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Comuni@cción

versión impresa ISSN 2219-7168

Comuni@cción vol.11 no.1 Puno ene./jun 2020

http://dx.doi.org/10.33595/2226-1478.11.1.394 

Artículo original

Resiliencia y habilidades sociales en estudiantes secundarios de San Luis de Shuaro, La Merced

Sharon Stefany Sosa Palacios1  a 
http://orcid.org/0000-0003-3835-6638

Edwin Salas-Blas1  2  b 
http://orcid.org/0000-0002-0625-0313

1 Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), Lima, Perú

2 Universidad de San Martín de Porres (USMP), Lima, Perú

RESUMEN

El objetivo del estudio fue estudiar la relación entre resiliencia y habilidades sociales, participaron 212 estudiantes de cuatro colegios de gestión estatal de nivel secundario pertenecientes al distrito San Luis de Shuaro, ubicado en la selva central peruana; ellos estudian en diferentes grados, del primero hasta quinto grado de secundaria, sus edades oscilan entre los 11 y 20 años, el 52% hombres. Los instrumentos que se utilizaron fueron la Escala de Resiliencia para Adolescentes de Prado y Del Águila (2003) y la Lista de Chequeo de Habilidades Sociales de Goldstein, estandarizada por Tomás y Lescano (2003). Se encontró que la resiliencia correlaciona positivamente con las dimensiones de la lista de chequeo de las habilidades sociales, específicamente se obtuvo correlaciones altas con las dimensiones: habilidades frente al estrés, habilidades de comunicación, habilidades de planificación, habilidades alternativas a la violencia y habilidades relacionadas a los sentimientos. Al comparar los resultados por sexo, se encontraron también, diferencias significativas en las habilidades de planificación, puntuando más alto las mujeres.

Palabras clave: resiliencia; habilidades sociales; educación secundaria; San Luis de Shuaro

INTRODUCCIÓN

La adolescencia es una etapa de grandes y rápidos cambios a nivel físico, cognitivo, emocional y social; en esta etapa, la familia, la escuela y la comunidad son importantes soportes sociales frente a los riesgos que podrían afectar el proceso de su desarrollo: violencia, embarazos no deseados, familias disfuncionales, bullying, consumo de drogas, entre otros (Borrás, Reynaldo y López, 2017). Un entorno social empobrecido y negativo dificulta y limita las capacidades de desarrollo de los adolescentes, pero, algunos superan estas condiciones desfavorables y lo transforman en ventajas. Vera-Bachman (2015) refiere que la resiliencia en contextos educativos en zonas rurales donde se tienen condiciones de vida retadores, favorece el aprendizaje y disminuye la deserción escolar; y, permite que se superen las consecuencias de la marginalidad, pobreza y exclusión. Jiménez (2018) sostiene que la resiliencia es esencial para la adaptación del adolescente hacia su medio, y, que en el Perú existen diferentes factores de riesgo que podrían truncar su exitoso desarrollo en esta etapa.

El distrito de San Luis de Shuaro es considerado por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social [MIDIS] como uno de los más pobres a nivel nacional (MIDIS, 2016), lo ubica en una lista de poblaciones vulnerables a las que se debe atender a través del Fondo para la Inclusión Económica en Zonas Rurales. En este distrito los adolescentes experimentan numerosas adversidades, debido a que el poblado no tiene los recursos necesarios para la ejecución de infraestructura de agua y saneamiento, electrificación, telecomunicaciones y caminos vecinales, infraestructura educativa, etc. Existen evidencias de un atraso de 12.9% en la escolaridad de niños y adolescentes, principalmente de nivel secundario, hecho que ubica a ese distrito como el segundo más problemático de la región (Ministerio de Educación del Perú [MINEDU], 2019a), problema que coexiste con la violencia familiar y sexual. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática en 2011 se registraron 3517 casos y en el 2013 se incrementó a 3898, estas situaciones afectan negativamente el desarrollo emocional, social y cognitivo de los menores (Alcázar y Ocampo, 2015). Otro hecho que se relaciona con el problema de estudio es el bullying escolar; en el 2016 se registraron 380 casos en Junín y en 2019 se incrementó a 1,269 (MINEDU, 2019b). Las víctimas son niños y adolescentes frágiles, con baja autoestima, sentimientos de inferioridad, incapaces de defenderse del abuso físico, verbal o social (González, 2015).

