1. Introducción
La atenuación y la intensificación, como estrategias pragmáticas, buscan generar un efecto en el lector, ya sea aminorando la intención de lo dicho o afirmando categóricamente algo (Albelda, 2005). En tal sentido, los escritores, dependiendo de su propósito comunicativo en el discurso, construirán los textos atenuando o intensificando.
Si bien, en el discurso oral, la elección de la atenuación y de la intensificación es casi libre e inconsciente, en el discurso escrito su uso es más elaborado y cuidadoso. Se requiere que el mensaje llegue con cierta forma o propósito, es decir, esa especie de negociado entre el escritor y el lector es mucho más consciente. En ese entender, la existencia de estudios sobre textos orales es abundante, lo que pospone a un segundo lugar las investigaciones sobre textos escritos, especialmente los académicos. Por ejemplo, Albelda (2005) y Briz (1998, 2003, 2010) han centrado sus investigaciones en la atenuación e intensificación en discursos coloquiales. De igual modo, en la literatura reciente, se encuentran las investigaciones de Albelda y Estellés (2021), Cisneros y Serna (2022), Sánchez-Jiménez (2022), Stefan (2022), entre otras que también abordan la atenuación e intensificación en textos coloquiales, e incluso en textos digitales. Por otra parte, respecto al estudio de la escritura científica, hay investigaciones -en menor cantidad- sobre la atenuación en los artículos publicados en revistas científicas, como la de Culpeper (2011), Mendiluce y Hernández (2005), Morales et al. (2007), Myers (1989) y Salager-Meyer (1994).
En cuanto al estudio individual de los apartados del artículo científico, son pocos los casos registrados, más aún en lo referente al apartado discusión. Por ejemplo, Cassany (2007) y Chao (2018) han analizado otros apartados del artículo científico y solo con una de las estrategias pragmáticas, ya fuera la atenuación o la intensificación. Si bien es cierto que las investigaciones de los artículos científicos en su totalidad dan una visión general de cómo se utilizan estas dos estrategias pragmáticas, también resulta relevante explicar cómo es su empleo en un determinado apartado, ya que cada uno de estos tienen sus propias características y funciones dentro del artículo. En virtud de ello, resulta interesante adentrarse más en las estrategias pragmáticas propuestas por Albelda (2005) y Briz (2010) y estudiar cómo se emplean, específicamente, en el apartado discusión.
En el presente trabajo, se ha propuesto describir la atenuación y la intensificación en el apartado discusión del macrogénero «artículo científico». La relevancia de esta investigación radica en analizar el uso de estas estrategias pragmáticas por parte de los autores de artículos e identificar cuál predomina. En este sentido, los resultados pueden reafirmar o consolidar características propias y establecidas para la redacción de cada apartado de un artículo científico, es decir, esclarecer la objetividad que prima en este.
En lo que sigue, se presentan (en este orden) los antecedentes conceptuales relacionados con la atenuación e intensificación, el artículo científico como género académico, el apartado discusión del artículo científico, la metodología, los resultados, la discusión y las conclusiones.
2. Marco conceptual
2.1. Atenuación e intensificación
Briz (1998) denomina a la atenuación y a la intensificación estrategias pragmáticas o categorías pragmáticas, mientras que Meyer-Hermann (1988) las llama funciones comunicativas. Según Albelda y Álvarez (2010), ambas están relacionadas con la actividad retórica de los interlocutores, dirigidas a la negociación interaccional y destinadas a obtener una mayor eficacia comunicativa. Tienen un efecto en la fuerza ilocutiva de los actos de habla, por lo que repercute en el nivel social de la comunicación. Ambas estrategias tienen un propósito comunicativo y generan un efecto en el lector: la atenuación funciona como escudo protector y la intensificación se muestra como un hecho verosímil.
Con la intensificación, el escritor busca presentarse muy enfático frente al lector, demostrar que lo que dice es un hecho creíble; en otras palabras, fortalecer una afirmación y mostrarse rotundo. En consecuencia, es una táctica para asegurar al oyente que la información es relevante; de este modo, el que escribe garantiza la aceptación del mensaje por parte de los otros interlocutores (Albelda y Álvarez, 2010).
