se denomina en su lengua nativa ese’ eja, en el departamento de Madre de Dios, en el sudeste del Perú. Ubicada estratégicamente, es la vía principal a la Reserva Nacional Tambopata y al Parque Nacional Bahuaja Sonene, a 19 km de la ciudad de Puerto Maldonado, distrito de Tambopata, provincia de Tambopata, capital del departamento de Madre de Dios. La ciudad de Puerto Maldonado se encuentra sobre la carretera Interoceánica, que conecta los puertos fluviales de Brasil con los puertos oceánicos de la costa oeste del Perú (ITTO, 2012).

Madre de Dios es la tercera región más grande del Perú, la menos poblada (INEI, 2018) y, de alguna manera, está aislada del resto de comunidades amazónicas. Esto se debe a la dificultad de su acceso, por lo que se han ido estableciendo expediciones y rutas a lo largo de su historia, principalmente con fines comerciales (Chavarría et al., 2020). En 2006 se inició la construcción de la carretera interoceánica Brasil-Perú, que facilita y abre nuevas oportunidades para la ciudad de Puerto Maldonado y la región de Madre de Dios (Ositran, 2021).

De cierta manera los pueblos originarios de Madre de Dios no han estado accesibles fácilmente; uno de los motivos de esta condición es el desnivel río Madeira, que dificulta la navegabilidad en los ríos (Goulding et al., 2003), para acceder a otros afluentes principales de Madre de Dios. El paso estratégico que facilita el acceso a esta región de manera fluvial y terrestre es el istmo de Fitzcarrald.

Madre de Dios en la actualidad es hogar de nueve pueblos indígenas originarios, así como de pobladores de otras comunidades amazónicas y andinas que encontraron en Madre de Dios un refugio (Mónica Romo, USAID, 2023). Asimismo, existen en Madre de Dios pueblos amazónicos denominados en aislamiento y contacto inicial (Ministerio de Cultura, 2016).

En el Parque Nacional del Manu, la única vía de acceso es a través de la carretera desde el Cusco hasta el puerto Atalaya, en la comunidad de Shintuya, y luego se accede únicamente por vía fluvial (Ositran, 2006). Hay que recalcar que las rutas que se construyeron desde 1900 se pensaron con fines comerciales, principalmente para la extracción del caucho y la shiringa.

Figura 1. Ministerio de Transporte y Comunicaciones 

De esta manera, la historia de muchas comunidades en Madre de Dios reflejan los problemas de la región y de lo que se ha vivido a lo largo de cada época de su historia. Desde la época del caucho y la shiringa, en la que muchos pueblos originarios fueron esclavizados y explotados (Chavarría et al., 2020), hasta la época de la cascarilla o quina, a la que se siguió con la explotación de los árboles de maderas finas, castaña y otros muchos recursos que posee la región. Hoy en día uno de los problemas principales que aqueja la zona es la extracción descontrolada de oro y el narcotráfico. A pesar de todo, Madre de Dios cuenta todavía con bosques en muy buen estado de conservación, con altos valores de biodiversidad y gran diversidad de ecosistemas. Por lo tanto, tiene un potencial aliado de conservación: el ecoturismo, que ha ido incrementándose en los últimos años (Phillips, 1993; Sernanp, 2019).

Esta alta biodiversidad ha llevado al Estado peruano a crear áreas naturales protegidas, como el Parque Nacional Bahuaja Sonene en 1996 y la Reserva Nacional Tambopata en 2000 (Sernanp, 2019). Se han registrado en la Reserva Nacional Tambopata 169 especies de mamíferos, 103 de anfibios, 205 de peces, 1200 mariposas, 632 de aves y 1255 especies de plantas (SPDA, 2019). Esto posiciona al Perú como un país megadiverso, con un buen posicionamiento a nivel mundial con respecto a otros países, gracias a que la Amazonía peruana, en especial la de Madre de Dios, contribuye con un 70 % de esta biodiversidad (IIAP, 2006).

Estas áreas naturales protegidas han generado atracción para empresas de ecoturismo. La comunidad de Infierno se ubica en un lugar estratégico para acceder a dichas zonas. Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (2021), la Reserva Nacional Tambopata aumentó un 135 % en cuanto a la visita de turistas, en comparación con 2020, año de pandemia, cifra que tuvo un 60 % de visitantes nacionales.

La comunidad de Infierno está compuesta en la actualidad por poblaciones étnicamente diferenciadas: indígenas del grupo Ese’ Eja, colonos de origen andino y ribereños. A través de los años, estos grupos se han asentado en el área de diferentes maneras, por ejemplo creando familias mestizas o «familias mixtas», que hoy conforman la mayoría de la población de la comunidad de Infierno (ITTO, 2012).

La historia de la comunidad Ese’ Eja del río Tambopata ha pasado por diferentes procesos. El primero fue la creación del caserío llamado Infierno y el segundo fue la creación de la comunidad nativa. Hay que tener en cuenta que el territorio ancestral de la etnia Ese’ Eja abarca territorios grandes ubicados en el Perú y Bolivia. Mientras que en Perú los ese’ ejas han ocupado históricamente las cuencas del río Tambopata y Madre de Dios, en Bolivia se han establecido en la cuenca del río Beni (Base de Datos de Pueblos Indígenas u Originarios, 2023).

Desde el siglo XX, los ese’ ejas de Tambopata estaban diseminados por localidades de Hermosa Grande, Chonta e Infierno. En esa época ocurría la explotación del caucho, especialmente en las selvas amazónicas de Madre de Dios. Entre 1902 y 1905 se construyó un camino de herradura para unir la estación ferroviaria de Tirapata en Puno, con un punto navegable en el alto Tambopata, lo cual aumentó el tráfico en el río Tambopata y la presión de los caucheros sobre las poblaciones indígenas (Chavarría y García, 1994). También se intensificó la migración de comerciantes hacia la región, especialmente por el caucho (BDPI, 2023). Estos contactos trajeron enfermedades, lo que provocó una disminución significativa de la población y una migración hacia las cabeceras de los ríos, en parte por la presión de la actividad cauchera. De esta manera, el territorio ancestral quedó despoblado significativamente. Se cree que estos procesos contribuyeron a la pérdida de su autonomía como sociedad (Chavarría y García, 1994).

En 1920 se realizaron las primeras expediciones de la orden dominica en la región, que navegaron por los ríos principales con el fin de concentrar a la población nativa que vivía dispersa, en una misión con forma de internado. No tuvo éxito y aun así se volvió a intentar en 1930, cuando los ese’ ejas fueron trasladados por los dominicos a una misión en el lago Valencia, en el río Madre de Dios. Esta misión volvió a ser un fracaso por juntar a dos grupos tradicionalmente enemigos, los ese’ ejas del Tambopata con los ese’ ejas del Madre de Dios. A esto se le añadió la etnia Iñapari, procedente del río Pariamanu, lo cual terminó en un conflicto étnico y el fracaso definitivo de la misión religiosa. Los ese’ ejas escaparon y se establecieron por el río La Torre. Otro grupo se estableció por Chonta, margen izquierda del río Tambopata, y otro en Hermosa Grande, margen derecha del río (ITTO, 2012).

