Introducción
Sudamérica es una de las regiones con alta diversidad de cultivos nativos, entre estos la papa (Solanum tuberosum L.), considerada un alimento de importancia a nivel mundial (Khoury et al. 2016, FAO 2017). Su producción y consumo en los países en vías de desarrollo según la ONU la convierten en un producto valioso en la lucha contra el hambre y la pobreza, y pone en evidencia la importancia de este cultivo en la seguridad alimentaria y en el desarrollo rural (Devaux et al. 2010). En la región andina la producción de papa se ve fortalecida por su amplia variabilidad genética y distribución, dado que esta región es el centro de origen donde se han adaptado a medianas y altas elevaciones (Contreras et al. 1993, Machida-Hirano 2015, Berdugo et al. 2017).
En Colombia con la ley 160 de 1994 se creó el Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo Rural Campesino, donde se definieron a las unidades agrícolas familiares como la empresa básica de producción agropecuaria (Rey Gutiérrez et al. 2015), orientada a la producción de alimentos con calidad, la conservación de la biodiversidad y el abastecimiento de alimentos en zonas apartadas (SantacolomaVarón 2015, Vargas et al. 2016). Con el fin de fortalecer la producción local, con la ley 2046 de 2020 se establecen los mecanismos para promover la participación de los pequeños productores, y se define a la agricultura campesina, familiar y comunitaria como un sistema de producción y organización gestionado por las comunidades étnicas.
Desde este enfoque, la seguridad alimentaria de las familias rurales del suroccidente colombiano de bajos recursos ha dependido en gran medida de la capacidad de mantener sus propios cultivos y aprovechar la resiliencia que estos han venido ganando a través del tiempo (FAO et al. 2018) así, algunas comunidades indígenas de los Andes desde su propia percepción y visión del mundo han venido contribuyendo al desarrollo económico rural y a la preservación de los cultivos nativos (especialmente la papa nativa) bajo un sistema de cultivo tradicional denominado la Shagra, el cual favorece la resiliencia de los recursos fitogenéticos y los saberes locales (Rosero 2014).
La mayoría de las papas nativas que se cultivan en la Shagra pertenecen a los grupos Andigena y Phureja que son altamente valoradas por científicos y agricultores indígenas por sus propiedades organolépticas, agrícolas, nutritivas e identidad cultural (Cuesta et al. 2005, Calliope et al. 2018, Tobin et al. 2018). Los agricultores cultivan variedades nativas de todos los niveles de ploidía en el mismo campo y todas pueden hibridarse potencialmente (Spooner et al. 2014) y algunas de estas pueden presentar un potencial de adaptación sin explorar (Hardigan et al. 2017), por lo que la identificación y monitoreo de las poblaciones in situ también puede ser útil para la determinación y utilización del acervo genético (Del Rio et al. 1997, Bamberg et al. 2003). Sin embargo, la diversidad genética de estas variedades nativas está siendo amenazada por la urbanización, la erosión genética, la variabilidad climática y falta de incentivos para el cultivo de las variedades tradicionales (Brush 2002, Lizumi & Ramankutty 2015).
En este sentido se describen los sistemas de producción y diversidad fenotípica in situ de las papas nativas en dos resguardos indígenas de la etnia de los Pastos, que permitirán valorarlas como herramienta para la conservación, el desarrollo rural y la seguridad alimentaria.
Material y métodos
Área de estudio.El estudio se realizó en dos comunidades indígenas de la etnia de los Pastos del departamento de Nariño en Colombia, con previo consentimiento informado de los representantes legales (Gobernador Indígena). El Resguardo Indígena del Gran Cumbal (0°55′42″N, 77°48′33″W) ubicado en el municipio de Cumbal y el Resguardo Indígena de Males (0°51′57″N, 77°31′36″W) ubicado en el municipio de Córdoba, ambos localizados al sur occidente del departamento en el macizo denominado Nudo de los Pastos en la cordillera de los Andes.
Caracterización del sistema de producción de papas nativas.El estudio de caracterización del sistema de producción se realizó mediante la metodología de investigación acción participativa haciendo recorridos por los resguardos indígenas (Institución legal y sociopolítica de carácter especial, conformada por una o más comunidades indígenas, poseen su territorio y se rigen para el manejo de éste, por una organización y normativa autónoma), identificando a los productores de papas nativas. Mediante un dialogo de saberes que inicio con el reconocimiento, recuperación y valoración de los saberes autóctonos en las comunidades y donde todos aportaron sus experiencias (Leff 2011), se vincularon a 120 familias a las cuales mediante técnicas verbales y conductuales en los sitios de residencia y en los sistemas agrícolas se realizó una encuesta semiestructurada relacionada con el manejo agrícola, condiciones medioambientales y usos de la papa nativa Tabla 1.