La atenuación, por otro lado, es una estrategia pragmática con la que se aminora la fuerza ilocutiva de los actos de habla (Álvarez, 2005). Se busca reducir el efecto de lo afirmado (Albelda y Cestero, 2011; Briz, 1995, 1998, 2003, 2007), con lo cual se logran los fines conversacionales (Cisneros y Serna, 2022). Otros autores, como Albelda (2004), Álvarez (2005), Briz y Albelda (2013), Caffi (1999, 2007) y Cassany (2007), coinciden con Briz y señalan que los atenuantes funcionan como mitigadores o matizadores, dado que aminoran el efecto en el texto y reducen el compromiso del escritor frente al lector (Briz, 2003). En consecuencia, moderan parcialmente la intención del mensaje (Lakoff, 1973), a fin de suavizar el efecto.
Para Acín (2016), la atenuación se manifiesta a través de una serie de procedimientos lingüísticos; para reconocerla hay que tener en cuenta factores formales y externos. Así mismo, manifiesta que en la atenuación el autor se «oculta» en su escrito: sus afirmaciones no son categóricas, sino atenuadas. En tal sentido, una expresión terminará siendo revestida por una capa de suavidad, donde el autor no se sienta rechazado y garantice que lo dicho va a ser aceptado. El autor del texto actúa con cuidado e incluso deja la posibilidad de que el texto sea corregido.
Para Morales y Cassany (2008), la atenuación se emplea en la comunicación científica entre investigadores desde dos puntos de vista: primero, desde una dimensión semántica, para suavizar o reducir la fuerza o el nivel de certidumbre de un enunciado; segundo, desde una dimensión retórica y pragmática, para disminuir el grado de compromiso del autor con sus afirmaciones y para evitar las amenazas hacia los miembros de la comunidad ya establecidos -y, así, evitar rechazos y críticas-. Además, los autores señalan que las funciones de la atenuación son a) presentar la verdad como relativa, tentativa, y abrir la posibilidad de otras alternativas, explicaciones, resultados, etc.; b) proyectar modestia o precaución; c) evitar críticas potenciales de parte del lector, y d) mitigar ofensas potenciales a los miembros de la comunidad científica.
Según Albelda (2005), la intensificación tiene tres efectos generales: hacer más creíble lo dicho, imponer la figura del yo y buscar el acuerdo en el lector (por ejemplo, a través de la argumentación). Por su parte, Briz (1998) indica que la atenuación presenta funciones como no alarmar al lector frente a un resultado sorprendente y conseguir que el receptor otorgue algo al emisor.
La comunidad científica prefiere textos que proyecten modestia y precaución (Salager-Meyer, 1994), donde los resultados se presenten como hechos provisionales y no como verdades categóricas (Morales et al., 2007); lo cual se logra con la atenuación. En contraste, la intensificación proyecta afirmación; pero esto no quiere decir que se oponga a la atenuación, sino que hay ocasiones en las que el investigador necesita presentar los resultados de una discusión de manera directa y objetiva.
2.1.1. Recursos de la atenuación
Para Briz (2010), la atenuación presenta cinco recursos o tácticas con las que el hablante puede atenuar el texto dirigido al oyente: primero, la expresión de duda o incertidumbre, referida a los mecanismos que denotan falta de seguridad en lo expresado, de manera que el hablante no se responsabiliza (o reduce la responsabilidad) por lo que está diciendo. Segundo, la despersonalización de elementos de la enunciación, referida a los mecanismos que difuminan la enunciación personal. Tercero, la expresión de restricciones en la opinión o en la petición: quien habla restringe explícitamente su opinión a su propia persona. Cuarto, la justificación y explicación, que sirve para reducir o paliar el compromiso de los hablantes con su comportamiento o lo expresado en el habla. Quinto, la indeterminación de la cantidad o cualidad de lo dicho, que difumina el contenido semántico: o bien determina la cualidad, o bien disminuye la cantidad de lo que se dice.
Briz (2010) analizó estos recursos o tácticas de la atenuación en el ámbito argumentativo y el ámbito social; sin embargo, pueden ser investigados en otros géneros textuales, como el artículo científico.
2.1.2. Recursos de la intensificación
De acuerdo a Albelda (2005), la intensificación se presenta mediante tres recursos o tácticas con los cuales el hablante elabora el texto que dirige al oyente: en primer lugar, el recurso morfemático, el cual se forma a partir de sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios junto a un prefijo o sufijo. En segundo lugar, el recurso léxico, que constituye las formas en las que el sema intensificado se encuentra en el propio lexema, ya sea en unidades simples o en unidades complejas. Finalmente, el recurso sintáctico, que equivale, en general, a las estructuras <muy + adjetivo/adverbio> y <mucho + sustantivo>.