Por otro lado, los ribereños, descendientes de indígenas amazónicos que nacieron en el área de la cuenca del Tambopata, Puerto Maldonado, Tahuamanu y otras áreas de la Amazonía (ITTO, 2012), empezaban a asentarse en la zona conocida como Infierno. Estos pobladores eran los descendientes de los primeros migrantes que llegaron para extraer recursos de Madre de Dios. Por necesidad de un colegio, se juntaron familias ese’ ejas con ribereños para establecer la Comunidad Nativa de Infierno en 1976, con una extensión de 9558 hectáreas. Fue la primera comunidad nativa con pobladores no nativos. Se cree que esta incorporación de no nativos se debió en parte a la presión de los funcionarios del Sistema Nacional para la Movilización Social, perteneciente al gobierno militar, que buscaba unificar poblaciones para que obtuvieran títulos, educación y salud. El requisito básico para la obtención de un título era una población constituida por 20 familias. En ese momento en Infierno, los ese’ ejas únicamente eran 14 familias, por lo que se sumaron a la comunidad 6 familias no nativas. Por medio de diversas asambleas comunales y ante la oposición de los ese’ ejas mayores hacia la mezcla de etnias, prevaleció la decisión de mezclarse, pues el título de propiedad no solamente les aseguraba sus tierras, sino que también, como una comunidad nativa constituida, les daba derecho a salud y educación (AIDER, 2012).

La migración andina, en su mayoría no amazónica, en territorios de pueblos amazónicos en Madre de Dios, explica la fragmentación que viven los pueblos originarios actualmente. Moore (2022) señala que esta fragmentación «ha sido consolidada legalmente con la titulación de espacios mínimos de territorios de comunidades nativas por el Estado peruano». Es así que los migrantes ocuparon espacios «intermedios» para que migrantes adquieran derechos sobre estos territorios ancestrales. De esta manera, la comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno se estableció como una comunidad nativa multicultural con un desafío muy grande para lograr la armonía comunal, como el rescate de su lengua y los saberes tradicionales junto con emprendimientos de la población mestiza.

Es importante anotar que, recién en 2013, tres comunidades ese’ ejas de Madre de Dios conformaron la Nación Ese’ Eja, en una «iniciativa de reivindicación de sus derechos en su territorio ancestral del Parque Nacional de Bahuaja-Sonene PNBS y la Reserva Nacional de Tambopata RNT, donde los guardaparques les restringía entradas para cazar y pescar» (Moore, 2022). Actualmente se encuentran en un proceso de reivindicación de territorios y de gobernanza entre los diferentes pueblos o naciones originarios en Madre de Dios: harakbut, ese’ eja, yine y matsigenka, que, según Moore, se originaron en «tierras amazónicas, ahora brasileñas y bolivianas» (Moore, 2022).

Comunidad nativa Ese’ Eja y su relación con la empresa Rainforest

En 1974 se conformó la Comunidad Nativa Ese’ Eja de Infierno, gracias a la Ley de Comunidades Nativas6. Los ese’ ejas se unieron a otros habitantes andinos y a los ribereños de la región de Infierno para formar la Comunidad Nativa de Infierno, y se les otorgó el título legal de 9558 hectáreas de tierra a ambas orillas del río Tambopata (Rainforest, s. f.).

En 1996 se firmó un contrato entre Rainforest y la Comunidad Nativa de Infierno para la creación del albergue Posada Amazonas, administrado entre Rainforest e Infierno. La comunidad dirige el 80 % del albergue y toma decisiones a través de asambleas comunales, lo que les permite administrar los ingresos económicos y distribuirlos en la comunidad. Para ello la comunidad de Infierno asignó una parte de su territorio comunal para dicha actividad, con el compromiso de no cazar ni impactar negativamente en el área (Pugh, 2019).

Así, el ecoturismo se ha convertido en el principal motor económico de la comunidad, pese a que algunas comunidades ese’ ejas, en un primer momento, no estuvieron de acuerdo con esta alianza, como es el caso de la comunidad de ese’ ejas de Palma Real. No obstante, la relación empresa-comunidad camina y ha renovado su alianza este año 2023.

La alianza entre ambos actores durante estos 20 años no siempre fue fácil. Las diferencias entre la visión empresarial y la cosmovisión amazónica llegó a complejos procesos de acuerdos, desencuentros, deseos y expectativas de ambas partes (Pugh, 2019). Mario Napravnik, actual gerente general de Rainforest, resaltó en una entrevista la diferencia entre la empresa privada y la relación con la comunidad. Al inicio, cuando estaban por firmar el acuerdo que debía ser aprobado en asamblea comunal, hubo un pedido de parte de la comunidad que no supieron interpretar en aquel momento. «Cuando estábamos en negociaciones con la comunidad, ellos pedían, dentro del documento, felicidad. “Nosotros queremos felicidad”. La comunidad solicitaba, para esta unión, felicidad» (entrevista a Mario Napravnik, 2023).

Esta felicidad se podría interpretar, desde el mundo occidental de muchas formas, no obstante su significado fue revelándose y transformándose a través de los años. Es así que las diferencias culturales fueron un obstáculo para los inicios de esta relación empresa-comunidad nativa, que «al inicio no lograban comunicarse».

Para las decisiones, todo se realiza a través del directorio y en una hora ya se tomó la decisión. En la comunidad, después de 30 años, eso ha cambiado, ahora toman un decisión más rápido, pero eso antes no era así, y demoraba el proyecto (entrevista a Mario Napravick, Rainforest).

Desde la academia se sigue cuestionando los impactos negativos y positivos que tiene el ecoturismo en áreas naturales protegidas. Amanda Stronza (2005), una de las primeras antropólogas en estudiar la relación entre empresa y comunidad desde su fundación sostiene que

la gente que decidía participar o no en el ecoturismo y sus decisiones estaban a menudo relacionadas con los roles y percepciones sociales y culturales dentro de la comunidad, en contraposición a una mera falta de «comprensión». El concepto de «participación» fue clave para los acuerdos entre ambas; les tomó muchos años comprender la cosmovisión de la comunidad de Infierno y a la comunidad también le tomó tiempo «ponerse en los zapatos de Rainforest», llegar a esa «comprensión» les tomó muchos años, «una historia de vida» (entrevista a Mario Napravick, 2023).

Es así que, a través del ecoturismo, la comunidad Ese’ Eja de Infierno se vuelve un referente de ecoturismo a nivel mundial, al desafiando las adversidades que dicha actividad tiene, y tejer relaciones con el quehacer turístico a lo largo de su relación con Rainforest. En la actualidad, el albergue Posada Amazonas está situado en la zona de amortiguación del Parque Nacional Bahuaja Sonene y proporciona 20 puestos de trabajo a la comunidad de Infierno (PNUD, 2012).

A partir del éxito en ecoturismo, la comunidad nativa de Infierno decidió en 2008 crear la empresa Bawaaja Expeditions. La empresa pertenece a la comunidad nativa de Infierno, y su misión es el desarrollo del ecoturismo, la investigación y las actividades de conservación. El modelo de turismo que promociona la empresa Bawaaja Expeditions es muy similar al de Rainforest. Para su creación solicitaron el apoyo de la empresa Rainforest como avales, ya que las empresas no dan préstamos a comunidades nativas. Lamentablemente, durante la pandemia del covid-19, Bawaaja Expeditions se vio afectada económicamente. Hoy la empresa sigue funcionando, aunque aún no llegan al nivel de éxito que mantiene la empresa Rainforest.

