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Discursos del sur

Print version ISSN 2617-2283On-line version ISSN 2617-2291

Discursos del sur  no.10 Lima July/Dec. 2022  Epub Dec 31, 2022

http://dx.doi.org/10.15381/dds.n10.22741 

Dossier

López Aliaga y Renovación Popular: un proyecto de restauración patriarcal

López Aliaga and Popular Renewal: A patriarchal restoration project

Carmen Vildoso Chirinos1 
http://orcid.org/0000-0001-8923-5751

1 Universidad Nacional Mayor de San Marcos. cvildosoc@unmsm.edu.pe

RESUMEN

Este artículo está dedicado a analizar el proyecto político condensado en el partido Renovación Popular bajo el liderazgo del empresario Rafael López Aliaga. Se examina un período que abarca tres procesos electorales en tres años sucesivos: elecciones extraordinarias al Congreso, elecciones nacionales y elecciones municipales. López Aliaga, quien disputa el liderazgo de la oposición a Keiko Fujimori, es el representante de una derecha conservadora en extremo, que amalgama política y religión. Se profundiza en la propuesta de plan de gobierno presentada en las elecciones nacionales, comparándolas con las propuestas de otros sectores de derecha, así como en el perfil de su base social. Se hace evidente que, en la definición de las coordenadas políticas actuales, al lado del posicionamiento frente al sistema democrático o los modelos económicos, temas como igualdad de género pasan a ser especialmente relevantes. A raíz de su elección como alcalde de Lima, se plantea el doble riesgo que representa la oposición entre alcaldía y Presidencia de la República, y la coincidencia entre ambas en materia de conservadurismo político.

Palabras clave: neoliberalismo; conservadurismo; Estado; enfoque de género

ABSTRACT

This article is dedicated to analyze the political project condensed in the Popular Renewal party under the leadership of businessman Rafael López Aliaga. A period that covers three electoral processes in three consecutive years is examined: extraordinary elections to Congress, national elections and municipal elections. López Aliaga, who is disputing the leadership of the opposition to Keiko Fujimori, is the representative of an extremely conservative right, which amalgamates politics and religion. This article delves into the proposed government plan submitted to the national elections, comparing it to the proposals of other right-wing sectors, as well as the profile of its social base. It becomes evident that, in the definition of the current political coordinates, alongside the positioning against the democratic system or the economic models, issues such as gender equality become especially relevant. As a result of his election as mayor of Lima, the double risk represented by the opposition between the mayor´s office and the Presidency of the Republic, and the coincidence between the two in terms of political conservatism is raised.

Keywords: neoliberalism; conservatism; State; gender perspective

El Perú de nuestros días parece empantanado, con un gobernante sin horizonte propio, que ha abandonado sus principales banderas y cobija fuerzas en las que predomina el interés por el enriquecimiento ilícito o mediante canales informales. Su perfil izquierdista original solo parece haber servido para dar mayores alas a la movilización de derecha, sin abrir el camino a los cambios que ofreció a su electorado. Este empantanamiento se inserta en un panorama de crisis recurrentes desde el escenario postelecciones del 2016; en esa coyuntura, la resistencia de Keiko Fujimori a aceptar su derrota frente a Pedro Pablo Kuczynski bloqueó la posibilidad de entendimiento entre sus partidos pese a representar, ambos, propuestas de modernización conservadora. Esa confrontación abrió las puertas a un período sumamente inestable, en el que se sucedieron cuatro presidentes. En julio del 2001 asumió un nuevo presidente electo en una segunda vuelta en la que se enfrentaron el fujimorismo y un partido que levantó banderas de izquierda y resultó ganador: Perú Libre. Los conflictos entre el Ejecutivo y el Congreso se reeditaron en otros términos y con algunos nuevos actores. Una peculiaridad de esta fase es que Perú Libre y las distintas facciones que se han ido desprendiendo de esa organización, así como los partidos de derecha más beligerantes presentes en el Congreso, coinciden en una escasa apreciación de los derechos individuales, sobre todo de aquellos que implican el reconocimiento a la diversidad. Esos partidos son Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País. En el Congreso también están presentes otros partidos de centroderecha, menos ideologizados, que son Alianza para el Progreso y Acción Popular.

Vale la pena precisar que la principal distinción entre derecha e izquierda tiene que ver con una distinta valoración de la relación entre igualdad- desigualdad natural e igualdad-desigualdad social. La perspectiva igualitaria parte de la convicción de que la mayor parte de las desigualdades son sociales y, como tales, eliminables; la perspectiva no igualitaria, en cambio, parte de la convicción opuesta, que son naturales y, como tales, ineliminables (Bobbio 1996).

En el mejor de los casos, para la derecha, lo hay que asegurar es que todos puedan competir en igualdad de condiciones, mientras que, para la izquierda, de lo que se trata es de cambiar los puntos de partida de ser preciso en aras de una igualdad de resultados (Rovira 2014). Esto daría lugar -por ejemplo- a las llamadas medidas afirmativas.