Estas adversidades experimentadas por los adolescentes de San Luis de Shuaro, podrían determinar un inadecuado desarrollo cognitivo, emocional y social, afectar sus habilidades sociales, así como su capacidad de resistencia a la adversidad. Por esta razón, es vital entender los hechos de la realidad y sobre esa base, ejecutar acciones para enfrentarlas, buscando fortalezas entre los factores personales y culturales que podrían considerarse favorables (Ortega y Mijares, 2018).

Aun cuando la resiliencia es un concepto antiguo, que apareció hace más de 35 años (Gonzáles-Arratia, 2016; Vanistendael y Saavedra, 2015), resulta vigente en la actualidad; se refiere a la capacidad de resistencia que tiene una persona para no ceder a la acción de agentes externos no favorables, afrontarlos positivamente y superarlos (Gonzáles-Arratia, 2016; Ortega y Mijares, 2018); la resiliencia surge a partir de situaciones que generan gran impacto, colectivo o personal, que podrían ser parte de las experiencias de la cotidianidad. Infante (2002) y Grotberg (2006) coinciden en señalar que es un proceso dinámico donde la influencia del ambiente y del individuo interactúan permitiendo a la persona adaptarse a pesar de la adversidad presente; no es la capacidad para negar la existencia de un problema, herida o dolor que se vivencia, sino para enfrentarlo, sobreponerse a él, e, incluso, transformarlo en un factor positivo que evitará daño a la persona. Huertas (2017) agrega que la adversidad fortalece más que la sobreprotección al peligro, ya que permite a las personas alcanzar niveles altos de competencias y salud; por lo que Cardozo (2008) sostiene que es necesario fomentar el desarrollo de las habilidades sociales, cognitivas y emocionales para enfrentar exitosamente los desafíos.

Las habilidades sociales son un conjunto de respuestas verbales y no verbales aprendidas y emitidas por un individuo en un contexto interpersonal donde expresa sus sentimientos, actitudes, deseos y opiniones o ejerce sus derechos de un modo pertinente y adecuado a la situación; respetando a los demás, hecho que generalmente resuelve los problemas inmediatos mientras minimiza la posibilidad de futuros problemas (Alvarado, 2018; Caballo, 2000). Las habilidades sociales son adquiridas, sostenidas o modificadas por un proceso de reforzamiento positivo, por las consecuencias sociales de la conducta misma; en este proceso de aprendizaje juegan papel importante tanto factores intrínsecos (procesos cognitivos y emocionales), como extrínsecos (consecuencias de la conducta, el ambiente cultural en general) y principalmente la interacción entre ambos (Huertas, 2017).

La resiliencia de los adolescentes es promotora de desarrollo productivo y saludable, ellos necesitan aprender habilidades sociales a partir de las normas y comportamientos sociales deseables (Pichardo, Justicia y Fernández, 2009; Salgado, 2005). La resiliencia y las habilidades sociales pueden reducir el efecto nocivo de ambientes perjudiciales, prevenir problemas psicológicos que afecten la salud mental y al propio entorno social, favoreciendo el desarrollo saludable y exitoso del adolescente (Steinberg y Morris, 2001). Cardozo, Cortés, Cueto, Meza e Iglesias (2013) y Corchado, Díaz-Aguado y Martínez (2017), encontraron que los adolescentes que viven en condiciones de riesgo (abuso de drogas, familias disfuncionales, negligencias, abandono, pobreza y desplazamiento forzado de sus hogares) evidencian factores resilientes para sobresalir de manera favorable; López (2015) reporta resultados similares, y, Márquez, Verdugo, Villarreal y Sigales (2016) encontraron entre adolescentes víctimas de violencia, que las mujeres son más resilientes que los varones.