Lengua nativa ese’ eja: comunidad nativa de Infierno y comunidad de Palma Real

Una de las razones de los enfrentamientos entre estas comunidades es la concesión de las áreas protegidas que colinda con sus territorios: la Reserva Nacional Tambopata (RNTB) y el Parque Nacional Bahuaja Sonene (PNBS). De acuerdo con el antropólogo Enrique Herrera, las regulaciones por parte del Estado sobre estas áreas protegidas han causado tensiones entre las comunidades de Palma Real y Sonene. Por un lado, existe un sector de dirigentes y pobladores que sostiene no estar de acuerdo con ejercer control sobre sus territorios históricos. Otro sector está a favor de que dichas áreas se encuentren «en manos del Estado», puesto que no creen ser capaces de controlar espacios extensos que se hallan en constante amenaza por mineros, pescadores y madereros (Herrera, 2015). El caso de la comunidad de Palma Real es uno de estos; afirman que «cómo era posible que el Estado regule su territorio y que no les permite cazar, especialmente en la época de pandemia» (César Augusto Yojaje, Palma Real).

A partir de la Ley de la Reforma Agraria se reconocen como comunidades nativas, y en este proceso se les concede tierras para el desarrollo de la ganadería, la agricultura, entre otras actividades. A Palma Real se le dotó de 9491 hectáreas; a Infierno, 9558 hectáreas; y a Sonene, 3857 hectáreas (Herrera, 2015). En la actualidad existen 21 áreas naturales protegidas en la Amazonía del Perú.

Tabla 1. Áreas Naturales Protegidas 

Nota. Tomado de Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, 2023.

Nuestro trabajo de campo en la comunidad nativa Infierno coincidió con la visita de los líderes de la comunidad nativa Ese’ Eja de Palma Real. A pesar de que históricamente ambas comunidades han tenido enfrentamientos, en la actualidad, los líderes de ambas comunidades gozan de una buena relación. Esta vez, la comunidad de Palma Real había decidido acercarse a Infierno para obtener conocimiento sobre su quehacer turístico.

La comunidad nativa Ese’ Eja de Palma Real, Infierno, Bahuaja y Sonene forma parte de las cuatro comunidades que componen la comunidad Ese’ Eja, que, a su vez, pertenece a la familia lingüística tacana. Ellos afirman que «poco a poco trabajan por su reconocimiento después de haber sido civilizado por los dominicos en 1906». Asimismo, sostienen que «la lucha de los ese’ ejas por su territorio ha sido durante siglos, desde antes del caucho. Primero con los bolivianos, después con los peruanos, los colonos, luego con la carretera, los mineros y otros» (Moore, 2018).

Figura 2. Madre de Dios, refugio de los pueblos originarios, 2020. 

La situación sobre el impacto del covid-19 en la comunidad Palma Real, con alrededor de 500 habitantes, fue crítica. César Augusto Yojaje, líder de la comunidad, estuvo al borde de la muerte. Durante la entrevista que les realizamos, los líderes César Augusto Yohaje y Fermín Yohaje expresaron su interés por un acercamiento al ecoturismo en su comunidad. Su objetivo es que su comunidad se concientice en el desarrollo y el trabajo en la actividad turística. Para esto proponen organizar visitas a la comunidad de Infierno, para que «miren la realidad del turismo» (entrevista a Fermín Yohaje, 2023). Como parte del intercambio, Palma Real propone reforzar la lengua ese’ eja, que, según afirman, se ha perdido en la comunidad de Infierno. Además, Fermín tiene experiencia en la creación de un albergue turístico en Sonene. Su intención es que «la comunidad aprenda».

En la actualidad la comunidad de Palma Real tiene un centro de interpretación cultural y una casa de artesanía. Los líderes plantean un interés en el rescate de la cultura. Ellos afirman que el pueblo Ese’ Eja tiene una relación directa con la naturaleza, los animales y las plantas, «no como los limeños que ya no quieren ser nativos». No obstante, reconocen que a partir de la creación de la carretera Interoceánica, la política neoliberal y la categorización de Reserva Nacional Tambopata en 2000, se inicia un proceso mercantil con la artesanía y una mirada diferente a la que se tenía en su comunidad de estas actividades; antes la artesanía se utilizaba como intercambio, trueque entre los miembros de la comunidad Ese’ Eja. En 2000, se categoriza como Reserva Nacional Tambopata Parque Nacional Bahuaja Sonene y, en 2018, se reconoce el trabajo manual como patrimonio de la nación. Hoy las artesanías se exhiben en ferias de alcance internacional como Rurakmaki, en la sede del Ministerio de Cultura.

Nosotros queremos experiencia de parte de Posada para no tropezarnos en el camino, como los riesgos que ha tenido esta iniciativa con el turismo. Este albergue es un convenio de la comunidad. Infierno es una comunidad mixta de muchos años que muestra flora y fauna al turista. Nosotros queremos emprender flora, fauna, cultura, leyendas, mitos, danzas y la lengua ese’ eja, una oferta que es muy diferente. A Infierno le falta cultura. Ellos ya han perdido su cultura. Se denomina comunidad nativa, pero no es; pero nosotros queremos apoyar y dar conocimiento, nosotros vamos a apoyarlos en recuperar costumbres y la lengua, y ellos nos brindarán su experiencia en turismo. Queremos contribuir de esta manera. Un intercambio de saberes (entrevista a César Augusto Yojaje, 2023).

Durante la entrevista, Fermín Yohaje abordó el tema del ecoturismo en el territorio ese’ eja. Él denominó «mal necesario» al turismo porque genera un impacto negativo, pero brinda una alternativa de solución económica. A eso le llamamos un «mal necesario». Este mal necesario puede provenir del miedo de tener intrusos en sus comunidades, ya que, a través de su historia, el contacto con el foráneo ha sido sinónimo, principalmente, de abuso y explotación (Valcuende y García, 2020). De otro lado, causa un malestar o conflicto en el proceso el hecho de que la caza y la pesca, sus actividades principales de subsistencia, no son compatibles con el ecoturismo.

De todas maneras, ellos consideran que el turismo puede beneficiar a su comunidad. Es decir, el ecoturismo está siendo visto como una solución o alternativa económica a pesar de que corren el riesgo de la pérdida de identidad cultural y de su lengua.

El testimonio de este líder refleja la preocupación y mirada que tiene su comunidad hacia el ecoturismo. El relato demuestra el reto y riesgo que significa para su comunidad la llegada del turismo como un elemento mercantil. Al mismo tiempo afirman que ellos, en comparación con Infierno, sí han reservado sus saberes y no muestran reparo en querer mostrarlo al turismo. Por lo tanto, dos aspectos importantes se desprenden de esta entrevista. Por un lado, la reafirmación de su identidad cultural y la importancia que tiene en su comunidad, a tal punto de considerarse defensores de cultura, su flora y fauna. Lo segundo, es la intención de involucrar a la comunidad en el ecoturismo pese a ser un «mal necesario». No obstante, ¿el ecoturismo puede generar un retroceso en la pérdida de la lengua ese’ eja en la comunidad nativa de Infierno?