Tabla 1 Encuesta aplicada en el dialogo de saberes a 120 familias indígenas conservacionistas de papa nativa.

Fuente: Phillips et al. (1994) adaptado por autores
Caracterización morfológica .La caracterización morfológica de las variedades de papa nativa identificadas dentro del sistema de producción se llevó a cabo mediante 26 descriptores cualitativos propuestos por Gomez (2006) (Tabla 2).
Tabla 2 Descriptores morfológicos de papas nativas usados en la caracterización in situ

Fuente: Gomez (2006)
El material vegetal previamente identificado en los recorridos fue propagado en parcelas de caracterización in situ en los lotes de los agricultores. Para el registro de las variables morfológicas se efectuaron vistas periódicas teniendo en cuenta los estadios fenológicos de las variedades; la parte aérea de la planta se caracterizó al momento de la floración, mientras que los tubérculos al momento de la cosecha tomando 10 individuos por cada variedad.
Análisis de datos.El análisis de la encuesta del dialogo de saberes constituida por 17 variables y aplicada a 120 familias, se realizó mediante estadística descriptivas. En el análisis de la diversidad morfológica se construyó una matriz inicial con 38 variedades de papa, descritas mediante 26 descriptores con 10 repeticiones, los datos fueron analizados mediante el método de conglomerados del vecino más lejano (Vínculo Simple) con distancia euclideana cuadrada.
Resultados
Características del sistema de cultivo de papa nativa.Los cultivos de papa nativa en los resguardos indígenas de Cumbal y Males se encuentran ubicados en zona de paramo entre los 2900 a 3500 m de altitud. En estos sistemas de producción las labores agrícolas son en su totalidad autóctonas, con el uso de biofertilizantes y métodos locales de clasificación de las variedades para el autoconsumo y la preservación de las semillas, se distinguió dos tipos de clasificación según los indígenas las chauchas (variedades semestrales) y las guatas (variedades anuales), en donde la mujer desempeña un papel fundamental, ratificando lo expuesto en los debates internacionales sobre la importancia de la participación de las mujeres en la producción agrícola en Colombia (Parada Hernández 2018).
Dentro del manejo del cultivo se destaco la práctica del Guachado, la cual consiste en un tipo de labranza con azadón en donde se cortar la cobertura conformada mayormente por gramíneas y se dispone de tal forma que quede superpuesta sobre la cobertura (Fig. 1).
En este tipo de produccion no se da lugar a la mecanización, por un lado, por la humedad de los suelos y por otro, las áreas sembradas son relativamente pequeñas alrededor de 600 m2, lo que dificultan el uso de maquinaria agrícola. Aunque los páramos están siendo invadidos cada vez más por estos pequeños agricultores, la labor del guachado según los indígenas permite que estos suelos no sean degradados. Estudios realizados anteriormente en Nariño, indican que el guachado es un método altamente conservacionista ya que permite que los suelos puedan ser utilizados por más tiempo sin necesidad de destruir los páramos (Eraso et al. 2003, Castillo 2007).
Manejo de las papas nativas dentro del sistema de producción autóctono "Shagra".La agricultura tradicional en estos sistemas se basa en diversas formas de manejo del recurso vegetal y edáfico que los pueblos ancestrales han desarrollado como estrategia de producción bajo las características propias de cada territorio. Los logros de esta sabiduría ancestral se traducen a un eje de aprendizaje que se denomina la Shagra, la cual se encuentra enmarcada dentro de la cosmovisión de estos pueblos indígenas y responde eficientemente a las necesidades, culturales, ecológicas, sociales y productivas.
Para los indígenas la Shagra es una forma de seguridad alimentaria, pero más que todo de soberanía alimentaria y de cultura. Entre los beneficios encontrados en este tipo de producción se destacan los siguientes: 1) se conserva la tradición; 2) seguridad y soberanía alimentaria; 3) productos libres de agroquímicos; 4) se conserva los recursos genéticos; 5) se conserva el suelo; 6) favorece la economía familiar; 7) se fortalece las relaciones socioculturales y 8) salud (plantas medicinales y medicina tradicional), estas solo son algunas de las razones que hace a este tipo de producción diferente al convencional el cual está enfocado básicamente en rendimiento y eficiencia.
En síntesis, este sistema es un método complejo de interacciones entre diversos componentes que ejercen sinergia y hacen un modelo estable de producción con características resilientes (Fig. 2).

