La nutria marina Lontra felina (Molina, 1782) es una de las tres especies de nutrias que habitan el Perú y se distribuye en Perú, Chile y Argentina (Valqui et al., 2018). Es una especie amenazada que ha sido clasificada, en Perú, dentro del grupo de animales «en peligro», de acuerdo con el Decreto Supremo 004-2014-MINAGRI (2014). Pulido (1998) recogió los siguientes términos con los que se denomina a la especie en el Perú: gato marino, huallaque y chingungo. Además de estos, Valqui et al. (2018) reportan dos nombres adicionales: chungungo y ansumo. Asimismo, los trabajos científicos de la primera mitad del siglo xx aluden a la nutria marina empleando los términos lutra, nutria o gato marino (Escomel, 1929; Maisch, 1946). En el presente trabajo, analizaremos los aspectos ligados a los nombres comunes de la especie como una forma de incidir en su conservación a través del valor que tiene para la población humana que interacciona con dicha especie.
Como explica Boster (1996), las investigaciones etnobiológicas se basan en el estudio de organismos con el concurso de argumentos lingüísticos para poder clasificarlos como etnoespecies. Además, de acuerdo con Berlin (1992), la diferenciación léxica, así como el estudio de la semántica de términos referidos a plantas o animales, nos permite determinar su importancia cultural. Por ello, intentaremos desarrollar ideas en torno a tres nombres populares de la nutria marina en el Perú: ansumo, chungungo y huallaque. El primer paso consistió en recopilar los nombres comunes, así como conocimientos locales en la literatura acerca de la nutria marina que posee el autor de la presente nota. Posteriormente, se realizó una búsqueda bibliográfica de la literatura especializada sobre el mismo tema en diccionarios y glosarios regionales elaborados en Perú y Chile para hallar los nombres comunes de la especie. Se identificaron tres grandes grupos de datos que correspondieron a los nombres huallaque, chungungo y ansumo. Finalmente, se elaboró un esquema explicativo acerca del origen etnobiológico y lingüístico de cada nombre común.
La nomenclatura popular de la nutria marina en el Perú puede provenir de al menos tres lenguas diferentes. En el primer caso, se trataría de la lengua yunga, que es como se le ha llamado a la lengua hablada en la costa norte del Perú desde la llegada de los europeos, entre Lambayeque y Lima (Cerrón-Palomino, 1995), pero especialmente desde La Libertad hasta Lima (Salas, 2010). Aunque se afirma que el complejo lingüístico costero yunga o quingnam incluye al muchik (Herrera, 2016), algunos investigadores distinguen la lengua pescadora o quingnam del muchik, cuya información ha llegado a nosotros gracias a investigaciones realizadas principalmente en el distrito de Eten (Lambayeque) por Lehmann, Middendorf y Brüning (Cerrón-Palomino, 1995). Según el Diccionario mochica de Brüning (2004), el único mamífero marino identificado en su trabajo recibe los nombres tšŏmi o tšŭmi, y corresponde al lobo marino adulto, probablemente al lobo marino chusco (Otaria byronia) que habita en la zona (Pacheco et al., 2018). Anteriormente, Middendorf (1892) había definido lobo marino en lengua muchik como chommi, y, al igual que Brüning, no consignó nombre para la nutria marina. Sin embargo, Zevallos (1975) señala que la nutria marina es conocida como ansumo en la región La Libertad. Además, se relaciona al ansumo con representaciones de nutrias o ardillas en los frisos de la ciudadela de Chan-Chan, en La Libertad (López y Millones, 2008). Precisamente, Vásquez y Rosales (2016), en un estudio publicado acerca de la zona arqueológica de Huaca de la Luna, en La Libertad, han hallado que la nutria marina o anzumito está presente en menos del 1 % de los restos faunísticos identificados en el sitio de estudio. Los pescadores de Huanchaco, en La Libertad, conocen a la nutria marina con el nombre de anzumito, o lobito gato, diferenciándolo del lobo marino. Esto se conoce a través de relatos tradicionales recogidos por Schaeffer (2006), resaltando como características del animal su tamaño pequeño y su larga cola, lo que configura una jerarquía basada en relaciones percibidas de similitud y diferencias entre la nutria marina y el lobo marino, tal como Hunn y Brown (2011) señalan que opera la clasificación de seres vivos en la etnotaxonomía. Es decir, sería otra etnoespecie, ya que es sobresaliente perceptualmente por sus características morfológicas. Por otro lado, la especie no es sobresaliente ecológicamente (Hunn, 1999) fuera de la zona donde se le conoce como ansumo, e incluso en yacimientos arqueológicos está subrepresentado en la composición de los restos de vertebrados hallados. Esto se explica porque, según Apaza y Romero (2012), el límite de distribución más septentrional de la nutria marina en Perú sería Huanchaco, en La Libertad, por lo que al norte de dicho punto no existiría y, por lo tanto, no figuraría en el vocabulario del poblador de Lambayeque, donde se realizaron las pesquisas para elaborar las listas de vocablos muchik de Middendorf (1892) y de Brüning (2004).
