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Desde el Sur

versión impresa ISSN 2076-2674versión On-line ISSN 2415-0959

Desde el Sur vol.16 no.1 Lima ene./mar. 2024  Epub 31-Ene-2024

http://dx.doi.org/10.21142/des-1601-2024-0011 

Artículos

Atentados y política: asesinato del general Schneider y su impacto en la prensa española

Ataques e política: Assassinato do general Schneider e seu impacto na imprensa espanhola

Attacks and politics: Assassination of General Schneider, and its impact on the Spanish press

Alfonso Díaz Aguad*  1
http://orcid.org/0000-0001-7230-5485

Raúl Bustos González*  2
http://orcid.org/0000-0002-2363-1919

* Universidad de Tarapacá. Arica, Chile.

RESUMEN

Este trabajo tiene como objetivo identificar las reacciones que el asesinato del general René Schneider, ocurrido en Chile en 1970, provocó en la prensa española de la época. A partir de un análisis historiográfico de fuentes hemerográficas, se revisaron publicaciones periódicas, considerando sus criterios de tirada, proyección nacional y relación con una tendencia política. En dicha revisión descriptiva de fuentes, se pudo identificar que la manera de abordar dicho acontecimiento estuvo influenciada por sus líneas editoriales.

Palabras clave: Guerra Fría; Chile; prensa

RESUMO

Este trabalho tem como objetivo identificar, por meio da análise historiográfica de fontes jornalísticas, as reações que o assassinato do General René Schneider, ocorrido no Chile em 1970, provocou na imprensa espanhola da época. A partir de um estudo descritivo baseado na revisão de publicações periódicas, considerando os critérios de circulação, projeção nacional e relação com uma tendência política, foi possível identificar, nas fontes, a influência das linhas editoriais na forma de abordar o referido acontecimento.

Palavras-chave: Guerra Fria; Chile; imprensa

ABSTRACT

This paper aims to identify the reactions that the assassination of General René Schneider, which took place in Chile in 1970, provoked in the Spanish press of the time. Based on a historiographic analysis of newspaper sources, periodicals were reviewed, considering their circulation criteria, national projection and relationship with a political tendency. In this descriptive review of sources, it was possible to identify that the way of approaching this event was influenced by their editorial lines.

Keywords: Cold War; Chile; press

Introducción

El proceso político chileno a inicios de la década de 1970 llevó a este país a insertarse en la dinámica mundial como parte de la «Guerra Fría Interamericana» (Harmer, 2013), en lo que Góngora (1981) llamó el periodo de las planificaciones globales. Lo anterior explica el interés de la prensa internacional, y en especial la española, por lo que ocurría en Chile en aquel entonces. Particularmente, fue interesante para la prensa española el asesinato del general René Schneider, lo que puede deberse al hecho de que durante la dictadura de Franco y hasta la celebración de las primeras elecciones democráticas en España, en junio de 1977, el número de asesinatos políticos era relativamente bajo en España, en comparación con lo que vendría más adelante a fines del siglo XX (Leonisio, 2019).

Por otro lado, el rol político de la prensa se había consolidado desde inicio del siglo XX en la península (Barrera, 1995). La notable capacidad de influencia sobre el sistema social y político que podían alcanzar los diferentes medios de comunicación era una premisa en el contexto de estudio (Hayllin y Mancini, 2008).

Tres son las teorías clásicas que distinguen la influencia de los medios en la formación de juicios de las audiencias, partiendo de la premisa de que los medios de comunicación generan climas de opinión a partir de la inclusión o exclusión de ciertas informaciones y enfoques (Hallin y Mancini, 2008):

  1. La tematización explica que la prensa ejerce influencia al momento de definir los asuntos sobre los cuales la gente debe pensar (McCombs y Shaw, 1972).

  2. El priming plantea que los medios no solo consiguen transferir la prioridad que otorgan a los temas, sino también la prioridad que conceden a las características o atributos sobre ese tema. Esto afecta tanto a los temas en los que se piensa como a la forma en que se piensa sobre ellos (McCombs y Evatt, 1995).

  3. El encuadre, según Iyengar (1991), sería la capacidad que tienen los medios de comunicación para provocar en la audiencia ciertas conclusiones particulares, de acuerdo con la forma que tienen de presentar la información. El énfasis puesto en determinados hechos o características, la incorporación de ciertas especificidades y la omisión de otras, por ejemplo, inducen las actitudes u opiniones del público.