2.2. Géneros discursivos
Parodi (2015) sostiene que los géneros no son entidades de modo estático, sino altamente dinámicos; así mismo, Zunino y Muraca (2012) afirman que los géneros obedecen a las exigencias, objetivos, expectativas y pugnas que se producen en los entornos de uso. Por otra parte, se utiliza el término macrogénero para referirse a todos los géneros discursivos que tienen variedades; por tanto, bajo esta concepción no existen textos únicos ni homogéneos. Venegas et al. (2016) lo conciben como una unidad genérica de mayor jerarquía, también conocida como «colonia de géneros» (Bhatia, 2004).
Los géneros académicos se forman a través de un conjunto de textos que se organizan mediante un continuum, en el que se van concatenando desde los textos escolares generales hasta los académicos universitarios y los profesionales (Parodi, 2015). Además de emplearse una terminología especializada en ellos, se utiliza un registro formal de la lengua, con un léxico preciso y específico que busca evitar ambigüedades e interpretaciones erróneas (Parodi, 2009). Asimismo, se transmite información de carácter científico-técnico con precisión, claridad y objetividad (Montolío y Santiago, 2014); más aún, debe ser neutro, transparente y universal (Swales, 1990).
2.2.1. El artículo científico
Day (2005) define el artículo científico como un informe escrito y publicado que describe resultados originales de investigación y que debe seguir una estructura establecida en la comunidad científica. Para que se considere artículo científico, debe ser difundido por una publicación válida y confiable (Moreno et al., 2010); no cobra sentido el escribirlo y no publicarlo.
Respecto a la estructura del artículo, Slafer (2009) afirma que facilita mucho la tarea tanto de los autores como de los lectores. Indica que está organizado en a) introducción, referida al problema de investigación; b) materiales y métodos, en la cual se señala la forma en que se estudia el problema; c) resultados, donde se presentan los hallazgos, y d) discusión, donde se analizan esos hallazgos. La estructura del artículo debe ajustarse a lo generalmente permitido por la comunidad científica.
En el apartado discusión, los autores describen los resultados de la investigación y los contrastan con los hallazgos de otras investigaciones, que pueden ser incluso del mismo autor. Registran los resultados previstos y brindan explicaciones en el caso de encontrar resultados inesperados. Es conveniente exponer brevemente los temas, objetivos y resultados desarrollados en la introducción para que sean reconsiderados, a la luz de los resultados, por los lectores. El hecho de tener presente el marco teórico y la relevancia de la investigación permite reflexionar evaluativa y críticamente sobre los resultados ya presentados (Puiatti, 2005).
En la medida de lo posible, se deben discutir los principios, relaciones y generalizaciones de los resultados (Day, 2005), así como señalar las excepciones o las faltas de correlación y delimitar los aspectos no resueltos. Se debe evitar ocultar o alterar los datos que no encuadran adecuadamente en los resultados, pues deben ser analizados en la discusión -y esto enriquece la investigación-. También resulta pertinente señalar cómo concuerdan o no los resultados y análisis con trabajos previos; además, se deben exponer las consecuencias teóricas del estudio y sus posibles aplicaciones prácticas.
Al escribir la sección discusión, autores como Day (2005), Moreno et al. (2010), Murillo et al. (2017), Puiatti (2005) y Slafer (2009), consideran sumamente imprescindible los siguientes elementos centrales: qué significan los resultados y cómo se relacionan con lo investigado hasta entonces, en qué medida contestan la pregunta original, hasta qué punto los resultados reafirman principios o teorías conocidas por la comunidad científica y si estos resultados son una «excepción» al conocimiento general o no. La discusión sirve para interpretar los resultados y colocarlos en un contexto más amplio que el del estudio específico (Slafer, 2009), lo que a su vez resulta significativo. Cuando no se es claro y puntual en el análisis de los resultados, tienen poco o ningún impacto, e incluso terminan siendo rechazados.
Los aspectos y la secuencia que se deben tener en cuenta para la redacción del apartado discusión son los siguientes: a) interpretar los datos obtenidos; b) comparar los resultados con investigaciones previas; c) verificar la hipótesis o problema de investigación; d) evaluar o explicar los resultados; e) justificar los resultados, y f) a partir de los resultados, realizar recomendaciones para investigaciones futuras (Puiatti, 2005). Estos aspectos garantizarían que la discusión esté completa y ordenada, porque ayudan a presentar secuencialmente cada aspecto del análisis; además, el lector sabrá en qué parte de la discusión encontrar cada aspecto.