Ikesako y Miyamoto (2015) y Alvarado (2018) argumentan que frente a los diversos desafíos y riesgos que se vivencian actualmente, la familia, la escuela y el estado tienen la responsabilidad de promover el desarrollo de habilidades sociales y emocionales para enfrentarlos adecuadamente; su rol es fomentar ciertos valores y capacidades como la perseverancia, la comunicación, la solidaridad y la autoestima, que permitirán el desarrollo de mejores ambientes de aprendizaje para el desenvolvimiento exitoso del adolescente. Coronel, Levin y Mejail (2011) señalan que poseer comportamientos pro-sociales beneficia el desarrollo de la autoestima y el bienestar psicológico, al mismo tiempo que inhibe estilos de interacción desadaptativos como la agresividad, el descontrol emocional y el aislamiento social (Ingles, Martinez-Gonzalez, Torregrosa, Garcia-Fernandez y Ruiz, 2012). Peréz (2015) refiere que adquirir y desarrollar habilidades sociales es un recurso importante para la integración y adaptación social.

Un estudio hecho por Bolaños y Jara (2016) encontró que, a las familias capaces de proporcionar un adecuado clima familiar a sus miembros, les es más fácil desarrollar conducta resiliente, habilidades sociales saludables y protectores para afrontar adversidades; Velezmoro (2018) encontró correlaciones positivas y bajas entre resiliencia y cohesión familiar. Igualmente, Fleming (2005) relacionó habilidades sociales con resiliencia y evidenció que los adolescentes tienen el poder de expresar con libertad sus actitudes, emociones y comportamientos, debido a que ellos podían comunicar su estado anímico. Asimismo, Cardozo, Dubini, Fantino y Ardiles (2011) encontraron que los adolescentes que presentan mayor consideración por los demás, presentan mayor empatía, hecho que favorece su adaptación y socialización en su entorno. Arboleada, Del Carmen, Segura y Edit (2012), Matos y Mónica (2014) y Fuentes (2013), relacionaron la resiliencia con habilidades sociales, encontrando que sí existe relación significativa positiva entre ellas. No obstante, en los estudios realizados por Donayre (2016) y Landauro (2015) esta relación no fue confirmada.

Se puede afirmar que la resiliencia y las habilidades sociales son fundamentales en el desarrollo socioemocional del ser humano, ya que permiten a la persona adaptarse a su entorno y enfrentarse satisfactoriamente a eventos adversos que surgen en la interacción humana (Dascanio et al., 2015; Donayre, 2016; Zolkoski y Bullock, 2012). Por esta razón, el presente estudio es relevante en la medida en que permitirá aportar en torno a las discrepancias existentes en la literatura acerca de las relaciones entre los dos conceptos; resulta novedoso en cuanto al grupo elegido para investigar, adolescentes de una zona andina muy pobre. Por otro lado, los resultados que se obtengan podrán ayudar a las instituciones educativas estudiadas, o a otras con características similares a la muestra estudiada, para conocer cómo se encuentran la resiliencia y las habilidades sociales en los adolescentes de este tipo de poblaciones con limitaciones y adversidades.

El objetivo del estudio es relacionar resiliencia y habilidades sociales en adolescentes de 12 a 17 años de San Luis de Shuaro, La Merced, igualmente se busca comparar las variables de investigación a través del sexo y de la constitución de la familia con la que el adolescente vive.

MÉTODO

El estudio es de tipo asociativo, con un diseño predictivo (Ato, López y Benavente, 2013), al que tradicionalmente se ha denominado correlacional (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018).

Participantes

En este estudio participaron 212 adolescentes de cuatro colegios del distrito de San Luis de Shuaro, ellos lo hacen voluntariamente y con el permiso de sus padres y de las administraciones de los colegios, 52% son hombres, repartidos entre todos los niveles de secundaria (quinto grado = 21.3%, cuarto grado = 21%, tercer grado = 15.7%, segundo grado = 20.8%, y, del primer año = 21.2%); viven con ambos padres (68.5%), con uno de ellos (24.5%) y viven con algún otro pariente (5.1%); el muestreo fue no probabilístico (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018) y los criterios de inclusión fueron: nacidos en dicho distrito, que vivan con familiares; y, que estudien en el nivel secundario de alguno de los colegios de San Luis de Shuaro. Se excluyó a quienes tuvieran alguna dificultad intelectual severa y a los que repitieron en algún momento el año escolar en los estudios secundarios. Se seleccionaron muestras de cada colegio de acuerdo al tamaño de su población.