Por otro lado, una mirada más contemporánea de esta problemática es la propuesta por Michel de Certeau (1999), quien plantea que la información nunca es recibida de forma pasiva por las personas, pues a menudo existe un cierto espacio para la reelaboración creativa. De ese modo, las personas pueden comprender de manera distinta lo que los medios de comunicación plantean estratégicamente.

Específicamente, a finales del franquismo, la prensa expresa una moderada oposición, producto de la liberalización que significó la Ley de Prensa de 1966, que matizaba la opinión pública oficial (Álvarez y Aguilera, 1995). No obstante, se continuó con la censura y cierre temporal de algunos periódicos en virtud de sus contenidos, como Triunfo, Sábado Gráfico, Cuadernos para el Diálogo y el cierre del diario Madrid (Mateos y Soto, 1996).

Es así como, a partir del análisis histórico de las fuentes hemerográficas, el presente trabajo pretende describir la manera en que la prensa española presentaba el asesinato del general René Schneider, ocurrido en el contexto de los acontecimientos políticos experimentados en Chile, a través de la exposición de la información presente en la prensa española de la época. Se ha seguido la evolución cronológica de los acontecimientos más significativos, agrupándolos temáticamente, a partir de categorías abiertas.

Desde el punto de vista metodológico, este estudio es descriptivo y se ha basado en la revisión de publicaciones periódicas, considerando los siguientes criterios: tirada, proyección nacional y relación con una tendencia política, elementos que permiten caracterizar a los medios de comunicación. El análisis de las fuentes se aborda desde una perspectiva cualitativa, a partir del método histórico y del análisis temático, para la identificación de las dimensiones emergentes (Escudero, 2020). Esta identificación utilizó tres enfoques: 1) enfoque holístico, 2) enfoque selectivo, y 3) enfoque detallado o línea por línea. Para la presentación de los resultados, se optó por una descripción cronológica, a fin de relevar el modo en que la prensa española abordó los hechos asociados al fenómeno en estudio.

Los diarios y revistas revisados para el periodo en estudio se presentan en la tabla 1.

TABLA 1. Fuentes hemerográficas empleadas en el estudio 

Fuente Naturaleza Descripción
Ya Diario Representaba a los sectores católicos. Alcanzaba en los primeros años de la década de 1970 una media de 170 000 periódicos vendidos.
ABC Diario Representaba a los sectores monárquicos. Se acercaba en el periodo a los 200 000 ejemplares de venta.
La Vanguardia Diario Era el principal diario de Barcelona, y se configuraba como el más vendido en toda España, al superar los 200 000 ejemplares.
Pueblo Diario Era el diario que representaba a los sectores sindicalistas. En este periodo alcanzó los niveles más altos de venta y superó incluso a ABC.
Informaciones Diario Decano de la prensa vespertina madrileña. En 1967 fue adquirido por sectores democristianos que no se identificaban con Ya. A mediados de la década de 1970 alcanzó un importante repunte.
Arriba Diario Diario de la cadena del movimiento que, si bien no alcanzaba una gran tirada, tenía una mayor cercanía con el gobierno, tanto durante el franquismo como en la transición.
El país Diario Creado durante el periodo de transición a la democracia. A las pocas semanas de su aparición, vendía ya más de 120 000 ejemplares, y se convirtió en un símbolo de los importantes cambios políticos que vivía España.
El Alcázar Diario En octubre de 1968, aparecería en los quioscos el nuevo El Alcázar, editado por la hermandad, que asumiría un radical giro hacia la derecha. Este cambio tuvo efectos devastadores. De los 110 000 ejemplares de 1968, se pasó a 30 000 en 1969 y a 13 000 en 1975.
Triunfo Revista Revista semanal de tendencia centroizquierdista.
Diario 16 Revista Revista semanal de carácter progresista que fue importante en el periodo de transición a la democracia.

Desarrollo

Contexto de la prensa española

Desde mediados del siglo XX en España, el rol del periodista se convierte en una herramienta central para la unidad nacional, lo cual es mandatado por los preceptos directivos de la autoridad imperante (Chuliá, 2001). Se tiene evidencia de las instrucciones precisas a los medios de prensa privados, para asegurar la «unificación ideológica» de los medios (Terrón, 1981). El objetivo fundamental era la permanencia en el poder (Muñoz, 2013; Sánchez y Barrera, 1992), mediante la legitimación social e histórica del régimen dominante (Zalbidea, 1996).