3. Metodología
El trabajo se enmarca en un análisis basado en corpus, para el cual se adoptó la perspectiva del análisis de las estrategias pragmáticas desarrollada por Briz (2010) y Albelda (2005). La unidad de análisis está constituida por los elementos de la atenuación y de la intensificación encontrados en el apartado discusión de cinco artículos publicados en el volumen 53, número 104 (2020) de la Revista Signos, adscrita al Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso de Chile. La muestra de este estudio es no probabilística y por conveniencia, dado que se abordó el apartado en cuestión de solo estos cinco artículos.
La investigación es de enfoque mixto, ya que se ha tenido en cuenta tanto el enfoque cuantitativo como el cualitativo. Respecto al primero, se cuantificaron los atenuantes e intensificadores presentados en el apartado discusión; respecto al segundo, se describen las estrategias pragmáticas y se identifica cuál predomina. El diseño fue no experimental, dado que no se manipuló ninguna variable, solo se analizaron las discusiones de trabajos finales que fueron escritos en su contexto natural, sin la intervención del investigador.
3.1. El corpus de análisis
El corpus está compuesto por cinco artículos (9000 palabras aproximadamente); cada apartado discusión tiene una extensión entre tres y cinco páginas. No ha sido prioritario limitar el número de páginas por artículo, en vista de que no se trata de un estudio comparativo.
3.1.1. Criterios para la selección del corpus
Para la selección de los artículos, se tuvo en cuenta que estuvieran escritos en español y que presentaran la estructura propuesta por Slafer (2009).
Cabe precisar, no obstante, que para el análisis no se consideraron aquellos artículos cuya discusión iniciara con una introducción o un comentario o finalizara con conclusiones; tampoco se consideraron los artículos que presentaran dos apartados en conjunto (por ejemplo, bajo el rótulo «resultados y discusión»).
3.2. Técnica e instrumento de evaluación
La técnica de investigación empleada fue la observación. El instrumento de evaluación utilizado fue la ficha de observación, que permitió registrar los casos hallados de atenuación e intensificación en el apartado discusión de cada artículo.
A continuación, se presentan los diferentes procedimientos que podrían emplear los autores para atenuar (Tabla 1) o intensificar (Tabla 2) en el apartado discusión:
Recursos o tácticas de atenuación | Mecanismos lingüísticos |
---|---|
Indeterminación de la cantidad o cualidad de lo dicho | Algo, algo así, un poco, solo |
Expresión de duda o incertidumbre | Parecer, ser posible, poder, imaginar, quizás, a lo mejor, no saber |
Despersonalización | Nosotros inclusivo, se, al parecer, presuntamente |
Expresión de restricciones en la opinión | Para mí, en mi opinión, si no me equivoco |
Justificación y explicación | Es que, porque, como, lo que pasa es que |
Para analizar el corpus en esta investigación, se ha tenido en consideración la estructura del artículo científico propuesta por Slafer (2009) y la secuencia que se debe seguir en la redacción planteada por Puiatti (2005).
4. Resultados
En las Tablas 3 y 4 se presentan los datos cuantitativos hallados. Como se muestra en la Tabla 3, hay un total de 34 casos de atenuación distribuidos en recursos de despersonalización, expresión de duda o incertidumbre, justificación y explicación, indeterminación de la cantidad o cualidad de lo dicho y expresión de restricciones en la opinión.
Se observa que hay mayor disposición a utilizar el recurso de la despersonalización, seguida de expresión de duda o incertidumbre; además, la que se ha registrado en menor medida es la expresión de restricción en la opinión.
Por otro lado, en la Tabla 4 se presentan 40 intensificaciones distribuidas entre los recursos morfemáticos, léxicos y sintácticos.
El caso que más se ha encontrado sobre intensificación en el apartado discusión es el recurso léxico. Por otro lado, solo se hallaron prefijos en el caso menos frecuente, el recurso morfemático.
En lo que sigue, se presentan ejemplos en los que se muestran los mecanismos lingüísticos con los que se llevaron a cabo los procedimientos de atenuación e intensificación.