Instrumentos

Escala de Resiliencia para Adolescentes (Prado y Del Águila, 2000)

Construida y validada para evaluar la conducta resiliente en adolescentes, posee 34 ítems que fueron agrupados en siete componentes: Insight (1, 3, 9, 15, 30), Independencia (22, 29, 32, 33), Interacción (19, 20, 21, 24, 26), Moralidad (14, 16, 17, 18, 28), Humor (8, 11, 12, 13, 34), Iniciativa (6, 10, 23, 25, 27), y, Creatividad (2, 4, 5, 7, 31); es una escala Likert con calificaciones: Rara vez (1 punto), A veces (2 puntos), A menudo (3 puntos) y Siempre (4 puntos), puede ser aplicada individual o colectivamente en 30 minutos aproximadamente. Los autores reportaron una confiabilidad por consistencia interna de Alfa de Cronbach, con un coeficiente de .86, altamente significativo; usaron el análisis de correlación de discriminación ítem-test, cuyos resultados van de .201 hasta .508, indicador de que todos los ítems contribuyen a la medición de la resiliencia.

En este estudio se analizó la estructura interna de la escala con la técnica de análisis factorial exploratorio (AFE) en la prueba de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) alcanzó .75 (KMO > 70) que confirman una alta intercorrelación entre los factores, en la prueba de esfericidad de Barlett se halló un valor significativo (χ² = 1501.95, p <. 001). Luego se aplicó un análisis factorial confirmatorio (AFC, Pardo y Ruiz, 2002) con el método de extracción de ejes principales con rotación promax y se plantearon varios análisis, en el primero se sugirió extraer 12 factores que explicaban en su conjunto el 41.75% de la varianza total. Luego con siete factores, tal como lo proponen Prado y Del Águila (2000), en el que se encontró que estos explican el 31.20% de la varianza total. Sin embargo, al observar la matriz factorial producto de la rotación promax se encontró mucha dispersión de los ítems, dos ítems complejos y dos factores con dos ítems cada uno, cuestiones que no son recomendables. Se hicieron sucesivos análisis con 6, 5, 4, 3 y 2 factores, con resultados similares. Por lo que se optó por analizar un solo factor que explica el 15.94% de la varianza total del instrumento y las cargas factoriales de los ítems oscilan entre .26 y .52. Cabe mencionar que antes de realizar este último análisis se eliminaron 4 ítems (7, 8, 9 y 32) por presentar cargas factoriales bajas (λ <.25).

Con las medidas tomadas de este cuestionario unifactorial, se calculó el coeficiente alfa de Cronbach para la dimensión obtenida del único factor Resiliencia y se obtuvo .85, mayor al mínimo recomendado (Prieto y Delgado, 2010), los ítems presentaron correlaciones ítem-test corregidas en un rango de .24 y .48, superiores al mínimo recomendable de .20 (Kline, 1986).

Lista de Chequeo de Habilidades Sociales de Goldstein

Este instrumento fue creado por Goldstein en 1978, inicialmente tenía 50 ítems, agrupados en seis factores, destinado a registrar deficiencias en las habilidades sociales de niños y adolescentes. Fue estandarizado en el Perú por Tomás y Lescano (2003), esta es la versión que se utiliza en el presente estudio, está constituida por 47 ítems agrupados en 8 sub-escalas: Habilidades frente al estrés (1 al 10), habilidades de comunicación (11, al 18), habilidades de planificación (19 al 24), habilidades prosociales (25 al 28), habilidades alternativas a la violencia (29 al 34), habilidades relacionadas a los sentimientos (35 al 39), habilidades proamicales (40 al 44) y habilidades frente a la ansiedad (45 al 47). Puede aplicarse individual o colectivamente, el tiempo promedio de aplicación es de 20 minutos, las respuestas se ordenan en escala Likert con los siguientes valores: Nunca (0 puntos), Pocas veces (2 puntos), Muchas veces (5 puntos) y Siempre (7puntos). Trabajaron con 8,900 escolares procedentes de 24 regiones del país, plantearon un AFC muy completo y determinaron un coeficiente de confiabilidad de .916 utilizando el método de la consistencia interna del Alpha de Cronbach.