Al lado de la diada igualdad-desigualdad, de la cual nacen doctrinas y movimientos igualitarios y no igualitarios para el análisis de los movimientos políticos, Bobbio (1996) considera necesario colocar una diada no menos importante: libertad-autoridad. En ese sentido precisa que el criterio para distinguir el ala moderada de la extremista, tanto en la derecha como en la izquierda, es la distinta actitud con respecto a la libertad. Así se puede distribuir esquemáticamente el espectro donde se ubican doctrinas y movimientos políticos en cuatro partes:

  1. en la extrema izquierda, los movimientos a la vez igualitarios y autoritarios;

  2. en la centroizquierda, doctrinas y movimientos a la vez igualitarios y libertarios;

  3. en la centroderecha, doctrinas y movimientos a la vez libertarios y no igualitarios,

  4. en la extrema derecha, doctrinas y movimientos antiliberales y antiigualitarios.

En la centroderecha, Bobbio incluye a los partidos conservadores fieles al método democrático, que postulan un “igualitarismo mínimo” que se ciñe a la defensa de la igualdad frente a la ley; los partidos que se ubican en el mismo lado del espectro político, sin compartir esa fidelidad, pasan a constituir la extrema derecha. El fascismo y el nazismo han sido los ejemplos extremos.

Este artículo estará dedicado a la derecha peruana y particularmente al partido Renovación Popular (y su antecedente Solidaridad Nacional), en torno a su participación en tres coyunturas electorales: elecciones extraordinarias al Congreso en el 2020,1 elecciones nacionales en el 2021 (que incluyeron primera y segunda vuelta, en abril y junio respectivamente) y elecciones municipales del 2022.

La atención principal se concentra en las elecciones nacionales del 2021, que encontraron a los peruanos y peruanas agobiados por los efectos devastadores del COVID-19, afectados por la muerte o la enfermedad de sus familiares, por la pérdida del empleo y/o de sus ahorros. En muchos casos estresados por convivencias difíciles en hogares que no estaban preparados para ser ámbito laboral y de estudio, todo a la vez. Amargados por el espectáculo de la negligencia y la experiencia del engaño de parte del Gobierno del presidente Vizcarra que lucía hasta paternal en la manera de obligar a las personas a guardar cuarentena. “Me distancio ahora para abrazarte después” había sido el mensaje del presidente Vizcarra, quien -finalmente- no estuvo a la altura de las circunstancias. Tampoco el Congreso estuvo a la altura: vacó al presidente y puso en su lugar a Manuel Merino, quien tuvo que dimitir ante el rechazo de la ciudadanía. “Jóvenes del Bicentenario” fue la denominación que se ganaron los estudiantes movilizados contra un Gobierno que no los representaba. Asumió entonces Francisco Sagasti como presidente de transición, en cuyo período se inició el proceso de vacunación.

A estas elecciones, la derecha se presentó con diverso tipo de representantes, algunos con una trayectoria de centroderecha consistente y otros cuya fidelidad al método democrático tambalea apenas sus resultados no les favorecen, asumiendo posturas propias de una extrema derecha. El partido Renovación Popular y su líder, Rafael López Aliaga, constituirán el foco prioritario de atención, deteniéndonos en el perfil de su líder, en el partido, en sus electores y base social, en su plan de gobierno comparándolo en ciertos aspectos con otros partidos de derecha -como son Fuerza Popular y Avanza País-, en la visión de Estado prefigurada en ese plan y en el sentido último de su proyecto político. Estos tres partidos son las expresiones de la derecha neoliberal (Lynch 2020), distinguiéndose Renovación Popular, bajo el liderazgo de López Aliaga, por ser una versión marcadamente conservadora, a contracorriente de los avances de las mujeres en su lucha por su autonomía.

La izquierda también se presentó dividida. En una primera fase de la campaña, la candidata Verónika Mendoza, de Juntos por el Perú, parecía tener mayores posibilidades. Conforme pasó el tiempo, fue emergiendo la figura de un maestro rural y dirigente sindical, Pedro Castillo. Pudo canalizar más directamente el descontento de los sectores más pobres, en particular del interior del país, lo que le permitió llegar a la segunda vuelta y ganar, por un estrecho margen, a Fujimori. Castillo también expresaba puntos de vista conservadores en lo que se refiere a derechos de las mujeres y minorías sexuales, con los que Mendoza estaba claramente comprometida.

1. El surgimiento de Renovación Popular

Renovación Popular es una transmutación de Solidaridad Nacional, partido de derecha cuya relevancia se manifestaba en el ámbito municipal. Su figura principal era el dos veces alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, quien había buscado forjarse una imagen de gestor público eficiente, primero en el Instituto Peruano de Seguridad Social y luego desde la municipalidad creando los Hospitales de la Solidaridad. Su segundo era José Luna, secretario general de Solidaridad Nacional y empresario de la educación universitaria, quien se apartó para fundar su propio partido: Podemos Perú. Ni el partido ni dichas figuras pretendieron alguna vez participar en contiendas ideológicas.

El 2019, cuando se hace público que la empresa brasilera OAS había entregado 100 mil dólares para la campaña electoral de Castañeda, el entonces secretario general de Solidaridad Nacional, Martín Belaunde, ofrece la dirección del partido a López Aliaga. Este había sido regidor en la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), durante la primera gestión municipal de Castañeda.2

En las elecciones extraordinarias al Congreso del 2020, la participación de Solidaridad Nacional estuvo bajo responsabilidad de López Aliaga, quien incorporó a dos fujimoristas caracterizadas por su agresiva vocalidad, Rosa Bartra y Yeni Vilcatoma, y a Juan José Muñico (alias Jota Maelo), del colectivo La Resistencia (Marchán 2021). Estas alianzas eran claras señales del rumbo que López Aliaga estaba trazando.

