INTRODUCCIÓN
Animales de diversas especies han pasado a formar parte de «los otros miembros de la familia», tanto en Cuba como en otros países, entre los que se encuentran el hámster dorado (Mesocricetus auratus), curieles o cuyes (Cavia porcellus), conejos (Oryctolagus cuniculus), y tortugas acuáticas como las jicoteas (Trachemys decussata) (González, 2020). No obstante, estos animales pueden padecer de diversas enfermedades y patologías, entre ellas, las enfermedades oculares, originadas por prácticas de manejo y crianza deficientes. Parte del problema es el desconocimiento de sus propietarios de las características fisiológicas y modo de vida de estos animales, lo que es indispensable para su bienestar (Millán y Rico, 2019).
En la Clínica Principal de Animales de Compañía de La Habana, Cuba, se brinda entre otros, la ¨Consulta de Oftalmología¨, en la cual se atienden anualmente entre 20-40 animales de compañía no convencionales como los mencionados. La atención a las aves ornamentales y de la fauna silvestre en esta provincia se ofrece en otro centro especializado (Hugues et al., 2019). El equipo de investigación hizo un estudio previo de oftalmopatías abarcando hámsteres, curieles y jicoteas para el periodo 1999-2006 (Hugues y Torres 2007a,b, 2021). Dado el creciente interés en el estudio de estas especies, el objetivo de este trabajo fue describir las principales enfermedades oculares diagnosticadas en el hámster dorado, curiel, conejo, y jicotea para recomendar las medidas de prevención y control, con vistas a mejorar la calidad de vida y el bienestar animal de estos animales.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, transversal, en el que se utilizó metodología cuantitativa de investigación, abarcando el periodo comprendido entre enero de 2007 hasta diciembre de 2020, en la Clínica Veterinaria de La Habana «José Luis Callejas», principal centro veterinario de La Habana.
La muestra quedó conformada por las historias clínicas de 528 animales, entre hámsteres dorados, curieles, conejos y jicoteas (Cuadro 1), que se atendieron en la Consulta de Oftalmología de dicha clínica, los cuales presentaron enfermedades en los ojos o sus anexos (párpados, conjuntiva, sistema lagrimal) de origen local o sistémico.
Se revisaron las historias clínicas de los animales. Los métodos de diagnóstico empleados en la clínica fueron los recomendados por Gelatt (2003), comenzando por una anamnesis detallada, seguido de la aplicación de métodos exploratorios físicos oculares (tanto de lejos como de cerca), y complementarios, estableciendo un orden adecuado (primero los ojos y después los anexos-párpados, conjuntiva, aparato lagrimalen la luz y la oscuridad, con un foco de luz (linterna) y magnificación (lupa).
Para evaluar la integridad corneal, se instiló fluoresceína, y para evaluar la presión intraocular, se utilizó el tonómetro de Schiotz. Los valores de referencia para la presión intraocular normal (PIO) fueron inicialmente los del laboratorio de los autores y posteriormente los reportados por Maggs et al. (2013), siendo de 13± 6 mm Hg para conejos y de 16 ± 3 mm Hg para curieles. Por otro lado, se realizaron análisis complementarios según las necesidades de los pacientes (laboratorio clínico, bioquímico, dermatológico, cultivos microbiológicos).
Los datos se procesaron mediante estadística descriptiva con el software SPSS v.19.0. Los resultados se expresaron en números absolutos, calculados con base al número de animales atendidos. Las enfermedades oculares se cuantificaron según el área anatómica. La asociación entre las variables se exploró mediante la prueba de Chi cuadrado. En todos los casos se utilizó un nivel de significación de 0.05. La información recogida se manejó de forma confidencial, no se utilizaron datos de identidad personal y la información correspondiente a cada animal fue codificada.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Estudio Demográfico
El grupo mayoritario estuvo representado por los hámsteres dorados (33%) y las jicoteas (31%), seguidos por los curieles (22%) y conejos (14%) (Cuadro 1). En el total de la población, 55% fue hembra y 46.4% fue macho; no obstante, en el caso de los conejos se asistió a un mayor número de machos (46; 64%).
Hámsteres
La principal afección ocular fue el prolapso ocular (36%), seguido por la queratitis (29%) y las heridas corneales (21%) (Cuadro 2). Estas lesiones fueron provocadas mayormente por traumatismos que se infringen los mismos animales, especialmente por el manejo inadecuado de los animales en las jaulas. En este sentido, los machos son los más perjudicados al ser atacados por las hembras. Se reconoce que el prolapso ocular es frecuente en los hámsteres como resultado de traumatismos (http://hamster.org.es/prolapso-del-ojo), pero también se consideran a las cataratas como afecciones frecuentes (http://hamster.org.es/cataratas), lesión que no fue encontrada en la clínica de La Habana.