En el presente estudio se analizó la estructura interna con el AFE y se encontró dispersión de los ítems e ítems complejos (que cargan en más de un factor), hecho que no es recomendable, pero, siendo la muestra relativamente pequeña en comparación a la utilizada en el proceso de validación peruana hecha por Tomás y Lescano (2003), se decidió continuar usando esta versión de ocho factores a pesar de los inconvenientes detectados. Asimismo, se calcularon los coeficientes alfa para cada dimensión, obteniéndose resultados parecidos a los de autores referidos: Habilidades frente al estrés .74, Habilidades de comunicación .74, Habilidades de planificación .67, Habilidades prosociales .55, Habilidades alternativas a la violencia .74, Habilidades relacionadas a los sentimientos .68, Habilidades proamicales .62, y, Habilidades frente a la ansiedad .61.

Procedimiento

Se solicitaron los permisos correspondientes a las autoridades de los cuatro centros educativos del distrito de San Luis de Shuaro, a ellos se les explicó sobre la importancia del estudio y el aporte que podría tener la investigación en la gestión educativa y la utilidad para los docentes. Obtenido el permiso de todos los centros educativos se conversó con cada director para establecer un cronograma de la aplicación y recogida de datos que se realizó en los ambientes de los propios colegios.

Debido a que ninguno de los dos instrumentos había sido validado a la población de San Luis de Shuaro, se procedió a realizar un estudio piloto con el objetivo de confirmar la compresión de los ítems y determinar si era necesario realizar ajustes (sobre todo lingüísticos) en ellos. Este proceso se ejecutó con la participación de 35 adolescentes de uno de los colegios; muestra conformada por varones y mujeres, de 12 a 17 años. Previamente se pidió a los padres de los estudiantes el consentimiento informado y a los alumnos su Asentimiento Informado.

La aplicación de los instrumentos se realizó en cuatro días, en fechas y horas coordinadas con los encargados de los centros educativos, con el consentimiento de los propios estudiantes, se les pidió que llenaran la ficha sociodemográfica y los dos cuestionarios respectivos.

Se elaboró la base de datos con el programa SPSS Statistics v22, el mismo que permitió obtener las evidencias de validez asociadas al análisis de la estructura interna de los instrumentos utilizados para la investigación, aplicando el AFE y el AFC, luego se efectuaron los análisis de confiabilidad por consistencia interna de los dos instrumentos, la medida de la resiliencia mediante el análisis factorial y la de las habilidades sociales por medio del cálculo del coeficiente de alfa de Cronbach para lo cual se tomó el valor de referencia (>.70). Posteriormente se realizaron análisis descriptivos, útiles para hacer un análisis de la prueba de normalidad con el estadístico Kolmogorov-Smirnov (n > 50), a través del cual se definió la utilización de la prueba de correlación no paramétrica Spearman con sus respectivos intervalos de confianza al 95% y la prueba U de Mann-Whitney para realizar el análisis comparativo.

RESULTADOS

Los estadísticos descriptivos muestran que en la variable resiliencia se evidencia que la muestra en su conjunto reporta niveles relativamente altos, una media relativamente más cercana (2.85) al puntaje máximo de la prueba (4). De acuerdo con el análisis de la dispersión se observa que los puntajes obtenidos de las muestras han sido más homogéneos, ya que el coeficiente de variación ha sido menor al 30% (Instituto Nacional de Estadística y Censo [INEC], 2013), es decir más cercanos al valor promedio.

En cuanto a la variable habilidades sociales, se encuentra que la mayoría de los adolescentes utiliza mejor las habilidades de comunicación, siendo este factor el que más alto puntaje promedio alcanza (M=2.08), le siguen las medias de los factores habilidades de planificación (HDP=1.96) y habilidades frente al estrés (HFE=1.86) estos tres factores son los que tienen puntuaciones más homogéneas, más cercanas a la media y con un coeficiente de variación menor al 30% (INEC, 2013). Se evidencia también que existe por un lado puntajes relativamente bajos, y por otro, las medias de todos los factores se encuentran por debajo del punto medio de la calificación de los ítems (0 a 7 puntos). Asimismo, se puede señalar que las medias más bajas corresponden a las sub escalas: las habilidades relacionadas a los sentimientos (DRS) y las habilidades proamicales (HPA).