En el caso del término chungungo, este es similar a otros nombres usados en el Perú para referirse a la especie como chingungo (Alvarez, 2009). Estos se usan principalmente en el centro-sur del Perú y en el centronorte de Chile (Medina et al., 2021; van Kessel, 1986). Las toponimias lo confirman, ya que a un lugar en la ciudad de Mollendo (-17°01’15”; -70°00’56”) se le conoce como Quebrada Chungungo (Pizarro, 2021). Por su parte, en Chile se conocen al menos tres lugares con el mismo nombre: Punta Chungungo y Caleta Chungungo (van Kessel, 1986; Cereceda et al., 1997), los cuales se encuentran en la zona de Coquimbo, así como Punta Chungungo (Mella et al., 2012), en Valdivia, sur de Chile. Estos sitios se encuentran en zonas de influencia de lenguas diferentes a las mencionadas anteriormente. Más al sur se usaría el término chinchimén para designar a la nutria marina, término de origen mapuche, según Medina (1928), y que fue empleado por el sacerdote Molina (1782) para describir a la especie. Entonces, ¿a qué lengua en particular le pertenecería el término chungungo? Las lenguas predominantes en la costa central peruana en el pasado habrían sido la lengua pescadora, o quingnam, y el quechua (Salas, 2010; Cerrón-Palomino, 1995), mientras que en las zonas próximas al mar, en el sur del Perú y Tarapacá, habrían sido una lengua del grupo aru y la lengua chango, que usaron pescadores trashumantes o camanchacos (Cúneo-Vidal, 1977; Rostworowski, 1978), además del puquina, lengua que subsiste actualmente en las toponimias de Arequipa, Moquegua, Tacna y Arica (Cerrón-Palomino, 2020). De acuerdo con Adelaar y Muysken (2004), hacia el sur, Atacama y Coquimbo serían zonas de influencia del quechua, diaguita y cunza, mientras que el araucano o mapuche se habría hablado desde Aconcagua hasta Chiloé. Precisamente, De Augusta (1916) menciona que el gato marino es llamado chimchimko en araucano, término que podría haber dado origen al término chungungo, aunque Lenz (1910), otro autor chileno, considera que chungungo puede tener origen quechua. Sin embargo, Iriarte y Jaksic (1986) han demostrado que la caza de la nutria marina o chungungo en Chile fue importante en el pasado, ya que entre 1910 y 1954 se exportaron desde ese país más de 36 000 pieles de las dos especies de nutrias que viven allí, lo que indicaría una mayor abundancia relativa hacia el sur de su distribución. Además, el nombre chungungo podría haber llegado al sur del Perú con los trabajadores chilenos que arribaron a la zona de Mollendo para participar en la construcción de la vía del ferrocarril hacia Arequipa, en el siglo xix. (Basadre, 1968). Esto se sustentaría en el hecho de que, en Mollendo, se usan aún vocablos como chuflay o perol, que son reconocidos como chilenismos (Meyer, 1952; van Kessel, 1986).