4.1 Recursos de atenuación
4.1.1. Indeterminación
Solo en dos casos, en reacción a un argumento de la autoridad, respondieron adelantando un argumento de la autoridad también. (A1)
La oración (1) indica que, de un grupo de participantes, solamente dos se han adelantado a responder con un argumento de autoridad; es decir, el escritor restringe el hecho, tiene la intención de reducir, minimizar o difuminar la cantidad de lo dicho. Entonces, la cantidad de lo descrito por la proposición se puede disminuir mediante los cuantificadores minimizadores (Albelda et al., 2014); ya que son expresiones debilitadoras del significado.
4.1.2. Expresión de duda o incertidumbre
… utilizar una discusión con sus padres parece ser en gran parte dependiente del contexto. (A1)
… consideran que en la prensa los préstamos pueden tener un carácter testimonial, porque certifican los vocablos que se usan por moda, impacto periodístico, precisión, etc. (A2)
… mientras que es la zona andina la que parece tener una mayor frecuencia de aparición de términos. (A1)
En las oraciones (2), (3) y (4), parece y pueden son mecanismos que atenúan la expresión frente al lector: el autor es cuidadoso con lo que afirma. En (2) y (3), está resguardando su integridad; sabe que así no se enfrentará con el lector, porque está presentando una información suavizada. En (4), el investigador recurre a la atenuación para reducir el efecto del texto, y así evitar críticas por parte del lector; es decir, reduce en la expresión el grado de seguridad sobre lo que dice.
4.1.3. Despersonalización de elementos de la enunciación
… quien afirma que gran parte del glosario que examinamos designa objetos del pasado… (A2)
nuestros resultados no aparecen en textos antillanos, pero sí en los de México, Centroamérica y Sudamérica. (A2)
… en nuestro estudio de caso presentan un índice muy bajo si lo comparamos con otros trabajos. (A1)
En la oración (5), el autor del artículo utiliza el inclusivo nosotros con la intención de tener menos responsabilidad sobre lo afirmado. La primera persona del plural oculta parcialmente al emisor y le disminuye la responsabilidad. Es la estrategia que más han utilizado los autores de los cinco artículos.
Con los inclusivos nuestros (6) y nuestro (7), el escritor intenta restar su participación en el evento, trata de hacer difuso el rol que desempeña: la responsabilidad del escritor está siendo compartida. En consecuencia, el yo se ha visto encubierto por el inclusivo nosotros.
… la Interpretación es un proceso que requeriría de la habilidad pragmática de la inferencia, facultad que, se ha constatado, va disminuyendo en la población con demencia. (A3)
… porque certifican los vocablos que se usan por moda, impacto periodístico, precisión, etc. (A4)
… Si consideramos las áreas lingüísticas en las que fundamentamos documentalmente los anglicismos y que se muestran en el Anexo 1… (A5)
En las oraciones (8), (9) y (10), los autores se ocultan bajo la tercera persona del singular (se). No hay un yo explícito, no está presente el sujeto. Los autores recurren a la impersonalización, tratan de pasar desapercibido, de tal manera que hacen notar al lector que no son del todo responsables de lo dicho. Según Briz (1998), con este mecanismo ocultan la presencia del yo.
4.1.4. Expresión de restricciones en la opinión o en la petición
… en nuestra opinión, esta puede ser una de las razones por las cuales los niños apenas presentan un argumento en reacción… (A1)
En la oración (11), la expresión en nuestra opinión, además de presentar la primera persona del plural -por lo cual ya está atenuado-, da a entender que solo es una apreciación, no una afirmación. El autor sabe que así no habrá réplica por parte del lector ni habrá confrontación científica epistémica. Bartol (2013) señala que con la atenuación se busca suavizar el contenido del mensaje cuando este puede representar una amenaza para la imagen del escritor. Según Briz (1998), disminuye la fuerza ilocutiva del enunciado.
4.1.5. Justificación y explicación
Además, se evidencia algún ejemplo en trance de desaparecer del discurso, porque los hablantes ya no reconocen el significado primigenio… (A2)
En ese estudio también encontraron que el efecto de techo en las afirmaciones verdaderas podía explicarse porque el emparejamiento sujeto-predicado podría ayudar a la verificación. (A5)
La preservación de la coherencia discursiva resulta significativa porque conlleva directamente a otras habilidades lingüísticas. (A3)
En las oraciones (12), (13) y (14), el causal porque señala que lo que sigue es una justificación o explicación de lo anunciado; o sea, está aclarando o detallando la información que le antecede con la intención de mantener al lector satisfecho frente a lo dicho. Para Bartol (2013), se trata de suavizar un posible conflicto o una posible crítica.