La prueba de Kolmogorov-Smirnov reportó que en las dimensiones de la variable habilidades sociales existe ausencia de normalidad en la distribución de los puntajes (p < .05), por el contrario, en la variable resiliencia si se halló normalidad en la única dimensión (p > .05). Con estos resultados se decidió utilizar pruebas no paramétricas; la prueba de Spearman para estudiar la correlación entre las dos variables de investigación y la prueba U de Mann-Whitney para las comparaciones.

Tabla 1 Estadísticos descriptivos de las variables resiliencia y habilidades sociales 

Dimensión Min. Max. M DE CV
RS 1,50 3,73 2.85 ,43405 15.09%
HFE ,00 2,90 1.83 ,50344 27.49%
HDC ,00 3,00 2.08 ,51279 24.71%
HDP ,17 3,00 1.96 ,53181 27.05%
HP ,00 3,00 1.86 ,56885 30.55%
HAV ,00 3,00 1.73 ,59788 34.46%
HRS ,00 3,00 1.69 ,59392 35.09%
HPA ,00 3,00 1.71 ,55953 32.59%
HFA ,00 3,00 1.95 ,70849 36.43%

Nota: RS= Resiliencia., HFE= Habilidades frente al estrés., HDC= Habilidades de comunicación, HDP= Habilidades de planificación., HP= Habilidades prosociales., HAV= Habilidades alternativas a la violencia., HRS= Habilidades relacionadas a los sentimientos., HPA= Habilidades proamicales., HFA=Habilidades frente a la ansiedad

El análisis de las correlaciones con sus respectivos intervalos de confianza al 95% (Caruso y Cliff, 1997) de la variable unidimensional de resiliencia y de las ocho sub escalas de la prueba de habilidades sociales, muestran que la variable resiliencia se asocia positiva y significativamente con todas las dimensiones de habilidades sociales. Esto quiere decir que una mayor puntuación en resiliencia se asocia directa y proporcionalmente con mayores puntuaciones en la prueba de habilidades sociales y viceversa.

Tabla 2 Matriz de correlaciones de las variables resiliencia y habilidades sociales 

Dimensión 1 2 3 4 5 6 7 8 9
1.RS 1
2.HFE .72** [.64, .78]a 1
3.HDC .61** [.51, .69] .66** 1
4.HDP .61** [.51, .69] .63** .67** 1
5.HP .46** [.34, .56] .45** .58** .49** 1
6.HAV .51** [.40, .61] .58** .61** .58** .56** 1
7.HRS .52** [.41, .62] .54** .57** .53** .50** .59** 1
8.HPA .47** [.35, .57] .43** .46** .53** .44** .51** .58** 1
9.HFA .47** [.35, .57] .39** .50** .46** .37** .54** .46** .43** 1

Nota: RS= Resiliencia., HFE= Habilidades frente al estrés., HDC= Habilidades de comunicación., HDP= Habilidades de planificación., HP= Habilidades prosociales., HAV= Habilidades alternativas a la violencia., HRS= Habilidades relacionadas a los sentimientos., HPA= Habilidades proamicales., HFA=Habilidades frente a la ansiedad.

a. IC 95%

**p<.01

Aun cuando todas las correlaciones tienen significación estadística, la única relación que podría considerarse fuerte es la que corresponde a la resiliencia y al factor habilidades frente al estrés (HFE) que posee un coeficiente .72, las demás se ubican entre .46 (HP) y .61 que relaciona RS con HDC y HDP, que podrían considerarse moderadas.

Asimismo, se realizaron análisis comparativos mediante la prueba U de Mann-Whitney, para determinar si existían diferencias estadísticas entre las dos variables de investigación (resiliencia y habilidades sociales), dependiendo del sexo y de la composición de la familia con quien vive el adolescente (con sus dos padres, con uno de los padres, con familiares que no son sus padres). Con referencia a la variable resiliencia no se encontraron diferencias estadísticas entre las medias de hombres y mujeres, tampoco se encontraron diferencias en función de con quien vive el adolescente.