La Resistencia es una agrupación tipo “fuerza de choque”, vinculada a Fuerza Popular y a Renovación Popular, que actúa también bajo propia iniciativa. Bajo su logo en Twitter aparecen las siguientes frases: “Ni paz ni reconciliación con comunistas. No hay unidad con los liberales. Martillo de herejes. Por un Perú grande y libre. ‘EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM’”3 (lema de la Inquisición, que quiere decir “Levántate, Señor, y juzga tu causa”).

En aquellas elecciones extraordinarias para el Congreso, los votos válidos llegaron al 85 %. Fuerza Popular, que venía de tener la bancada más numerosa en el Congreso recién fenecido, quedó en quinto lugar con 8 % y Solidaridad Nacional estuvo entre los coleros, solo obtuvo el 1.5 % de votos y ningún congresista (ONPE 2020).

En octubre del mismo año vendría el cambio de nombre y de logo que fueron encargados por López Aliaga a Christian Rosas, fundador del movimiento Con mis Hijos no Te Metas. Surgió Renovación Popular con un logo que dejaba atrás el sol radiante, símbolo característico de Solidaridad Nacional; en el lugar central, en grueso carácter, aparecía la letra R, que es tanto la primera letra del nombre de la organización como la inicial del nombre del candidato y secretario general del partido, Rafael López Aliaga. Bajo el recuadro, en pequeños caracteres va el nombre del partido.

Durante una conferencia virtual (reseñada por Caretas),4 López Aliaga explicó este paso en términos que resultan una de sus características esenciales, es decir, asociando política y religión: “Al ser secretario general del partido solidario [Solidaridad Nacional]. hasta enero, surge el dilema para mi sobre qué hago pues muchas bases me pidieron refundar el partido. Me pidieron renovación […] es por ello que se refunda el partido con principios solidarios y anclados en Dios mismo, Cristo”. De acuerdo con su plan de gobierno e ideario, “El partido se define como una organización política humanista y cristiana”. Esta asociación marca una diferencia fundamental con el fenecido partido Solidaridad Nacional.

2. Renovación Popular: un neoliberalismo antiliberal

El proyecto representado por Renovación Popular es neoliberal desde el punto de vista económico (como se verá más adelante, al examinar su plan de gobierno) y totalmente ajeno al liberalismo que defendía Isaiah Berlin (1993), colocando en el centro la libertad del individuo, su autonomía y responsabilidad, consideraciones irrelevantes para López Aliaga. Más bien se apuesta por una restauración patriarcal que apunta a recortar las libertades de las mujeres.

¿Por qué el enfoque de género ha pasado a ser visto como una amenaza tan grande? En la época del FREDEMO este no era un parteaguas. En la primera década de este siglo, en un Gobierno como el de Perú Posible, podía encontrarse en un mismo gabinete a Luis Solari y Carlos Bruce, abiertos defensores del conservadorismo y del liberalismo en materia de derechos sexuales, respectivamente. En otros países no hay tal grado de contradicción. ¿Qué tiene ello que ver con la defensa del modelo? El conservadurismo en materia de género no es intrínseco a la defensa del modelo económico ni es exclusivo de la derecha. Es parte fundamental de un discurso de raíces religiosas que comparten ciertos grupos de católicos y de evangélicos basado en la defensa de la familia en contra del Estado y en contra del individuo.

El acoplamiento entre los neoliberales y los evangélicos pentecostales y neopentecostales sería clave para convertir al neoliberalismo en derecha radical (Ubilluz 2021). En nuestros países tanto católicos como evangélicos representan conjuntos vastos con diversos matices en su interior, incluyendo sectores conservadores y progresistas. Tanto Fujimori como el APRA tuvieron apoyo o vínculos con ciertos grupos evangélicos (y distancia respecto a otros). Los pentecostales son una corriente evangélica que se caracteriza por sostener la actualidad de los dones del Espíritu Santo, aspecto en el que coinciden con el Movimiento de Renovación Carismática Católica; otra coincidencia entre sectores de los evangélicos y católicos es el activismo en el movimiento Con mis Hijos no te Metas (Semán 2019). López Aliaga se beneficia del apoyo de evangélicos y católicos conservadores, pero su discurso es eminentemente católico y en esa medida seguramente menos concesivo a los evangélicos que otros partidos de derecha como Fuerza Popular. Desde su opción católica vendría a coincidir con el “evangelio de la prosperidad” de los neopentecostales. Esta ideología afirma la existencia de una relación entre la comunión con Dios y los beneficios materiales obtenidos en la labor religiosa, y asume que es posible prosperar si uno se lo propone y que la pobreza es producto de la desidia o de cualquier otro defecto individual, lo que es congruente con la cultura del neoliberalismo (Calderón y Zúñiga 2018).

El antecedente más cercano al perfil político de López Aliaga vendría a ser Cipriani, solo que este era un cardenal, es decir, pastor de una grey en términos religiosos. Las causas que López Aliaga defiende lo convierten en el prohombre de la “sociedad occidental y cristiana”, visión en torno a la cual las clases dominantes -especialmente la oligarquía-han querido homogeneizar al Perú. Nos devuelve al país de Un mundo para Julius, aunque sin el velo de la elegancia que cubría con tono sepia la desigualdad y la discriminación de entonces.

