SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.15 issue1"Cumbia fusión": Development and impact of an "alternative" music scene in LimaHistory, memory and history teaching: between uses and abuses author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Desde el Sur

Print version ISSN 2076-2674On-line version ISSN 2415-0959

Desde el Sur vol.15 no.1 Lima Jan./Apr. 2023

http://dx.doi.org/10.21142/des-1501-2023-0008 

Artículos

Resiliencia y reconstrucción: lecturas sobre vulnerabilidad y el impacto de violencia de género (2019-2021)

Resilience and reconstruction: readings on vulnerability and impact of gender-based violence (2019-2021)

* Universidad Siglo 21. Argentina. macarena.perusset@ues21.edu.ar.

RESUMEN

Este trabajo reconstruye el camino seguido por Flavia, una mujer víctima de violencia de género, que junto con sus dos hijas dejó su casa en la provincia de La Rioja y se dirigió hacia una pequeña comuna del noroeste cordobés, Argentina. Nos basamos en el trabajo etnográfico realizado, que analizó la búsqueda y construcción de un hogar, para lo que abordamos el concepto de vulnerabilidad. El trabajo de campo nos permite explorar cómo las mujeres y sus familias que han atravesado situaciones de violencia de género viven en "hogares vulnerables" y pudieron reconstruirse frente a los eventos de violencia apoyándose en los lazos familiares y en redes sociales de apoyo para volver a formar un hogar. Este trabajo nos permite, además, observar la manera en que el término vulnerabilidad fue utilizado en distintas situaciones o escenarios como recurso moral y burocrático, tanto por las autoridades públicas, para seleccionar a quienes proteger, como por las personas vulneradas, para reclamar sus derechos. La vulnerabilidad emerge como un espacio de experiencia en el que las personas aprenden a navegar y en el que se superponen la angustia, la creatividad y las redes de apoyo social.

Palabras clave: Vulnerabilidad; violencia de género; redes sociales; comunidad; apoyo

ABSTRACT

This paper determines the path followed by Flavia, a woman victim of gender-based violence, who left her home in the province of La Rioja and moved to a small community in the northwest of the province of Córdoba, Argentina, with her two daughters. Based on the ethnographic work carried out, we analyze the search for and construction of a home from the vulnerability approach. The fieldwork allows us to explore how women and their families which have experienced situations of genderbased violence live in "vulnerable homes" and were able to rebuild themselves by relying on family ties and social support networks in order to rebuild a home. This work also allows us to observe how the notion of vulnerability was used in different situations or scenarios as a moral and bureaucratic resource both, by public authorities to select those to protect, and by vulnerable people, to claim their rights. Vulnerability emerges as a space of experience in which people learn to navigate and in which distress, creativity and social support networks overlap.

Keywords: Vulnerability; gender-based violence; social networks; community; support

Introducción

Este artículo se basa en el trabajo de campo realizado en Villa de Pocho, una comuna que pertenece al departamento homónimo, uno de los más pobres de la provincia de Córdoba, Argentina. Dista de la ciudad capital 162 km y se encuentra a 1050 metros sobre el mar. La principal actividad económica es la agricultura y la ganadería, junto con la elaboración de productos regionales. La infraestructura de la localidad es escasa y se destacan un dispensario, una escuela primaria y un destacamento policial. Sus habitantes son hombres, mujeres y familias conformadas en su mayoría por personas con trabajos no calificados, informales o sin trabajo.

Algunos son inmigrantes o migrantes internos. La gran mayoría de ellos tienen experiencias previas difíciles con sus viviendas, ya que han vivido en espacios pequeños y precarios, marginales o en casas construidas en zonas de riesgo de incendio, entre otras. Flavia y sus hijas han estado en la comuna desde 2017, cuando llegaron casi a la fuerza debido a un episodio de violencia de género que sufrió en manos de su expareja2. Ella recuerda que esa noche, en el pueblo donde residía en La Rioja, su pareja la amenazó con un arma a ella y a sus hijas. Hasta ese momento, Flavia trabajaba cuidando a un anciano, pero por esa labor no tenía un contrato ni protección social. Nos explicó que, después de esto, abandonó la vivienda donde vivía

"lo más rápido que me dieron las patas" junto con sus hijas, dejando todas sus pertenencias personales, su trabajo y "llevando la plata para comprar los pasajes a Córdoba [...] sin despedirme del viejito" (Flavia).

Al día siguiente llegó a Pocho a la casa de una de sus cuñadas, Mirta, que la alojó y no se fue nunca más. En uno de sus relatos, Mirta se refería a esta situación de la siguiente manera:

¿Cómo no la voy a recibir? ¿Cómo le voy a decir que no? Si yo, cuando la necesite yo, la única que estuvo fue la Flavia [...] La única que estuvo, ¡eh!... Todos me dieron vuelta la cara y la Flavia me cuidó, me ayudó [...] Después se fue con ese, pero yo no olvido [...] Mi casa es de ellas tres (Mirta).

La escena anterior no es inusual. Cada vez más la población de barrios precarios o que se encuentran en zonas marginadas se incrementa debido a un fenómeno global que involucra a miles de personas por el resultado del entrelazamiento de dinámicas locales y globales, como la difusión de las "nuevas lógicas de expulsión" de un número creciente de personas de órdenes sociales y económicos comunes (Osorio, 2010). Esta situación ofrece un punto de vista privilegiado desde el cual explorar el nexo entre el hogar, la violencia y la vulnerabilidad de mujeres que experimentaron situaciones de violencia. Además, este trabajo buscar dar cuenta de cómo la vulnerabilidad con respecto al hogar es diversamente producida según los contextos y escenarios, así como diversamente manipulada por diferentes actores sociales.