Finalmente, está el término huallaque. Según Ugarte-Núñez (2021), los pobladores de los valles de Ocoña, Camaná y Majes (Arequipa) que viven en localidades situadas en la orilla marina denominan chungungo a la nutria marina, mientras que, en sitios de la vertiente occidental de los Andes, la conocen con el nombre de huallaque. Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (1997), dentro de la superficie insular de Arequipa, existe el islote Huallaque, el mismo que está localizado al norte de caleta Atico, lo que puede indicar que el nombre huallaque era utilizado también en la orilla marina. Hernández (1960) señala que en Arequipa la nutria marina o huallaque penetra en los ríos Ocoña y Majes para consumir camarones. Hay que señalar que, a lo largo de todo su rango de distribución en Chile y Perú, solo en Arequipa la nutria marina vive tan lejos de la orilla marina, por lo que huallaque sería un regionalismo. Incluso, en el Diccionario de arequipeñismos, Carpio (2012) no incluyó el término huallaque, probablemente porque este vocablo no está en el vocabulario de los pobladores del valle de Arequipa y sus alrededores. Consultando el diccionario aymara-español de Bertonio (2006), se logró construir la palabra hualla-haque o criatura de las peñas (hualla ‘peñas’, haque ‘ser’), lo que sería un nombre apropiado para la nutria, la cual habita en zonas rocosas de la costa (Pacheco et al., 2018). Por otro lado, tanto en el vocabulario quechua de Ricardo (1970), como en el diccionario aymaracastellano de Loayza (1988), se encontró la palabra waya’qa o wayaqa, que significa ‘bolsa’ o ‘talega’. Esto resultaría interesante si examinamos la etnobiología de la comadreja, achuqallu o chumpullu (Neogale frenata), que es un mustélido de cola larga como la nutria marina, pero más pequeño y que habita la zona continental. Este es cazado y convertido en bolsas o monederos por algunos pobladores de Puno y de Arequipa para atraer la suerte y el dinero (Asociación Especializada para el Desarrollo Sostenible, 1998; Loayza, 1990). Por analogía, la nutria marina también sería una waya’qa o huallaque.
Todas las anteriores interpretaciones de los nombres populares de la nutria marina en el Perú pretenden respaldar el hecho de que la especie reviste cierto significado para el poblador local, pero obviamente se requiere mayor investigación para aceptarlas como explicaciones válidas. A pesar de todo ello, es de notar que, al menos entre los nombres tšŭmi y ansumo, así como en el caso de chungungo y chimchimko, podría existir cierta similitud fonológica, lo que sugiere una lengua ancestral común o que es el fruto del traslape de las zonas donde se hablaron dos lenguas distintas en el pasado. Además, en términos etnobiológicos, Berlin (1992) indica que una especie puede ser sobresaliente culturalmente si es que recibe varios nombres comunes, y esto es precisamente lo que ocurre en Arequipa, lugar en donde se le conoce a la especie Lontra felina como huallaque, chungungo y gato marino (Carpio, 2012; Medina et al., 2021). Efectivamente, en el sur del Perú, la pesca artesanal, tanto en la orilla marina como en aguas continentales, tiene conflictos con la nutria marina (Pizarro, 2021; UgarteNúñez, 2021), por lo que reviste cierto significado para los pescadores.
Se concluye que el uso de los nombres huallaque, chungungo y gato marino, usados sobre todo en el sur del Perú, podrían considerarse como casos de sobrediferenciación léxica. En cuanto al nombre chungungo, se presume que su origen es mapuche. Por otro lado, los nombres expuestos por Schaeffer (2006) para la nutria marina y el lobo marino en el contexto cultural del norte del Perú y de la lengua yunga nos permite inferir que, en términos etnotaxonómicos, las dos etnoespecies están agrupadas en un gremio y forman una categoría politípica diferenciada usando sus nombres, ya que el lobito-gato o ansumo es asociado al lobo marino en cuanto a tamaño y hábitat. Finalmente, se puede sugerir que la ausencia de un nombre para la nutria marina en el vocabulario muchik puede deberse a que la especie no se distribuye en la zona donde actualmente se encuentran vestigios de esta lengua.