Siguiendo a Briz (1998), la atenuación tiene funciones como la de no alarmar al lector frente a un resultado sorprendente y conseguir que el receptor otorgue algo al emisor. Así, la atenuación disminuye la intensidad de la expresión (Briz, 2007; Álvarez, 2005), con lo cual deja tranquilo al receptor -aunque, posiblemente, no convencido-.
4.2. Recursos de intensificación
4.2.1. Recursos morfemáticos
Sobresale la categoría analítica porque… (A4)
Los multinucleares son elementos externos… (A4)
En las oraciones (15) y (16), el verbo sobresalir y el sustantivo multinucleares son categorías gramaticales que admiten matización gradual de intensidad significativa. Los prefijos sobre y multi intensifican los lexemas salir y nucleares, respectivamente; es decir, en estos recursos morfemáticos, el sema intensificador se encuentra en los prefijos, no en el lexema. La intensificación expresada por el escritor hacia el lector en (15) manifiesta que, en relación con varias categorías, la prioritaria es la categoría analítica. Lo mismo sucede en (16), ya que le está especificando al lector que los elementos externos tienen más de un núcleo.
4.2.2. Recursos léxicos
Nos hemos centrado especialmente en los tipos de respuestas… (A4)
… pero esencialmente es un instrumento… (A5)
Aun así, los resultados aquí obtenidos mediante pruebas no paramétricas permitieron observar que el grupo con EAM se diferenció significativamente del resto. (A5)
Así, esta parte del trabajo se deberá completar en una futura investigación en la que se analice el uso de estos extensores exclusivamente como estrategia de compensación y se contraste con el uso que hacen de ellos las personas sanas. (A5)
En las oraciones de la (17) a la (20), los escritores transmiten una información con la finalidad de intensificar a través de elementos reforzantes: especialmente, esencialmente, significativamente y exclusivamente. En (17), le está precisando de forma enfática al lector que hay interés por determinados tipos de respuesta. En (18), tiene certeza de que se trata de un instrumento; esto no le representa duda, denota que está convencido de ello. En (19), hay un marcado distanciamiento entre el grupo con EAM y el resto; el investigador le da énfasis para denotar ese distanciamiento. En (20), se precisa que se requiere el uso de extensores como única estrategia de compensación; nuevamente se refuerza con un intensificador.
En los cuatro casos hallados, el elemento reforzante posee en su raíz cierto valor enfático; es decir, los intensivos léxicos refuerzan todo el lexema (Penas, 1993). Además, Madero (1983, citado en Albelda, 2005) manifiesta que los adverbios terminados en -mente son considerados intensificadores absolutos porque modifican al adjetivo cuantitativa y modalmente.
4.2.3. Recursos sintácticos
… la comida se describe como rica o nutritiva, y su cantidad es muy poca. (A1)
Y en nuestro estudio de caso presentan un índice muy bajo si lo comparamos con los trabajos de Fajardo… (A5)
El índice de similitud más alto lo presentan las áreas mexicanas… (A2)
Reportaron una tendencia similar en su muestra, con los ítems verdaderos presentando puntuaciones más altas y menor discriminabilidad que los ítems falsos de la prueba. (A5)
En las oraciones (21) y (22), la modificación del adverbio poca y del adjetivo bajo se realizan mediante el adverbio muy, el cual porta el sema intensificador (Albelda, 2005). A través de este, se expresa que la cantidad es menos de la que se esperaba. Los autores de los artículos, al utilizar la intensificación, saben que no corren el riesgo de recibir críticas o de enfrentarse al lector; por ello, afirman con mucha certeza.
Las oraciones (23) y (24) presentan el superlativo más, que porta el sema de intensificación. En la primera se está indicando que es el único índice que está sobre los demás. En la segunda, que tales puntuaciones están por encima del resto.
El intensificador es un mecanismo de reforzamiento muy ligado al aspecto semántico porque introduce cambios o variaciones de significado en el término al que acompañan. Pero, desde el punto de vista pragmático, conlleva una impronta a nivel de las actitudes o valoraciones de los lectores, en los que intervienen factores extralingüísticos como el contexto y la intención del hablante (Arce, 1999).