Para comprender la situación de la prensa española al inicio de la década de 1970, es necesario remontarse a 1962. Fue cuando asume el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, quien plantea la necesidad de transformaciones graduales que, al ser encauzadas, podrían evitar los cambios violentos (Chuliá, 2001). Este propósito fue apoyado por las más altas instancias del poder, y asumido por el Ministerio de Información y Turismo, que elaboró un proyecto de Ley de Prensa e Imprenta que sería promulgado en marzo de 1966 (Terrón, 1981). La promulgación de esta ley constituyó una de las medidas políticas más importantes del último periodo del régimen franquista, dado que tendía a resquebrajar el hermetismo reinante en la vida pública del país (Barrera, 1995).

La Ley de Prensa de 1966, si bien eliminaba la censura previa y permitía la libre designación del director del medio, establecía duras sanciones contra quienes traspasaran los límites de ella, lo cual ha llevado a algunos a cuestionar su aperturismo:

Si la suspensión de la censura previa posibilitó la aparición de noticias y comentarios que sin ella no se hubieran publicado, las sanciones posteriores fueron cien veces más duras y severas. Del 9 de abril de 1968 al 9 de abril de 1969 la Administración inició 201 expedientes administrativos, de los que 118 se resolvieron con sanción. (Zabildea, 1996, p. 253)

Terrón (1981) plantea que la principal víctima de estas medidas fue el diario Madrid, cerrado por el gobierno en noviembre de 1971. A pesar de los cuestionamientos anteriores, la ley abrió una vía de libertad de expresión, «que constituía en el contexto de una España políticamente cerrada, un privilegio que convertía a la prensa en una de las pocas instituciones sociales con capacidad de generar un diálogo político, una confrontación de pareceres diversos» (Barrera, 1995, p. 107). En síntesis, la visión de la mayoría de los estudiosos de este periodo apunta a valorar la Ley de Prensa de 1966, como uno de los principales acontecimientos de los últimos años del franquismo. Entre otras cosas, permitió que la posterior transición a la democracia se desarrollara, salvo algunas excepciones, dentro de un ambiente de tranquilidad, sin grandes convulsiones, en el paso de la dictadura al sistema democrático (Rodríguez-Martínez, Tulloch y Guillamet Lloveras, 2017).

Otra de las consecuencias de la implantación de esta ley fue la definición pública de ciertos medios más comprometidos frente a temas políticos trascendentes, la que varió según el perfil empresarial, la tradición política y la relación de los periódicos con el régimen (Rodríguez-Martínez, Tulloch y Guillamet Lloveras, 2017). Es así que «ABC pudo por fin mostrar con menos trabas su monarquismo. Ya, periódico con una orientación cada vez más claramente democristiana, comenzó a revelar con mayor claridad su afán aperturista y reformista del régimen» (Barrera, 1995, pp. 108-109). De esta manera, se podría distinguir entre tres grupos de empresas periodísticas: las que apoyaban al régimen; las que deseaban investirse de una imagen de distanciamiento crítico, exasperando lo menos posible a la administración; y las que habían decidido ganarse el reconocimiento de prensa de oposición y asumían los riesgos (Chuliá, 2001). Dentro del primer tipo encontramos a Pueblo, El Alcázar, Arriba y Fuerza Nueva. En el segundo, a ABC, Ya, La Vanguardia, Informaciones y Blanco y Negro. En el tercero, a las revistas Triunfo, Cuadernos para el Diálogo y Cambio 16.

España y Chile a inicios de los setenta: dos procesos políticos divergentes

España vivía los últimos años del régimen dictatorial de Franco, en los que se produjeron algunos cambios de carácter aperturista, para que luego de su muerte se iniciara el camino hacia el establecimiento de un gobierno democrático. Este objetivo se lograría en las elecciones de junio de 1977, para posteriormente consolidarse con la aprobación de la Constitución en diciembre de 1978. El proceso trajo como consecuencia que la opinión pública española comenzara a manifestarse con libertad, como demostración de una sensibilidad creciente hacia lo acontecido en Chile.

En Chile, por su parte, existen una serie de estudios historiográficos sobre lo acontecido durante la primera mitad de la década de 1970, coincidiendo muchos de ellos en el carácter particular de dicho momento3. La sociedad chilena se precipitó en un torbellino de movilizaciones promovidas principalmente por los jóvenes y los partidos políticos, que veían cómo el Gobierno de Eduardo Frei (1964-1970) no había cumplido con las esperanzas de muchos sectores de la sociedad chilena (Correa et al., 2001).

Las elecciones presidenciales de 1970 se caracterizaron por un aumento de la violencia entre los sectores enfrentados, algo inédito en la historia política de Chile:

Una violencia insoportable define los meses previos a la elección. Chile, el islote de la cordura, cada día disimula peor su verdadera naturaleza. La batalla en cámara lenta que ha ido desarrollándose a lo largo del siglo ha sufrido una súbita aceleración. Cada marcha se encuentra con una contramarcha, a menudo la fiesta termina en comisaría, en hospital, en velorio (Fusi y Palafox, 2000, p. 158).

