INTRODUCCIÓN
La pandemia por el Covid 19 nos impuso repentinos cambios en nuestro quehacer diario, y el campo de la educación no fue la excepción, se adoptaron medidas restrictivas como cuarentenas en todos los países afectados, se cerraron los colegios y universidades, al inicio la expectativa fue que sería un cese de pocas semanas, sin embargo siguiendo la evolución de la pandemia se tomó conciencia de que esta situación tomaría varios meses y que era necesario adoptar las acciones necesarias para darle continuidad a la educación, tanto a nivel de la educación básica como la superior, recurriendo a las diversas plataformas digitales se logró implementar la educación a distancia. En el caso de la educación superior hubo algunas carreras y cursos que por su naturaleza pudieron adaptarse con relativa rapidez y facilidad a esta modalidad, sin embargo, en las carreras que requieren que el estudiante realice actividades prácticas en condiciones reales, como es el caso de la formación de profesionales de la odontología era necesario el retorno a la actividad presencial para poder retomar las actividades clínicas en pacientes necesarias para que el estudiante logre las competencias requeridas por la carrera.
El impacto de la pandemia en la educación dental
En las universidades hubo una suspensión total de actividades clínicas al inicio de la pandemia, y se limitaron a impartir conferencias, cursos utilizando el aprendizaje basado en problemas, en cuanto al uso de laboratorios de simulación se limitaron a la trasmisión de vídeos demostrativos, la actividad clínica odontológica se limitó a la atención de emergencias, incluso en las clínicas universitarias 1.
Si bien existen contenidos de los cursos clínicos que pueden virtualizarse, las destrezas requeridas para el buen desempeño médico, como por ejemplo la realización de un examen físico solo se logra aprender cuando se realiza en un paciente y las adaptaciones virtuales son insostenibles en el tiempo 2 por lo que era evidente la necesidad de retomar estás prácticas, aunque por el contexto se tuvo que postergar la práctica en pacientes hasta el final de la pandemia3.
La virtualización de los cursos que se implementó no puede ser considerado una innovación educativa plena, ya que en la mayoría de casos se trató de trasmitir a través de una plataforma virtual, los cursos exactamente como se llevaba tradicionalmente, se trató más bien de una virtualización de emergencia, quedando pendiente realizar una transformación de fondo de la educación de los profesionales de la salud 4.
Jaime Saavedra, como director de Educación del Banco Mundial manifestó en diciembre pasado que debido a la paralización del sistema educativo a nivel mundial y el retraso del retorno de millones de niños a sus escuelas, han sido afectados en su aprendizaje lo que considera moralmente inaceptable, en el informe de la ONU y el Banco Mundial se indica que este impacto negativo de la pandemia ha afectado de manera diferente, a los niños más pobres y discapacitados el acceso a la educación remota ha sido muy limitada y en general los más jóvenes han sido los más perjudicados 5).
Las consecuencias que dejará esta pandemia en la educación de los futuros profesionales de la salud en todo el mundo son inciertas por el momento 6, quizás en unos años se pondrán en evidencia y se tendrá que adecuar programas para subsanar estas deficiencias.
Un retorno gradual
El retorno a la presencialidad en los colegios y universidades en varios países se fue dando gradualmente incluso en el primer año de la pandemia, en el Perú el retorno se inició desde el año pasado en algunos colegios rurales inicialmente con el gobierno de transición, y hacia finales de año algunos colegios particulares iniciaron sus clases presenciales de manera flexible, se espera que en marzo de este año el retorno sea total en los colegios.
Con respecto a la educación superior, en el Perú, el retorno de los internos de las carreras de las ciencias para la salud dio, a través del Decreto de Urgencia N° 090-2020, del 15 de agosto de 2020 la que se da como una respuesta a la falta de recursos humanos para el manejo la pandemia, en el resto de estudiantes las clases eran remotas y solo se autorizó el uso de laboratorios con aforos reducidos en las carreras que por su naturaleza lo requerían, pero es recién en este año 2022 en que se espera el inicio de una modalidad semipresencial más sostenida.
