Los nidos tienen un rol clave en la vida de los roedores, estos les brindan protección contra depredadores y factores climáticos, además, generan un ambiente seguro para descansar y mantener el cuidado parental (Hamilton 1982, Ebensperger et al. 2006). Dada su función en la reproducción, la elección del sitio y los materiales de construcción del nido son de gran importancia para el éxito reproductivo y supervivencia de las crías (Kolbe & Janzen 2002). El sitio de construcción de los nidos y los materiales usados están relacionados con la disponibilidad de hábitat, recursos, factores ecológicos y condiciones ambientales (Udrizar-Sauthier et al. 2010, Brito et al. 2012). Entre las especies de roedores cricétidos sigmodontinos que ya cuentan con alguna descripción de su nido tenemos a Holochilus brasiliensis, Oligoryzomys sp., Phyllotis haggardi, P. darwini, Scolomys melanops, Hylaeamys yunganus, Thomasomys aureus, T. paramorum y tres especies del género Calomys (Yunes et al. 1991, Muñoz-Pedreros 2000, Udrizar Sauthier et al. 2010, Brito et al. 2012, Rengifo & Aquino 2012, Brito et al. 2014, Villareal 2019); mientras que de manera más general se menciona brevemente la estructura de nidos y uso de refugios para otras especies de roedores cricétidos como: Akodon mollis, Microtus californicus y Microryzomys altissimus, entre otras (Muñoz-Prederos 2000, Cudworth & Koprowski 2008, Tirira 2017).
En Ecuador, Phyllotis andium Thomas, 1912 ocupa ambientes con ecosistemas primarios, secundarios y áreas con intervención moderada como zonas de pastoreo entre 1500 y 4500 metros (Tirira 2017). Es un roedor con hábitos terrestres y nocturnos, prefiere sitios con vegetación arbustiva y suele refugiarse en huecos y grietas de paredes rocosas. (Zeballos & Vivar 2016, Pardiñas et al. 2017). Su dieta está compuesta de semillas, líquenes y pequeños artrópodos, y al igual que su congénere Phyllotis haggardi, también podría alimentarse de plantas herbáceas (Pardiñas et al. 2017, Nivelo-Villavicencio et al. 2021). En este trabajo describimos la estructura del nido del ratón orejón andino Phyllotis andium en Ecuador. Este registro representa el primero para la especie y suma información a su historia natural.
Los datos presentados en este trabajo fueron obtenidos el 1 de agosto de 2020 durante un muestreo de herpetofauna realizado en la parroquia de Susudel (3°25’S, 79°14’W; 2508 m), en la provincia del Azuay, Ecuador. El sitio de registro corresponde a Matorral seco montano de los valles interandinos, en el piso zoogeográfico Templado (Albuja et al. 2012, Aguirre et al. 2013). El área donde se encontraron los nidos presenta alteración donde se puede observar que en algunas zonas la vegetación nativa ha sido reemplazada por una especie de pasto conocida como Quicuyo (Pennisetum clandestinum) y que es usada para alimentar al ganado, los suelos son característicos del valle siendo arenosos y con una gran cantidad de rocas de variado tamaño que se encuentran expuestas (Fig. 1A).
En este sitio se registraron cuatro nidos activos ocupados por individuos de Phyllotis andium en un área ~1 ha. El primer nido se encontró a nivel del suelo luego de mover una roca de gran tamaño, aquí se encontraron dos ejemplares ocupando el nido, de los cuales se capturó a una hembra adulta (Fig. 2). El segundo nido se localizó al desensamblar un cúmulo de rocas dispuesto a manera de galerías superpuestas de tamaño mediano a una altura de 1 m del suelo donde quedó expuesto y se pudo registrar un individuo (Fig. 1B). El tercer nido fue registrado entre restos pedregosos desprendidos sobre una roca a 1.5 m del piso donde dos individuos salieron al notar que los cascajos estaban siendo removidos. Finalmente, el cuarto nido fue encontrado a una altura cercana a los 2 metros entre piedras de gran tamaño, el nido estaba construido entre rocas más pequeñas donde se registró un individuo.