Figura 2 Componentes de la Shagra: * características, < menor participación de la especie, > mayor participación de la especie.
Se encontró que las papas nativas dentro de la Shagra ocupan la mayor área, entre el 50 y 80%, y siempre en asociación con otros cultivos andinos, entre las especies más representativas después de la papa se tiene, la oca (Oxalis tuberosa Mol), el ulluco (Ullucus tuberosus Caldas), la haba (Vicia faba L.), algunas hortalizas y legumbres, la Quinua (Chenopodium quinoa Wild), la Majua (Tropaeolum tuberosum R & P), el Chocho (Lupinus mutabilis Sweet) y por ultimo las plantas aromáticas, algunas de estas consideradas por los indígenas como medicinales.
Adicionalmente se identificó que este tipo de producción se encuentra integrado en un 90% con al menos dos animales de granja quienes se benefician de los subproductos, entre los cuales se tiene en su orden de importancia, el cuy, el conejo, el cerdo, la gallina ponedora y en menor proporción los ovinos. Esta integración contribuye al suministro de macro y micronutrientes, proporciona excretas que se pueden usar como abono para los cultivos, energía de tiro y genera ingresos adicionales (Mottet et al. 2017). Según Hoshide et al. (2007) la reintegración de los sistemas agrícolas y pecuarios se ha reconsiderado como un paso clave hacia la agricultura sostenible.
De las 120 familias incluidas en el dialogo de saberes tan solo el 16.6% tuvo al menos una variedad de papa nativa, de estas el 90% tuvo entre una y dos, mientras que un 5% alcanzo a tener entre seis y siete (Fig. 3). Los indígenas que conservan este tipo de papas son relativamente pocos, cultivan en áreas pequeñas y son de edades mayores de 58 años. Evidentemente estos tubérculos tienden a ser cultivados cada vez menos, agravando el riesgo de extinción y la seguridad alimentaria de estas comunidades.

Figura 3 Conservación de las papas nativas en las comunidades indígenas de la etnia de los Pastos (n=120): NO, no conservan papa nativa; SI, conserva 1 o más variedades.
Se identificaron en total 38 variedades, de las cuales el 65.8% correspondieron a las chauchas y el 34.2% a las guatas (Tabla 3); esto se explica a que las chauchas según los indígenas son mayormente consumidas debido a su mejor sabor, menor tiempo de cocción y facilidad de procesamiento, aunque el tiempo de almacenamiento es relativamente corto debido a que el rebrote se da a los ocho días en promedio (±5) posterior a la cosecha, dificultando de algún modo el abastecimiento. Si bien las guatas son más tolerantes a plagas y enfermedades, y permiten un mayor tiempo de almacenamiento (hasta siete meses) con un tiempo de rebrote de 3.5 meses (±1), estas son menos acogidas en la alimentación. Ahora bien, independiente del grupo de papas nativas, estas juegan un papel importante en la seguridad y soberanía alimentaria, pues son consumidas en promedio tres veces al día por cada familia.
La forma de consumo estuvo dada en un 94% cocidas, 3% fritas, 2% asadas (especialmente las chauchas) y 1% procesadas (almidón). Del total de las variedades encontradas el 19% fueron de Males y el 81% de Cumbal, constituyendo a este último resguardo en un microcentro importante de conservación de estos tubérculos.
Variabilidad morfológica de papas nativas.A una distancia entre clusters de 0.9 se logró identificar siete grupos (Fig. 4). El grupo uno (I) y tres (III) estuvieron conformados por las guatas la mayoría de estas procedentes de Cumbal a excepción de la variedad Flora. Aunque la variedad Chilchira se juntó dentro del grupo uno esta no pertenece a las guatas, la similitud con las de este agrupamiento es debido a los caracteres, grado de floración, forma y color de la flor. Debido a que la presencia de estas variedades en la Shagra fue inferior al 20% las condiciona como las más vulnerables.

Figura 4 Clúster de la variabilidad morfológica de variedades de papas nativas; los números en las fotos corresponden a los nombres de la Tabla 3.
Por su parte el grupo dos (II) estuvo conformado por cinco variedades de chauchas, si bien estas se encuentran cultivadas en áreas pequeñas (80m2) su presencia en las Shagras fue del 73%, lo que les confiere una ventaja de ser conservadas. Cabe destacar de este grupo a las variedades Chaucha Ojona Negra y Chaucha Negra las cuales presentaron alta similitud en la mayoría de los caracteres tanto del tubérculo como de la planta.