Herramientas teórico-metodológicas

El análisis que presentamos se basa en el trabajo de campo realizado en el marco de un proyecto de investigación sobre diversidad en el cuidado (2018-2021). Nos focalizamos especialmente en el periodo de tiempo después de que una mujer junto con sus hijas se realojaran en una nueva comunidad. En el estudio empleamos un enfoque cualitativo basado en trabajo etnográfico realizado en la comuna de Villa de Pocho, desde marzo de 2018 hasta enero de 2021. Hemos elegido este enfoque debido a que el tema es en gran medida exploratorio, y porque los estudios de barrios a pequeña escala han demostrado ser más adecuados para estudiar temas complejos y delicados como la violencia de género (Castro y Casi-que, 2008). La investigación cualitativa a pequeña escala ofrece la oportunidad de estudiar en profundidad y, por lo tanto, de crear confianza y vínculo con las mujeres, así como la oportunidad de producir conocimientos contextualizados. Sin embargo, este enfoque tiene limitaciones obvias, ya que el pequeño número de mujeres participantes significa que los resultados no pueden generalizarse. Además, las mujeres son de clase trabajadora y de origen socioétnico similar, por lo que no son representativas de las mujeres de grupos étnicos o de otras clases sociales. Hemos elegido realizar el estudio en la comuna de Villa de Pocho porque las mujeres de la zona habían identificado la violencia de género como un problema importante a través de los distintos canales disponibles para ello.

Llevamos a cabo observación participante en reuniones y actividades comunales, y acompañamos a las mujeres a distintas actividades y visitamos sus hogares en varias ocasiones. Además de recopilar entrevistas en profundidad e historias de vida, participamos en los improvisados periodos de domesticidad creados al momento de organizar el carnaval en la villa y las festividades patronales de Pocho, así como en las negociaciones y tensiones con distintos actores locales.

Siguiendo los lineamientos sobre los aspectos éticos en las investigaciones en ciencias sociales y humanas, se siguieron aquellos propuestos por el CECTE (Comité Nacional de Ética y Tecnología). En este sentido, el trabajo etnográfico contó con la aprobación mediante consentimiento informado de los participantes, a quienes se les notificó sobre los objetivos y alcances del trabajo así como la posibilidad de anonimizar los datos para poder ser empleados en este estudio. Dichos consentimientos se registraron con la firma del participante de acuerdo a cada caso.

La presencia del equipo de investigación en la villa tuvo una dimensión política inmediata, reconocida tanto por la Policía, que cuando se enteraba de que nos encontrábamos allí se acercaban y nos pedían nuestra identificación, así como por los habitantes del barrio, que nos identificaban como caja de resonancia de sus demandas. Si bien en esta experiencia etnográfica se superponen diferentes formas de violencia institucional, cabe destacar que no realizamos una exploración detallada de los sistemas políticos y económicos desiguales que aumentan, producen y reproducen ciertas formas de vulnerabilidad. Más bien nos concentramos en las microprácticas diarias a través de las cuales las personas dan sentido a sus vidas vulnerables y tratan de responder a las situaciones adversas que enfrentan.

Con la irrupción de la pandemia de covid-19 en el mundo, las posibilidades de trabajo de campo in situ se vieron limitadas en muchas investigaciones. Para tratar de subsanar esta situación y continuar con los vínculos establecidos y el estudio en curso, decidimos comenzar a emplear distintas herramientas tecnológicas como plataformas virtuales3. En los espacios virtuales no contamos con un espacio físico o geográfico al que podamos denominar nuestro campo de observación, sino que se define un nuevo campo a partir de los flujos comunicativos que se dan por el tránsito en distintos entornos virtuales o plataformas. Al respecto, Perret (2011) se refiere a esta situación como etnografía multilocal o etnografía multisituada. En este sentido, en esta etapa empleamos una variedad de canales digitales que nos ofrecieron distintas posibilidades de conectividad y acceso a la información de manera offline, como WhatsApp, Zoom, Google Meet y Facebook. La mayoría de las personas y grupos familiares durante 2020 y 2021 usaron distintas plataformas digitales para recrear reuniones sociales, rituales y la vida cotidiana en el ciberespacio. Internet no solo implica la transformación de nuestras relaciones, sino que permite el acceso al espacio doméstico, a la dinámica familiar con las relaciones generacionales, por lo que se hace entonces, tal como señalan Astudillo-Mendoza, Figueroa-Quiroz y Cifuentes-Zunino, muy difícil de concebir la contemporaneidad sin considerar las estructuras que surgen de las intersecciones entre los espacios online y offline (Astudillo-Mendoza, Figueroa-Quiroz y Cifuentes-Zunino, 2020).

Esta etapa de etnografía digital nos permitió observar que en la virtualidad se reproducen y profundizan las relaciones de poder en cuanto a la agencia de las mujeres a través de estructuras y mecanismos de control que crean, reproducen y defienden las normas de género, en especial sobre cuestiones de cuidados y domesticidad. De esta forma, podemos entender el papel de los espacios virtuales en la mediación de cómo la agencia, el poder y las normas sociales se producen en y a través de Internet, así como a través del cuerpo, como esferas entremezcladas de producción cultural y espacios de actividad social y resistencia política y social (Nyamnjoh y Brudvig, 2016).