A medida que personajes como López Aliaga y partidos como Renovación Popular ocupan lugares más expectantes en la escena política, los alineamientos y proyectos deberán ser analizados con base en una trama más compleja de coordenadas, considerando no solo sus posicionamientos frente al rol del Estado y del mercado, sus posturas respecto a la necesidad o no de redistribuir la riqueza, sino igualmente frente a los derechos de las personas, en particular considerando las relaciones de género. Habrá que mirar el campo de la política tomando en cuenta los ejes que Bourdieu (1998) usa para analizar los estilos de vida (en particular, el espacio de los consumos alimenticios); esto es, tanto la mayor o menor disponibilidad de capital cultural y capital económico como la mayor o menor disponibilidad de tiempo libre de la mujer y el mayor o menor estatus que esta alcance.

López Aliaga moviliza principalmente la función de represión que hay en la sociedad y restringe la función creadora a la gestión empresarial. El hecho de que haya gente dispuesta a seguirlo hace pensar si ¿hay acaso una satisfacción oculta en el sometimiento? Es Fromm (1941) quien plantea esa pregunta. Nos quedamos con él reconociendo que “el hombre, cuanto más gana en libertad, en el sentido de su emergencia de la primitiva unidad indistinta con los demás y la naturaleza, y cuanto más se transforma en ‘individuo’, tanto más se ve en la disyuntiva de unirse al mundo en la espontaneidad del amor y del trabajo creador o bien de buscar alguna forma de seguridad que acuda a vínculos tales que destruirán su libertad y la integridad de su yo individual”. Cuando es evidente que tras el “hombre” genérico están involucrados ambos géneros, las perturbaciones que ello genera hacen que la contienda entre ambas opciones se haga más intensa y comprometa todos los campos de la actividad humana.

3. Rafael López Aliaga 2021: en campaña para la Presidencia de la República

A diferencia de Luis Castañeda, quien lo llevó a la política y era apodado el Mudo, López Aliaga habla con enorme agresividad e impunemente. Con dificultades iniciales para articular su discurso -para combinar expresión y contención-, tuvo la habilidad de recuperar un mote que podría haber sido usado como burla -Porky- para conectar mejor con el público.

Exhibe una trayectoria de inversionista exitoso y su profesión de fe católica en una vertiente conservadora. Juan Carlos Ubilluz (2021) lo ubica como uno entre otros políticos visibles en América Latina -específicamente en Chile, Brasil y Costa Rica- que luchan contra la agenda progresista de la “ideología de género”, que es identificada como parte de un proyecto comunista internacional. Tales políticos son respaldados por una coalición conformada por empresarios neoliberales, conservadores cristianos y conservadores en general.

Se presenta como un representante del sector privado, al que atribuye una eficacia superior en cualquier contexto. Su mayor éxito es haberse hecho del monopolio del transporte ferroviario de pasajeros a Machu Picchu a raíz de la privatización de la Empresa Nacional de Ferrocarriles del Perú por Fujimori. Durante la campaña aseguraba que su propósito era “poner todo lo que he aprendido en el sector privado al servicio del país”; exhibía los recursos que ha acumulado como demostración de su capacidad y eficiencia, y al Centro Comercial Compupalace (de su propiedad) como muestra de su sintonía con quienes conducen pequeños negocios. Cuando el Gobierno del presidente Sagasti ya había definido el esquema de llegada de vacunas al país y la vacunación estaba en marcha, insistía en proponer que el sector privado participe en su importación.

“Corrupción cero” ha sido uno de sus lemas desde la campaña electoral por la presidencia, prometiendo la inmediata expulsión de la empresa Odebrecht de llegar al Gobierno.5 En esa línea, la bancada de Renovación Popular en el Congreso presentó proyectos de ley dirigidos a endurecer penas: cadena perpetua para los corruptos, que purguen prisión en la selva y que no puedan contratar en el Estado. Pregona la necesidad de un manejo austero del Estado y se reviste así de un perfil moralizador, lo que contrasta con el hecho de que sus empresas mantienen una abultada deuda tributaria, que soslaya con argumentos deleznables.

López Aliaga construye a sus antagonistas, caracterizándolos como “caviares-terroristas-comunistas-corruptos”. Aunque su odio se centra en los “caviares”, no escatima agravios contra líderes situados en el centro político. Aludiendo al excongresista Yonhy Lescano, de Acción Popular -el partido del dos veces presidente Fernando Belaunde-, en un momento en el que lideraba las encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales del 2021, dijo: “Tenemos candidatos que están camuflados detrás de un nombre respetable, como es Acción Popular, pero que tienen ideas totalmente comunistas, que tienen vínculos con los terroristas también”.

Se ofrece como el empresario que salvará al país de la ruina a la que aquellos lo están empujando, expresando un ideal de sacrificio, que corresponde al ideal del yo según la perspectiva psicoanalítica en la que se basa Ubilluz. La imagen que pretende sustentar es la de ser el salvador frente al comunismo y el deterioro del país. En abril del 2021, a través de una columna del diario El Comercio,6 se presentaba así:

Soy candidato presidencial porque lo considero un deber moral con Dios, con la patria y los millones de familias peruanas, especialmente las más necesitadas […]. Sueño con un Perú en el que se respete la vida de todos los peruanos y se respete y fortalezca la familia, conformada entre un hombre y una mujer. Familias sólidas nos permitirán tener una nación sólida […]. El Perú tiene todo el potencial humano y las riquezas para hacer realidad todos estos deseos y llegar a ser una potencia no solo en América del Sur, sino en el mundo.