Los tres candidatos que se presentaban a estas elecciones representaban visiones contrapuestas de la sociedad chilena. Jorge Alessandri era independiente, estaba apoyado por el Partido Nacional, y su candidatura tenía un sello antipartidista, técnico y pragmático. Propiciaba una disminución de las prerrogativas reguladoras del Estado, pues apostaba por el libre desenvolvimiento del mercado. Por su parte, Don Radomiro Tomic, candidato de la Democracia Cristiana, aspiraba a una profundización de las reformas iniciadas bajo el Gobierno de Eduardo Frei. Finalmente, Salvador Allende proponía la nacionalización de la gran minería del cobre, de los monopolios industriales, de los bancos y las grandes empresas, en sectores claves de la economía, y profundizar el proceso de reforma agraria, todo ello dentro de una estricta legalidad. El 4 de septiembre, Salvador Allende, por un estrecho margen (poco más de un punto), lograba la primera mayoría en las elecciones presidenciales.

Paralelamente, para España la experiencia chilena era una referencia importante, ante un eventual retorno a los cauces democráticos. Así, el triunfo de Allende entrega un testimonio de interés para algunos grupos de la sociedad española. No obstante, los acontecimientos estarían marcados por una serie de hechos de violencia, que fueron seguidos por la prensa española con mucha atención, particularmente el asesinato del general René Schneider.

El asesinato del general Schneider

Dos días antes de la proclamación de Allende como nuevo presidente de Chile por el Congreso Nacional, un grupo de extrema derecha con conexiones con un minoritario sector al interior del ejército, y financiado por la CIA4, llevó a cabo un plan que tenía por objetivo secuestrar al comandante en jefe del Ejército, general René Schneider, quien había declarado su apego a la Constitución chilena. El plan falló, debido a la resistencia del general, quien fue tiroteado por los extremistas, y murió días más tarde. Todo Chile condenó lo sucedido. La efectiva acción del Gobierno democratacristiano de Eduardo Frei permitió capturar solo días más tarde a los principales autores del atentado, de entre los cuales destacaba el general del Ejército en retiro Roberto Viaux, quien había liderado un movimiento de rebeldía un año antes.

El 23 de octubre de 1970, en todos los periódicos revisados aparece la noticia del atentado. En Pueblo e Informaciones esta noticia fue publicada en portada. Solo estos dos periódicos y ABC dieron a conocer la información aportada por sus corresponsales. El resto se remitió a las noticias de la Agencia Efe, que se había erigido por vía de hecho en la monopolizadora de toda la información internacional, que necesariamente había de pasar por su filtro5.

La Vanguardia dio a conocer la forma en que aconteció el atentado:

El general Schneider fue interceptado por tres autos en una esquina, cuando viajaba en coche desde su residencia al Ministerio de Defensa Nacional. Un número indeterminado de individuos bajaron de sus vehículos y, tras romper con martillos los vidrios del auto del comandante en jefe del Ejército, le hicieron no menos de ocho disparos con pistolas del calibre 45. El jefe del Ejército recibió tres heridas; en el tórax, cuello y antebrazo (La Vanguardia, 23/10/1970, p. 14).

ABC, además de publicar las noticias del atentado, dio a conocer un artículo de su corresponsal en Argentina, quien trataba de explicarse las razones y los autores de este hecho:

No son claros para los medios políticos bonaerenses los motivos del atentado sufrido por el comandante en jefe del Ejército chileno. Se descarta que esta acción criminal pueda partir de las agrupaciones políticas legales del país, que respetan el juego democrático y cuyos dirigentes mantienen relaciones de amistad con Schneider, tanto Frei, como Alessandri y Allende. Las declaraciones de Allende sobre los motivos del atentado pueden apuntar hacia esos grupos que, en otros países, se denominan de oposición extraparlamentaria y que pretenden buscar en la vía del terrorismo lo que les niega el voto de la opinión. Y no debe olvidarse que entre los ultras se encuentran los maoístas, motivo de gran preocupación para tantos países (ABC, 23/10/1970, p. 17).

El corresponsal de ABC culpaba directamente a grupos de extrema izquierda como los responsables del atentado de Schneider.