Con respecto al concepto de vulnerabilidad, entendemos que designa un conjunto de aspectos individuales y colectivos vinculados a la susceptibilidad que presentan los individuos o comunidades frente a una situación de padecimiento, malestar o un agravio que va acompañado de una menor disponibilidad de recursos para su protección (Ayres et al., 2006; Ruiz Rivera, 2012). El comprender que la violencia de género va mucho más allá de un hecho aislado o de una situación específica permite entender que el concepto de vulnerabilidad es, al mismo tiempo, constructor y resultado de ese enfoque más amplio y crítico, que identifica la violencia de género como un problema global y sus impactos en la vida individual, familiar y social de las víctimas de violencia de género. En este marco y como construcción social, el concepto de vulnerabilidad debe ser entendido en su historicidad, con sus límites y alcances, para comprender las prácticas de diversos actores en distintos contextos, más allá del campo de la salud pública. Podemos así interpretar aquellos momentos en que las mujeres atravesaron situaciones de violencia de género y otros escenarios de vulnerabilidad, así como los distintos procesos, actores y determinantes presentes en una coyuntura particular. Por lo tanto, podemos observar que, además de ser una condición inscrita en las biografías de las personas en determinadas circunstancias sociales, políticas, económicas, la vulnerabilidad emerge como un concepto propio del lenguaje político utilizado para crear distintas formas de movilización y exclusión entre las poblaciones marginadas.

Tal como señalan Damonti y Amigot, la vulnerabilidad es una categoría controvertida, redefinida por los actores sociales dentro de sus interacciones y de relaciones de poder concretas que varían según las circunstancias en las que se enmarcan (Damonti y Amigot, 2020). En el contexto de ajuste de políticas sociales de nuestro país, la disminución de la provisión de asistencia social en numerosas provincias de la Argentina, a la par del prejuicio ejercido por parte de las instituciones públicas y privadas y reproducidos constantemente por los medios de comunicación, se construyen jerarquías de "merecimiento" sobre marcos morales superpuestos, dentro de los cuales la vida humana merecedora puede ser alternativamente la víctima, el sujeto obediente o el cuerpo productivo (Urizar, 2019). Juntas actúan como una política de vida, en términos de Fassin, que distingue entre aquellos seres humanos que legítimamente deberían ser salvados y aquellos que no (Fassin, 2007). Dentro del panorama moral del humanitarismo donde los distintos países, las agencias internacionales y las organizaciones no gubernamentales otorgan formas específicas de ayuda a las situaciones caracterizadas por la violencia, el riesgo y el sufrimiento, la vulnerabilidad se ha convertido en una suerte de activo moral clave en la carrera por el "merecimiento". Por lo tanto, la definición de quién es vulnerable y qué significa merecimiento cambia en el tiempo y el espacio, y es negociada en conjunto por aquellos que atribuyen vulnerabilidad a otros y los que reciben, realizan o exigen la etiqueta de vulnerabilidad (Alsaba, 2016). En palabras de Florencia, una de las hijas de Flavia:

nos tienen que dar una casa, porque nosotras teníamos la casita en el pago y la tuvimos que dejar, pero queremos tener nuestra casita otra vez [...] yo quiero la pieza mía y todas mis cosas... (Florencia).

Un aspecto clave que viene a sumar a la condición de vulnerabilidad es la vivienda, base del hogar. En Argentina el déficit habitacional es un problema de larga duración, como resultado de la falta de políticas públicas centradas principalmente en los niveles medios y bajos de necesidades de vivienda. En el interior provincial, esta crisis habitacional se ve potenciada por dinámicas históricas de urbanismo y especulación inmobiliaria en distintos polos y, como resultado, la vivienda informal se ha utilizado comúnmente durante décadas, por lo que existe una larga tradición de movimientos de ocupación de terrenos, y en algunos casos, de viviendas (Banzato, 2010; Giaretto, 2010; Saccuci, 2019). Si bien las reacciones gubernamentales a estos asentamientos han incluido la indiferencia, en los últimos años ha resultado en una criminalización de esos comportamientos que antes se leían como expresiones de pobreza. Desde la década de 1990, los inmigrantes de países limítrofes y migrantes del interior de las provincias argentinas han sido parte de este escenario (Perusset, 2009). El enfoque de emergencia, las políticas de inclusión inadecuadas y su marginalidad en el mercado laboral han hecho que los migrantes, en primer lugar, pero también los grupos socioeconómicamente más vulnerables del país, sean particularmente sensibles a la precariedad de la vivienda. Más recientemente, en contextos de crisis sociales, estos elementos de marginación se entrelazan con un clima político caracterizado por el pánico moral sobre la migración y las narrativas de invasión y escasez de recursos (no solo vivienda, sino también trabajo, educación y salud), que propagan una sensación de vulnerabilidad en todo el país (Perusset, 2009). Además de estas peculiaridades, la necesidad de vivienda y la ocupación de territorios o espacios marginales funcionan como una alternativa "de abajo hacia arriba" a la falta estructural de bienestar oficial. Estas ocupaciones, con las dinámicas creadas, implican una suerte de política de habitabilidad que se reproduce en todo el país y que crea lógicas políticas alternativas, espacios autónomos y nuevas formas de sociabilidad.