Resulta evidente que la atenuación y la intensificación sirven a los escritores y a los lectores para buscar y manifestar el acuerdo, lo que asegura que no tienen fines contrapuestos. Cuantitativamente, el número de casos de atenuación es menor en comparación con el de intensificación.
5. Discusión
Con el presente estudio se ha buscado describir la atenuación y la intensificación en el apartado discusión del macrogénero «artículo científico». Para ello, se analizó dicho apartado en cinco artículos de investigación de la Revista Signos. Los resultados obtenidos en este estudio muestran que los investigadores utilizan la intensificación y la atenuación según si quieren enfatizar o aminorar el efecto del texto.
Las estrategias pragmáticas son utilizadas cuando se tiene certeza de lo que se va a afirmar y, por lo tanto, no se requiere suavizarlo o disminuirlo. En consecuencia, la fuerza ilocutiva de los actos de habla aumenta al valorar lo dicho con la intención estratégica de hacerlo más creíble. Es una táctica para asegurarle al lector que la información es relevante; de este modo, el que escribe (investigador) se garantiza la aceptación del mensaje por parte de los lectores. Lo que se quiere lograr con la intensificación es la eficiencia comunicativa (Albelda, 2007); se presenta como refuerzo de la actitud del hablante (Bartol, 2013), y se alude a la intensidad como una carga intencional del contenido significativo de una palabra (Valera y Martín, 1999). Así mismo, la intensificación se relaciona con la subjetividad del hablante y agrega matices connotativos al significado de una palabra.
En tal sentido, en los artículos científicos analizados, los autores, como enunciadores, velan por sí mismos y protegen su imagen: por un lado, se muestran «cautelosos» y «moderados» con lo que dicen; por otra parte, son contundentes con sus afirmaciones. Según el corpus estudiado, prefieren utilizar la intensificación, a fin de mostrarse más enérgicos en sus apreciaciones. Al respecto, Montolío y Santiago (2000) indican que el artículo científico transmite información de carácter científico-técnica con precisión, claridad y objetividad; esta información debe ser neutra, transparente y universal (Swales, 1990).
En cuanto al uso de la atenuación, al igual que la intensificación, contribuye a la eficiencia comunicativa. El corpus revela que los autores de los artículos prefieren utilizar la despersonalización, lo cual los coloca en una situación de cierto distanciamiento respecto al mensaje. En otras palabras, buscan no acercarse mucho ni alejarse demasiado del receptor y, de ese modo, obtener su aceptación. En definitiva, hay una reducción del peso enunciativo del escritor-autor (Albelda y Cestero, 2011).
Pese a que Briz y Albelda (2013) señalan que los artículos de investigación cuentan estadísticamente con mayor presencia de la atenuación, los resultados obtenidos en la presente investigación demuestran lo contrario, que la intensificación es la más utilizada.
6. Conclusiones
Después de haber analizado los casos hallados de atenuación e intensificación en el apartado discusión de cinco artículos de investigación de la Revista Signos, se concluye que, respecto a la intensificación, el recurso léxico es el más frecuente y el recurso morfemático, el menos frecuente, del cual solo se hallaron dos casos de prefijos. En cuanto a la atenuación, hay mayor disposición a utilizar la despersonalización de elementos de la enunciación, seguida de la expresión de duda o incertidumbre; la que menos se registró fue la expresión de restricción en la opinión, con solo un caso.
La estrategia pragmática más utilizada, según el corpus, es la intensificación, con 40 casos hallados; la intensificación, por su parte, fue empleada en 34 casos. Esto indica que los autores son muy directos al presentar sus resultados en el apartado discusión de los artículos científicos. Prefieren ser contundentes con sus afirmaciones, precisamente, por tratarse de un texto científico. Buscan que estas sean precisas, claras, objetivas, neutras y universales.
Por otro lado, si bien los autores de los artículos son objetivos en sus afirmaciones, no dejan de lado la atenuación. Perciben que, en algunas situaciones, lo que están por manifestar puede generar reacciones o inconformidad en el lector; por lo que se ven obligados a disminuir el efecto de lo afirmado. Hay una actitud de modestia por parte del escritor.
Finalmente, estos datos no pueden ser generalizados para el apartado discusión de todos los artículos, porque solo se ha analizado en una sola revista y en un corpus reducido. Sería oportuno que para futuras investigaciones se realice un estudio comparativo en una muestra más amplia, y así arribar a resultados que permitan generalizar que, efectivamente, los autores prefieren la intensificación en lugar de la atenuación.