Desafíos
La UNESCO realizó un análisis de impactos, respuestas políticas y recomendaciones para la educación superior en el contexto de la pandemia, estableciendo algunas recomendaciones, tales como la necesidad de planificar con tiempo el retorno a las clases presenciales, indicando además que este retorno debe tomarse como una oportunidad para repensar y rediseñar los procesos de aprendizaje y enseñanza incluyendo las lecciones aprendidas del uso de la tecnología a raíz de la pandemia. Hay que tomar en cuenta que este análisis es realizado por la UNESCO al inicio de la pandemia y recalca la importancia de asegurar la continuidad de la educación garantizando la equidad y asumiendo una suspensión de larga duración.
Otra de las recomendaciones es la de evaluar formativamente a los estudiantes y generar sistemas de apoyo a los estudiantes en desventaja, reflexionar al interior de cada institución sobre la renovación del modelo de enseñanza y aprendizaje, además aprovechar el aprendizaje sobre la digitalización, hibridación y aprendizaje ubicuo generado como consecuencia de la pandemia 7.
Las medidas de bioseguridad, así como los protocolos de atención merecen una revisión continua de acuerdo al flujo de atenciones en las áreas de clínicas de las escuelas de atención y enseñanza dental para dar confianza a los involucrados en este proceso.
Considerando que la educación es un derecho universal del ser humano, las Naciones Unidas en su Informe de Políticas, da una serie de recomendaciones a los gobiernos e instituciones interesadas, tales como reducir la transmisión del virus y planificar la reapertura de instituciones, esta reapertura deberá ser inclusiva y gradual, asimismo sugiere la preparación de programas de recuperación y aprendizaje acelerado 8.
En la formación del futuro odontólogo es importante tener en cuenta el alto compromiso social que tiene la carrera, y esta relación profesional con el paciente y la comunidad se va formando desde el inicio de la carrera, por lo que la interacción entre docentes y estudiantes, entre el estudiante y sus pares, y entre los estudiantes y los pacientes en forma presencial en diferentes entornos físicos para el desarrollo de competencias comunicacionales, de servicio y de responsabilidad profesional 9.
Luego de casi dos años bajo esa modalidad remota, estamos ante un nuevo reto: el retorno, ya no a la presencialidad pre pandemia, sino a la modalidad semipresencial, modalidad que nace como una de las tantas consecuencias positivas de esta pandemia.
En este sentido el proceso de aprendizaje del estudiante de odontología desde los cursos de ciencias básicas a los cursos clínicos ha sido en muchas ocasiones motivo de un profundo análisis y cuestionamientos 10, y en esta coyuntura de la pandemia por el covid 19 cobra mayor relevancia este análisis ya que la formación de los estudiantes en los cursos clínicos se llevó a cabo en algún tipo de simuladores y de manera remota apoyado en herramientas tecnológicas muy diferente a las condiciones más ventajosas en las que se desarrollaban estos cursos antes de la pandemia.
En este contexto no solo es necesario buscar una articulación entre las ciencias básicas y los cursos clínicos, ahora debemos buscar el ensamblaje entre las prácticas realizadas a través de plataformas virtuales y las prácticas clínicas presenciales. Los estudiantes durante de los dos primeros años de la pandemia realizaron prácticas en maquetas de manera sincrónica a través de una plataforma de video conferencia, con limitaciones propias de esta modalidad de trabajo, definitivamente las maquetas o simuladores no reemplazan todas las condiciones que posee la actividad en pacientes, adicionalmente si bien el docente y el estudiante tratan de simular la atención en condiciones reales, la experiencia vivida nos demuestra que se pasan por alto algunas exigencias que no se harían en la actividad en pacientes, tanto para el estudiante como para el docente la práctica en maqueta se realiza en un entorno de mínimo estrés a diferencia de lo que ocurre en la práctica clínica con pacientes. Por ello es importante considerar que los estudiantes que inician su último año de estudios en este contexto de pandemia no tienen las mismas competencias que los estudiantes pre pandemia, por lo que es necesario incluir dentro de las actividades clínica un espacio que permita al estudiante nivelarse y adquirir estas competencias.
Asimismo, es importante apoyar al estudiante para que logre su adaptación a las nuevas condiciones de la práctica clínica, venza el temor natural al contagio y recupere la confianza en la atención de pacientes luego de dos años de la suspensión de actividades clínicas.