Una de las dimensiones del término identidad cultural que puede mencionarse de manera pertinente para este caso se refiere a la representación de las comunidades indígenas a través de sus tradiciones, cultura, costumbres, una idea que refuerza su «arraigo-patrimonial en el seno de las sociedades modernas» (Melo Sea, 2020). La Declaración de la Cumbre de los Pueblos Indígenas de las Américas realizada en 2001, en la ciudad de Ottawa (Canadá), señala que: «Los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo e individual a mantener y desarrollar sus propias características e identidades comprendiendo el derecho a identificarse a sí mismos como indígenas y ser reconocidos como tales» (ONU, 2010).

El ecoturismo, para la comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno ha sido una herramienta efectiva para preservar su territorio. Como afirma Amanda Stronza (2019), de forma indirecta pero poderosa, el ecoturismo funciona para la conservación y confección de instituciones locales. El ecoturismo debe ser entendido no solo como un turismo responsable, que cuida el medioambiente, como el turismo de naturaleza, sino que también involucra a la población local. La Organización Mundial del Turismo en 2012 lo considera como «un elemento clave para la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo sostenible» (OMT, 2013).

Además de la identidad cultural, otro aspecto crucial de la identidad social es el sentido de identidad comunitaria, que se refiere a la conexión emocional y psicológica que una persona tiene con una comunidad o grupo más amplio en el que se encuentra involucrada. El sentido de identidad comunitaria va más allá de la identidad cultural y se centra en compartir problemas sentidos y desafíos compartidos por los miembros de la comunidad, independientemente de su origen cultural. Esta identidad comunitaria puede ser un factor clave en la cohesión social y en la formación de alianzas para enfrentar problemas y adversidades en la sociedad (Puddifoot, 2002).

El sentido de la identidad comunitaria encarnado por la lengua ese’ eja y sus tradiciones, así como casos de intento de suicidio en jóvenes, son problemáticas que aquejan hoy a la comunidad de Infierno. Estos elementos preocupan a los líderes de esta comunidad y también a la comunidad de Palma Real. Los representantes de esta, precisamente, sostienen que, la comunidad nativa de Infierno, al estar «mezclada», está perdiendo su identidad.

Somos una comunidad que mantiene su lengua y cultura, nos sentimos orgullosos de ser ese’ eja, nuestra comunidad es neta, no hay mezclas. No estamos combinados con migrantes, ribereños, serranos, solo somos ese’ eja. Esa posición queremos que siga. Es la única comunidad donde todos los que viven ahí, han nacido y crecido en esa comunidad (entrevista personal al líder de Palma Real, Fermín Yohaje, 2023).

Como se menciona líneas arriba, en la comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno existe una preocupación (2023) por la pérdida de la lengua ese’ eja. Según la lingüista Echevarría, la lengua ese’ eja presenta dos variantes a las que denomina palmarrealina o beniana, y tambopatina o baawaja, elementos que difieren en lo fonético (Chavarría, 1973, 1980, 2001, 2002). De acuerdo con Echeverría, la lengua entró en crisis debido a la presencia de lo andino o mestizo en la comunidad (Chavarría, 2015), es decir, a la presencia de lo que ellos denominan colonos. Además, la escolarización reforzó el castellano como lengua en los colegios. Ante ello, la comunidad de Infierno tomó medidas drásticas y decidió tener un alfabeto con el fin de nombrar sus plantas medicinales (Chavarría, 2015).

La población de mestizos o «familias mixtas» es la mayoritaria en la comunidad nativa de Infierno actualmente, ya que representando casi la mitad de los habitantes (45,5 %). El siguiente grupo con mayor representatividad son los ribereños, que constituyen el 24 %, por delante del grupo nativo, que alcanza solo el 20,2 %, y el de andinos, con el 10,1 % de representatividad en la comunidad (ITTO, 2012).

La psicología social explica que los grupos pequeños pero con poder o dominantes al final terminan imponiendo su cultura y su imaginario dentro de su comunidad. ¿Y quiénes son los grupos con poder? Paralelamente, en la teoría de las representaciones sociales, Moscovici plantea que las minorías poderosas pueden influir en la percepción de la realidad al promover sus puntos de vista y creencias, lo que puede conducir a un cambio de actitudes y comportamientos en la mayoría del grupo (Moscovici, 1976). Asimismo, investigaciones realizadas han demostrado cómo estas minorías pueden afectar negativamente a grupos vulnerables (Dovidio y Fiske, 2012; Fiske, 1998). Mediante el estudio de estereotipos, prejuicios y discriminación, Dovidio y Fiske (2012) han resaltado cómo las minorías poderosas pueden perpetuar actitudes negativas hacia grupos vulnerados, promoviendo estereotipos negativos, fomentando la discriminación institucional, y contribuyendo a la exclusión y marginalización de estos grupos en la sociedad.

Como sostiene Daniel Melo, conservar las tradiciones y costumbres depende mucho de la gente que vive en la comunidad. El concepto de identidad cultural parte de un sentido de pertenencia grupal (Melo, 2021). En ese sentido, la comunidad nativa de Infierno está habitada por colonos y por ese’ ejas, mientras que la comunidad de Palma Real, al estar habitada únicamente por ese’ ejas, ha permitido que conserven sus tradiciones y costumbres ancestrales. Desde 1970, las comunidades de Palma Real, Sonene e Infierno han venido experimentando cambios.

Desde la perspectiva de los comuneros, se observa un continuo declive en el uso de su lengua materna. Esto se debe a factores como la discriminación por parte de personas externas y la creciente importancia del español y otros idiomas para el turismo. Por lo general, los jóvenes que desean aprender el idioma ese’ eja suelen hacerlo después de dominar el inglés u otros idiomas populares entre los turistas. A pesar de que las niñas y niños en la escuela están recibiendo clases de ese’ eja, su conocimiento se limita a unas pocas palabras, ya que la mayoría de las materias se enseñan en español y solo una en ese’ eja. Aunque es alentador que los jóvenes puedan aprender al menos un fragmento de la lengua y la cultura de sus ancestros, existe la preocupación de que pueda ser demasiado tarde para lograr su completa revitalización (Pugh, 2019).

Para comprender más a fondo por qué las niñas y los niños hablan poco el ese’ eja, debemos considerar varios factores. La migración de personas extranjeras, como las provenientes de la sierra, y la mezcla moderna de la mayoría de las familias han contribuido a la disminución de costumbres y valores tradicionales. Esta tendencia se inició antes de la llegada de Posada Amazonas, pero el ecoturismo ha intensificado las tensiones entre diferentes grupos étnicos al introducir una jerarquía en los puestos de trabajo dentro de la comunidad. La educación y los trabajos prestigiosos son mayormente ocupados por colonos y ribereños con mayor educación, excluyendo a los ese’ ejas. Esto ha generado una creciente jerarquía social (Pugh, 2019).