Su interpretación del deber moral con Dios va acompañada de prácticas que reviste de religiosidad, como la “mortificación” del cuerpo, hábito del que se jacta.7 Esto remite a la noción del sujeto que va contra sí mismo (Lacan 1968), mostrando una satisfacción con la (auto)punición. Sugiere, asimismo, la imagen del sádico que se apropia de la palabra y empuja a la víctima al grito (Zizek 1999). Procede así cuando, rechazando el aborto, se refiere a las niñas violadas y les ofrece, como alternativa, alojamiento en sus hoteles; minimiza el trauma y el abuso, afirmando que una niña en tal situación deja de serlo y se vuelve mujercita. Lo mismo al opinar respecto a la batalla legal por el derecho a la eutanasia que libraba Ana Estrada,8 enferma de polimiositis. Proponía que “se tire de la azotea si lo desea”, pero que no comprometa al Estado.

4. Una mirada al plan de gobierno de Renovación Popular

El plan de gobierno de Renovación Popular9 para las elecciones nacionales fue organizado en cuatro dimensiones: social, institucional, económica, territorial-ambiental. Siendo breve, no es igualmente escueto en todos los aspectos que propone, de modo que sus énfasis y omisiones son notorias.

Una característica central de este documento es su apuesta por reducir el Estado en un grado que supera lo ocurrido durante el Gobierno de Fujimori. El mecanismo elegido es fusionar ministerios, con lo que se diferencia nítidamente de los planes de Fuerza Popular y de Avanza País. No obstante, propone incrementar recursos para las Fuerzas Armadas. Si lo primero es un rasgo propio del neoliberalismo, lo segundo debe leerse en clave política. No es casual que uno de los líderes destacados del partido sea el almirante Jorge Montoya.

La “Corrupción endémica en todos los niveles del aparato público” figura como primer problema en la dimensión social, cosa que se entendería mejor en la dimensión institucional donde, si bien aparece como problema, se refiere solo a la existente en el Poder Judicial y la Policía. En cambio, en la dimensión social, no toca el tema de la pandemia. Más evidente aún es la ausencia de planteamientos respecto a la educación básica, aspecto crucial para la población y para el desarrollo del país. Avanza País, en cambio, propone incrementar progresivamente el presupuesto en salud, así como mejoras en las condiciones remunerativas y laborales del sector educación (lo que también implicaría un aumento en el presupuesto del sector).

Las alusiones dirigidas a apoyar a emprendedores revelan una total desconexión con la población a la que supuestamente se dirigen. Propone reforzar a las organizaciones populares de pobres extremos con la meta de convertirlos “en pujante clase de emprendedores”, básicamente a través de programas alimentarios. No hace ninguna mención a la microempresa, aunque sí a la pequeña y mediana (estratos que no califican como emprendimientos). Avanza País sería el partido -en el espectro que venimos analizando- que más consistentemente busca representar a esta población levantando un plan de gobierno10 cuyo objetivo es “derribar los muros que separan a los peruanos del llamado Perú informal de los formales”. Propone una visión que se resume en siete puntos, cinco de los cuales responden directamente a promover el emprendimiento y la economía popular.

El plan de Fuerza Popular11 tiene el nivel de desarrollo propio de un partido que ha sido Gobierno. En educación, por ejemplo, plantea una visión que parte de la que propone el Acuerdo Nacional y hace una serie de propuestas que responden a problema reales (independientemente de su validez o no).

Hay un punto en materia educativa en el que Renovación Popular y Fuerza Popular coinciden. El primero señala como problema la “Reducción de la participación de los padres de familia en la gestión educativa”, y plantea la participación de los padres en la supervisión de la calidad educativa. En cambio, Fuerza Popular plantea como una de sus propuestas la “Enseñanza en valores y defensa de la participación de los padres en la educación de sus hijos”. El enfoque de Renovación Popular pone el peso en la intervención de la familia a la vez que debilita al Estado o plantea medidas para mejorar su rol que dependen de aquella intervención. Fuerza Popular no tiene ese énfasis en el rol de la familia, pero reivindica su intervención en lo relativo a valores, lo que allana el camino para discursos como el de Con mis Hijos no te Metas.

Fuerza Popular se refiere a la búsqueda de igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas contemplado en el punto 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en tanto Renovación Popular afirma que “Trabajaremos para que haya oportunidades sin distinción alguna entre hombres y mujeres en base a la meritocracia y sin ninguna clase de discriminación y eliminar los obstáculos en ambos casos”, negando así la necesidad de acciones afirmativas a favor de la mujer. Fuerza Popular incluye a la población LGTB entre los segmentos vulnerables que requieren atención, en tanto no hay ninguna referencia al respecto en el documento de Renovación Popular. Sobran, en cambio, en sus intervenciones en los medios.