Los ejemplares fueron identificados por presentar orejas grandes (21 mm); cola tenuemente bicolor, más oscura en el dorso y ligeramente más larga que la longitud de la cabeza y cuerpo juntos; el pelaje dorsal es largo y con tonos amarillentos; mientras que el pelaje ventral es blanquecino y con la base gris; los pies son delgados y largos; el parche metacarpiano está ausente; las almohadillas presentan escamas y la hipotenar es más reducida que la tenar. Estos caracteres coinciden con la descripción de Phyllotis andium (Rengifo & Pacheco 2015, Steppan & Ramírez 2015, Tirira 2017) y que puede ser diferenciada de su único congénere presente en Ecuador Phyllotis haggardi que tiene la cola más corta que la longitud de la cabeza y cuerpo juntos, además de presentar coloraciones amarillentas en su pelaje. Los ejemplares registrados fueron liberados en el área de captura luego de realizar la identificación.
Los nidos reportados están construidos en su totalidad por hojas entrelazadas (ca. 5 a 8 cm de longitud) de Pennisetum clandestinum. Tienen una forma semi esférica a manera de cápsula con un diámetro de 15 a 20 cm, una altura de 10 cm y no presentan aberturas visibles (entradas o salidas), en la parte central existe una cámara pequeña que brinda protección y resguardo contra factores climáticos (Fig. 1C). El material vegetal de todos los nidos era viejo mostrando tonos amarillos característicos del pasto seco y no existió presencia de otro tipo de material vegetal.
La descripción de estos nidos muestra por primera vez la capacidad de Phyllotis andium para usar plantas introducidas como Pennisetum clandestinum en la construcción de nidos y refugios. Probablemente el uso de este pasto se deba a la estructura misma de la planta, que al ser una gramínea perenne de la familia Poaceae presenta hojas largas, delgadas y con superficie suave (Mears 1970), lo que es contrastante con las especies nativas del lugar (e. g. Acacia macracantha, Armatocereus cartwrightianus, Calliandra taxifolia o Furcraea andina) que tienen adaptaciones a zonas secas como la presencia de espinas y hojas duras (Aguirre et al. 2013), por lo que el uso de P. clandestinum facilitaría la construcción del nido y brindaría mayor confort.
El uso de poáceas para la fabricación de nidos no es exclusivo de Phyllotis andium. Existen otras especies de sigmodontinos como Akodon mollis que utiliza Calamagrostis intermedia (paja) para construir sus nidos y refugios, estos nidos son complejos en su estructura presentando varias vías de acceso y túneles de interconexión (Villareal 2019). El uso de una arquitectura compleja está ausente en los nidos de Phyllotis andium aquí reportados, e incluso esta característica (nidos simples) podría estar relacionada al género. Villareal (2019) reporta un nido de Phyllotis haggardi en una almohadilla de Plantago rigida bajo un arbusto de Valeriana microphylla el cual presenta una sola entrada y al parecer está conformado por un solo compartimiento. Por otro lado, para P. darwini se reportan nidos de forma esférica ubicados entre rendijas rocosas y construidos con fibras vegetales (Muñoz-Pedreros 2000). Considerando estas características se puede interpretar que estos nidos son construcciones simples, asemejándose en arquitectura entre ellas, dejando abierta la hipótesis de que las especies del género Phyllotis construyen nidos simples. Cabe mencionar que hacen falta estudios que involucren el proceso de nidificación en este grupo de cricétidos y permitan conocer de mejor manera como se construyen los nidos y cuáles son los materiales empleados. Y, aunque son casi inexistentes los reportes de nidos del género Phyllotis la descripción de la estructura y materiales empleados muestra la capacidad de estos roedores para adaptarse a las condiciones de los ecosistemas en los que habitan.
El registro de seis ejemplares en un área de aproximadamente 1 ha y la presencia de dos ejemplares en nidos compartidos indicaría que esta especie al menos vive en parejas, presentando un comportamiento social como se sugiere con Phyllotis darwini y Thomasomys paramorum (Muñoz-Pedreros 2000, Brito et al. 2012). Arana et al. (2002) mencionan que, en las Lomas de Lachay, en Lima, Perú, la densidad poblacional de Phyllotis andium (actualmente Phyllotis occidens, Rengifo & Pacheco 2015) es de 0 a 3 individuos por hectárea; sin embargo, en la temporada húmeda (junio-agosto) la abundancia es mayor, lo que estaría relacionado con el número de individuos reportados en este trabajo, que coincide con la época húmeda. Hallazgos de este tipo son importantes dentro del conocimiento de la etología e historia natural de los cricétidos generando información que es aún desconocida en la mayoría de ratones sigmodontinos.