Las variedades del grupo cuatro (IV) se caracterizaron por la similitud en la forma del tubérculo entre obovadas y elípticas, con variante fusiforme y ojos muy profundos, de allí el nombre común de botellas. Debido a que estas variedades son de buen sabor y relativamente más resistentes a heladas y ataque de plagas, son las más frecuentes (90%) entre los agricultores. Finalmente, las variedades de los grupos V, VI y VII se las puede clasificar en el ámbito de la distribución como las de mediana presencia, puesto que se encontraron en un 45% dentro de los agricultores, además se encontró que estas variedades comparten las variables de rendimiento y el buen tamaño relativo del tubérculo a la cosecha.
Discusión
En América del Sur se está llevando a cabo una adaptación basada en el ecosistema, la cual comprende áreas protegidas, acuerdos de conservación y gestión comunitaria; así mismo, en el sector agrícola de algunas lugares se están incorporando variedades de cultivos resilientes, predicciones climáticas y una gestión de sostenibilidad del sistema alimentario local (IPCC 2014, Kissinger et al. 2018). En este sentido, el sistema de manejo de tipo agroecológico denominado Shagra para la etnia de los Pastos, contribuye a la resiliencia de los cultivos nativos, entre estos la papa, y según Mueses (2016) este tipo de producción se considera una nueva alternativa productiva sostenible, para la seguridad y soberanía alimentaria de las comunidades indígenas.
Dentro de este contexto el estudio de estos ecosistemas rurales y la diversidad agrícola local es fundamental para comprender mejor la situación a la que se enfrenta el sector rural. Algunos estudios de la diversidad fenotípica de papas nativas conservadas en el departamento de Nariño, resaltan el aporte al conocimiento de la diversidad actual de conservación in situ, donde los principales custodios de estas semillas son las comunidades indígenas de la etnia de los Pastos (Berdugo-Cely et al. 2017), y si bien, estas papas nativas son importantes en los sistemas de producción local, en algunos casos han sido consideradas subutilizadas y la mayoría se encuentran vulnerables a la extinción, pues la presencia y uso dentro de estas comunidades es cada vez más baja por factores sociales de desplazamiento hacia él urbanismo, la inclusión de variedades mejoradas y no cuentan con un nicho de mercado definido, gran parte de esto debido al desconocimiento del consumidor. Afortunadamente las preocupaciones sobre calidad e inocuidad de los alimentos han estimulado la demanda de alimentos orgánicos cultivados localmente, creando nuevas oportunidades de mercado para las variedades nativas (Hellin & Higman 2005, Hellin 2013).
En cuanto a los nichos de diversidad genética de estas papas, al igual que en este estudio, investigaciones en Colombia reconocen como un centro importante de diversidad al departamento de Nariño, donde se adaptaron y se diversificaron (Navarro et al. 2010). El recurso genético es conservado principalmente por comunidades indígenas y pequeños agricultores en zonas aisladas de cultivos comerciales (Tinjaca & Rodríguez 2015), un sistema de cultivo agroecológico diversificado como este es prometedor para crear situaciones beneficiosas e innovadoras para los agricultores (Hellin 2013, Bommarco et al. 2018), entre los que destacan la conservación de su propia identidad, la seguridad y la soberanía alimentaria.
Con respecto a la identificación de los grupos de papas nativas en los resguardos indígenas de Cumbal y Males, se evidencio que la clasificación de chauchas y guatas incluyen a los grupos de las Phurejas y Andigenas respectivamente, sin embargo, esta clasificación no obedece a la ploidía de cada uno de los grupos, sino a caracteres fenotípicos. Según Berdugo-Cely et al. (2017) reportan ploidías para las Andigenas como tetraploides, Phurejas diploides y Chauchas triploides, discriminando claramente a tres grupos. Además, estos autores encontraron que algunas accesiones de la Colección Central Colombiana de Papa, que se definían en los datos de pasaporte como Phurejas y Chauchas necesitaban ser reclasificadas, argumentando que el principal factor que afecto la agrupación fue el nombre común que cambia de una región a otra, por lo que dentro de los estudios de diversidad fenotípica es importante incluir estudios citogenéticos para entender la base genética de las poblaciones de las papas nativas.
Finalmente, se resalta la labor de las comunidades indígenas de la etnia de los Pastos quienes conservan una gran diversidad fenotípica de papas nativas bajo sus propios métodos de manejo de los cultivos, representados por la asociación, rotación y labranza mínima del suelo, sin lugar a duda son acciones que están contribuyendo a preservar el conocimiento ancestral y los recursos genéticos al mismo tiempo que favorecen la seguridad y soberanía alimentaria para las siguientes generaciones.