Pueblo dio una gran cobertura a esta noticia y tituló: «El General Schneider, gravemente herido, había expresado su lealtad al presidente electo. Intentos de última hora de eliminar a Allende» (Pueblo, 23/10/1970, p. 1). A través de los titulares, el periódico permite desprender los posibles autores del atentado, que provendrían según Pueblo de los sectores contrarios al presidente recientemente electo. En sus páginas interiores, Pueblo publicó la crónica de su corresponsal Gonzalo de Bethencourt, quien dio a conocer la situación vivida en Chile en los momentos posteriores al atentado:

el general Camilo Valenzuela, comandante militar de Santiago, declaró con anuencia del poder ejecutivo, el toque de queda, sin fijar el término del mismo. El nuevo jefe de policía civil, general Cheyre, con su declaración enérgica de situar al Ejército fuera de toda sospecha de intervención del tiroteo que tiene a Schneider a las puertas de la muerte, hace que con el paso de las horas se pregunte el pueblo chileno, cada vez con mayor insistencia, ¿quiénes y qué hay detrás de toda esta situación tan desconocida en la República más democrática de Iberoamérica? (Pueblo, 23/10/1970, p. 11)

Bethencourt describió la tensión que envolvía al pueblo chileno tras el atentado del general Schneider.

Informaciones, además de destacar que Chile, debido al atentado, se encontraba en estado de excepción, publicaba un artículo de Guillermo Medina, titulado «Schneider, un freno para el golpe», en el que analizaba las causas del atentado en su contra:

El primer alarmado por el acontecimiento ha sido el propio Salvador Allende, que contaba con la figura de este militar legalista como protección contra los sectores del Ejército, partidarios de la intervención. El general Schneider había sido nombrado por el presidente Frei, precisamente como garantía tras los brotes golpistas de que ha sido víctima el presidente saliente. Muerto o no, el general Schneider queda eliminado de la escena política. Esto va a acentuar sin duda la lucha interna de los militares chilenos, sobre cuyo desenlace depende el futuro del país (Informaciones, 23/10/1970, p. 4).

Medina, sin entrar en detalles respecto a quienes habrían sido los autores del atentado en contra de Schneider, dejaba en claro que este hecho buscaba dejar fuera de la vida política a un hombre profundamente legalista, y por tanto defensor del nuevo gobierno, por lo que no era difícil descifrar hacia dónde apuntaban los dardos del periódico.

El 24 de octubre de 1970, La Vanguardia y ABC analizaban las causas y posibles autores del atentado en contra del general Schneider. La Vanguardia titulaba: «Chile extrema gravedad del general Schneider», e informaba, además, respecto a las diligencias realizadas para descubrir a los agresores:

la mayor parte de los comentarios se refieren a la posibilidad de que el hecho criminal haya sido realizado por un grupo de extrema derecha. Los motivos que se dan para esta atribución del atentado a grupos ultranacionalistas son que ellos pueden tener interés en alterar el proceso constitucional que llevará a Salvador Allende a la presidencia de la República (La Vanguardia, 24/10/1970, p. 15).

La información recogida por este periódico era certera, lo que revelaba el grado de información con que contaba.

ABC también le dio bastante importancia a esta noticia. Destacó la información aportada por su corresponsal en Chile, Veritas, quien resaltaba la profunda indignación que el atentado había provocado en el país:

El impacto causado en la opinión pública por este acontecimiento, ocurrido a poco más de cuarenta y ocho horas de la designación del nuevo presidente de la República, ha sido de indignación, de estupefacción y de incertidumbre. La combinación de izquierda, Unidad Popular, ha acusado del hecho a indeterminados grupos de ultraderecha que estarían en colusión con elementos extranjeros. La Democracia Cristiana ha señalado que se han empleado procedimientos fascistas que deben ser extirpados sin vacilación, y el hombre de la calle se pregunta si el alevoso atentado es un episodio dentro de un plan sedicioso más vasto cuyas proyecciones se desconocen (ABC, 24/10/1970, p. 25).

Veritas hizo un fiel relato de la situación imperante en Chile y mostró todas las conjeturas existentes respecto del atentado, sin inclinarse a priori por ninguna de ellas.

El mismo día que Salvador Allende fue proclamado presidente de Chile, se produjo el deceso del general Schneider. Algunos días más tarde, la prensa española daba a conocer la noticia de la detención de los autores de este atentado. El 26 de octubre de 1970, Pueblo informaba:

Raúl León Cosmelli Pereira y su padre Atilio Cosmelli han sido detenidos por la policía de Santiago, por haber organizado y perpetrado el atentado que costó la vida del general René Schneider. La detención de los hombres fue confirmada ayer tarde por el general Emilio Cheyre, responsable de investigaciones de la policía. De buena fuente se indica que Atilio Cosmelli montó la conspiración, de la que su hijo fue el principal ejecutor, al disparar a quemarropa contra el comandante en jefe del Ejército. También de la misma fuente se precisa que Atilio Cosmelli, intendente de Linares durante el mandato de Jorge Alessandri, pagó a cada uno de los ejecutores del atentado unos mil dólares (Pueblo, 26/10/1970, p. 8).