Un aporte interesante del concepto de vulnerabilidad es que nos permite destacar la perspectiva de los sujetos y de sus contextos de intersubjetividad como la base necesaria para transformar las relaciones sociales que producen la vulnerabilidad y los medios para superarla. Asimismo, se focaliza en la reflexión crítica sobre las políticas sociales, sobre la organización social y los derechos de las personas que iluminan la realización de la plena ciudadanía. En este sentido, el estudio de las características de Villa de Pocho nos ayuda a mejorar nuestra comprensión de las dificultades que enfrentan, en relación con viviendas dignas, muchos grupos humanos en condición de marginalidad y vulnerabilidad socioeconómica del interior de nuestro país. Al reconstruir, a través de distintos relatos, lo que sucedió en el barrio en los días posteriores a que Flavia abandonara su casa familiar en la provincia de La Rioja, este trabajo muestra cómo las redes sociales de conocidos, familiares y amigos actuaron como recurso para hacer frente a un evento disruptivo que ponía en peligro su vida.

Como mostraremos, Flavia y sus hijas no solo solicitaron un refugio temporal en la casa de Mirta, su cuñada, sino un lugar al que pudieran llamar hogar, situación que se entrelazó con un proceso más amplio de emplazamiento, un esfuerzo por ser positivamente situado en un paisaje relacional. En este sentido, partimos de considerar la vivienda más allá de su concepción tradicional de bien patrimonial con valor de uso y de cambio. Más bien la entendemos como un recurso de movilidad, es decir, desde un punto de vista del capital espacial. Desde esta perspectiva, la vivienda contiene un valor simbólico en cuanto al lugar en el que está emplazada y nos permite tener en cuenta no solo los servicios urbanos presentes, sino las relaciones personales que posibilita (Pedrotti, 2014). En su forma idealizada que puede variar de acuerdo con los tiempos, los espacios y las subjetividades, el sentimiento de "estar en casa" implica comodidad, seguridad y familiaridad y está conectado con sentimientos de pertenencia e identidad. En otras palabras, "estar en casa" implica intimidad, relaciones sociales significativas y valores morales (Boccagni 2017).

Al respecto, surgen algunos interrogantes que guiarán el presente trabajo: ¿qué significa establecerse en una comuna o un barrio marginado para una persona que se ha visto obligada a abandonar su hogar? ¿Cómo afecta su sentimiento de vulnerabilidad a su experiencia? ¿Quién tiene el poder de definir públicamente quién es vulnerable -y quién no- y cuáles son las consecuencias en cuanto a la posibilidad de hacer un hogar?

Alejamiento

Muchas veces las mujeres no tienen un lugar al que dirigirse, porque el agresor las alejó de todos sus círculos sociales o porque temen ser encontradas.

No tenía dónde ir [...] cacé a las pibas de los pelos y la plata del gas [...] Si no me iba, me mataba esa noche, yo lo conozco [...] Agarré la plata del gas y salimos corriendo [...] Una camioneta que pasaba nos llevó a la terminal y ahí compré los pasajes a Córdoba (después la llamé a la Mirta para avisarle (Flavia).

El abandono de la casa familiar suele generar una sensación de pérdida y desplazamiento y es aún más impactante cuando ocurre sin previo aviso y con la amenaza o el uso de la violencia que pone en riesgo la vida, pero abandonar una relación violenta no significa necesariamente el fin de la violencia. Este abandono de la casa familiar ofrece una perspectiva significativa desde la cual se puede observar cómo la noción de hogar puede volverse intrínsecamente vulnerable en contextos socioculturales específicos, con profundas consecuencias para la integridad de las personas.

Flavia, al igual que otras mujeres que dejaron sus hogares en situaciones similares, vivía, en los primeros momentos en que llegó a Pocho, una condición de estar "fuera de lugar", que se derivaba no solo en ser residente temporal (forzada), sino también por las condiciones de violencia de las que huían con sus hijas.

La Mirta y todos nos tratan bien, todos, ¿pero a vos te parece bien que yo he tenido que dejar mi casita? Él se tendría que haber ido [...] no se fue con la exclusión que le hicieron, menos se iba a ir ahora [...] y acá andamos nosotras (Flavia).

El desplazamiento y el estar fuera de lugar no se relaciona automáticamente con la movilidad de una provincia a otra, sino que puede entenderse como una condición existencial en la que los proyectos de vida son más difíciles de lograr, así como una sensación de despojo de las biografías personales (Pujadas, 2000). Del mismo modo, el emplazamiento y la sensación de estar "en casa" no pueden reducirse a una articulación de pertenencia, sino que se refieren a los esfuerzos sociales en curso para buscar hacer una vida existencialmente significativa y actuar para el presente y el futuro (Bosch Fiol y Ferrer Pérez, 2000). Esta búsqueda de hogar es inherentemente humana y nunca puede ser completa de una vez para siempre, debido a que está sujeta y es sensible a momentos de crisis, así como abierta a la posibilidad de reconstrucción o reformulación (Jacobson 2009).