En síntesis, la comparación de los planes de estos tres partidos lleva a concluir que, habiendo un elemento en común en torno a la defensa del modelo económico, hay también diferencias significativas. Por su plan de gobierno, Avanza País se ubica más cerca de partidos de centro como Acción Popular, Somos Perú o Alianza para el Progreso. El posicionamiento de algunos de sus cuadros en el campo más conservador obedecería a la polarización que suscita el Gobierno de Perú Libre. En tanto Fuerza Popular, por su propia trayectoria, tiene lazos con una población más amplia y se ve en la necesidad de responder a sus demandas sin desmontar el régimen de bienestar (que no es lo mismo que estado de bienestar) establecido a lo largo de estas décadas.

En temas de género, Fuerza Popular y probablemente Avanza País (que casi no aborda el tema) pueden coincidir en pronunciamientos en favor de la igualdad y contra la discriminación de la mujer, en el marco de la matriz heterosexual. La mención de Fuerza Popular a la población LGTB daría lugar a una suerte de tolerancia pasiva. En cambio, Renovación Popular se define por su ubicación en el extremo que lleva a una intolerancia absoluta frente a todo aquello que salga de los cánones del patriarcado en su vertiente más tradicional.

Se podría decir que desde la perspectiva de partidos como Avanza País, lo personal es personal. En el caso de Fuerza Popular, en la medida que lo personal se politiza, asume en cada momento la posición más conveniente para acumular poder. Renovación Popular coincidiría con el feminismo: lo personal es político, pero no para liberar la esfera de lo personal sino para procurar controlarla desde el poder.

5.1 El Estado imaginado por Renovación Popular

En los afiches de propaganda al plan de gobierno de Renovación Popular figura como anuncio “Fusionaremos los ministerios con un criterio de mayor eficacia y descentralización”.12 Apuntan contra ministerios que -supuestamente- no han hecho nada, pero la alternativa no se dirige a corregir las supuestas omisiones o mejorar su eficacia, sino a desaparecerlos. El Poder Ejecutivo imaginado se concentra en diez ministerios; supuestamente once con la Presidencia del Consejo de Ministros, pero esta entidad no es un ministerio.

Desaparecen todos los ministerios creados a partir de los años noventa. Esto es, los que fueron creados en este siglo: el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) y el Ministerio de la Mujer y de Poblaciones Vulnerables (MIMP), que tienen un origen común en el PROMUDEH, así como el Ministerio de Cultura (MINCUL) y el Ministerio del Ambiente (MINAM). Cultura pasar a ser una función adosada a Educación y Ambiente pasa a ser una más de las múltiples cuestiones a cargo de la PCM.

Desaparecen también el Ministerio de la Producción (MINPRODUCE) y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR). No propone regresar al viejo Ministerio de Industria, Comercio, Turismo e Integración, que surgió en 1980, o al Ministerio de Industria y Comercio, que data de 1969. Propone crear el Ministerio de Alimentación, en que el estarían integrados Agricultura, Pesca y Producción, fórmula que recuerda al Ministerio de Agricultura y Alimentación creado en 1943, es decir, durante el Gobierno de Manuel Prado, que contaba con una Dirección de Pesquería (en una época en que esta actividad no era aún una importante industria). En esa fusión, el sector industrial quedaría subordinado, como ocurriría seguramente con el comercio y el turismo de integrarse con Relaciones Exteriores como también plantean.

Propone fusionar Justicia y Trabajo, combinación tomada otra vez del primer Gobierno de Manuel Prado. El matiz es llamarle Justicia Social y Trabajo. Notoriamente, el adjetivo “social” reemplaza el “y Derechos Humanos” del actual Ministerio de Justicia.

La idea de un Ministerio de Infraestructura (Vivienda, Transportes y Comunicaciones) copia, en cambio, al Ministerio de Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción, creado por Fujimori en 1993. Solo le faltó incluir en esta entidad a Energía y Minas -Ministerio creado por el Gobierno Militar en 1968- para reestablecer el Ministerio de Fomento creado a fines del siglo XIX.

Quedan en pie aquellos ministerios encargados de funciones estatales que se remontan a inicios de la República: Ministerio de Economía y Finanzas, Ministerio de Defensa, Ministerio de Seguridad Ciudadana (nuevo nombre para el Ministerio del Interior), Ministerio de Salud, Ministerio de Educación, Ministerio de Justicia y Ministerio de Relaciones Exteriores. Los tres últimos con las añadiduras ya mencionadas.

Este largo recuento permite evidenciar que el Poder Ejecutivo -y por extensión- el Estado imaginados por Renovación Popular es uno que retrocede radicalmente en las funciones de protección social (eliminando al MIDIS y al MIMP, y restando la autonomía del sector Trabajo), Justamente aquellas que apuntan más directamente a ampliar oportunidades y garantizar derechos de la población más vulnerable.

Así, reduce el peso de los llamados ministerios productivos, de modo que retrotrae la intervención estatal a una época anterior a la de los Estados desarrollistas. La relación de entidades que sobreviven y las que un Gobierno de López Aliaga conformaría remite, sobre todo, al Perú del primer Gobierno de Manuel Prado Ugarteche (1939-1945). Este fue sostenido por una alianza de partidos de derecha unidos en la llamada Coalición Conservadora y apoyado en el momento de las elecciones por un Partido Comunista que, considerándolo representante de una burguesía industrial, asumió que era una opción preferible a un Gobierno de los terratenientes. Si bien el plan de gobierno de Renovación Popular incluye alusiones a la industrialización, la generación de valor agregado y la diversificación del aparato productivo, los agentes interesados en esta agenda difícilmente encontrarían -en un Gobierno de ese signo- una institucionalidad estatal capaz de articularla.