Se confirmaba así una información adelantada por Pueblo, de que los autores del crimen del general Schneider eran un grupo de extrema derecha que pretendía impedir que el Congreso eligiera a Allende como presidente de la República.

Informaciones, el mismo día, publicaba la noticia de la detención de los autores del atentado:

las personas que siempre constituyen aquel sector de la sociedad que clama por ley y orden, convertidos en guerrilleros urbanos, al estilo de los radicales de la nueva izquierda. En cuanto a las acusaciones contra la CIA, no es solo que se trate de vox populi o de rumores, como tantas veces. El propio secretario general del partido socialista de Allende ha hecho públicamente la acusación y la prensa norteamericana no se recata en decir, que la CIA es la acusada de planear y alentar el criminal complot (Informaciones, 26/10/1970, p. 3).

El corresponsal de Informaciones en los Estados Unidos, Castillo Puche, apuntaba a los dos grupos que habían sido responsables de la muerte del general Schneider: la extrema derecha chilena, que había ejecutado la operación, y la CIA que la había financiado. Con la perspectiva que entrega el tiempo, podemos señalar la exactitud de esta noticia, situación que quedó develada con la publicación en 2000 del Informe Hinchey, que investigó las actividades secretas de la CIA en Chile.

También el 26 de octubre El Alcázar destacaba el gran despliegue de fuerzas chilenas en la búsqueda del general en retiro Roberto Viaux, a quien se acusaba de estar detrás del atentado. Además, señalaba antecedentes de la persona de Viaux, que apuntaban a definir el perfil del acusado:

Con espectacular número de efectivos, la brigada de servicios especiales de la policía y los servicios de inteligencia del Ejército están realizando conjuntamente una exhaustiva búsqueda del general retirado Roberto Viaux Marambio, por su presunta participación en el complot terrorista que terminó con la vida del comandante en jefe del Ejército, general René Schneider. Numerosos registros se realizaron y continúan efectuando las policías civil y militar en domicilios y residencias de Concepción y en la vecina ciudad de Chillán. Se cree que Viaux se encuentra en esa zona, situada al sur de Santiago. Roberto Viaux saltó a la opinión pública mundial el 1 de octubre de 1969, acuartelándose en el regimiento Tacna, de la capital de la República (El Alcázar, 26/10/1970, p. 8).

El 27 de octubre, Ya destacó la noticia de la persecución de quien se consideraba cerebro del atentado. El 29 de octubre, Informaciones publicaba la noticia de que el general Viaux y los conjurados contra Schneider habían sido detenidos:

Viaux fue detenido en una residencia del barrio alto de Santiago. En la misma acción, la brigada de servicios especiales de la Policía detuvo al suegro de Viaux, coronel retirado, Raúl Igualt. Además de Roberto Viaux y Raúl Igualt, se encuentran detenidos por su presunta participación en los hechos don Julio Bouchon, que está casado con doña Raquel Igualt. Bouchon aparece en principio como uno de los que hicieron los disparos que costaron la vida al general Schneider (Informaciones, 29/10/1970, p. 5)

La policía chilena, en pocos días, debido a su dedicación exclusiva en este caso, pudo desentrañar el complot en el que estaban involucrados militares en retiro y miembros de la extrema derecha. Informaciones fue uno de los pocos periódicos españoles que dio a conocer esta noticia.

En febrero de 1971, la revista Índice publicó un amplio reportaje titulado «Quién era el general Schneider y por qué murió», en el que se entrevistaba a los hijos del general chileno, quienes relataban las presiones sufridas por sus padres a partir del momento en que el general manifestó que respetaría la Constitución y las leyes, lo que configuró un clima que finalmente terminó con su vida. Índice resaltó la figura de este personaje y lo consideró como un gran líder, que entregó su vida en favor de la democracia.

De la lectura de las fuentes consultadas, se puede concluir que la prensa española siguió con particular atención los acontecimientos asociados al atentado del general Schneider. Todos los periódicos revisados, a excepción de ABC, indicaban claramente que los autores buscaban impedir el acceso de Salvador Allende a la presidencia de Chile. Coincidentemente, la prensa española daba a conocer la singular unanimidad de la prensa chilena en aquel momento, respecto a que el atentado en contra de Schneider buscaba detener el proceso democrático en Chile, situación que aparecía evidente en el mundo entero.