El momento de quiebre que implica dejar el hogar es un momento en el que la vulnerabilidad se hace evidente, tanto en sus mecanismos psicológicos y sociales, como en la forma en que los sujetos la enfrentan. Flavia, Mirta, Yohana y muchas otras mujeres que conocimos no eran vulnerables per se, pero se volvieron vulnerables debido a su exposición a ciertos contextos, como situaciones de violencia extrema que las llevó a la necesidad de abandonar sus hogares, sus redes, sus lugares de origen y espacios cotidianos. Las circunstancias de sus desplazamientos a la provincia de Córdoba y sus historias de vida se cruzan con la vulnerabilidad de sus hogares, con la inestabilidad laboral, con el prejuicio de la sociedad, etc. Al observar sus vidas, vemos su agencia y su capacidad para navegar las crisis que marcan su existencia, lo que nos permite conceptualizar la vulnerabilidad como una condición activa que impone límites, pero, al mismo tiempo, abre posibilidades (Ramos Ojeda, 2019).

Retomando la idea de las dinámicas creadas, Pocho no solo significó una solución concreta a la necesidad de refugio de Flavia y sus hijas, sino que también representa una expresión de las luchas de los grupos vulnerados por un hogar.

Cuando llegamos lloré todo el día, toda la noche, lloré y lloré y lloré [...] La Mirta escuchaba porque había muy mucho dolor... y ahí nomás me dijo que la ayudara con las cabras [...] Después me enseñó cómo viajar a Pocho para tramitar mi documento y el de las chicas (Flavia).

En barrios como este, sus habitantes pueden disfrutar de la proximidad de compatriotas, amigos y familiares, contar con apoyo puerta a puerta para el cuidado de niños y personas mayores, realización de trabajos y arreglos varios, así como para compartir alimentos. En un contexto en el que la precariedad y la vulnerabilidad son la norma, las redes sociales entabladas son espacios en los que las personas pueden encontrar una (aunque sea mínima) estabilidad existencial:

Sabíamos que vivir en la villa [de Pocho] no hay mucho, pero necesitamos un lugar donde quedarnos, y ahí nos quedamos en la casita y pudimos tener una vida normal (Flavia).

... Y ahora me gusta [...] viste que es mi casa ahora, mi casa no es como mi casa [se refiere a la casa de La Rioja] pero sí la siento mi casa... La tía Mirta nos ayuda, la Sandra y Coco también [...] y nosotras nos quedamos para ayudarla a ella [a Mirta] Ahora nos toca a nosotras (Erika).

Las palabras de Flavia y su referencia a "una vida normal" sugieren la falta de emplazamiento que caracteriza la vida cotidiana de muchas mujeres víctimas de violencia de género que conocimos a lo largo de la investigación. Esta carencia se produce por una variedad de factores, como la negligencia institucional y los obstáculos para acceder a una vivienda digna y un trabajo estable. También es el resultado de sus percepciones de ser discriminadas por la población local y las imposibilidades de realizar sus aspiraciones y satisfacer las expectativas de los miembros de la familia que han dejado atrás (Perusset, 2019). Así, cuando la sensación de estar "fuera de lugar" es persistente, las redes sociales de apoyo representan una estabilidad provisional en la que el sentido de hogar se superpone con la conciencia de que esta experiencia puede terminar en cualquier momento.

Flavia y sus hijas se enfrentaron a una nueva forma de vulnerabilidad, al compartir la vivienda de un familiar. Esta situación es una práctica bien establecida entre algunas familias de Pocho y del interior provincial, mediante la cual encuentran temporalmente un lugar para quedarse y ganar visibilidad pública. En este escenario, la demanda de alojamiento se entrelaza con el desarrollo de prácticas domésticas efímeras readaptadas a la nueva coyuntura espacial. A través de estas actividades, no solo respondieron a sus necesidades básicas, sino que también intentaron continuar con sus vidas cotidianas. Se contactaron con parientes, se encontraron con antiguos conocidos, crearon nuevos lazos con los vecinos, recibieron invitados, rieron, lloraron y se organizaron para acciones colectivas.

La construcción de un "hogar seguro"

Como observadores, mediados por las tecnologías, cada vez que "entrábamos" a la casa de Flavia y su familia, sentíamos que ingresábamos en un espacio íntimo, como si la pantalla fuera la proyección de su hogar, entendido como un espacio con una estructura en el tiempo, con rutinas que son hacedoras y marcadoras de distintas temporalidades. Aunque en cierto modo estable, la configuración variaba a lo largo del día, si nos encontrábamos por la tarde noche, podíamos observar la dinámica de retirar la ropa y acomodar el espacio para preparar camas improvisadas. Esta preparación marcaba una distinción entre el día y la noche y ordenaba el fluir del tiempo de acuerdo con los ritmos de una vida doméstica precaria, así como también creaba un espacio diferente, donde la gente podía estar descalza, como si estuviera en la intimidad de sus dormitorios (lo que no sucedía en otros momentos del día). Además, este espacio ocupado era suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades cambiantes de sus ocupantes. Paralelamente, en momentos en los que realizamos trabajo etnográfico in situ pudimos observar la dinámica espacial en donde se dispersaban distintas prácticas sociales, configurando lo que llamamos una estrategia de hogar móvil, en el sentido de los movimientos de objetos y personas que se generaban juntamente al apoyo de lazos sociales externos. Por ejemplo, aunque el espacio donde se encontraba el aparato de cocina en la casa de Flavia estaba repleto de utensilios de cocina y vajilla, nunca se preparaban comidas allí. Los ocupantes a menudo comían comida provista por vecinos y parientes cercanos: "Desde que llegamos nunca cocinamos, pero nunca, ¡eh!" (Flavia). En conjunto, estas prácticas ayudaron a las mujeres a domesticar un espacio y una situación hostil en el contexto de prácticas, emociones, lazos sociales y marcos morales localizados. La disposición del espacio en forma de habitación, la creación de temporalidades ordenadas y el apoyo de amigos y redes sociales se convirtieron en prácticas recursivas a través de las cuales pudieron enfrentar una situación de extrema vulnerabilidad que se vio profundizada por el contexto de pandemia.