Rescate de la lengua ese’ eja

La lengua es un símbolo de su identidad. La comunidad de Palma Real, por su situación geográfica, ha conseguido, de alguna manera, mantenerse aislado de lo urbano, a pesar de que los viajes fluviales a la ciudad de puerto Maldonado los incorpora a una dinámica cercana a la ciudad, y es que se encuentra a tan solo tres horas (con motores fuera de borda). Las visitas a la ciudad son frecuentes, ya que existe comercio de castaña y pescado, y a su vez se proveen de artículos industriales (Herrera, 2015). La relación de los nativos de Infierno, ubicados a una distancia por carretera de tan solo 40 minutos de la ciudad, es más frecuente.

Desde 1980 han establecido relación con organizaciones gubernamentales y la empresa privada, y poseen infraestructura escolar y una posta de salud. ¿La comunicación que hoy sostienen los indígenas amazónicos con lo urbano propone para la comunidad un desafío para preservar su cultura en el futuro?

El poblador urbano ha llegado hace más de dos décadas a las comunidades amazónicas. En el caso de la comunidad Ese’ Eja de Infierno, lo urbano forma parte de lo que hoy se considera su comunidad. Debido a su situación geográfica, el contacto directo con la ciudad de Puerto Maldonado constituye un intercambio entre ambos espacios que es cada vez más dinámico y ágil, especialmente por el uso de la tecnología después de la pandemia. Esto último les ha permitido conocer otras culturas y otras realidades. La migración en Madre de Dios, como se menciona líneas arriba, y en las comunidades de esta región aún son temas pendientes en el ámbito de la investigación y de los estudios más analíticos. Es importante recopilar información sobre la migración en la población amazónica, especialmente durante el azote del covid-19 y luego de la pandemia.

En la actualidad, un gran número de comunidades amazónicas peruanas viven en las ciudades, no solo en las capitales regionales, sino también en ciudades que vienen creciendo de forma acelerada, como Nauta, Nieva, Sepahua, San Lorenzo (Espinosa, 2009). Unas de las problemáticas de este intercambio, según algunos antropólogos, se encuentra en la pérdida de la identidad cultural; no obstante, y como sostiene Eduardo Viveiros de Castro (2004), esta pérdida no tiene que ver con la modernización, sino, con los cambios producidos en la relación entre los indígenas y el bosque amazónico. ¿Seguirán manteniendo el respeto al bosque en sus contextos culturales, sociales y en su cotidianidad? El avance de actividades que utilizan logística citadina e impactan de una forma radical los entornos trae consigo un traslado de valores y consideraciones hacia aquello tradicional, eso que escucharon de sus abuelos y que en su infancia atesoraban. Existe una lógica impositiva que rompe esa identificación. Las ideas de prestigio y reconocimiento se combinan a la luz de un enfoque separatista, que genera dicotomía. Lo nuevo, lo tecnológico, el poder adquisitivo para el lujo y el exceso son importantes. Esta forma de vida es notablemente un adelanto, progreso. ¿Son los líderes indígenas los responsables de recuperar la identidad cultural y la defensa de sus territorios?

Uno de los motivos que puede explicar la pérdida de la lengua ese’ eja en la comunidad de Infierno podría tener relación con la llegada de los migrantes a Madre de Dios, en su mayoría andinos, la fragmentación como, sostiene Moore (2022), de territorios ancestrales amazónicos, en donde, a causa de la titulación de espacios, los migrantes adquieren derechos sobre territorios ancestrales. En el caso de la comunidad nativa ese’ eja, al conformarse como comunidad mixta: la pérdida de las tradiciones ancestrales ha ido en aumento a lo largo de los años, y la llegada del turismo hizo que los nativos y colonos se concentren en reforzar la actividad turística a través de la protección de las áreas naturales protegidas, tarea notable, sin duda, pero que restó importancia a la recuperación de la lengua.

Participación de las mujeres ese’ ejas en la comunidad

Las mujeres que lideran comunidades amazónicas se enfrentan hoy a diferentes amenazas y situaciones peligrosas para sus integrantes. La violencia de género y los conflictos ambientales son cartas que se juegan a cada minuto, en cualquier región del país. No obstante, mantienen intacto su compromiso con la transmisión de su cultura a otras generaciones. Un conjunto de datos desesperanzadores. En la actualidad el porcentaje de niñas que salen embarazadas a los 12 años en la Amazonía es cada vez más alto. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en 2015, una de cada tres adolescentes es madre y, entre 2017 y 2021, Madre de Dios mantuvo la tasa promedio nacional de nacidos vivos en niñas de 10 a 14 años (UNFPA, 2022). Según el último informe de la Organización Panamericana de Salud (OPS, 2021), la pandemia agravó la violencia contra las mujeres en poblaciones amazónicas y, durante la cuarentena, los embarazos en adolescentes no superaban los 15 años. Al mismo tiempo, los casos de suicidio en jóvenes mujeres y hombres en la Amazonía se reportaron en comunidades como la awajún. Algunas de las características del suicidio en jóvenes awajún, según el estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se debe a «alteraciones globales de su entorno en los tiempos modernos» (Unicef, 2012). Esto, entre otras causales, podría estar generando mayor número de suicidios en jóvenes. «Son sociedades que se encuentran, en muchos sentidos, «en transición» y a las que las agresivas condiciones de vida y la presión sobre sus ritmos adaptativos las están lastimando, impidiéndoles retomar el control de las decisiones que afectan a su vida» (Unicef, 2012). En la comunidad Ese’ Eja de Infierno también se ha reportado un caso de intento de suicidio de una joven de 14 años, como producto de la violencia familiar. Aunque durante este primer avance de investigación no se focalizó en el estudio cuantitativo de casos, sí se confirmó, a través de Maricela, lideresa comunal, la preocupación sobre los casos de suicidio en jóvenes adolescentes en su comunidad.

Otra amenaza para las poblaciones amazónicas se concentra en el impacto que tienen los delitos ambientales en las mujeres de la Amazonía. El último informe de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) sobre el impacto que tienen en las mujeres los conflictos medioambientales en la Amazonía durante 2018 señala que 526 mujeres fueron víctimas de violencia sexual, de las cuales 435 se identificaron como indígenas u originarias amazónicas. Las mujeres indígenas amazónicas consideran que cumplen roles de líder en su comunidad, como defensoras de su territorio y el ambiente; buscan garantizar la transmisión de su cultura a otras generaciones (lengua, cosmovisión, saberes tradicionales); y, además, constituyen diseñadoras de un balance en el rol que cumplen como cuidadoras de sus familias, y promotoras del respeto a sus comunidades (Proyecto Prevenir Usaid, 2021).