La gran mayoría de la prensa destacó la noticia de las detenciones de los autores del asesinato del general Schneider, sin existir mayores diferencias en la entrega de la información. Los matices se dieron solo en la mayor o menor cobertura entregada; destacaron, en este sentido, los periódicos, Pueblo, Informaciones y Arriba.

El periódico ABC no publicó ninguna noticia referida al hecho, debido quizás a sus vinculaciones o cercanía con los sectores conservadores chilenos. Sin embargo, el corresponsal de ABC mostraba una visión bastante moderada de la situación chilena, pues planteaba que el país se iba normalizando, postura que contrasta fuertemente con declaraciones realizadas anteriormente por el mismo corresponsal, en el periodo previo a las elecciones.

Gonzalo de Bethencourt, corresponsal de Pueblo, mostraba los aspectos más relevantes del acontecimiento estudiado, y reafirmaba la postura de seguir con gran expectación y solidaridad los hechos acontecidos en Chile. El mismo periódico Pueblo publicó un artículo de José Luis Alcocer, quien analizaba las perspectivas a futuro del nuevo presidente chileno, y lo consideraba como un ejemplo para los países hispanoamericanos. Alcocer destacaba la importancia que suponía para América Latina el ascenso de Allende al poder, pues abría una nueva vía de carácter democrático para acceder a mayores grados de libertad en el continente, y mostraba una gran admiración por esta experiencia. No deja de ser evidente el rol que este acontecimiento asume, en la proyección que los distintos sectores españoles otorgaban al futuro político de la península. Este rol obedecía directamente a la línea editorial y compromiso político de cada periódico, lo que debería ser examinado en un futuro estudio.

La prensa española siguió con atención el proceso que terminó con la toma de posesión de Salvador Allende como nuevo presidente de Chile, y que se vio conmocionada con el asesinato del comandante en jefe del Ejército, que buscaba precisamente impedir la situación anterior. Todos los periódicos condenaron el atentado, pero nuevamente podemos apreciar la diversidad de opiniones frente a lo ocurrido. Medios como ABC, Ya, Blanco y Negro y El Alcázar no ocultaron sus reticencias frente al hecho de que Salvador Allende hubiera sido elegido presidente de Chile, aunque al final el primer periódico adoptó una posición más moderada. Además, entregaron una menor cobertura a la noticia de la detención de los asesinos de Schneider. La Vanguardia tuvo una actitud errática, pues en determinados momentos mostraba su confianza en el nuevo gobierno, y en otros tenía dudas sobre su futuro. Pueblo, Índice, Informaciones y Arriba fueron los medios que mostraron mayor confianza en la actitud democrática del nuevo gobierno. Resalta especialmente el primero, que, además de realizar una gran cobertura de la noticia estudiada, no ocultaba su satisfacción por lo acontecido; al mismo tiempo, publicó sendos reportajes sobre el atentado de Schneider y la captura de sus asesinos. En términos generales, llama la atención el gran interés informativo por los sucesos estudiados, así como el esfuerzo por analizar y valorar la situación. Además, es destacable la calidad de la información y el criterio con que se analizaba la coyuntura política chilena. Todos estos son indicadores de la importancia política que tenía lo acontecido para lo que se pensaba podía ser el futuro diseño democrático español.

Conclusiones

En la presente investigación se ha expuesto la manera en que la prensa española informaba y analizaba el asesinato del general Schneider. Se comprueba el gran impacto que tuvo en la prensa española lo acontecido en Chile en aquel momento. Los periódicos españoles, debido en algunos casos al envío constante de corresponsales, o en otros a la existencia de corresponsales residentes en Chile, manejaron información de primera mano respecto de los mencionados acontecimientos. Al mismo tiempo, periódicos y revistas mostraron un gran interés, y buena calidad en la información y el análisis de la situación chilena.

Entre los historiadores españoles se tiende a considerar que la Ley de Prensa de 1966 permitió mayores niveles de discusión política en los diarios y revistas españoles. Esta situación se ha ratificado en lo que se refiere a las noticias sobre Chile, pues, como hemos visto, en relación con el hecho estudiado, fueron publicados numerosos artículos que parecen bastante osados para una época en la que todavía gobernaba el régimen franquista.

A través de la presente investigación hemos podido ver que, en el periodo 1970-1971, la prensa española mostraba una cierta pluralidad en el tratamiento de los acontecimientos chilenos, y veía con gran interés el acceso de un socialista a la primera magistratura de Chile.