Dado que el hogar implica sentimientos de protección y familiaridad, la puesta en práctica de un proceso de (re)producción colectiva de la domesticidad permitió a Flavia y sus hijas enfrentar creativa y temporalmente un evento impredecible. Esta recreación de experiencias familiares de prácticas domésticas también tenía valor sociocultural: era una forma de protesta a través de la cual las mujeres que atravesaron una situación de violencia expresaban sus nuevos vínculos con el barrio y sus derechos como personas vulnerables. Situación que demostraba el intento de las mujeres de presentarse como dignas de tener un hogar, tener trabajos formales y contar con el apoyo de redes sociales. "No me dan ganas de cocinar, ya cociné mucho tiempo" (Flavia). "Mi mamá no cocina porque la tienen que cuidar a ella y a nosotras nos tienen que cuidar" (Florencia). Al presentarse así estaban subrayando su particular fragilidad y re-interpretando las etiquetas sociales que se les imponen desde su propia perspectiva.

Representándose a sí mismas como "refugiadas temporales", tal como señaló una vez Erika, la hija mayor de Flavia, intentaron producir una inversión semántica de la figura de mujeres vulnerables que, como víctimas de situaciones de violencia, a menudo suelen ser consideradas como una amenaza por el riesgo de represalias de parte de sus agresores hacia el nuevo contexto en el que se insertan. Esta puesta en escena de su "vulnerabilidad" y "merecimiento" estaba dirigida no solo a los vecinos de la villa, sino también a la policía y las instituciones locales. Convencer a alguien de que se merecía una forma de protección basada en su vulnerabilidad no es nada nuevo, ya que ha sido un criterio que ha venido siendo empleado para distinguir aquellos que tienen derecho a la ayuda de los que no (Hopp, 2019).

Las investigaciones llevadas a cabo con mujeres sobrevivientes de situaciones de violencia de género evidencian que en dos tercios de los casos el perpetrador se encontraba en el ámbito de la pareja (Cano, 2014). La victimización repetida es usual y aproximadamente el 57 % de mujeres que atravesaron situaciones de violencia de género se encuentran involucradas en más de un episodio. Por esta razón, la seguridad de las mujeres y sus hijos e hijas es la máxima prioridad. El vínculo entre violencia, seguridad y comunidad es claro e impacta a toda la comunidad más allá de las diferencias de clase, género u origen socioétnico. Al respecto, creemos que la brecha existente entre comunidad y violencia de género está relacionada, en parte, con la falta de comprensión de las lógicas y dinámicas de la violencia de género, en parte, debido a que el foco se pone en las respuestas del Estado y, en parte, a la reproducción acrítica de discursos tradicionales que vinculan las mujeres, la domesticidad y el cuidado. Paralelamente, el centrarse en las relaciones íntimas de las parejas heterosexuales poniendo el foco en la agencia de las mujeres en esas relaciones ha resultado en la amplificación de la separación del mundo privado y el público, la separación de respuestas y apoyos formales de los informales, lo que termina ocultando la medida en la que ambos aspectos se cruzan entre sí.

Resultados

Para la marcha nacional del "Ni una menos" del 3 de junio de 2021, en los medios masivos de comunicación, especialmente en canales de televisión y radios locales, se viralizaron imágenes cargadas de estereotipos que remarcaban la violencia y los sentimientos de "indignación" frente a las víctimas de violencia4. Las imágenes manejaban diferentes ejes de vulnerabilidad, como la edad, el género y la discapacidad, entrelazándolos con la condición general de precariedad del entorno geográfico y social. Aunque en la cabecera de departamento también se movilizó una retórica de la vulnerabilidad en relación a la violencia de género, su definición fue bastante limitada. En el entendimiento institucional, las "personas frágiles" incluían mujeres embarazadas, niños pequeños con sus madres, ancianos y enfermos. Esta definición contrastaba claramente con la representación y percepción de Flavia y otras mujeres que habían transitado situaciones de violencia como colectivamente vulnerables, y actuaba como un mecanismo de selección que, si bien apoyaba a unas personas, abandonaba a otras.

Las expresiones de vulnerabilidad empleadas por Flavia y sus hijas Erika y Florencia se oponían a la retórica sesgada e implícita en las modalidades de representación en medios sobre las mujeres que atravesaron situaciones de violencia. Podemos entender su accionar entonces como una forma de lucha por la representación, a través de la cual las personas en situación de vulnerabilidad intentan visibilizar sus circunstancias, legitimar su reclamo, provocar sentimientos de indignación y marcar una frontera moral en orden. Además, la vulnerabilidad y la docilidad son también los resultados de las interacciones de las mujeres con los sistemas de recepción y los aparatos burocráticos, entendidos aquí como formas de poder que, junto con la interacción diaria con los discursos excluyentes y xenófobos, contribuyen a moldear las subjetividades de las personas en situación de violencia (Fontanari 2019).