Por otro lado, ¿son las mujeres ese’ ejas una de las principales responsables de la gestión cultural y el resguardo de su identidad cultural? A lo largo de los cien años que tiene en formación la comunidad Ese’ Eja de Infierno, solo dos mujeres asumieron como lideresas en los últimos 10 años. Maricela Mariachi es la segunda lideresa de la comunidad nombrada en el año. Maricela quiso ser chamana, aunque un accidente la limitó a seguir este camino. Durante nuestros encuentros con Maricela, el comité directivo de la comunidad nos manifestó su preocupación sobre la transmisión de su cultura a futuras generaciones, así como los casos de jóvenes con intento de suicidio y desapariciones. En ese sentido, una de las acciones que han establecido en la comunidad es la «recuperación de la lengua materna». Parte de las acciones de recuperación de la lengua implica la contratación de docentes en la escuela. Asimismo, durante el trabajo de campo se observó una participación activa del Comité de Mujeres de la Comunidad en el trabajo del rescate de la lengua ese’ eja. Para ello, se utilizó el local comunal como espacio educativo de la enseñanza de la lengua ese’ eja por medio de un docente contratado por ellas. Se observó que el 95 % de los asistentes eran mujeres.

Adolescentes de la comunidad nativa Ese’ Eja

La comunidad de Infierno posee solo una escuela primaria y una de secundaria, la Escuela 52043 Shajao Infierno. Según el reporte del colegio, en 2023 solo culminaron la secundaria 4 hombre y 3 mujeres. Además, el total de estudiantes de secundaria en este año fue de 40 estudiantes, 22 de las cuales son mujeres.

Tabla 2. Lista de estudiantes matriculados en la Escuela 52043 Shajao 

Situación final Total Subtotal Primero Segundo Tercero Cuarto Quinto
H M H M H M H M H M H M
Matriculado 40 18 22 1 9 3 5 3 2 7 3 4 3
Aprobado 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Desaprobado 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Requiere recuperación pedagógica 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Retirado 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Postergación de evaluación 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Fallecidos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Trasladado 3 1 2 0 1 0 1 0 0 1 0 0 0
Sin evaluar Callao 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

El porcentaje de deserción escolar en mujeres en la comunidad también es alto. A medida que avanzan los grados, como señala la tabla 2, la presencia de mujeres disminuye. En una entrevista anónima, la tutora de los dos últimos años escolares comentó que el motivo de deserción se debe a problemáticas relacionadas con la violencia de género. El tema de género fue abordado durante los talleres y focus group, así como fueron abordadas las categorías identidad cultural y ecoturismo entre los estudiantes de secundaria. Acerca de la igualdad de género, los jóvenes hombres afirman conocer conceptos, pero cuando se les pregunta si cumplen sus actividades en este tema dentro de su comunidad, ellos responden que no.

Si les dicen algo, vienen al toque con la denuncia. Aquí las mujeres tienen más privilegio que los hombres. Las mujeres mienten y te quieren denunciar. Ellas se aprovechan de sus derechos. Los usan contra los hombres. A una mujer le creen más que un hombre. Su palabra vale más con la policía (grupo focal, jóvenes hombres estudiantes de la Escuela 52043 Shajao, 2023).

Asimismo, sobre los roles de género, los estudiantes comentaron que las mujeres de su edad son «vergonzosas y no les gusta gustar al fútbol, solo están buscando marido. Les gusta cocinar, estar en la chacra y ver TikTok». Al mismo tiempo, a las jóvenes mujeres se les presentó una serie de profesiones: guía de turismo, mecánico/a, docente, líder de la comunidad, artesanía, cocinero, eléctrico, limpieza, chofer, ama de casa y jefe de casa. Como resultado, tanto hombres como mujeres eligen profesiones sin caer en estereotipos de género. Sin embargo, en el ítem «ama de casa», son las mujeres quienes más marcan en su columna (15) en comparación con los hombres (9). Por otro lado, el grupo considera que hay mujeres que dejan la escuela porque buscan novio, ya que «hay problemas financieros dentro de casa o porque están embarazadas». Una opinión difundida entre los ese’ ejas es que «las mujeres no pueden jugar al fútbol y que por ese motivo las mujeres no pueden trabajar solo los hombres. Que la mujer cuide a los bebés, el hombre es el rey de la casa» (grupo focal, jóvenes mujeres estudiantes de la Escuela 52043 Shajao, 2023).

En tanto, las adolescentes mujeres son capaces de identificar barreras y limitaciones que se presentan en su comunidad por el hecho de ser mujeres, como «hay mujeres que dejan la escuela porque buscan novio, porque hay problemas financieros dentro de casa o porque están embarazadas». También son capaces de reconocer lo que es necesario en su comunidad para acortar esta brecha al pedir «más apoyo a las madres adolescentes y apoyo también para terminar los estudios. Que terminen» (grupo focal, jóvenes mujeres estudiantes de la Escuela 52043 Shajao). Según el INEI (2017), en el censo de comunidades nativas aplicado a las tres comunidades ese’ ejas, incluida la de Infierno, los estudiantes de secundaria matriculados solo representaban el 40 % (62 estudiantes) de las y los estudiantes inscritos en primaria (153 estudiantes). Esto nos deja ver que existe un gran número de estudiantes matriculados en primaria en comparación con el nivel secundario, lo que evidencia una gran brecha que puede estar relacionada también con la deserción por causa del embarazo adolescente, tal como lo manifiestan las jóvenes adolescentes durante el grupo focal.

Del mismo modo, los jóvenes adolescentes se refieren a su comunidad Ese’ Eja de Infierno como una comunidad que está «perdiendo su cultura», y quienes la mantienen «son gente antigua, pero en esta comunidad casi no hay, los ese’ ejas ahora son más mestizos, antes había, pero ahora ya no. Ya se está perdiendo el idioma; unos tienen vergüenza y más hablan castellano» (joven de 15 años del Colegio Shajao, 2023). Sobre las costumbres que se están perdiendo, se refieren a las danzas y a las comidas. Por ejemplo, «la danza de la mariposa, huayruro, chullachaqui, yacumama»; sobre los mitos, y cantos algunos contestaron que «ya no recuerdan». Entre los adolescentes hombres y mujeres, estudiantes del colegio, reconocen algunos elementos que consideran parte de su cultura: el idioma ese’ eja, la historia de la Guaymana, la comida y el río Tambopata. Cuando se les pregunta sobre algún mito o leyenda, solo algunos contestaron que los conocían en fragmentos e incompletos. En cambio, en los niños se encontró un alto conocimiento sobre las plantas medicinales que existen en su comunidad e, incluso, describen sus propiedades. También cuentan el mito de la creación de la nación Ese’ Eja y su cosmovisión, gracias a que sus abuelos transmitieron esta leyenda. Asimismo, dieron a conocer un canto ese’ eja.

Sobre el covid-19 y otras amenazas

Es poco lo que hasta ahora se ha documentado sobre el impacto que ha tenido el covid-19 en los pueblos amazónicos peruanos. Uno de los documentos sobre este impacto, editado por Oscar Espinoza y Emanuele Fabiano (2022), recoge información de los pueblos amazónicos en la selva norte, la selva central y la selva sur, y recopila información valiosa sobre el paso de esta enfermedad, así como la memoria de otras epidemias que han arrasado con un porcentaje alto de los pueblos indígenas. La mayoría de estas epidemias llegaron con los primeros europeos entre los siglos XIX y XX; las epidemias como la viruela, sarampión, gripe fueron traídas por los caucheros, madereros, colonos, mineros y misioneros, y provocando la muerte y la huida de muchas familias hacia el bosque. A estos grupos humanos hoy se le conoce como «pueblos en aislamiento» (Espinosa y Fabiano, 2022).