La prensa como fuente para el estudio histórico tiene, como se sabe, unas posibilidades y unos límites. En nuestro caso nos ha permitido una cierta aproximación indirecta a una cultura y unos valores políticos, más o menos dominantes en la sociedad española del final del franquismo. De esta forma, indirectamente, ese análisis del seguimiento de la prensa española del proceso político es también una pequeña ventana a la realidad política española. En relación con la política chilena, la prensa y los periodistas españoles insinuaban un papel protagónico, que más tarde desempeñaron en el proceso español de transición a la democracia.

En la revisión de los periódicos se advierte un notable paralelismo ideológico entre la tendencia de cada medio y su respectiva valoración y tratamiento informativo de los acontecimientos chilenos. En conjunto, la información y la opinión española sobre Chile es un reflejo de la propia situación española y del sustrato ideológico latente. También es un buen test para seguir los avatares ideológicos de cada periódico.

El estudio de la prensa ha puesto de relieve el protagonismo concreto de un grupo de periodistas, corresponsales, informadores, analistas, fuertemente comprometidos con lo que acontecía en Chile. Saliendo del anonimato de los editoriales o del consejo de redacción, se erigen en verdaderos impulsores de una línea informativa de denuncia y compromiso con unos valores.

Este estudio sobre el caso chileno revela la utilidad de un estudio de opinión como espejo de una mentalidad, unos valores, una cultura política prodemocrática más o menos latente. Por otra parte, la opinión informativa dominante pesa decisivamente en la configuración de unas imágenes recíprocas, que a la larga se convierte en tópicos o estereotipos.

Esta mirada de la opinión pública española sobre los acontecimientos políticos chilenos en la época estudiada podría ser complementada con la mirada recíproca de la opinión pública chilena sobre el proceso español de transición a la democracia. De esta manera se podría hacer una pequeña contribución a un mejor conocimiento recíproco de pueblos que atravesaron, en dirección opuesta, procesos históricos análogos.

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3Se recomienda revisar la obra de Andrés Kramer, Chile. Historia de una experiencia socialista (1974).

4Ver «Informe Hinchey sobre las actividades de la CIA en Chile» (septiembre de 2000).

5Su creador, el ministro del Interior Serrano Suñer, aspiraba con Efe a sacudirse la colonización informativa de las agencias Reuters, Havas, Associated Press y United Press, que con frecuencia proporcionaban noticias inconvenientes para los intereses políticos de España. La Ley de Prensa de 1966 le concedió a Efe la distribución en exclusiva de las noticias procedentes de las agencias extranjeras (Barrera, 1995). El desarrollo de la Agencia Efe durante la segunda mitad de los sesenta y la década de los setenta (apertura de oficinas en el exterior, desarrollo tecnológico, variedad de los servicios, calidad de las informaciones, etc.) le permitió alcanzar una mayor agilidad informativa, a pesar de sus condicionamientos políticos.

Fuente de financiamiento: Autofinanciado.

Citar como: Díaz Aguad, A. y Bustos González, R. (2024). Atentados y política: asesinato del general Schneider y su impacto en la prensa española. Desde el Sur, 16(1), e0011.

1Profesor de Historia y Geografía, magíster en Historia y doctor en Historia. Se desempeña como director del Doctorado en Historia de la Universidad de Tarapacá. Su trabajo se ha desarrollado en la línea de historia contemporánea, historia regional y migraciones. Correo: adiazaguad@gmail.com.

2Profesor de Historia y Geografía, magíster en Desarrollo Subregional, doctor en Educación y Cultura en América Latina, y doctor en Educación. Se desempeña como director del Doctorado en Educación de la Universidad de Tarapacá. Su trabajo se ha desarrollado principalmente en la línea de migraciones en contexto de frontera, historia regional y educación intercultural. Correo: rbgonzalez@academicos.uta.cl.

Fuentes hemerográficas

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Recibido: 12 de Junio de 2023; Aprobado: 01 de Septiembre de 2023

Contribución de autoría

Alfonso Díaz Aguad, autor principal, fue responsable de la conceptualización, la curación de datos, el análisis de datos, la adquisición de fondos, la investigación, la metodología, la administración del proyecto, los recursos, la supervisión, la validación, la redacción del borrador original, y la redacción, revisión y edición. Raúl Bustos González, coautor, fue responsable de la conceptualización, el análisis de datos, la metodología, la administración de proyecto, el software, la redacción del borrador original, y la redacción, revisión y edición.

Potenciales conflictos de interés:

Ninguno.

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