6. Electores y base social de Renovación Popular en las elecciones nacionales del 2021

En esas elecciones, tan marcadas por la pandemia, la ciudadanía fue a votar teniendo una oferta electoral tan amplia como poco atractiva, lo que se tradujo en una gran dispersión del voto y la sorpresiva victoria de Perú Libre, que alcanzó 18.1 % de la votación, seguido por Fuerza Popular con 14.5 %. Los votos válidos en la primera vuelta llegaron al 70 %. El voto de centroderecha y derecha a secas fue disputado entre tres opciones, una de ellas ampliamente conocida -Fuerza Popular con Keiko Fujimori- y dos que se presentaban con nombres y logos novedosos: Avanza País con Hernando de Soto y Renovación Popular con Rafael López Aliaga. Entre las tres obtuvieron el 37 % de la votación en primera vuelta. Renovación, con 11.75 %, quedó en tercer lugar.

La votación de Renovación Popular se concentró en Lima y Callao. En el Callao, Fujimori, De Soto y López Aliaga, en ese orden, obtuvieron votaciones muy semejantes, cercanas a los ochenta mil votos (79 699, 78 920, y 78 066 respectivamente). En Lima, López Aliaga quedó segundo, entre Hernando de Soto en primer lugar y Keiko Fujimori en tercero. La votación de Avanza País, Renovación Popular y Fuerza Popular en la capital representó el 17.00 %, 16.78 % y 13.60 %, respectivamente, del electorado. Así, Lima y Callao se afirman como plazas de derecha.

López Aliaga tuvo sus mejores performances en los cinco distritos de mayores ingresos económicos de Lima Metropolitana, aunque fue Hernando de Soto quien ganó en todos ellos. Aproximadamente uno de cada cinco electores votó por él en San Isidro, San Borja, La Molina, Miraflores y Surco. Obtuvo también porcentajes importantes en distritos balnearios como La Punta, Santa María del Mar y Punta Hermosa (Cabral 2021). También obtuvo cierta votación en regiones de la costa norte y en Huánuco. En Lambayeque quedó en segundo lugar, después de Fujimori, y en Piura en tercer lugar, después de Fujimori y Castillo. Cabe mencionar que en ambos lugares hay colegios e influencia del Opus Dei. Solo en Huánuco (cuya población electoral es numéricamente poco significativa), López Aliaga pudo superar a Fujimori, pero las votaciones de ambos quedaron opacadas por la de Castillo.

Competir con Keiko Fujimori no es fácil, considerando el prolongado trabajo de construcción partidaria del fujimorismo y el recuerdo -positivo para algunos- del Gobierno de su padre. Pero ella llegaba a las elecciones -por sus propios errores- como una candidata a la que todo el mundo le ganaría de pasar a segunda vuelta. De modo que quedar detrás de ella y en Lima detrás de Hernando De Soto es una demostración que el discurso y la personalidad de López Aliaga atrae a unos, pero aleja a otros.

Aquellos distritos de Lima le aportaron un activismo sostenido que se expresó en las calles y en las redes. Por ejemplo, el Facebook de Renovación Popular La Molina (setiembre y octubre del 2021) albergaba anuncios de las actividades de su líder y expresiones tomadas de sus entrevistas, en particular uno de sus lemas -“PERÚ POTENCIA MUNDIAL”-, junto con reseñas de sus logros empresariales y clamores contra la corrupción y los funcionarios corruptos. Todo ello al lado de mensajes de reconocimiento a las Fuerzas Armadas y de invocación a la Virgen de las Mercedes en su día. Una pequeña muestra de lo que reverbera en las bases de Renovación Popular.

El único espacio en el que Renovación Popular se impuso sobre el conjunto de fuerzas (ya no solo comparando entre los partidos de derecha) es el extranjero. El resultado que obtiene en el extranjero y en balnearios contrasta con la desconexión del país mayoritario.

¿Qué ocurrió entre la primera y la segunda vuelta? Entre abril y mayo, según una encuesta telefónica realizada por el IEP, se produjo el momento más alto de identificación con la derecha (que pasó de 31 a 46 %). Esta llegaba a 56 % en Lima, a 53 % entre los niveles socioeconómicos A/B, y a 51 % entre las mujeres de cuarenta y más años. Entre los resultados de esta encuesta, destaca que el 46 % de quienes votaron por López Aliaga en primera vuelta lo identificaban como de centro y solo un 36 % como de derecha. Esto es comprensible en la medida que hay una tendencia natural a autodefinirse como de centro. Consultados sobre por quién votarían en la segunda vuelta, el 60 % se manifestaba a favor de votar por Keiko Fujimori en la segunda vuelta (lo mismo ocurría entre quienes votaron por Hernando de Soto), pero un 22 % se disponía a votar por Pedro Castillo y un 13 % prefería votar blanco o nulo (IEP 2021). Estas dos últimas actitudes estarían mostrando, por un lado, la existencia de un antifujimorismo de derecha o de centroderecha, y/o la percepción de puntos de coincidencia entre los entonces candidatos Castillo y López Aliaga. Uno evidente es la concepción tradicional de la familia y del papel de la mujer. Más allá de las mayores o menores simpatías que López Aliaga puede suscitar en determinados sectores sociales según su nivel de ingreso, está el factor religioso.