Con respecto a la variable habilidades sociales, no se hallaron diferencias estadísticas entre adolescentes que viven con sus dos padres, con uno de ellos o con familiares que no son sus padres. Cuando se comparó las habilidades sociales por sexo, solo se han evidenciado diferencias estadísticamente significativas en habilidades de planificación (HDP) (p < .05), que indica que las mujeres presentan mayores habilidades de planificación que los hombres. En los demás factores de la prueba no se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p>.05)

Tabla 3 Comparación de las dimensiones resiliencia y habilidades sociales según sexo 

Variable Hombre Mujeres U Sig.
M DE M DE
RS 2.89 0.44 2.82 0.43 5142.5 .30
HFE 1.82 0.50 1.85 0.51 5494.5 .80
HDC 2.00 0.53 2.15 0.48 4692.5 .07
HDP 1.91 0.54 2.03 0.52 4815.5 .03
HP 1.75 0.55 1.98 0.57 4288.5 .45
HAV 1.70 0.60 1.78 0.59 5271.0 .20
HRS 1.65 0.59 1.74 0.59 5041.5 .76
HPA 1.70 0.58 1.74 0.54 5475.5 .15
HFA 1.88 0.70 2.02 0.72 5142.5 .40

Nota: RS= Resiliencia., HFE= Habilidades frente al estrés., HDC= Habilidades de comunicación., HDP= Habilidades de planificación., HP= Habilidades prosociales., HAV= Habilidades alternativas a la violencia., HRS= Habilidades relacionadas a los sentimientos., HPA= Habilidades proamicales, HFA=Habilidades frente a la ansiedad.

M=Media., DE= Desviación Estándar.

DISCUSIÓN

Un primer dato que se encontró acerca de la estructura interna de los instrumentos podría ser explicado por el tipo de muestra usada en este estudio (estudiantes de nivel secundario residentes en el distrito San Luis de Shuaro, La Merced), diferente de la que los autores de los dos cuestionarios utilizaron (estudiantes de Lima). Resultado que podría explicarse por un conjunto de diferencias culturales entre los dos tipos de muestras, de los niveles socioeconómicos, de estilos parentales y de crianza; como también, por las diferencias entre las actividades que realizan y enfrentan, el nivel académico que tienen, etc. Aspecto importante que es necesario reportar es el tamaño de la muestra que se usó en este estudio, sobre todo si se compara con la muestra usada por Tomás y Lescano (2003).

La principal hipótesis que plantea que existe correlación positiva entre resiliencia y habilidades sociales en adolescentes de 12 a 17 años, queda comprobada debido a la relación positiva de la resiliencia con todos los factores componentes de las habilidades sociales, es decir que a mayor resiliencia mejores habilidades sociales; esta hipótesis generalmente ha sido comprobada en cuanto ha sido puesta a prueba (Arboleada et al., 2012; Cardozo et al., 2011; Fleming, 2005; Fuentes, 2013; Matos y Mónica, 2014) y explica que las características resilientes de los adolescentes fortalecen el desarrollo de sus habilidades sociales y viceversa. Por lo tanto, ser resiliente y tener adecuada habilidad social contribuye con el desarrollo saludable del adolescente, ellos podrán enfrentar dificultades sociales, familiares y sentimentales que se le presenten (MINSA, 2011). De acuerdo con Benzies y Mychasiuk (2009) y Zolkoski y Bullock (2012) la presencia de la resiliencia y de adecuadas habilidades sociales trae consigo el fortalecimiento de los individuos en todos los niveles: personal, familiar y comunitario, en este caso la interacción del adolescente con su medio se ve mejorada. No obstante, algunos estudios no respaldan los datos de esta investigación, como los de Donayre (2016) y Landauro (2015) quienes no encontraron relación significativa entre ambas variables, habría que hacer una revisión sistemática de este tipo de resultados y encontrar la causa de los resultados contradictorios.

Sin embargo, es conveniente comentar que en las relaciones halladas entre la resiliencia y las sub escalas de la prueba de habilidades sociales, sólo existe una relación que podría asumirse como fuerte, es la correlación entre RS y HFE, las demás correlaciones obtienen coeficientes moderados. Esto podría tener relación con las puntuaciones relativamente bajas (menor al punto medio de la escala) que se observó de las habilidades sociales. Hecho que debería tomarse en cuenta si es que se pretende desarrollar acciones preventivas y de formación de habilidades sociales en los niños y adolescentes de poblaciones con las características del distrito de San Luis de Shuaro.