Los casos de conjuntivitis (14%) se observaron cuando las camas de las jaulas no eran cambiadas con frecuencia. En el estudio previo (Hugues et al., 2007a) se encontró similar frecuencia de prolapso ocular y queratopatías (queratitis / heridas corneales).
Curieles
La inflamación de los párpados en animales que padecían micosis y sarnas fue la de mayor frecuencia (54%; p<0.05), seguido de conjuntivitis e infecciones secundarias (29%) (Cuadro 3). Los casos fueron observados independientemente de la edad o sexo.
Las causas de las conjuntivitis se debieron igualmente a la mala práctica de no cambiar la cama de las jaulas con la debida frecuencia, además de estar expuestos a fuertes corrientes de aire y humedad. Los casos de queratitis (17%) se debieron principalmente a daños por cuerpos extraños que se introducen en los ojos al comer (hierbas, pajas) (Maggs et al., 2013).
Vivas (2013) plantea que las lesiones micóticas pueden comenzar alrededor de los ojos y continuar hacia el resto del cuerpo. Por otro lado, Ataucusi (2015) señala que la conjuntivitis está provocada principalmente por la suciedad y los gases amoniacales de la orina, además de ser consecuencia de golpes y peleas dentro de las jaulas.
Conejos
La conjuntivitis fue la afección de mayor frecuencia (53%) en comparación con otras afecciones (Cuadro 4; p=0.031), estando relacionadas principalmente con agentes ambientales, como fuertes corrientes de aire y cercanía a lugares donde se efectúan construcciones.
Las causas de queratitis fueron similares, además del resultado de peleas durante apareamientos no deseados, siendo los machos los más perjudicados. Estas peleas ocasionan daños oculares y generales, pudiendo causar heridas y ulceraciones como secuelas de traumatismos (Herrera, 2016). La inflamación de los párpados acompañada de infecciones secundarias (15%) se presentó en animales que vivían en condiciones higiénicas deficientes, en tanto que los glaucomas (7%) ocurrieron por traumatismos en animales adultos.
Merck (2016) y Bedard (2019) mencionan que la presentación de afecciones oculares en conejos se encuentra mayormente relacionada con agentes ambientales, traumatismos, infecciones secundarias y otras enfermedades. Por otra parte, Leguía (2018) diagnosticó absceso corneal en un conejo que era perseguido constantemente por una gata, afección que no ha sido diagnosticado en este estudio, en tanto que Gelatt (2003) hace alusión al glaucoma de origen hereditario en conejos Nueva Zelandia, y que el glaucoma de origen secundario es el más común en ellos, resultado que concuerda con los resultados del presente estudio.
Jicoteas
El 91% (151) de las jicoteas manifestó blefaroconjuntivitis, siendo 83% de origen nutricional y 17% de origen ambiental (Cuadro 5), diferencia que es significativa (p=0.059).
La blefaroconjuntivitis de origen nutricional fue debida a la falta de vitamina A, al ser alimentadas exclusivamente con carnes y no recibir fuentes de vitaminas y minerales (Choperena y Ceballos, 2016). Esta deficiencia da lugar a la metaplasia de las glándulas orbitarias y sus conductos, así como a la inflamación palpebral y de la conjuntiva, sobreañadiendo infecciosas secundarias (Herrera, 2016). La blefaroconjuntivitis de origen ambiental ocurre por la polución cuando se realizan trabajos de construcción o se contamina el agua con sustancias químicas. Por otro lado, se diagnosticó 5% de blefaritis no relacionada con hipovitaminosis A y 4% de conjuntivitis por contaminación del agua de origen biológico.
En el presente estudio, el porcentaje de jicoteas con blefaroconjuntivitis de origen nutricional fue bastante mayor que el 55% registrado en el estudio previo (Hugues et al., 2007b), lo que indica la necesidad de instruir a la población en aras de minimizar problemas de crianza que son evitables y conspiran contra la salud y el bienestar de estas especies en cautiverio.
CONCLUSIONES
Las principales afecciones oculares fueron de la córnea, párpados y conjuntiva.
En sentido general, las afecciones oculares de los animales que formaron parte de este estudio tuvieron su origen fundamentalmente en sistemas de manejo y crianza deficientes, posibles de mejorar, si se conoce y se desarrolla una conducta responsable basada en el conocimiento.