Tras la primera vuelta electoral, sin poder pasar a la segunda, sostenía que le habían “robado las elecciones”. Había logrado una bancada parlamentaria para Renovación Popular conformada por trece congresistas, representantes de Lima, Callao, La Libertad, Lambayeque, Arequipa (un pastor evangélico proveniente de las filas del fujimorismo) y residentes en el extranjero. Varios meses después de instalado el Gobierno de Pedro Castillo, lo caracterizaba como filoterrorista y filocomunista, y pronosticaba que el país sería Cuba en cuatro años.13

7. La campaña a la alcaldía de Lima

En enero del 2022, López Aliaga anunció que declinaba a ser presidente como una manera de contribuir a encarar una coyuntura de crisis política,14 señalando la necesidad de nuevos liderazgos que representen el espectro político de la derecha. Dos meses después lanzó su candidatura a la alcaldía de Lima Metropolitana, afirmando que lo hacía con la intención de ejercer esta labor por tres años y luego dejar en su lugar a una persona de su confianza para postular nuevamente a la Presidencia de la República.15 La supuesta declinación resultó solo un rodeo.

Los distritos de Lima que lo respaldaron en las elecciones nacionales siguieron con él en las elecciones municipales realizadas en octubre del 2022. Como él, otros dos excandidatos a la presidencia de la República se presentaron a la contienda en Lima. Esta fue reñida y López Aliaga ganó con 26 %, la menor votación obtenida por un alcalde electo en Lima en los últimos 40 años. Candidatos de su partido ganaron en 12 alcaldías de 43 distritos de Lima, con votaciones mayoritarias en seis de ellos.

Apenas elegido, López Aliaga declaró que no se reuniría ni coordinaría con el presidente de la república, en actitud contraria a la racionalidad de la gestión pública, pero que expresa una lógica: instrumentar la Municipalidad de Lima para mantener su imagen como consecuente representante de la oposición. No le será fácil, Lima es una ciudad tan compleja y la institución municipal tiene tantas limitaciones que puede encontrar más problemas que soluciones. ¿Qué futuro le espera a la extrema derecha gobernando Lima? ¿Qué futuro le espera a Lima con López Aliaga como alcalde? Probablemente se trate de un escenario pierde-pierde.

8. Conclusiones

Renovación Popular es una fuerza política minoritaria. Pudo ilusionarse con pasar a la segunda vuelta electoral habiendo alcanzado 11 % de la votación y obtuvo la alcaldía de Lima con apenas 26 % gracias a la enorme fragmentación de la escena política. La extrema derecha gana adeptos a medida que se debilita el centro político y su reflejo se agranda ante el espejo que le ofrecen ciertos sectores de izquierda con los que comparte una visión tradicional del papel de la mujer en la sociedad. El conservadurismo resulta parte de un sentido común que se resiste a dejar de ser predominante. Resulta especialmente peligroso cuando, asociando política y religión, da lugar al fanatismo. López Aliaga se presta para exacerbar esta actitud y convertirla en arma político-ideológica. Desde el Gobierno municipal pretende hacer oposición al Gobierno nacional, lo que será perjudicial para la ciudad de Lima. Pero ambos coincidirán en alentar un ambiente de intolerancia para la lucha por la afirmación de la autonomía de las mujeres y de los ciudadanos.

Referencias bibliográficas

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NOTAS

11 Estas elecciones fueron convocadas a raíz del cierre del Congreso por el presidente Vizcarra. Se elegía re- presentantes por un breve período, solo hasta culminar el período para el cual se había elegido al Congreso anterior.

22 La historia detallada de la relación entre Martín Belaunde y López Aliaga, de la participación de este en la MML y el usufructo que hace de esa influencia para beneficio propio, y de cómo finalmente se apropia del partido en pocos días mientras que Castañeda estaba hospitalizado (Marchán 2021), pone en cuestión la imagen de un empresario que recién incursiona en la política. Por el contrario, lo muestra como una persona que nada en las aguas de la política con habilidad y que las hace más turbias.

33 Tomado de https://twitter.com/resistencia_pe.

44 Véase https://bit.ly/3G7FkBB.

55 Véase https://reut.rs/3POvUOv.

66 Véase https://bit.ly/3YzXjaW.

77 Véase https://lat.ms/3WcyUXv.

88 Ana Estrada es una psicóloga que ha librado una tenaz lucha por una muerte digna, obteniendo finalmente una sentencia a su favor de parte de la Corte Suprema del Poder Judicial. Para conocer su caso, véase https://www.defensoria.gob.pe/en-busca-de-una-muerte-digna/

99 Véase https://bit.ly/3YGvYEe.

1010 Véase https://bit.ly/3PFAZse.

1111 Véase https://bit.ly/3YFuzNS.

1212 Véase https://bit.ly/3hGFRB2.

1313 Véase https://bit.ly/3PI2xx9.

1414 Ver El Comercio, 31 de enero del 2022. En medio del enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo, cuando la oposición insiste en mociones de vacancia, y el presidente pierde popularidad por el evidente desgobierno, instó a Keiko Fujimori y señaló que existen personas que podrían ser candidatos a presidente, mencionando como tales a Lucas Ghersi y a Roberto Chiabra (general retirado y congresista por APP).

1515 Véase https://bit.ly/3jcoKax.

Recibido: 12 de Agosto de 2022; Aprobado: 23 de Octubre de 2022

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