El primer contagio en la Amazonía se registró el 18 de marzo del 2020. Un líder amazónico había llegado de un viaje de Ámsterdam, donde realizó una denuncia internacional por los efectos de los derrames petroleros (Espinosa y Fabiano, 2022). Espinosa refiere la falta de acceso a los servicios de salud de los pueblos amazónicos olvidados por el Estado, además de la falta de información sobre la tasa real de infectados de los pueblos indígenas, lo que constituye un vacío para cuantificar el impacto del covid-19. Por ese motivo, la información del impacto que tuvo el covid-19 en las comunidades Ese’ Eja es aún incipiente. Una de las grandes pérdidas fue la del chamán don Ignacio Duri Palomenque, considerado un sabio, segundo contagiado de la comunidad. Su muerte en 2020 marcó al pueblo Ese’ Eja. Don Ignacio, fundador de la comunidad nativa de Infierno, curandero y chamán por más de 40 años, constituía un símbolo de la identidad ese’ eja. Sus relatos han sido recogidos por Camilla Villalobos y Robin van Loon (2022).

La llegada del covid-19 a algunas comunidades que vivían del turismo en el Perú también representó un quiebre a la economía local. Sabemos que la paralización del sector por la pandemia obligó a muchas comunidades del Perú a cerrar emprendimientos. La pandemia evidenció la dependencia del turismo que habían desarrollado muchas comunidades indígenas. El caso de la comunidad de Infierno no fue una excepción. El personal que trabajaba en los albergues de Rainforest tuvieron que volver a sus chacras. La incertidumbre por no saber el futuro de la actividad turística de la zona fue grande y prolongada. La escasez de alimentos, el cierre de las carreteras y el desabastecimiento de agua y luz produjo en la comunidad desasosiego y, por periodos, se decidió cerrar el acceso a la comunidad (la carretera que une Infierno con Puerto Maldonado) con una tranquera, a fin de controlar el acceso de foráneos a su territorio. Para tener acceso, los comuneros de otras zonas debían desinfectarse con alcohol y justificar su visita. En la comunidad de Palma Real también hubo un gran impacto: el líder César Augusto Yojaje estuvo enfermo de gravedad.

El retorno a lo que ahora llaman normalidad del turismo ha sido lento en la comunidad. La empresa Rainforest y la comunidad firmaron una adenda que garantiza la continuación de actividades turísticas. La comunidad de Palma Real, antes reacia y crítica hacia el turismo, parece ahora querer incorporar nuevas formas de productividad turística a su comunidad. Al mismo tiempo, la comunidad está en busca de nuevos proyectos que recuperen la identidad ese’ eja, valorada también por los turistas. Esto podría indicar una relación más estrecha con el turismo de la zona, pero también una relación dependiente, ya que otras ocupaciones no son rentables ni valoradas.

Fuente: Ministerio de Cultura, 2023.

Figura 3. Mapa del Pueblo Ese’Eja. 

Conclusiones

En la comunidad nativa de Infierno se intersecan tres cuestiones importantes de análisis: turismo, economía e identidad. Esto, a su vez, como hemos visto en las entrevistas a líderes de Palma Real y de Infierno en talleres a niños y jóvenes adolescentes, puede estar relacionado con el género y la raza. En la actualidad, el interés de los líderes de la comunidad de Palma Real en rescatar la lengua ese’ eja en la comunidad de Infierno podría contribuir a su rescate. Al mismo tiempo ha despertado la atención, en la comunidad de Palma Real, la inclusión del ecoturismo en su comunidad. De esta forma, esta alianza entre ambas comunidades ese’ eja podría funcionar como un intercambio que se sostiene sobre sus costumbres ancestrales y recuperar, como propone Moore, los derechos sobre territorios ancestrales amazónicos.

A su vez la alianza con Rainforest hace ya más de 20 años, ha permitido que un número de comuneros se interese por el sector del ecoturismo. Por tanto, y como sostiene la presidenta de la comunidad, Maricela Mariachi, la intervención del turismo en la comunidad de Infierno ha traído un «bienestar económico» a sus pobladores y una preocupación por la conservación de las áreas protegidas.

El turismo no es un factor que haya influido directamente en la pérdida de la lengua ese’ eja, sino que otros indicadores sociales, como la toma de poder de una cultura dominante dentro de la comunidad y el crecimiento de familias mixtas (colonas y nativos), han relegado la importancia en su herencia.

En ese sentido, el estudio evidenció que el uso de la lengua nativa es bajo en niños y jóvenes de la escuela Shajao Infierno, así como poco conocimiento frente a los mitos de su comunidad. No obstante, en niños y adolescentes se reconocieron temáticas de biodiversidad e interés por el ecoturismo; asimismo, se reconocen algunas plantas medicinales y animales que conviven en su entorno. El sentido de identidad cultural ese' eja en los niños y niñas de quinto y sexto de primaria sigue siendo alta, lo que puede estar relacionado con las nuevas asignaturas sobre la cultura Ese’ Eja en la escuela. No sucede lo mismo en el grupo de adolescentes de ambos sexos, en el que se da todo lo contrario: el uso de la lengua es muy bajo y cuando se abordó la temática de violencia de género se evidencia conocimiento sobre el concepto a la par que cuestionamientos sobre «la ventaja que tienen las mujeres ahora, cuando ocurren problemáticas de violencia».

La discriminación y actos racistas entre los grupos de nativos ese’ eja y los colonos también está presente, de una forma más sutil, en niños, niñas y adolescente, ya que quienes hablaban ese’ eja eran reconocidos por sus compañeros. No quisieron participar al sentirse avergonzados de mostrar su lengua. Como ya se mencionó, en las entrevistas a niños y al líder de Palma Real, existe un rechazo de parte de los habitantes colonos al aprendizaje de la lengua ese’ eja.

En cuanto al enfoque de género, los adolescentes hombres conocen algo acerca del tema de género, pero no ponen en práctica estos conocimientos. Esto se ve reflejado en sus respuestas cargadas de estereotipos y prejuicios hacia sus compañeras mujeres. Se puede concluir que han tenido un aprendizaje superficial desde la escuela acerca de roles de género, pero que no es puesta en práctica en el ejercicio diario, ya que las adolescentes mujeres son capaces de percibir y ser conscientes de las barreras y limitaciones de género en su comunidad. Asimismo, se identifican barreras y desigualdad de género en el grupo de adolescentes mujeres con respecto al embarazo adolescente, la falta de oportunidades de estudio y de acceso a trabajo en ecoturismo, por la ausencia de apoyo y educación. También perciben poco apoyo de sus familias, escuela y comunidad.

El covid-19 representó para la comunidad una amenaza sobre su economía, ya que esta es dependiente del turismo. Durante la pandemia, los pobladores de Infierno que trabajan en el rubro se vieron obligados a regresar a sus chacras y trabajarlas para subsistir. Hay que recalcar que los nativos que trabajan en los albergues de Rainforest y que poseen una chacra, durante sus trabajos como guías, administrativos, cocineros, etc., encargaban sus chacras a otras personas de la comunidad para su cuidado. Esto, luego del retorno a la normalidad, también ha regresado. Es decir, los pobladores de Infierno continúan apostando por el ecoturismo y delegan actividades como el cuidado de sus tierras. Junto a ellos, nativos de Palma Real, que antes del covid-19 se mostraban reacios al turismo, ahora, gracias a la recuperación de la lengua ese’ eja, proponen una alianza entre Infierno y Palma Real.