Si bien en numerosos aspectos la comunidad actúa de manera favorable hacia las mujeres en situación de vulnerabilidad, en otros casos puede operar como un espacio interno en el cual se producen y reproducen estereotipos y prejuicios que generan ciertas categorías. Esto puede ocurrir en comunidades pequeñas en donde se originen imágenes de que están en riesgo frente a una amenaza exterior, ya sea en manos del perpetrador de la violencia o en manos de los servicios del Estado encargados de velar por el cuidado de niños, niñas y adolescentes (Warner, 2017). Yohana, una vecina de la villa que había experimentado años atrás una situación de violencia en la ciudad de Cruz del Eje, y su hermana Mónica eran quienes demostraban mayor temor frente a la posibilidad de una visita de las autoridades públicas. De lo anterior se desprende que existen distintos lentes para observar una situación que da cuenta de la diversidad de significados.

Conclusiones

Podemos observar cómo los momentos de crisis se configuran en un terreno de acción y significado más que como episodios aislados o como un momento de cambio o de caos. Al centrarse en la crisis crónica y en sus efectos sobre la vida social y las experiencias de las personas, el conflicto, la violencia y la pobreza pueden incrustarse tanto en el tejido social que se vuelven indistinguibles de él. En este sentido, Vight (2008) señala que esta situación obliga a las personas a vivir en mundos fragmentados y volátiles en lugar de esperar la vuelta a la "normalidad". Esta perspectiva sugiere que, en lugar de colocar la crisis en un contexto, repensemos la crisis como contexto, lo que resulta particularmente útil para comprender la vida cotidiana de las personas en situación de vulnerabilidad de Pocho.

Aunque pequeña, austera e informal, a diferencia de los centros de acogida, el "refugio temporal" en la casa de Mirta había actuado para Flavia, Erika y Florencia brindando la sensación de tener el dominio del espacio, provocando la sensación de estar (al menos parcialmente) "en casa". En la experiencia de Flavia, la crisis emerge como un contexto que provoca obstáculos existenciales, sentimientos de fragmentación e imposibilidad de cambiar las fuerzas que afectan negativamente sus vidas, lo que alimentó su sensación de desplazamiento. Es un contexto en el que aprenden a navegar reajustando su interpretación del entorno social y sus movimientos dentro de él a sus características críticas. Hemos dado cuenta de cómo estas mujeres buscan recuperar una estabilidad precaria y un sentido de hogar en un contexto de crisis y vulnerabilidad constante ilustrando cómo estos no son meros espacios de desesperación, sino lugares en los que pueden surgir diferentes formas de habitar. La villa de Pocho es un escenario en el que es posible sentirse como en casa, a pesar de los riesgos del presente y las incertidumbres del futuro y donde la solidaridad y el apoyo informal juegan un papel fundamental en la gestión tanto de la crisis crónica como de los problemas inesperados del día a día, lo que Vigh llama la "crisis incrustada en la crisis" (Vight, 2008, p. 13).

El análisis etnográfico de cómo Flavia y sus hijas domesticaron Pocho con sus rutinas, con la creación de umbrales materiales y simbólicos y con la ordenación del tiempo, ha mostrado cómo se podía domesticar un espacio ajeno y cómo una situación angustiosa y peligrosa podría ser contenida parcialmente. Esto sugiere un cambio de enfoque de lo que es hacer un hogar a lo que hace hacer un hogar. Desde este punto de vista, hemos intentado demostrar, por un lado, cómo las diferentes vivencias actuaron como recursos para enfrentar una condición de vulnerabilidad que resultó del colapso de la domesticidad y, por otro, cómo el sentido de estar en el hogar se hace, se rehace y se deshace a través de las actividades, los objetos y las relaciones cotidianas.

Además, hemos conceptualizado la vulnerabilidad no solo como una condición existencial y socialmente producida, sino también como un lenguaje político y moral generalizado que gobierna la contemporaneidad y se utiliza para justificar el derecho a habilitar o denegar el acceso a los recursos públicos a personas necesitadas. Es un lenguaje que Flavia y sus hijas pudieron dominar para tratar de hacer avanzar sus reclamos y desafiar la vulnerabilidad que las envolvía. Al respecto, cabe subrayar que la exclusión no es una peculiaridad de las víctimas de violencia, sino que caracteriza a todas aquellas personas que se encuentran expulsadas de los círculos del merecimiento. Es en el marco más amplio de sus horizontes y redes sociales que se pueden comprender mejor sus experiencias de vulnerabilidad y búsqueda de hogar. Desde este punto de vista, los sujetos no aparecen ni como héroes activos ni como víctimas pasivas, sino como seres humanos complejos que se enfrentan a escenarios sociales y políticos intrincados.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alsaba, K. y Kapilashrami, A. (2016). Understanding women's experience of violence and the political economy of gender in conflict. Reproductive Health Matters, 24(47), 5-17. [ Links ]

Ayres, J., Calazans, G., SalettiFilho, H., y França, J. (2006). Risco, vulnerabilidade e práticas de prevenção e promoção da saúde. En G. Campos y M. Minayo (orgs), Tratado de saúde coletiva (pp. 375-418). Hucitec y Fiocruz. [ Links ]

Astudillo-Mendoza, P., Figueroa-Quiroz, V. y Cifuentes-Zunino, F. (2020). Navegando entre mujeres: La etnografía digital y sus aportes a las investigaciones feministas. Investigaciones Feministas, 11(2). [ Links ]

Banzato, G. y Rossi, M. (2010). El mercado de tierras en las fronteras interiores argentinas. La expansión territorial de Buenos Aires y Santiago del Estero en la segunda mitad del siglo XIX. América Latina en la Historia Económica, 17(2), 5-34. [ Links ]