Con respecto a la resiliencia según sexo, se evidenció que los valores obtenidos en resiliencia no se diferencian por el hecho de ser mujeres o varones. Esto no coincide con resultados reportados por algunos antecedentes del presente estudio. Gonzales y Valdez (2011) y Márquez et al., (2016) reportaron evidencias de que las mujeres son más resilientes que los hombres; Prado y Del Aguila (2003) también hallaron diferencias significativas en el área de interacción, con puntuaciones mayores de las mujeres; resultados que concuerdan con los comunicados por Peña (2009) quien encontró que las mujeres tienen mayor competencia social que los hombres, ya que pueden expresar sus emociones y pensamientos con mayor tenacidad, hecho que les ayuda a ser más empáticas y asertivas durante la interacción con otros, y, por lo tanto lograr sus objetivos y solucionar sus conflictos de manera más efectiva. Estos resultados contradictorios con el presente estudio, pueden explicarse, al menos parcialmente, por la diferencia entre las muestras utilizadas por los antecesores, quienes usaron estudiantes de la capital o de ciudades grandes, lugares en los que la influencia de variables sociales, económicas y culturales son radicalmente diferentes

Por otra parte, en referencia a las habilidades sociales, en este estudio se evidenció que existen diferencias significativas según sexo con relación a los valores obtenidos en la habilidad de planificación (HDP), que concuerda con los resultados hallados por Fuentes (2013) quien destaca esta habilidad como una de las más importantes de entre todas las habilidades propuestas por Goldstein, y sostiene que es la más positiva y significativa para obtener características resilientes.

Entre algunas de las limitaciones que se pueden considerar en el presente estudio, están, por un lado, el hecho de que la muestra fue reclutada en un pequeño distrito de la selva peruana (San Luis de Shuaro, provincia de La Merced) no permite generalizar los datos a otro tipo de poblaciones; asimismo, el tamaño de la muestra resulta relativamente pequeño para discutir la estructura interna de los instrumentos, cuestión que quedó totalmente evidenciada en el caso de las habilidades sociales. Por otro lado, trabajar con cuestionarios que permiten la autoobservación no siempre permite tratar con respuestas objetivas, lo que podría acarrear sesgos; a lo que debe sumarse la presencia no controlada de la deseabilidad social entre los participantes y de otros factores sociales y culturales que no se han pretendido siquiera controlar por la naturaleza misma del estudio.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Existe correlación positiva y significativa entre resiliencia y habilidades sociales en adolescentes de 12 a 17 años de San Luis de Shuaro, La Merced, vale decir que, a mayor resiliencia se encuentra también mejores habilidades sociales. En cuanto a los objetivos comparativos, no se encontraron diferencias estadísticas en el factor resiliencia según sexo; al comparar los factores de las habilidades sociales por sexo, sólo se encontró valores significativos en las habilidades de planificación, habilidad que está más acentuada en las mujeres. Al utilizar como criterio de comparación el hecho con quienes viven los adolescentes (con uno solo de los padres, con los dos, o con familiares que no son sus padres), se determina que este factor no genera diferencias ni en resiliencia ni en habilidades sociales.

Es importante realizar nuevos estudios psicométricos para validar la estructura interna de ambos instrumentos, sobre todo con poblaciones de provincias (de la costa, de la sierra y de la selva), considerar la posibilidad de crear o adaptar pruebas psicológicas para poblaciones que se encuentran fuera de la capital peruana. Asimismo, se recomienda el desarrollo de investigaciones con metodologías mixtas, para obtener resultados que permitan análisis más detallados y precisos. Por otro lado, los bajas puntajes que los adolescentes de esta muestra tienen en habilidades sociales, debe ser tomado en cuenta si se desea realizar acciones preventivas con este tipo de poblaciones, habría que incidir en la formación de habilidades sociales con más énfasis.

Agradecimiento

A las autoridades locales, a los directores de los centros educativos, padres de familia y a los adolescentes que apoyaron con entusiasmo en la recolección de datos en el Distrito de San Luis de Shuaro.

Conflictos de interés

Los autores declaran no tener conflictos de interés en la publicación del artículo.

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Recibido: 20 de Diciembre de 2019; Aprobado: 15 de Abril de 2020

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