Finalmente, es fundamental, para entender el futuro de comunidades nativas como Infierno y Palma Real, el lugar que ocupa el turismo en sus vidas, así como los efectos que tuvo el covid-19 en sus comunidades. La comunidad de Infierno es un ejemplo de la relación que puede establecerse entre empresa y comunidad nativa para el desarrollo del ecoturismo, pese a que durante la pandemia se identificó una dependencia económica de parte de la comunidad hacia la actividad del turismo. En la actualidad, la comunidad de Infierno ha decidido reforzar sus lazos con la empresa al firmar una adenda que une la empresa privada con la comunidad por cuatro años más. De igual forma, la comunidad Palma Real durante años criticó el ingreso del turismo a las comunidades ese’ ejas. Hoy en día esta visión parece haberse alterado y buscan a la comunidad de Infierno como modelo de turismo, para, quizás, ellos emprender el mismo camino.

Esta transformación en la mirada del impacto que tiene el turismo en las comunidades de parte de la comunidad ese’ eja de Palma Real puede deberse a una consecuencia de la huella que tuvo la pandemia en sus vidas, el acceso limitado o nulo a servicios de salud, así como a necesidades básicas de agua potable, junto a la muerte de miembros de la comunidad. Esto ha provocado que hoy se sientan aún más vulnerables a amenazas hacia su territorio a través de actividades como la minería ilegal y vean al turismo como «un mal necesario», un arma con la cual podrían defender su cultura y territorio.

Acerca del enfoque de género que sostiene esta investigación, en esta primera etapa se ha identificado un alto valor por los roles que cumplen las mujeres en Infierno, pero al mismo tiempo se verifica cómo los niños y jóvenes adolescentes de la comunidad identifican estos roles con estereotipos que podrían promover desiguales en sus familias y comunidad. Esta carga de estereotipos no solo proviene de las sociedades, sino que, por ejemplo, se refuerzan en la promoción de turismo desde el Estado. Estos roles que se le asignan a las mujeres, en función de la promoción del turismo en las comunidades andinas y amazónicas, generalmente son roles como artesanas o cocineras, labores que no promueven roles enfocados en otros recursos del turismo como guías, por ejemplo.

Este podría ser el caso de Palma Real, donde se identificó un grupo de 20 mujeres artesanas organizadas que participan en ferias nacionales como la de Ruraq Maki. Recordemos que en 2018 su actividad artesanal fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, por sus saberes y usos asociados a la cestería del pueblo Ese’ Eja (Ministerio de Cultura, 2020). Esta promoción del trabajo de las mujeres en turismo podría haber generado que en comunidades como Palma Real las mujeres ocupen un puesto en la economía de la comunidad. No obstante, habría que tomar con pinzas los roles que se les asignan a las mujeres en su entorno. Si el Estado sigue promocionando el turismo asignando roles de género a mujeres en sus comunidades, se podría estar promoviendo imaginarios, estereotipando y generando dependencia de estos roles para generar economía a sus comunidades.

Agradecimientos

A toda la comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno por abrir sus puertas y corazones.

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5Darcy Ribeiro postula que los rasgos éticos de cada de pueblos indígenas desaparecen debido a la aculturación, y lo postula como indio genérico (Ribeiro, 1986).

6Ley N.º 28736, Ley para la Protección de Pueblos Indígenas u Originarios en Situación de Aislamiento y en Situación de Contacto Inicial. Ley N.º 29735, Ley que regula el uso, preservación, desarrollo, recuperación, fomento y difusión de las lenguas originarias del Perú (Normas Legales. Ministerio de Cultura).

Fuente de financiamiento. Proyecto “Turismo y género desde la perspectiva de la educación universitaria. El rol de las mujeres de Ese Eja de Infierno (Perú - Amazonía) en la defensa del territorio y el desarrollo turístico sostenible” (Referencia OCDS-REC2023/06). Financiado por la Conselleria d'Afers Socials e Esports del Govern de les Illes Balears i la Universitat de les Illes Balears.

Citar como: Ruiz Alvarado, I., Coll-Ramis, M. À., Ponce Castañeda, V. y Torres-Sovero, C. (2023). La identidad cultural y el ecoturismo bajo un enfoque de género: la comunidad nativa Ese’ Eja de Infierno, Madre de Dios, Perú. Desde el Sur, 15(4), e0052.

1 PhD en Estudios Hispánicos por la Universidad de Kent (Reino Unido). Investigadora en estudios de género vinculados a los estudios hispánicos, los derechos humanos y la comunicación comunitaria. Actual directora de la carrera de Turismo Sostenible y Hotelería y asesora de tesis de pregrado y postgrado de la Universidad Científica del Sur. Copresidenta del Comité Ejecutivo (2021-2023) de la Asociación de Estudios Latinoamericanos LASA Perú. Responsable de la Cátedra Unesco en Políticas Públicas y Gestión Cultural. Ha publicado Pájaros de medianoche. Las esterilizaciones forzadas en el Perú de Alberto Fujimori y la lucha de sus víctimas por ser reivindicadas (2021). Correo: iruiz@cientifica.edu.pe.

2 Departamento de Geografía en la Universidad de las Islas Baleares. Docente en las carreras de Geografía, Turismo y Dirección Hotelera Internacional. Miembro de diferentes grupos de investigación sobre la planificación turística, la gestión de destinos turísticos y la educación turística. Correo: miquelangel.coll@uib.es.

3 Magíster en Intervención Psicosocial y Comunitaria por la Universidad Autónoma de Madrid (España). Investigadora en estudios de género vinculados a derechos humanos, disidencias sexuales y poblaciones vulnerables. Actual docente investigadora de la carrera de Psicología y asesora de tesis de pregrado y posgrado de la Universidad Científica del Sur. Correo: vponcec@cientifica.edu.pe.

4 Máster en ciencias en Ecología por la Universidad Autónoma de Madrid (España). Investigadora en estudios de ecología tropical, ornitología neotropical. Investigadora en desarrollo sostenible con base en el ecoturismo, la educación ambiental y la comunicación científica. Docente de la carrera de Turismo Sostenible y Hotelería. Correo: ctorresso@cientifica.edu.pe.

Recibido: 30 de Julio de 2023; Aprobado: 13 de Septiembre de 2023

Contribución de autoría.

Verónica Milagros Ponce Castañeda participó en la fase de análisis de datos, investigación, metodología y redacción del borrador original. Inés Ruiz Alvarado participó en la adquisición de fondos, investigación, metodología, administración del proyecto, conceptualización, redacción del borrador original, y redacción, revisión y edición del texto final. Claudia Torres-Sovero participó en la conceptualización, investigación, obtención de recursos y en la redacción del borrador original. Miguel Angel Coll participó en la adquisición de fondos, obtención de recursos y validación.

Potenciales conflictos de interés.

Ninguno.

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