Boccagni, P. (2017). Migration and the search for home. Palgrave Macmillan. [ Links ]

Bosch Fiol, E. y Ferrer Pérez, V. (2000). La violencia de género: De cuestión privada a problema social. Psychosocial Intervention, 9(1), 7-19. [ Links ]

Butler, J. (2002). Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del "sexo". Paidós. [ Links ]

Cano, J. (2014). Sistema Argentino de Información Jurídica. Sitio web. http://www.saij.gob.ar/. [ Links ]

Castro, R. y Casique, I. (2008). Estudios sobre cultura, género y violencia contra las mujeres. Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias. Universidad Nacional Autónoma de México. [ Links ]

Damonti, F. y Amigot, C. (2020). Las situaciones de exclusión social como factor de vulnerabilidad a la violencia de género en la pareja: Desigualdades estructurales y relaciones de poder de género. Revista Empiria, 48. [ Links ]

Fassin, D. (2007). Humanitariarism as politics of life. Public Culture, 19(3), 499-520. [ Links ]

Fontanari, E. (2019). Lives in transit: An ethnographic study of refugees' subjectivity across European Borders. Routledge. [ Links ]

Giaretto, M. (2010). Las tomas de tierras urbanas y las posibilidades de una crisis del régimen de propiedad. Universitas Humanística, 70, 133-149. [ Links ]

Hopp, M. (2019). Trabajo, derechos sociales y protección social en Argentina de la reconstrucción neoliberal. Revista Katálysis, 22(1), 13-29. [ Links ]

Nyamnjoh, F. y Brudvig, I (2016). Mobilities, ICTs and marginality in Africa. South Africa in comparative perspective. World Rights. [ Links ]

Osorio, J. (2010). La exclusión desde la lógica del capital. Migración y Desarrollo, 8(14), 89-104. [ Links ]

Pedrotti, C. (2014). La vivienda, un tema siempre contemporáneo. Economía, Sociedad y Territorio, 14(44), 273-280. [ Links ]

Perret, G. (2011). Territorialidad y práctica antropológica: Desafíos epistemológicos de una antropología multisituada / multilocal. Revista Kula, 1, 52-60. [ Links ]

Perusset, M. (2019). El papel de las redes sociales en las situaciones de violencia de género. Revista Tareas, 163. [ Links ]

Perusset, M. (2009). Diversidad cultural y neoliberalismo en la universidad. En F. Nápoli (comp.), Universidad y compromiso social. Notas desde la cátedra (pp. 2337). CEIT. [ Links ]

Pujadas, J. (2000). El método biográfico y los géneros de la memoria. Revista de Antropología Social, 9, 27-158. [ Links ]

Ramos Ojeda, D. (2019). Entendiendo la vulnerabilidad social: una mirada desde sus principales teóricos. Revista Estudios del Desarrollo Social: Cuba y América Latina, 7(1), 139-154 [ Links ]

Ruiz Rivera, N. (2012). La definición y medición de la vulnerabilidad social. Un enfoque normativo. Investigaciones Geográficas, 77, 63-74. [ Links ]

Saccuci, E. (2019). La producción de territorios precarios por el dispositivo legal. Economía, Sociedad y Territorio , 19(59), 977-100. [ Links ]

Urizar, G. (2019). El cuerpo disciplinado y el ocaso de la libertad: Análisis del hospital psiquiátrico y la escuela en el pensamiento de Michel Foucault. Revista Sincronía, 75, 104-128. [ Links ]

Vigh, H. (2008). Crisis and chronicity: Anthropological perspectives on continuous conflict and decline. Ethnos, 73(1), 7-24. [ Links ]

Warner, T. (2017). Cut to the quick: The consequences of youth violent victimization for the timing of dating debut and first union formation. American Sociology Review, 82(6), 1241-1271. [ Links ]

Fuente de financiamiento: Universidad Siglo 21.

Citar como: Perusset, M. (2023). Resiliencia y reconstrucción: lecturas sobre vulnerabilidad y el impacto de violencia de género (2019-2021). Desde el Sur, 15(1), e0008.

1Experta universitaria en Interculturalidad, Justicia y Cambio Global por la Universidad de Oviedo. Doctora de la Universidad de Buenos Aires en el área de Antropología Sociocultural. Posee estudios de posdoctorado en UTN-CONICET en tecnologías sociales para la inclusión social. Posee amplia experiencia en docencia de grado y posgrado, y se especializa en temáticas relativas a la diversidad cultural. Es docente e investigadora de la Universidad Siglo 21.

2Todos los nombres empleados en este artículo son seudónimos.

3Cabe destacar que, con la expansión de Internet, el surgimiento de distintas redes sociales ha incidido en el desarrollo del campo de la antropología, lo que dio lugar a la antropología digital, que busca explorar las formas en que lo humano y lo digital pueden definirse en relación uno con el otro (Horst y Miller, 2012).

4El 3 de junio se conmemora en Argentina el día del "Ni Una Menos", en referencia a la primera marcha masiva realizada en 2015 en distintos puntos del país, motivada por el femicidio de Chiara Páez.

Recibido: 06 de Abril de 2022; Aprobado: 04 de Septiembre de 2022

Contribución de autoría:

Macarena Perusset fue la única autora.

Potenciales conflictos de interés:

Ninguno.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons